Partida Rol por web

Las fotos despertaron en Eileen una profunda pena. ¡Era tan obvio que se querían! Sabía que era una tontería y ella nunca había querido ejercer de casamentera pero aún así, le gustaría tanto que acabaran juntas. Es más, la haría feliz. A su manera, siempre se había preocupado por las dos, por Stana como una hermana pequeña y por Bella como una de sus mejores amigas. Ambas habían tenido una historia difícil. Se merecían estar bien.

Se acurrucó al lado de Bella, apoyando el hombro en su cabeza como hacía mucho que no hacían. Le recordaba a sus tiempos en Hogwarts.

- Pues venía a ver cómo estabas. Pero me vas a mentir como acabas de hacer - se adelantó, con una sonrisa en la cara llena de picardía -. Así que voy a fingir que me trago tu "estoy bien" - alzó los dedos para entrecomillar las palabras - y voy a ir al salseo. ¿Quieres dejar de hacer el gilipollas con Stana?

Escuchó con atención a Emily. Vale. En realidad no era un mal trato, pero tampoco el mejor del mundo. Le iba a exponer directamente y meterle en algo que no estaba seguro que era. Pero por otro lado, ¿y si nunca contactaban con él? Si aceptaba se ganaba la "simpatía" de Emily y Pullap y además quizás ni siquiera llegase a estar en peligro.

- De acuerdo.

No tenía mucho más que decir, porque Emily había sido clara. Se quedaría con Vilma y la protegería. Cuando le enviaran a otro lugar ya vería qué pasaría.

Pullap miró el reloj y anunció:

Sean:- Tenemos que irnos.

No protestó ante el comentario de Eileen sobre que había mentido, aunque había hecho el amago de abrir la boca, pero se quedó sentada en el sofá, con las fotos entre sus manos y la cabeza de Eileen en su hombro. Eso sí, la última de las preguntas provocó en Bella que mirara a Eileen con el ceño fruncido:

- ¿A qué viene eso? ¡No estoy haciendo el gilipoyas! Te inventas eso porque la mayoría de las fotos que estaba viendo son con Stana, ¿a que sí? Pues también hay un par tuyas.- vaya defensa más penosa. Pronunció su expresión "molesta" y apartó la mirada de nuevo de Eileen, aún a su lado- Has hablado con ella, ¿verdad?- Por eso habrá venido.

Miró las fotos y  ala par que Bella pronunciaba su expresión molesta ella lo hizo con una de escepticismo que casaba con la diversión que sentía en aquel momento. Lo cierto era que debería estar priorizando otras cosas pero le daba igual, quería distraerse un rato.

- Ajá. ¿Como esta en que salgo al fondo? - levantó una foto en que aunque se la distinguía perfectamente, estaba por detrás, hablando con Zoey -. Ambas sabemos que la conservas porque Zoey llevaba ese vestido - ella misma repasó a su novia en aquella foto. La verdad era que Zoey estaba preciosa, se pusiera lo que pusiera, pero con aquel vestido negro ceñido... Era de la época en que no se habían hablado y lo cierto era que incluso estando resentida y triste con su novia, aquel día le había costado no lanzarse encima suyo. Iba a tener que pedirle que se lo volviera a poner -. Hablé el día de la boda antes de que pasara todo. Pero no necesito hablar con ella para saber que estás con lo de siempre y que vas de alma solitaria que no necesita ni quiere comprometerse.

No podía evitar reír con sus conversaciones con Eileen. Miró a Zoey detrás y debía admitir que, a pesar de que estaba cañón, no se había fijado en un principio.

- Sí. Me has pillado. Conservo las fotos de Zoey porque está buenísima. Aún no puedo creerme la suerte que tienes.- comentó en tono bromista y sonrió abiertamente.

Pero volvió a la seriedad y a sus morritos cuando Eileen volvió a dar en el clavo. Fijó su mirada en la lámpara del techo y después en sus uñas.

- Me conoces. Soy un alma solitaria que adora las artes de la seducción y a la que le encanta estar con una un día y con otra otro.- se encogió de hombros.- No es algo nuevo, ¿no?

Mirando a Zoey, a ella también le costaba creerse la suerte que tenía, pero en su lugar emitió un sonidito molesto y señaló su cuerpo con una mano, desde la cabeza hasta la cintura, como diciendo: por favor, no es para menos. Pero Bella volvió a centrar la conversación en algo interesante y esta vez el sonidito se convirtió en un bufido en toda regla.

- Tía, estás tonta. Y eso es lo que no es nuevo. Mira, como yo lo veo es que te gusta Stana pero como no quieres comprometerte a nada porque te da miedo, un trauma tuyo por ser huérfana, fijo, pues vas a dejarlo correr y la vas a perder. Te joderá verla en brazos de otra pero como eres una cabezona dirás que es mejor así. Y mira, allá tú. Tu estilo de vida es cosa tuya por más que seas idiota. Pero si vas a darle calabazas a Stana, hazlo ya, y deja ya de joder sólo por pasar un buen rato. Pero vamos, dudo que tengas tantas fotos, tantos recuerdos y esta sonrisa de idiota con tus otros ligues. Algún día mirarás atrás y te arrepentirás de haberla dejado escapar.

Conforme Eileen iba hablando, Bella se iba sintiendo más tensa y más incómoda. Se fue resbalando del sofá hasta que finalmente se dejó caer de lado, con el culo pegado a su amiga, mirando a la nada mientras su cabello caía en cascada por el extremo del sofá. Estuvo así unos segundos, hasta que comenzó a hablar:

- No soy la adecuada para ella, Eileen. Eso es todo.- era cierto que pensaba en Stana constantemente, y que desde luego hacía tiempo que había dejado de disfrutar el sexo con otras chicas. Pero eso no cambiaba sus pensamientos acerca de aquel tema- tengo un trabajo bastante pobre, vivo en un piso barato y no hay expectativas de que eso fuera a mejorar en breves. Yo estoy prácticamente sola, y ella lo que necesita es alguien que le haga conocer más personas, más mundo.- oh, vaya si había reflexionado sobre aquello.- Necesita a alguien que se sienta orgulloso de sí mismo y que la quiera- dejó una pausa. Agh. Cómo odiaba hablar de cosas serias. Miró a Eileen y sonrió- No soy una persona capaz de decir "te quiero", darte una sorpresa o hacerte un regalo cuando menos te lo esperas. No soy una persona que se sienta cómoda en familia y no soy una persona que se quede embobada mirando a nadie. Eso es todo lo que ella debería tener, Eileen. Y eso no soy yo.

Era raro ver a Bella ponerse seria, considerar una situación de verdad y reflexionar. Por una vez, pensar en la otra persona y no en ella misma. No es que fuera especialmente egocéntrica pero sí que era verdad que la chica siempre se había preocupado al cien por cien por su felicidad, demasiado.

- Bella... - trató de suavizar el tono de voz pero la palabras que acudieron a ella no fueron las mejores -. Eres una cobarde. Lo único que oigo son excusas y más excusas. Que no eres tú... A Stana le gustas por la persona que eres. No por ser alguien detallista y amorosa, precisamente. O familiar o mil cosas. Además que decidas lo que le conviene me parece un poco fuerte, ¿eh? Fuerte y nada propio de ti. Tú serías la primera que me diría que dejara que ella tomara esas decisiones. Joder tía, es que claro que las cosas se pueden joder pero me parece muy chungo que porque eso pueda pasar ni siquiera lo intentes. Es como que prefieres ser sólo medianamente feliz antes de intentar serlo del todo. Como lo otro ya lo tienes asegurado... No sé tía. Sólo sé que quizás no estaría con Zoey si no fuera por ti, sino me hubieras ayudado a superar a Emily. Y han pasado mil cosas entre nosotras. Primero que si yo estaba enamorada de Emily y la jodí, luego marrones del trabajo y que ella no quería salir del armario. Cincuenta mil cosas que nos han distanciado o nos lo han puesto difícil. Pero estamos juntas. Y como dices, tengo mucha suerte. ¡Ja! Zoey es la mejor y nunca he sido más feliz que con ella. Las cosas han podido torcerse mil veces entre nosotras pero aún así, siempre he pensado que ha valido la pena muchísimo. ¿En serio puedes decirme que Stana no podría ser eso para ti?

Prestó atención a Eileen, sonriendo en algunas partes y en otras simplemente quieta, atenta a todo lo que le decía. ¿Era una cobarde? Vaya que sí. Por eso precisamente había estado siempre de flor en flor como quien dice. Lo segura que le hacía sentir que podía conseguir cualquier cosa a costa de cualquiera siempre le había encantado y hecho sentir fenomenal. Pero las cosas se habían torcido en cierto modo y ahora la cobardía por una cosa había cambiado por otra totalmente distinta. ¿O no tanto?

Se incorporó nuevamente, cruzando las piernas y poniénose frente a Eileen en el sofá, totalmente seria.

- Eileen. Desde hace más de un año me levanto cada día con su sonrisa en mi cabeza, me paso el día pensando qué estará haciendo y si estará bien, me debato entre si ir a verla o mejor dejarla tranquila, pienso en cómo podría hacer para atraerla hasta mí y poder pasar ratos con ella, me sorprendo al pensar que no solo quiero sexo y que me conformo con su sonrisa y verla feliz, me voy a la cama y solo deseo abrazarla. - sonrió levemente, de forma efímera- Y tengo miedo. Miedo a que todo eso no pase nunca porque en realidad ella no me quiera y miedo a que todo eso sí que pase y deje de ser yo misma. Aunque supongo que hace tiempo que dejé de ser yo misma cuando empecé a preocuparme más por otras personas que por mí. Qué irónico todo, ¿no?

Exasperación. Aquel era el sentimiento predominante de Eileen en aquel momento. Sentía tentaciones de levantarse y ponerse a gesticular como una posesa pero en su lugar le dirigió una mirada de ojos entrecerrados a Bella que tenía mucho de perdonavidas. La verdad es que estaba deseando repetirle que estaba tonta pero ya había abusado mucho de los sinónimos para insultarla y no quería pasar a palabras mayores.

- Eeeeeeexcusasssssssss - repitió, haciendo aspavientos con una sola mano -. Stana no es como tú. Si no quisiera estar contigo ya habría encontrado a otra persona. Eso es tan obvio que no sé cómo alguien como tú que siempre has sido tan intuitiva, no es capaz de verlo. Y lo de no ser tú misma...¡despierta! ¿Hola! Se llama madurar, cambiar, evolucionar. ¿A ti te parezco la misma persona ahora que cuando nos conocimos? ¿Te parezco mejor o peor? Cuidado que como me digas que peor, te mato. Tía. Los cambios a veces simplemente son eso, cambios. Lo piensas demasiado - era irónico que alguien como Eileen dijera aquello. Ella sí pensaba las cosas demasiado, no como Bella. Y, desde luego, Bella no se merecía encontrarse con la dura realidad con la que la enfrentaba Eileen, pero no era ya sólo que la pusiera nerviosa su actitud sino que le fastidiaba que le hiciera daño a Stana por una tontería -. Uf. No puedo creerme que lleves un año con esta tontería.

Madurar. Pse. ¡Pero si ella no iba a madurar nunca! ¡No había querido madurar! Pero Eileen tenía razón. Aunque ya estaba bien de llamarla tonta, ¿no?

- ¡Oye!- le dijo, riendo antes de lanzarse a por ella, quedándose encima.- ¡Te recuerdo que yo te enseñé todo lo que sabes! ¡No me llames tonta así como así!- le mantuvo los brazos atrapados en plan broma, riendo divertida. Probablemente Eileen le había abierto los ojos y se sentía bastante más animada.- Solo quería protegerla porque...- suspiró, algo avergonzada con lo que iba a decir- ...creo que está claro que la quiero.- volvió a sonreir, aún encima de Eileen.- ¿Vestido o pantalones para declararme, tonta del bote?

De repente se encontró con Bella encima de ella tratando de acallarla con cosquillas, o eso pensó, en medio de la risa y los quejidos, hasta que la chica declaró que la quería. Trató de ponerse seria un momento porque lo valía, pero fue incapaz, en parte porque se sentía feliz y en parte porque la otra no paraba.

- Vivir para ver - murmuró entre jadeos con una sonrisa que casi el partía la cara por la mitad, antes de añadir -: Vestido en tu caso - se quedó un momento pensativa antes de decir -. Lo que más mola de esto es que soy la mejor amiga de ambas así que si os casáis...sí o sí seré madrina. Ueeeeee.

Rió divertida ante las ocurrencias de Eileen. Aún no le había dicho que sí y ya estaba casándolas. Ugh... casarse. Matrimonio. ¿Realmente estaría algún día preparada para eso?

- Vestido entonces. Ahora estará en casa supongo.- comentó pensativa. ¿Cómo sería la mejor manera de declararse? Nunca antes había hecho una cosa así. Se arreglaría lo mejor posible y simplemente se presentaría. Sería natural. O lo más natural posible.- Hora de arreglarse supongo. Pero antes...- giró la cabeza de nuevo hacia Eileen, aún atrapada debajo de ella, con su típica mirada peligrosa que auguraba cosas... pervertidas. Y sin que Eileen se lo pudiera esperar ni pudiera reaccionar, la besó en la boca de forma apasionada unos segundos antes de separarse y decirle.- Siempre quise hacerte eso.- bromeó.- ¡Última cana al aire!

Y tras eso hizo el amago de levantarse para arreglarse, decidida como estaba.

Estaba hecho. Para mi parte más precavida (paranoica) aquello no era suficiente y habría querido cerrar un juramento con él, pero eso haría que mi "truco" del veritaserum se revelase y no era buena idea. Debería confiar en que efectivamente se lo había creído.

Miré a Vilma esperando que aceptase la parte del trato que le tocaba antes de levantarme y mirar a Aengus de nuevo.

- Procura no salir de aquí mientras tanto, y sobretodo no contactes con nadie en el exterior. Eso podría poner en peligro a Vilma. Vilma - miré a la chica entonces. - Sé que te estoy pidiendo algo por lo que no has firmado, pero prometo que será por poco tiempo. Tenemos que irnos ahora. - el trabajo no esperaba cuando tu trabajo era salvar a alguien.

Me acerqué entonces a Sean para despedirnos y marcharnos. Habría querido cogerle de la mano, necesitaba apoyo en aquellos momentos, pero no quería demostrar a Aengus que yo también tenía inseguridades y debilidades.
 

Bella actuando como una persona sensata. Fingió secarse unas lagrimitas de orgullo mientras la chica hacía planes para ir a declararle su amor a la persona con la que se había acostado a saberse cuantas veces. No era el orden deseado pero bueno, más valía tarde que nunca.

Claro que todo el orgullo o fingido orgullo que pudiera sentir se evaporó ante aquel besazo apasionado en el cuál incluso hubo algo de lengua. Eileen puso cara de asco mientras se pasaba el dorso de la mano por los labios. Mirándola, casi parecía traumatizada.

- Tíaaaaaaaaaaaaa, nooooooooooo. Nuestra amistad era pura y sin mácula, no como la de Emily o la de Stana, tenía que quedarse así - se llevó la mano a los ojos. La verdad es que se había ruborizado, inevitablemente, y estaba tratando de bromear para ocultar su incomodidad -. Se lo contaré a Zoey, que lo sepas. Que me has agredido sexualmente. Y me has besado. Ella besa mucho mejor pero aún así, se lo diré y que decida ella tu castigo.

No impidió que se levantara porque realmente estaba avergonzada. ¡Se había tratado de una broma! Pero si alguna vez se había preguntado qué habría pasado si Bella y ella lo hubieran intentado, esa pregunta había muerto. No había química. Seguramente así habría sido si Kegan la hubiera besado aquel día en Hogsmeade. O así se debió sentir Emily por su beso forzado. Ug.

- ¡Ala, me voy! No sea que te lo repienses y decidas que quieres más de mí.

Rió muy divertida. La verdad es que Eileen era la única chica cercana con la que había tenido una relación puramente de amistad. Y se sentía orgullosa de ello.

- Creo que tú y yo en realidad somos hermanas. ¿Tus padres no me habrían abandonado o tu padre no tendría una aventura por Australia?

Bromeó ya desde la habitación, sacando toda la ropa del armario que, en realidad, no era mucha. Estaba realmente emocionada por aquello. No sabía cómo podría agradecérselo a Eileen algún día.

- ¡Que vaya bien!

- Mi padre no habría tenido a una hija tan pervertida y lesbiana como tú. Con lo que el ha costado aceptar que yo sea una lesbiana modosita...

No le había contado aquello a Bella pero viendo la emoción de la chica, decidió dejar la anécdota para otro momento. Para empezar, quería ver a Zoey con quien, como siempre, tenía problemas para coincidir entre semana cuando se juntaba demasiado trabajo para una de las dos. Como en aquella ocasión, eran ambas, peor aún. Además, se moría de curiosidad por saber si ya había quedado con su padre. No saberlo la ponía nerviosa.

- ¡Te robo polvos flu! - le gritó para que la escuchara antes de decir la dirección de su casa y adentrarse en las llamas verdes de la chimenea.

Música

Cuando Eileen llegó a casa por la chimenea, Zoey estaba cantando y bailando como una loca por la casa, con la música puesta y Stan persiguiéndola. Tenía un helado de chocolate como micrófono, por lo que sería esa la principal razón de que el perro la siguiera a todas partes. No pareció darse cuenta de la llegada de Eileen y ésta pudo ver que estaba vestida con ropa de calle pero sin sus acostumbradas sandalias de tacón veraniegas.

A decir verdad, Zoey pasaba muy fácilmente por una mujer heterosexual. No se parecía para nada al típico estereotipo de mujer lesbiana. No le costaba arreglarse y ponerse vestidos diferentes que realzaban su figura junto a los tacones. Era delicada y muy sexy. Pocas veces iba con ropa meramente cómoda y sus caminares eran seguros y con unos movimientos que siempre le realzaban la bonita figura que tenía. 

Estaba agotada, preocupada, alegre y abochornada. La verdad es que era una mezcla curiosa de sentimientos que curiosamente se evaporaron como si nunca hubieran existido al ver a su novia saltando como una quinceañera mientras cantaba a todo pulmón una de sus canciones favoritas.

Durante un rato se quedó mirándola con una sonrisa cariñosa dibujada en los labios. Era uno de esos momentos en que su mente y su corazón se fusionaban y no podía evitar pensar en lo feliz que era. Le había dicho muchas de esas cosas a Bella sabiendo que eran verdad pero más como parte de un discurso racional que emocional. Viendo a Zoey en momentos extraños como aquel eran los que la hacían sentir realmente afortunada, a pesar de saber de forma lógica que lo era. Tenía una novia preciosa y divertida y aunque disfrutaba de ver el gesto que contenían sus sonrisas, amaba cuando sonreía abiertamente como ahora.

- Veo que alguien está muy animada hoy - a Eileen lo de bailar no se le daba bien pero hacer el tonto no le importaba así que en medio de uno de sus saltos la atrapó por la cintura y dio un par de vueltas con ella, riendo antes de atrapar sus labios en un beso alegre -. Cuéntame. ¿Bien en el trabajo?

Inspiró con fuerza y expulsó el aire tras unos segundos de contención en sus pulmones. Siguió a Beth hasta la cocina y se quedó apoyado en una pared conforme ella empezaba a fregar. Le sorprendió que no usara la varita, no era algo habitual. Tuvo un acceso de curiosidad e iba a preguntarle, pero ella, demostró más iniciativa que él y giró la situación a un sentido totalmente inesperado. 

Ermendrud no ocultó su sorpresa inicial, pero segundos después, pensándolo fríamente, tenía todo el sentido del mundo, no dejaba de ser un desconocido al que había metido en su casa - pues... pregunta - le dijo con calma esbozando una ligera sonrisa.