Partida Rol por web

Ni se movió. Dejó que Kegan le pegara en el pecho y le miró con una ceja alzada.

- ¿Eso es todo lo que tienes, blandengue?

Clark seguía corriendo para llegar a ellos cuanto antes. Esprintaba pero tenía sangre en la nariz y una herida en la rodilla. Al parecer se había hecho bastante daño con la barca...

Esquivó sin problemas los golpes, estaba acostumbrado a esquivar y aquel matón no le rozaría.

- Al menos, tengo mejor puntería ¡Chupate esta!

¿Era Flash? ¿Era el hijo de Magneto? ¡NO! ¡Era Kegan Porcher en acción! Esquivó con la misma rapidez con que atacó y esta vez G sí que recibió daño. El golpe le desequilibró un poco, aunque aún podía luchar. Al menos una vez que se recompusiera de la sorpresa.

Kegan estaba enfadado, muy enfadado, y volvió a golpear al macarra.

-¿De verdad? ¡Y no me habías contado nada!

Anima a Mayka a responder la pregunta de Rachel. Está contenta porque su amiga parece feliz, pero muy preocupada porque el motivo de su felicidad es un tipo potencialmente peligroso con pocas oportunidades de rehabilitarse. Pero siempre queda una posibilidad, ¿no? Lucas lo consiguió. ¿Será capaz George? Lo que si tiene claro es que no piensa dejar que haga daño a sus amigas. Aun le debe una por lo de Katherine y no se librará de ella fácilmente.

Mira a Emily que parece interesada en Mayka. Niega mentalmente, porque casi le parece ver a Vilma en esa actuación tan genial de chica tonta. A ver, Vilma es muy buena chica, pero se le puede manipular bastante.

-Claro... perdona. Mayka, Rachel... está es Jenna. Es una amiga de instituto - sonríe.

- Oh, bonitos nombres.- La sonrisa de ese hombre era de lo mejor que tenía mi profesión. Ver cómo me agradecían una simple -y preciosa y encantadora, por supuesto- firma no tenía precio. Esta vez iba a ser dedicada, y para dos. No quería que se pelearan por compartir un papelito y no me costaba nada. Me guardé el papel y saqué dos fotos mías iguales para firmarlas por atrás. Hoy me sentía generosa.

"Para Paul con cariño de Vilma Williams, 

te deseo lo mejor!" 

"Para Claire con cariño de Vilma Williams, 

te deseo lo mejor! ❤ "

A la última le puse un corazón, porque claro... Era una chica. A las chicas le gustaban esas cosas A TODAS, por mucho que intentaran fingir que no.

Entonces una voz femenina se escucho por fuera del ascensor y estuve tentada en poner los ojos en blanco y rebufar; Fans... Tan encantadores como siempre. Pero en esta ocasión tenía asuntos más importantes que hacer. Fingí una sonrisa mientras miraba quién me estaba llamando e intenta coger el mismo ascensor que yo y para mi sorpresa, era Eileen. Y no iba sola. 

No me gustaba nada de ver que el profesor Pullap (¡En serio, tenía que dejar de llamarle así!) la acompañara. Pero no tenía mucho más remedio que mentir.

- Oh, claro, hablemos, tengo todo el tiempo del mundo.- ¡Mierda! ¿Por qué cojones esas palabras habían salido de mi boca cuando lo que quería era embaucar a algún auror dispuesto a decirme lo que hiciera falta... Obviamente, Pullap no era de esa clase de gente. -Tenga.- Le digo al bonachón hombre que me quería acompañar mientras le entregaba las dos fotos firmadas.- Le buscaré si le necesito.

Tengo una foto si - le respondió rebuscando por la bandolera que llevaba que era lo poco que tenía. Tras sacar un par de papeles con anotaciones y un pequeño diario, sacó una fotografía algo arrugada que estiró. Se la mostró a Beth - esta es mi madre - le dijo de manera un tanto infantil en contraposición a su aspecto serio - es posible que haya usado otro nombre si estaba huyendo de alguien... es una mujer inteligente - y dicho aquello torció un poco el gesto. 

De Vilma se esperaba cualquier cosa así que el hecho de que realmente estuviera dispuesta a hablar, supuso un alivio. Teniendo en cuenta el último año en Hogwarts la creía capaz de mandarla a la mierda ahí mismo pero seguramente para su carrera ascendente de estrella, aquello no estaría bien visto.

- Vale... - y ahora que estaba ahí, no sabía muy bien cómo empezar para que no sonara a locura tal y como le había parecido a ella. Intercambió una mirada con Sean esperando a que él tomara la iniciativa y resolviera aquel problema cuando cayó en algo: que sonara a locura podía ser un aliciente para Vilma -. Eh...verás...hay una profecía con tu nombre que puede estar relacionada con todo lo que está sucediendo... - podía imaginarse a Emily mirándola con mala cara. Seguro que Pullap haría lo mismo -. Y eso. ¿Qué tal si vemos de qué va?

Incómodo...

¿Una profecía? ¿Qué mierda era eso? 

- Una profecía... Claro... Oye, ¿podrías ser más específica? ¿Tengo que mover algo, hacer algo? ¿Qué tengo que hacer? Vamos a verlo, por supuesto. 

Estoy indiferente, pero al menos no había quedado como una tonta. En ningún momento había preguntado directamente qué era una profecía. Me recordaba a esa palabra que usaban los muggles para pasear con vírgenes y cosas así. Eso me daba miedo, esperaba por todo lo alto que no tuviera nada que ver.  

Miro a Sean, a ver si me daba alguna explicación más concisa mientras salgo del ascensor y le pongo la mano en el hombro al señor para despedirme del todo de él. 

- ¿A dónde vamos? 

Muy directa, Eileen.

Por suerte, Vilma no parecía escéptica y sí con ganas de colaborar. Sean mantuvo la puerta abierta, porque realmente iban a quedarse en aquella planta:

- Departamento de misterios. Es ahí a donde vamos.- le explicó a Vilma de forma concisa.- Solo tendrás que tocar la esfera que se te indique, ¿de acuerdo? Recordad que solo Vilma puede tocarla y solo puede ser la que te digan.- les advirtió a ambas. Eileen era bastante más obediente y menos alocada que Vilma, pero mejor dar el consejo a las dos- Los efectos si tocáis cualquier otra...mejor no os los cuento.

Avanzaba intentando no ir muy por delante de ellas. Al fin y al cabo ya no era superior de nadie. Era extraño tenerlas ahora de compañeras cuando las había visto crecer tanto.

- ¿Alguna pregunta más?

Iba a explicarle en qué consistían normalmente las profecías pero casi fue una suerte que interviniera Sean pues ella seguía sin estar muy segura de su opinión al respecto. Una parte de sí misma se empeñaba en catalogarlo de palabrería pero a la vez consideraba la adivinación parte de la magia. Además, ella misma había estado planteándose cosas acerca del Destino. Seguramente la parte científica que había estado alimentando durante los últimos tres años era la que se mostraba tan escéptica al respecto.

- Eh...Sean, te recuerdo que trabajo aquí - era como si ella fuera al Departamento de Aurores a decirle que tenía que recordar no lanzar imperdonables ni torturar a los testigos y cosas así. ¿A que ella no hacía esas cosas? Pues menos intrusismo laboral -. La profecía está capturada en una esfera de cristal que guarda las palabras de la visión de un adivino. Si tiene tu nombre quiere decir que quien las escuchó cree que de algún modo están relacionadas contigo, bien porque dijo tu nombre directamente o porque eres el elemento más reconocible entre toda la palabrería. A veces es difícil entender qué quieren decir.

¿Tocar una esfera? ¿Y para eso me necesitaban? Si no fuera porque sabía quienes eran pensaría que son fans locos que quieren tener mis huellas dactilares por algún motivo. Eileen quizás aún podría haberle prometido a un amigo que me adoraba que lo conseguiría, pero con Sean ahí la cosa parecía más seria. No sabía porque le ponían tal importancia a que tocara una esfera. Tan importante tampoco debía ser si todo lo decían delante del buen hombre que me quería acompañar al departamento de aurores. 

Me encojo de hombros. 

- No, ninguna pregunta más. Parece sencillo, tocar una esfera... No creo que necesite ningún tipo de estudios para ello. 

Escucho las palabras de Eileen y se me erizan los pelos. Sí que parecía importante. Sin embargo, no quería quedar de inculta y simplemente asentí con la cabeza. - Ya, ya... Esta bien. Lo sé. Ningún problema. A ver qué efecto causa que la toque...- En realidad agradecía muchísimo las palabras de Eileen porque así no andaba tan perdida con el significado de "profecía". Pero me hice la sabionda mientras les seguía.

Creía que el día no podía ir peor, pero lo iba. Por encima del hombro de Mayka podía ver cómo Kegan había alcanzado al sospechoso y se enzarzaban en una lucha de puños. Kegan se había mandado a la mierda todo mi trabajo, y eso no iba a perdonárselo nunca. Habría querido sacar la varita y atarlos a ambos, pero no podía hacer eso en medio de un resort vacacional lleno de muggles. Lo único que podía hacer era asegurarme de que Mayka y la otra amiga no se daban cuenta antes de que Clark llegase e hiciese algo, lo que fuere.

- ¡Encantada! – dije exageradamente mientras cogía la mano de Mayka y la de Rachel y las estrechaba ambas a la vez. Ser excéntrica era mi única carta para mantener su atención. - ¿Trabajais con Tabatha? - decir “para” Tabatha era maleducado hasta para la tonta de Jenna – Tabby era todo un cerebrito en clase, siempre tenía los trabajos hechos y no dudaba en ayudarme cuando yo metía la pata. – “Perdóname Vilma por robarte la identidad.” – Estoy segura de que trabajar con ella será igual. ¡Es un cielo! – les dije hablando sin parar. La gente educada te mira si le hablas, así que tenía que hablar mucho…muchomucho. – ¿Cómo es trabajar en Hawai? ¿Sois de por aquí? Debe de ser una pasada poder estar en la playa cada día, con el sol – “las tetas al aire…” – el mar… Y los chicos guapos. – añadí con un guiño que había robado también de Vilma, de alguna de sus entrevistas en la tele ahora que era famosa y estaba segura de sí misma. – Oh, perdonadme, a veces hablo demasiado. Nunca sé cuando callarme. ¡Pero es que es todo tan genial aquí! – “malditos sean todos tus ancestros Kegan” - , ¡que estoy llena de energía! Y tus clases de hula son geniales, de verdad, este baile es de lo más entretenido. - terminé finalmente antes de que me odiasen por completo.

Justo acababa de terminar por desequilibrar a la mole de George cuando Clark les alcanzó. Mucha gente les miraba con atención, sin poder creerse la pelea que estaban viendo. ¡Un loco había alcanzado a un pobre hombre corriendo por la orilla de la playa! Suerte que llegaba aquel apuesto bañista que se había despistado con las tetas de su novia. 

Clark:- Vale, amigo. Ya somos dos contra uno. Disimula o mi compañero te meterá la varita por el culo. Ya has visto de lo que es capaz.- comentaba Clark, disimulando, pasando su brazo por los hombros de aquel violento desconocido- Vamos a ir caminando hacia aquella sombrilla tranquilamente, ¿queda claro?

G:- ¡Que os follen!- contestó, pero no intentó una huida porque no era idiota y estaba en clara desventaja. Ni siquiera tenía su varita cerca.

Clark miró un momento hacia Emily, que seguía con aquella actuación tan poco agradable. Mía se había juntado a ella para entretener a las muggles amigas de Tabatha que estaban bastante flipadas con la parlanchina de la rubia.

Rachel:- Sí, trabajar aquí es fantástico. Ya sabes, sol, mar, buenas compañías... somos todas compañeras, pero es verdad que Tabatha ha sido muchas veces empleada del mes. ¿A qué te dedicas tú?- aparte de a comportarte como una chalada...

- Dile a Emily que me lo llevo a la sala de interrogatorios de la CIA. Es el departamento de aurores de aquí.- le decía Clark a Kegan- Intentaré llevarlo cuanto antes al departamento inglés, pero no puedo aparecerme a tantísima distancia. Dile que si lo ve oportuno, nos vemos allí mañana. 

Y dicho aquello, en cuanto se cubrieron de la vista de los demás por la sombrilla, Clark se desapareció con el tío ese.

Observó la imagen con atención, notando la punzada de cariño en la voz y la mirada de Ermendrud al presentarle a su madre. ¿Cuánto tiempo haría que no la veía?

- Es muy guapa.- era totalmente cierto. Y su hijo había heredado algunos rasgos atractivos de ella.- Venga, preguntemos.

Fueron hasta el encargado de los registros, un chico delgado, con gafas y con pinta de interesarse muchísimo por todo. En un principio, con solo el nombre, el chico no supo identificarla. Pero con la foto...

Bob:- Espera un momento... la recuerdo. Estuvo aquí, pero no era una paciente. Se identificó como enfermera alemana. Estaban haciendo una investigación de no se qué... lo cierto es que no sé mucho de eso, pero vino en busca de tubos de ensayo con muestras de sangre. Eran específicas de gente joven, si queréis os busco directamente cuales cogió y se llevó.

Beth estaba bastante preocupada. ¿La madre de Ermendrud se había colado en San Mungo con una identidad falsa y se había llevado muestras de sangre de algunos magos jóvenes? Miró a Ermendrud, expectante. 

La suerte de tener a Eileen en esos momentos era que conocía a la perfección el laberíntico departamento de inefables y de misterios. En cuanto les dieron el permiso - Eileen sería la responsable si algo malo ocurría- y las señas de dónde se encontraba exactamente la profecía de Vilma, caminaron por las diferentes, extrañas y misteriosas salas del departamento de misterios. Para Eileen no era algo especialmente nuevo, pero Sean y Vilma eran conscientes de que no cualquiera entraba en aquel lugar.

Finalmente llegaron a una enorme sala sin final a la vista, con techos muy altos y cientos de estanterías que formaban pasillos. Cada estantería soportaba incontables esferas, etiquetadas.

Recorrieron pasillos y más pasillos, hasta que finalmente Eileen dio con el nombre de Vilma en el soporte de una de las esferas que guardaban la profecía. Sean había permanecido callado todo el tiempo. Aquel lugar le hacía sentirse incómodo y tenso. No controlaba la situación porque ni siquiera sabía dónde estaba exactamente. Mantenía la varita preparada, como si en algún momento fuera a necesitarla.

Intenta evitar mirar hacia el lugar donde se están peleando aquellos dos. Pero... ¿es que son subnormales? Les estaría bien empleado que alguien llamase a la policía por disturbios y peleas. Y Emily está siendo Vilma 2. Parece que todo se está yendo al garete. No cree que los dos aurores hubiesen preparado un plan así.

-Jenna es animadora infantil... los niños la quieren mucho. Dean se encariñó con ella al momento.

Mira a Emily, con una sonrisa.

-¿Verdad?

Si este es tu plan para pasar desapercibidos, vais listos, majos... mantiene la sonrisa mientras mira a Emily y le entran ganas de matarla. Hasta ella podría haber hecho más sin poner en peligro a nadie.

Si estaba sorprendida por el hecho de que Vilma pareciera estar al tanto de algo que no era vox populi, no lo demostró. Simplemente echó a andar por las laberínticas salas que componían el Departamento de Misterios, más incómoda de lo que quería demostrar el estar exponiendo los secretos que siempre le habían obligado a mantener en secreto.

Pasaron por lugares oscuros, siniestros, misteriosos y con visiones más extrañas de las que posiblemente ninguno de ellos hubiera visto jamás. Los primeros días solían ser estresantes y la necesidad de salir se volvía acuciante a lo largo de la jornada. Pero al final te acostumbrabas.

Al final llegaron al cementerio de las profecías, con aquel aire de muerte y decrepitud. Una vez lo tenías de por mano, era un buen lugar para perderte en tus pensamientos mientras leías el nombre de cientos de personas que murieron hacía siglos, pero la primera impresión solía ser escalofriante. Seguramente era adrede, todo un golpe de efecto para aquellos que querían adentrarse en las nieblas del futuro y cambiarlas.

De algún modo, romper el silencio parecía algo malo en aquel lugar, era mejor dejar que la tensión fuera incrementando. Casi parecía algo mágico. Temor, incredulidad y respeto. Fue dejando que sus pasos descendieran de ritmo hasta por fin pararse en el lugar en el que estaba el nombre de Vilma. No es que lo hubiera visto antes pero sólo las personas habituadas a aquel lugar sabían cómo se ordenaban las profecías.

- Aquí estamos. Sólo...cógela. Y concéntrate en ella.*

Todo iba bien hasta que entré en esa sala tan enorme llena de estanterías con frágiles esferas. Sentí que ni siquiera andaba bien y que mis pasos eran más torpes que nunca así que crucé los dedos para que no me tropezara y cayeran las esferas en el suelo. Además, la sala también me causaba temor... Todo era demasiado perfecto y oscuro; bien puesto y a oscuras con esferas luminosas brillando e indicando el camino para que no te chocaras con las estanterías. 

Voy en silencio, haciéndome la valiente, pero realmente estoy acojonada. Al ver mi nombre resplandeciente trago saliva y alzo la mano lentamente para cogerla cuidadosamente. Me da el amago de cogerla con la mano, sin tocarla directamente y salir corriendo para que no se enteraran de lo que decía ¿Y si era algo malo? ¿Y si me detenían ipso facto por a saber qué? Fuera como fuera, no tenía escapatoria y, al tener a Aen en mi casa, no sería bueno para él que yo saliera corriendo ante Sean Pullap. Así que cogí la profecía mientras se me erizaba el vello de los brazos y esperé para ver qué pasaba.