Partida Rol por web

Los nervios habían hecho que la barriga me hiciera cosas extrañas ¡Pobre Eileen y pobre hermano de Eileen! Ellos no se merecían esto. 

- Ay, por favor, que lo seleccionen ya...- Y, como si de un ángel de los milagros se trataran, de repente el sombrero dice alto y claro ¡Gryffindor! 

Sin embargo, los aplausos no son muy entusiastas, así que yo intento arreglarlo mientras el joven Jeremy se dirige hacia la mesa de su casa.  Mis aplausos, piropos e intento de silbidos (que lanzaban más saliva que aire con sonido) se escuchaban por todo el gran comedor. 

No me gustó que selccionasen a Jeremy para Gryffindor. No porque tuviese anda en contra de los leones, o porque no creyese a Jeremy un digno Gryffindor, pero ahí iba a ser más difícil ayudarle y protegerle. 

Aplaudí cuándo le seleccionaron, de todos modos, sonriéndole en forma de apoyo. Los Gryffindir, sin embargo, me decepcionaron sobradamente. Ellos que iban de rebeldes, de protectores, de valientes, de leales... no querían a Jeremy en su casa, y ni siquiera le conocían. Cuándo Eileen se quejó en voz alta respondí a su pregunta negando gravemente con la cabeza. Increíble. Detestable. Ni siquiera los vítores de Vilma entre la correcta y callada mesa de Hufflepuff podían suavizar la situación. 

Por suerte, pues creo que Eileen estaba a punto de ir a matar a alguien y yo iba a seguirle decidida, la profesora Smallet aparecía tiempo para darle a Jeremy el aplauso que se mercía. Tras ella, Kegan, Max y Meredith.

"Tal vez podemos hablar con esos tres apra que ayuden a Jeremy a encajar. Son populares y buena gente. Y Max está familiarizado con la situación de Jeremy." - pensé para mis adentros, pues el Gryffindor había sido "predestinado" para Slytherin y había hecho que la ira de su familia recayese sobre el al entrar a Gryffindor.

Me encogí de hombros ante la pregunta de Eileen.

- Ni idea, pero tal vez deberíamos hablar con ellos. - le dije sin apartar la mirada de Jeremy, esperando a ver dónde se sentaba y cómo reaccionarían a su alrededor. Más les valía hacer lo correcto, o iban a vérselas con una Emily muy enfadada. Sólo Eileen podía meterse con su hermano (es un derecho recíproco entre hermanos).

Anwen disfrutó de la situación. Los Gryffindors que iban de valientes y tolerantes tampoco habían sabido reaccionar ante la llegada de un licántropo a sus filas. Había de admitir que ella misma sintió alivio al no tener a ese problema en Slytherin, pero si hubiera sido así, hubiera aplaudido. Que menos que guardar las formas.

Aunque ella hubiera preferido que el niño hubiera acabado en una Casa menos...beligerante. Los integrantes de Hufflepuff o de Ravenclaw (con su hermana) seguro que hubieran sabido controlar mejor la situación. A veces pensaba que a aquel sombrero le gustaba generar un poco de caos de vez en cuando.

La llegada de la jefa de los Gryffindors puso las cosas en su sitio, aunque demasiado tarde para que no se notara la indecisión inicial. Tras ella venían los alumnos faltantes. Con que la matriarca de la Casa había tenido que ir a buscar a los descarriados...

- Vaya, parece que los niños de Gryffindor necesitaban que fueran a recogerlos.- Le comentó a Lilian, pero en un tono de voz lo suficientemente elevado para que la oyera, al menos, toda la mesa de Slytherin.

Por desgracia para mí, cuando miré a Ian, este me estaba mirando, puse cara de desagrado y miré para otro lado.

El sombrero se estaba tomando su tiempo, cuando por fin dijo Gryffindor, me sentí aliviado, aunque un poco mal por el crío ya que los de su propia casa no aplaudieron. Y no es que me extrañara, no tenían educación ninguna. 

Smallet entró en ese momento, con los tres perdidos, aplaudiendo y después el resto la siguió en los aplausos, pero ya era tarde, todos nos habíamos dado cuenta de que los gryffindor no tenían respeto ninguno por nada, y no sólo por no aplaudir ¿qué era eso de que los de séptimo curso, entre ellos el capitán, llegaran tarde?

Ni que tuvieran 11 años ahora, y menos el capitán, que debería dar ejemplo... 

Yo no lo dije tan alto como An, tan sólo para que lo escucharan los slytherin.

puff encima de que llegan tarde, los reciben de esa manera.

La verdad es que no sabía qué ocurría. Al parecer teníamos un nuevo integrante en nuestra casa y nadie parecía contento. -¿Se puede saber qué pasa? -pregunté en voz alta, sin cortarme en que pudieran escucharme desde otras mesas. -¿Falto yo y no hay nadie que monte ruido en esta mesa?

Caminé por el comedor con tranquilidad hacia la mesa y me senté al lado del joven que acababa de unirse a nuestra casa. Le despeiné el pelo y le sonreí con amabilidad.

-No les hagas caso a estos siesos. Pronto te aburrirán con normas y demás chorradas. -sonreí de forma pícara. -¡Bienvenido a Gryffindor! Soy Max Scofield y si necesitas ayuda puedes contar conmigo. -mi estómago rugió. -Pero después de comer... ahora mismo me comería un hipogrifo entero. -me eché a reír y le hice una seña a Kegan y a Meredith para que vinieran a mi encuentro. 

La directora se acercó hasta el atril, apoyando las manos en él mientras observaba a la multitud, esperando a que cesaran los aplausos. Una vez el silencio se hizo en la sala, procedió:

- Buenas noches a todos y bienvenidos un año más a Hogwarts vuestra casa durante los próximos meses y lugar de convivencia y enseñanza. Espero que vengáis preparados para dar lo mejor de vosotros este año. Un año en que contamos con una agradable sorpresa. Pero antes de referirme a ella, recordaré algunas de las normas que deberéis cumplir.- hizo una leve pausa, para que todos prestaran atención a sus siguientes palabras. Aquella noche no era difícil pues todos parecían estar esperando por saber de qué agradable sorpresa hablaba la directora.- La entrada al Bosque está terminantemente prohibida, intentar entrar en las habitaciones de estudiantes pertenecientes a otras casas también; y a partir de las once todos debéis estar en vuestras salas comunes. Todo aquel que no sea un prefecto en horario de guardia y sea descubierto incumpliendo dicha norma deberá enfrentarse a duros castigos o incluso la expulsión.- su expresión facial era muy dura y estricta. Muchos de los nuevos tragaron saliva, algo preocupados. ¿Aunque por qué deberían estarlo? Eran normas sencillas de cumplir, ¿no?- Y antes de que empecemos a comer, os comunicaré la novedad de este año. El colegio de Magia y Hechicería "Wizards Ocean" y "Hogwarts" han llevado a cabo un intercambio de estudiantes con el fin de ampliar y fortalecer nuestros lazos. Es un colegio de magos y brujas muy nuevo y al que hemos decidido apoyar en su proyecto. Así pues, cuatro estudiantes de Hogwarts de quinto estudiarán por todo el año entero en "Wizards Ocean" y varios de sus mejores estudiantes  de séptimo curso vendrán aquí en un mes aproximadamente. Sobra decir que me gustaría que todos, especialmente los mayores, contribuyerais en que se sientan lo más cómodos posibles.- La gente empezó un leve murmullo. Al parecer estaban emocionados por la llegada de cuatro extranjeros. ¿Cómo serían?- Dicho esto, creo que todos estamos hambrientos... por lo que doy por comenzado el nuevo curso en Hogwarts.

La gente empezó a aplaudir, pero como siempre, ese aplauso duró los segundos previos a la aparición de comida. 

Al contrario de lo que pensaba Emily, para Eileen era un alivio que Jeremy hubiera terminado en Gryffindor. Nunca hubiera sido un buen Ravenclaw, por no hablar de que entonces le tocaría pasar su último año en Hogwarts como niñera. Carecía del espíritu Hufflepuff totalmente y aunque hubiera podido ser un buen Slytherin lo más probable era que lo marginaran a lo grande como sólo ellos sabían hacer. Gryffindor era su lugar, aunque sus compañeros aún no lo supieran, sólo esperaba que a la larga aceptaran su condición de licántropo.

Siguió mirando hacia allí, esperando verle entablar conversación con alguien cuando, para su sorpresa, fue el propio Max es el que se acercó, iniciando él mismo el proceso de integración.

- Sí, tienes razón - si los alumnos populares se preocupaban por él ayudaría bastante a que los demás lo aceptaran, la verdad -. Pero no ahora, tiene que empezar a espabilarse por su cuenta - sentenció justo en el momento en el que la directora se ponía a hablar, como era habitual, sin que su discurso de lo prohibido variara un ápice -. Después de cenar también voy a hablar con ella y con Smallet - se le pasaron las ganas de intervenir cuando habló de un nuevo colegio de magia y del intercambio que tendría lugar algo que sin duda iba a ser realmente muy interesante -. Tía - empezó, en el mismo momento en que la comida apareció y ella empezó a echarse cosas al plato sin hacer demasiada distinción -, ¿hacen un nuevo colegio y los estudiantes se vienen aquí a pasar el año? Bueno, supongo que llevará un par de años abierto por lo menos porque sino vaya tela, para eso que se matricularan directamente en Hogwarts. Aunque puede ser interesante. ¿Dónde crees que estará ese colegio?

Max empezó a hablar con Jeremy, lo cuál era una buena señal. Tal vez el niño no iba a necesitar intervención alguna. Solté una pequeña carcajada socarrona y golpeé el hombro de Eileen amistosamente cuándo habló de que su hermano se espabilase.

- Mírala, la tipa dura, hace un segundo iba a arrancarle la cabeza a todos los leones por su hermanito y ahora lo quiere abandonar en la sabana. - le dije obviamente en broma.

Me giré mirando al atril cuándo la directora empezó su discurso. Asentí al comentario de Eileen sobre la profesora Smallet y la directora de manera distraída mientras la directora repetía las normas sobre merodear en los pasillos, mirando a la mesa de profesores. Pesando que sólo quedaba desearnos un buen festín, empecé a darme la vuelta para mirar a la mesa de nuevo cuándo la directora me sorprendió (a mí y a todos) con un anuncio sobre un intercambio de estudiantes. Enarqué las cejas para mirar a Beth y Eileen cuándo termin´el anuncio y la comida apareció. Eileen fue la más rápida en reaccionar al anuncio.

- Claro que llevarán años, la directora no dejaría que viniesen al último curso si no pudiesen seguir las clases. Lo que me parece curioso es que vengan alumnos de séptimo y nosotros de quinto. Parece un raro intercambio. - Me empecé a servir un poco de puré de patatas, ensalada y un trozo de pollo a la plancha mientras hablaba - Por el nombre, debería ser de norte américa, USA o Canadá, o Australia o Nueva Zelanda tal vez. Sería raro que una escuela suiza tuviese un nombre Inglés, por ejemplo. O puede que algún país africano dónde el inglés es lengua oficial, Kenia o Sudáfrica. O a lo mejor vienen Caribeños. - dije "bailando" un poco con los hombros y riéndome. - Vosotras que creeis? - pregunté a Beth, quien estaba en su habitual "modo silencioso" que adoptaba sobretodo cuándo había lucha gente, y obviamente a Eileen.

Cuando la directora empezó a recitar su discurso, tenía la oportunidad perfecta para mirar en dirección a Sean sin llamar la atención. No le había visto intervenir con lo de Jeremy, lo cuál era algo que se podía esperar teniendo en cuenta cómo era y que, además, era jefe de Slytherin y no de Gryffindor.

No pude evitar ponerme algo más nerviosa cuándo empezó a hablar de expulsión si te pillaban fuera de horario en los pasillos, mirando a Sean. Mis oídos oyeron algo que decía Eileen, y asentí de manera distraída sin saber muy bien a qué, mientras La Voz volvía a hablar.

"Si te pillan con Sean, el menor de tus problemas es que sea tras el toque de queda."

Y que razón tenía la maldita. Sin embargo, por otro lado, si Sean quería seguir con las "clases", siempre era una buena excusa. Se nos pasó el tiempo, o es un conjuro que funciona mejor de noche, lo que fuere. Y nadie cuestiona a un profesor.

"Siempre y cuándo no es pillen con las manos en la masa." - me espetó, riéndose de mí.

Empecé a darme la vuelta, en parte para evitar que se me formase un nudo en el estómago justo antes de la cena pensando en posibilidades, y en parte porque mi cerebro ya había asimilado el discurso y sabía que llegaba a su fin.

La directora empezó entonces a habalr de un intercambio y recuperó mi interés.

El pequeño Jeremy se intentó peinar nuevamente, aunque no parecía molesto por la cercanía de Max. De hecho en su interior estaba contento de que alguien que parecía tan guay y popular le hablara.

- Jeremy Morgan.- se presentó. A aquellas alturas todos debían de saber quién era, pero creyó correcto el presentarse ante Max.- ¿Eres de séptimo?

Una voz a sus espaldas respondió al chico. Se trataba de Katherine, la prima de Max, que no parecía muy contenta de verles tras la aparición:

Katherine:- Es de séptimo y ya está dando mal ejemplo. He oído los rumores de que habéis venido volando. Espero que la profesora Smallet haya sido dura con vosotros. El primer día y ya la están liando. Kegan, eres el responsable del grupo, ¿por qué no les has parado los pies?

La tensión no parece acabar con la elección de Jeremy. Parece que los de Gryffindor no están por la labor de recibir a su nuevo compañero de clase. Como siempre, Vilma trata de animar la situación a su manera y llenando a todo el mundo de babas. Ella aplaude efusivamente, pero los de Gryffindor solo comienzan a hacerlo cuando su jefa de casa aparece y aplaude. Tras ella, los otros tres que faltaban en la mesa de los leones.

Inmediatamente después, el típico discurso de la Directora que todos esperan con ansias que acabe para escuchar la sorpresa y que llegue la comida. 

-Oh, alumnos de intercambio. Parece interesante, ¿verdad? - sonríe - ¿De dónde serán? Aunque es un poco extraño este intercambio. Normalmente, van alumnos del mismo curso, ¿no? Bueno, algún motivo habrá. 

Se encoge de hombros quitándole importancia al asunto.

Mira a Katherine sorprendida y luego a los otros tres.

-¿Volando? Pero ¿qué hubieseis hecho si os ven muggles? Eso puede suponer la expulsión inmediata. Por no decir que el ministerio hubiese intervenido. Bueno, al menos estáis bien y no ha pasado nada.

-Encantado Jeremy. -choqué mi mano con la de él sin dejar de sonreír. -¿Eres el hermano de Eileen no? -mejor preguntar y asegurarse.

El discurso de la directora me sacó una sonrisa traviesa. Siempre decían lo mismo y tampoco era para tanto. El Bosque asusta, pero sólo hay que saber moverse por él. 

Me acerqué a Jeremy para susurrarle. -Tranquilo, si quieres te llevo de excursión el bosque. -le guiñé un ojo de forma cómplice justo antes de que la voz de Katherine me hiciera sonreír abiertamente. 

-Anda, si está aquí la santurrona. -me burlé de ella antes de darle un beso en la mejilla. -¿Qué tal hermanita? ¿Todo bien? Yo perfectamente, gracias por preguntar. -sonreí y le hice un hueco por si quería sentarse.

-No te metas con Kegan, bastante nos frenó. Si no llega a ser por él hubierais disfrutado de la bonita visión de mi culo desde el tren. -me eché a reír a carcajadas. -La verdad es que el viaje ha estado genial. Una buena forma de empezar el curso, que parece que viene cargado de sorpresas. ¿Habéis oído eso? Estudiantes de intercambio. -mis ojos brillaban con un toque travieso. -Tenemos que darle una buena... bienvenida. ¿Verdad Roja?

Como no podía ser de otra manera, al cabeza hueca de Max no le importó en absoluto la llegada del chico entre los leones. Pero tampoco es que aquello tuviera mucho mérito. seguramente ni se hubiera enterado de quien era Jeremy. Y aunque lo supiera, a saber si sería consciente de los peligros que suponía.

Pero aquello no iba a ser lo único interesante de la cena. Normalmente el discurso de la directora era muy parecido año tras año, pero aquello de los estudiantes de intercambio era una novedad muy interesante. Vendrían algunos de los mejores alumnos de último año de Wizards Ocean. Tenía mucha curiosidad por saber como serían "los mejores" de aquella nueva escuela y en que se diferenciarían de la gente de Hogwarts y de las otras escuelas que conocía. 

Tras el discurso la comida tardó poco en aparecer y comenzaron las diferentes conversaciones. Anwen ya no se fijó en lo que pasaba en el resto de mesas y se centró en sus compañeros Slytherin. Se dirigió a Williams. Ella misma sabía que quizá se había pasado un poco con su hermana*, pero de ella no iba a salir una disculpa y un poco de mano dura a ella no la había matado.

- ¿Qué te parece lo de los estudiantes de intercambio, Will? Si vienen alumnos de séptimo aquí me hubiera gustado ir yo a esa escuela...

Meredith se había limitado a sentarse tan pancha tras haber saludado a todo el colegio prácticamente. Ahora comía de todo, hambrienta como estaba, mientras Isaac, que no había abierto la boca aún, la miraba con expresión de incredulidad ante su forma tan poco cortés de comer.

- Ya lo creo.- le respondió a Max.- Aunque... más bien sería él quién nos lo enseñara en luna llena. Eres el chico licántropo, ¿verdad?- le preguntó a Jeremy. A Meredith poco le importaban esas cosas. 

Katherine:- ¡Ni una salida al bosque! Y menos aún metáis en problemas a uno de primero.- Katherine era estricta y mucho más con aquellas cosas. ¡A saberse la de cosas que podrían pasarles!- Y por favor, Meredith... come con la boca cerrada...

Meredith:- ¡A la orden!

Katherine:- En fin... ya nos veremos en clase. Tengo que comer pronto para llevar a los de primero a nuestra sala común.

Antes de irse su mirada se encontró con la de Isaac e inmediatamente la apartaron. Quizás con demasiada prisa y sin siquiera decirse ni un "hola"

Estaba a punto de empezar a devorar mi trozo de pastel de carne cuando Meredith soltó aquella bomba. Bajé mi tenedor y miré a Jeremy. 

-¡Anda! No sabía que eras un licántropo. -hice un gesto con la mano, quitándole importancia. -A mi me la pela, no pienses que tengo algún tipo de prejuicio. -y pobre del que quisiera hacerle sentir mal por ello. -Aunque si muchas dudas. Cualquier cosa que necesites aquí me tienes enano. -parecía majo el chaval.

Sin darle más importancia bebí un trago de mi copa de zumo de calabaza. -Claro que no Kath, ninguna salida. Claaaaro que no. -me eché a reír antes de comenzar a comer como si no hubiera mañana.

Las miraditas entre Isaac y mi prima no pasaron desapercibidas para mi así que apunté a mi compañero y amigo con mi tenedor y lo miré. -¿Qué ocurre aquí Don Observador? -pese a que éramos completamente distintos nos compenetrábamos muy bien y teníamos una relación buena. 

- La verdad es que sí que es bastante raro, no se puede llamar exactamente "intercambio".

El tema del colegio desconocido y de los alumnos extranjeros le había parecido muy interesante hasta el momento en que se había encontrado con la comida en el plato y es que Eileen estaba famélica. Ella siempre había dicho que era su herencia licántropa: hambre voraz sin perder su aspecto de tirillas. ¿Dónde iba toda la comida? Su segunda teoría, dejando de lado la de la herencia, era que tenía un traslador en el estómago desde pequeña y que hacía desaparecer toda la comida, posiblemente redirigida al estómago de un dragón o de un gigante.

Verla comer era un espectáculo - ver comer a su familia en pleno era aún peor - porque a pesar de mantener más o menos las normas de la etiqueta devoraba a toda velocidad. Por eso en cinco minutos ya se encontraba degustando el postre, una tarta de queso y frambuesas que le permitía volver a tener una conversación fluida.

- ¿Qué tal tu estrés? De momento te veo bien, aún no te has convertido en una borde desquiciada. ¿Lo estás dejando para mañana?

El primer día de clases iba a ser curioso o eso imaginaba. Emily escuchando hablar de los EXTASIS por parte de todos los profesores... no, algo le decía que no iba a ser un buen día para la rubia.

Suspiro profundamente al ver que el buenazo de Max acepta al muchacho sin juzgarlo. La conversación del tren con Aen me había dejado preocupada, ya que pensaba que Max junto su amigote habían decidido no seguir estudiando. Pero resultaba que no, que él tenía que destacar aún más sobre el resto y había venido volando. Por unos instantes me imagino yo volando con él en su misma escoba y me pongo colorada. Me armo de valor y le sonrío desde la distancia saludándole con la mano, aunque no creo que me vea. Entonces, la directora comienza su charla y yo la escucho, callada. 

"¿Alumnos de intercambio? ¡Que emocionante! ¡Segurísimo que me dirían a mi de ir! Pero... ¿Yo iría? Max se quedaría aquí... Max... Oh, mierda." Me doy cuenta que durante toda la charla había estado embobada mirando a mi león, de modo que me yergo y miro hacia delante, aprovechando que Taby había hablado. 

- Si fueran de Nueva Zelanda sería súper guay. Igual allí los de séptimo estudian lo que aquí los de quinto ¿Quién sabrá? ¿A vosotros os gustaría ir si estuvierais en quinto? - Pregunto generalmente, a los de mi al rededor. 

- ¿Qué más dará la expulsión, no? ¡Si venir volando tiene que ser hiper emocionante!- Digo sin poder mirar a Max, aún avergonzada por el embobamiento anterior, contestando a Tabatha. 

Albert había estado callado, atento a todo lo que se decía, sentado al lado de Sakura a la que no había visto en todo el verano. Comprendía la actitud de los Gryffindor, pero estaba seguro que de haber caído en Hufflepuff no solo Vilma habría aplaudido a rabiar. ¡Ese chico necesitaba apoyo desde el principio o ningún chico de su curso querría llevarse bien con él!

- Creo que sí que es de Australia. Y si pudiera ir... probablemente lo haría. Sería una experiencia única, ¿no creéis?

Sakura le miró un momento. Llevaba todo el verano pensando en él y sus cartas y Albert no dudaría en ir a un colegio aparte donde claramente sería el centro de atención. Albert la miró y, aunque tardó en reaccionar, se dio cuenta:

- Aunque claro. Solo si tú vienes también.

Hasta Katherine, que se había vuelto a centrar en su mesa, sonrió divertida.

Isaac, que se había vuelto a centrar en su plato, miró, aún con la cabeza agachada, a Max. Ante la pregunta se encogió de hombros, tan hablador como siempre.

- Nada. 

Le mantuvo la mirada unos segundos y regresó a su plato. Mientras, Jeremy miraba con admiración a Max:

Jeremy:- ¿No te gusta mi hermana? Podríais salir juntos. Eres genial. Aunque claro quizás eres guay porque no te gusta mi hermana la mandona...

Cuando Eileen iba por el postre, yo aún iba por la mitad de mi plato. no es que yo comiese lenta, es que si Eileen fuese un dibujo animado sería el típico personaje que abre la boca y se come todo lo que hay en la mesa, mesa incluída, de un bocado. A veces me pensaba si no se aburría esperando a las personas que comían a una velocidad normal.

Le lancé un guisante cuándo empzó a meterse conmigo.

- Me lo guardaba para esta noche, era una sorpresa, te quedas sin ella. - le dije señalãndole mientras la miraba con los ojos entrecerrados - No deberías llamar al mal tiempo. No te preocupes que tendrás suficiente la semana antes de cada examen, cómo siempre, y un extra a final de curso con los EXTASIS. Probablemente me saldrá humo por las orejas, mi piel se volverá roja, y me dará un infarto antes incluso del primer examen. Y entonces todos me echaréis de menos. Os lo aseguro. Mi encanto es insustituible. - dije lanzando mi melena al viento teatralmente.