Partida Rol por web

Recoge la carta de Vilma y la lee.

-¿¡QUUUEEEEE!? 

Pero, ¿su amiga está loca? Bueno, es una pregunta tonta. Obviamente, está loca... pero no esperaba esa pregunta. Bueno, también... Coge otro pedazo de pergamino y escribe una respuesta.

Hola Vilma,

Todo va bien. Me alegro que Aengus esté bien, aunque que no recuerde nada es raro. Quizá sea el shock. Bueno, espero que continúe bien y que pronto pueda salir del hospital. En cuanto a lo otro... ya sabes que no. No podría haber hecho eso... Cuando llegamos, ya habíais acabado y os pillamos vistiéndoos.

Nunca habría podido estar mirando.

Espero que te lo pases bien lo que queda de vacaciones. ¡Nos vemos en Hogwarts!

Tabby.

Dobla el papel, lo mete en la carta y escribe el nombre de Vilma. Se lo entrega a la lechuza, no sin antes darle chucherías lechuciles. Abre la ventana y coge una chaqueta para seguir a Pixie. Va a encontrar a Lucas, cueste lo que cueste. Y va a averiguar que es lo que pasa. 

Un par de días después, mientras Vilma pasaba tiempo en el lago y Katherine le contaba que Max había sido atacado junto a su familia pero que por suerte todos estaban bien, aunque seguía preocupada, la lechuza que había enviado hacia casa de Tabatha regresó. Se posó en su hombro y dejó que le quitara la carta:

Hola Vilma,

Todo va bien. Me alegro que Aengus esté bien, aunque que no recuerde nada es raro. Quizá sea el shock. Bueno, espero que continúe bien y que pronto pueda salir del hospital. En cuanto a lo otro... ya sabes que no. No podría haber hecho eso... Cuando llegamos, ya habíais acabado y os pillamos vistiéndoos.

Nunca habría podido estar mirando.

Espero que te lo pases bien lo que queda de vacaciones. ¡Nos vemos en Hogwarts!

Tabby.

La lechuza comenzó su vuelo bajo, segura de encontrar a Lucas. Y, para sorpresa de Tabatha, no tuvo que preocuparse por días de camino, ni siquiera de largas caminatas. La lechuza se estaba adentrando, cada vez más, en Londres. La gente miraba raro a la lechuza que sobrevolaba sus cabezas unos metros por encima. Iba despacio, lenta, a sabiendas de que Tabatha tenía que seguirla.

Hasta que llegaron a las puertas del famoso pub "The red lion". La lechuza se posó en el alfeizar de una ventana abierta. ¿Sería buena idea entrar?

Entrecerró los ojos por un momento, como queriendo decir "pero qué sinvergüenza eres...", pero al momento varió su expresión por una emocionada y salió de la habitación al tiempo que decía:

- ¡Vale!

No habían pasado ni un minuto cuando Ian apareció de nuevo, solo en calzoncillos, haciendo una entrada como si de superman se tratara.

- ¡Muajajaja! ¡Soy super Ian! ¿qué tal van?- y empezó a dar una vuelta sobre sí mismo.

-¿The Red Lion? - murmura - Nunca he estado aquí...

Sus pintas tampoco son las que se llevarían en un pub, pero no ha tenido tiempo de cambiarse. Bueno, más que no tener tiempo, no ha querido perderlo. Por suerte, lleva un abrigo largo que cubre su vestido de fiesta. Aunque los zapatos no ayudarán en una huida. 

También podría mirar por la ventana. Se acerca a la ventana entreavierta y trata de mirar en el interior sin parecer rara. Aunque con una lechuza ahí, no puede parecer muy normal.

Suspiro aliviada ante la contestación de Tabby y guardo la carta para que Kath no la pudiera leer. 

- ¿Y sabes por qué les han atacado?- Pregunto centrándome de nuevo en el tema de Max. Al fin y al cabo, lo de los mirones se había quedado muy atrás en cuanto mi amiga había pronunciado el nombre de Max seguido de "ataque". No podía creerlo... ¿Max regresaría a Hogwarts? No sabía siquiera porqué me preocupaba tanto por él sabiendo que ante sus ojos soy invisible pero supongo que no tenía remedio. Y tampoco entendía el motivo de su ataque, si bien Max era sangre limpia no era como el resto... Él era bueno y no se metía con nadie por su descendencia. 

Después de la quedada con Aen mi ropa había vuelto a ser seria y mis dos coletas habían desaparecido. Al menos, gracias a Kath, el pelo lo volvía a tener largo y de mi precioso color natural. 

Asomada por la gran ventana-escaparate, se percató de que era un pub muggle. Estaba bastante repleto de gente vestida con traje. Y es que los trabajadores de los alrededores estaban aprovechando su tiempo libre para tomar algo allí. Había un segundo piso en el interior. 

Habría sido muy difícil encontrar a Lucas entre tanto gentío de no ser porque su cabeza sobresalía por la barandilla de una parte del segundo piso. Acababa de sentarse al parecer. Estaban justo en la zona donde acababa la escalera.

 primer piso

segundo piso.

- Dice que estaba cenando en casa de un matrimonio y su hija junto a su familia. Los negocios de mi tío siempre anteponen lo que Max quiera. Entonces la hija dejó entrever que odiaba a sus padres y que los había imperiado. Ellos atacaron a los padres de Max, pero no se percataron de él, por lo que pudo ayudar con factor sorpresa.- le explicó. Suspiró, preocupada.- Supongo que todo esto está relacionado con esas notas que enviaron sobre "muerte a los sangre limpia" en el colegio.... pero solo lo imagino. No sé...

Albert llegó corriendo entonces hasta ellas. Había cortado con Sakura hacía poco y apenas había salido de la sala común. No les había contado nada sobre las razones que llevaron a ello, prefiriendo la soledad. Si bien, ahora acudía a ellas con urgencia y un periódico en la mano:

Albert:- ¡Chicas! ¡Tenéis que ver esto!

Les lanzó el periódico de manera en que al caer a su lado se veía la portada al revés, si bien se entendía perfectamente lo que ponía:

EL MINISTRO DE MAGIA, EDWARD WRIGHT, DESAPARECE

Suspiro por lo de Max. El pobre tan valiente como siempre... Lo debe de haber pasado bastante mal. Abrazo a Kath, al fin y al cabo, también era su familia. 

- No te preocupes, ya verás como habrá una solución para todo. Además, el ministro de magia no va a permitir que pasen tales cosas. Confiemos en él. De la que no me fío un pelo es de la dire, no sé... ¿No ves que oculta algo?- Le pregunto intentando que me apoye. 

Entonces es cuando viene Albert. Me anima verle fuera, la verdad es que Kath y yo habíamos salido para despejarnos un poco de estar con él ya que se mantiene decaído y no nos cuenta nada de lo sucedido con Sakura. Pero nosotras, como buenas amigas, le hacemos compañía silenciosa o le intentamos animar proponiéndole planes. Pero, cuando descubro que había salido por motivos superiores a su ex-relación vuelvo a sentir lástima por él. Giro la cabeza para leer lo que ponía, ya que me costaba leer del revés. 

- ¿QUÉ? ¡Ay, madre! ¿Ahora qué? ¿Quién será el ministro sustituto mientras no este Wright?- Pregunto ansiosamente. - Esto se está yendo de las manos... ¿Quienes son sangre pura de nuestro curso? Están en peligro. Deberíamos advertirles que vayan con cuidado aunque ya lo sepan... 

Un pub muggle. Tiene pinta. Mira a la gente que hay... está a reventar. Será imposible encontrar a Lucas ahí... o no tanto. Ve la cabeza de Lucas tras las escaleras que llevan al segundo piso.

-¿Qué hago? - murmura...

Está nerviosa. ¿Tendría que haber ido? Quizá no... ¿Y qué le va a decir a Lucas? Está a punto de decidir regresar a la fiesta, cuando se decide. No, no puede huir ahora que ha llegado hasta ahí. Tiene que mantenerse forme y descubrir lo que está pasando. Lucas nunca le ha hablado así y siempre ha sido muy atento. Algo no va bien y tiene que ver con ese hombre que seguramente haya usado magia con sus padres para que se lo cuenten todo sobre ella.

-Venga, Tabby... tú puedes... - susurra.

Camina hacia la puerta y entra en el pub intentando pasar desapercibida. Podría pasar como alguna trabajadora de las oficinas que hay en la zona. Se acerca a las escaleras, pero no le dice nada a Lucas. Si está con ese hombre, no es seguro encararlo.

Consiguió esconderse tras una columna tras subir las escaleras, gracias a que se mezcló entre la gente que ascendía al piso superior. Bien. Lo más importante era no ser descubierta. 

No obstante, el bullicio provocado por gente hablando en sus propias conversaciones y el ruido de vasos y platos no ayudaban a que Tabatha consiguiera escuchar con claridad la conversación entre Lucas y el otro señor. Además, ambos iban acompañados por dos hombres más, aparentemente de mediana edad. Serios y vestidos también de traje, como queriendo pasar desapercibidos en aquel lugar.

Tower:-  ... mos fallar. Esta................esencial. Nec... que estés... por cien. ¿Lo entiendes?

Lucas:-  Sí. ¿........entraremos?

Tower:-  Ellos dos nos ayudarán con eso.

Lucas:- ¿Y qué.......con él? Salir será difícil.

Tower:- Una...... hayas conseguido....... la.... de segu....dad, nos encontraremos a la entrada del..... y haremos el relevo. 

Lucas:- ¿Y luego?

Tower:- Luego...arts y.... plan.  

Alguien chocó por detrás de Tabatha, empujándola ligeramente. Se trataba de un camarero al que se le había caído un botellín de cerveza al suelo tras el choque. 

Están tramando algo. Quieren entrar en algún sitio, pero no consigue escuchar del todo bien. En eso está cuando un camarero chocha con ella y hace que salga de su escondite. Se disculpa por estar en medio y se vuelve a ocultar con miedo de que la hayan visto.

¿En qué estará metido Lucas? Parece algo peligroso y fuera de la ley. Tiene que descubrirlo y evitar algo de lo que después se arrepienta.

Intenta escuchar algo más.

Anwen se estaba empezando a molestar. No quería amenazar tan pronto ni verse obligada a gastar el Veritaserum que le quedaba. Aengus no podía haber elegido otro momento para conseguir pasar de ella...en fin.-Creo que no eres consciente de lo que puede hacer el dinero y los contactos adecuados. Sería difícil librarte de Azkaban pero no son lo mismo un par de años que pasarte el resto de tu vida rodeado de dementores.- La chica enfatizó la ultima parte de la frase.

La respiración de Aengus se descontroló ante el matiz de los dementores. Le aterraban. Eran los seres más repugnantes que podían existir. La idea de permanecer toda la vida con ellos le parecía insufrible. Pero al mismo tiempo estaba debatiéndose entre contarlo todo o no. Por un lado, quizás, Anwen fuera su última esperanza. Pero por otro lado... por otro lado pensaba que si los demás sabían que había contado cosas a una sangre limpia tan influyente como Anwen Rhys irían a por él y entonces ni dementores, ni escapatoria...

Cerró los ojos con fuerza y finalmente decidió escupir toda la información que tenía:

- Adriana Elliot, la de Oceans, estaba con ellos. Me hablaron de un grupo que quería reivindicarse, hacerse valer. Todos habían sufrido como yo o más. Todo por culpa de los sangre limpia que nos repudian y nos hacen pensar que somos inferiores. Me dieron un tiempo para pensármelo, y antes de que empezara el curso, acepté.- no estaba muy convencido de lo que estaba haciendo. Pero ya había empezado. Acababa de dar un nombre, aunque por lo visto ya la habían pillado. Les había traicionado. No le quedaba más que seguir- No quería ser inferior de nuevo. No quería que Anna y Cosette hicieran daño a Vilma otra vez. ¡No se lo merece! Me hablaron de su jefe, un tal señor T y me dieron instrucciones claras: empezar anunciando la rebelión. Empecé con el fluido explosivo, después con el ataque a Stana. Yo la ataqué.- no parecía lamentarlo- y después me herí a mí mismo para que no sospecharan de mí.- recordó que le había mentido a Vilma y a Anwen en la enfermería. Recordó que aquel hecho le hizo sentirse superior; poderoso.- Después las notas y finalmente, me dijeron que debía seguir el siguiente paso: matar a Greenbell y a una alumna. Le hice una imperius a Marian, pero alguien lo desbarató. Sé que subí a comer chocolate con Emily y... y lo demás es lo que está borroso. No recuerdo nada más a partir de entonces.- hizo un silencio Miraba con súplica a Anwen.-  ¡Eso es todo lo que sé! ¡Lo juro! Ahora, ¿me ayudarás?

Katherine cogió el periódico, incrédula. A diferencia de Vilma, permaneció callada un rato, leyendo el artículo dedicado a ello:

- No saben cómo pasó ni quién ha sido. Simplemente ha desaparecido. Ni en el ministerio, ni en su casa... en ningún lado. Comentan que es posible que los ataques que han habido al hijo de los Scott, a los Scofield, a los Morgan, a los Salvatore... que todo han sido maniobras de despiste. A pesar de que han capturado a esos atacantes, ninguno ha dicho nada. ¡Y ahora el ministro desaparece!

Albert:- En cuanto empiece el curso debemos avisar a los demás. Estoy de acuerdo Vilma. ¿Pero qué ocurrirá ahora? ¡Es un caos!

- Además, aquí pone que las medidas en Hogwarts, donde también se han producido ataques durante el curso, se intensificarán como nunca antes. - miró a Vilma- ¿Qué decías de Greenbell? ¿Crees que ella está metida en esto?- le parecía una auténtica locura, pero lo que estaba ocurriendo era sin duda salido de lo común. ¿Y si era cierto que Greenbell estaba metida en aquel embrollo? 

Consiguió continuar oculta a pesar del involuntario empujón. Pero ahora con tanto ruido y con el camarero disculpándose una y otra vez, sí que no alcanzaba a escuchar nada de lo que estaban comentando Lucas y los otros tres. El semblante de los cuatro era serio y hablaban bajo.

Anwen no hizo ningún gesto pero por dentro sonreía. Parecía que con el tema de los dementores había dado en el clavo. El problema parecía que el maldito Aengus no sabía nada más que lo que acababa de decir, pero había dado un nuevo nombre y eso sería suficiente para que ella continuara investigando. No merecía la pena gastar una poción con él. Y era cierto que el chico había cambiado, ahora era más interesante. Pero para ello había atacado a los Sangre Limpia y la había engañado a ella, y lo pagaría. Y encima ni siquiera había sido capaz de mantenerse leal a los suyos. Era difícil describir el asco que le daba.

-No, no te voy a ayudar.- Dijo mientras le miraba fijamente, con frialdad pero deleitándose en sus palabras.-Todos hemos de pagar por nuestras acciones. Azkaban es tu sitio por los atentados. Pero además cometiste el error de engañarme y eso te lo voy a hacer pagar aquí y ahora. Aled, asegúrate de que no hace ruido.- Su hermano era un chico muy fuerte para su edad, un cojín debería bastar para acallar los gritos. Anwen sacó su varita reuniendo todo el desprecio que sentía por Aengus, regodeándose en como la había engañado.

-Crucio.

Aled no dudó en obedecer a su hermana. Sin embargo, no cogió un cojín. Su idea era poder disfrurtar de la cara de aquel despreciable que había engañado a su Anwen y se había creído más listo que ellos. Le amordazó con fuerza a pesar de que Aengus intentó resistirse. Después insomnorizó la sala.

El terror se dibujaba en la cara del chico, que intentaba hablar, pero solo salían gruñidos ininteligibles. Ya solo quedaba esperar el destino que la Slytherin estaba dispuesta a darle.

Y allí fue. La maldición chocó con potencia en el cuerpo del chico que empezó a emitir gritos ahogados, retorciéndose de dolor. La agonía era tremenda. La piel se le enrojeció por algunas zonas, su cara empalideció. Cerró los ojos con fuerza y apretó los puños hasta clavarse las uñas.

Sabe que es una imprudencia, que casa vez es más difícil escuchar y que la van a descubrir, pero tiene que saber lo que está pasando para ayudar a Lucas. No quiere que se meta en líos... y bueno, también le ha mentido así que quiere saber por qué. Quizá está siendo un poco cotilla, pero no puede evitarlo en ese momento... aunque nunca lo haya sido.

Aunque intentó continuar tras aquella columna, fue otro empujón, ahora de dos niños que jugaban por allí, el que la sacó nuevamente de la columna. Era un sitio muy transitado. Y entonces, su mirada chocó con la de Lucas. La sorpresa le invadió y le dejó bloqueado, a media frase. 

Tower:- ¿Ocurre algo?

Lucas:- Me ha parecido ver algo. Ahora vengo.

Se levantó sin pensárselo dos veces, tapando con su cuerpo la posible visión que pudieran tener los demás de la chica. En cuanto la alcanzó se escondió tras ella en la columna, mirándola con mucha seriedad y urgencia:

Lucas:- ¡¿Qué haces aquí?!