Partida Rol por web

-Sabes que si...siempre he querido que nos acostaramos...aquella vez me dejaste demasiado caliente, y eso que era hace un año ya...- Mordiendo su labio la tumbo de nuevo, rompiendo su sujetador con las prisas.

Mi excitación era muy palpable, y seguro que la debe notar.

Mis zapatos caen al suelo, seguido de mi pantalón.

-No insististe mucho en el tema Will- lo miré seriamente-tal vez no deberíamos, tú te vas y solo quedaran los recuerdos, luego me sentiré “usada”, en estos momentos no me siento así, porque te deseo… -cubrí mis pechos desnudos con mis brazos -¿aún me quieres?- mordí mi labio.

-Nikky..ahora no es momento de hablar...- cojo sus brazos para apoyarlos en la cama, sujetos por mis manos. Beso apasionadamente su cuello y pechos, mordiendo en ocasiones sus duros pezones.

-Sabes que te quiero...-

Lentamente desciendo hasta besar su ombligo, empezando a desabrochar su pantalón.

Una duda repentina me viene a la mente.

-Si..esto...eres virgen y no quieres que...antes de casarte yo......lo entiendo...-

Disfrutaba sus besos y sus caricias, me deje llevar por el y no opuse resistencia al sostener mis brazos.  Sonreí al escuchar como expresaba sus sentimientos hacia mí; Will siempre había sido fiel a mí a pesar de mis flirteos con los demás chicos. Sentía algo especial por él.

Lo miré perpleja, no sabía que contestar hacía su pregunta. –Esto…Will…yo…- me ruboricé, luego suspiré –lo soy, pero no deseo esperar-. Ayudé a quitarle su corbata, luego su camisa.  Besé su cuello y lo mordía.Acaricié su pecho desnudo con delicadeza.

Terminé de desabrochar mi pantalón, quedando en unas delicadas bragas de color blancas.

Casi no puedo contenerme, pero si es virgen...mejor que vaya con cuidado.

Poco a poco termino de desnudarnos, llenando de besos cada centímetro de su cuerpo. Llevo mi mano a su entrepierna para acariciarla con ternura, pero para excitarla al máximo, mientras con la otra mano acerco sus labios a los mios, devorándolos.

Eran sensaciones que jamás había experimentado con un chico. Al sentir sus dedos en mi entrepierna, sentía como me humedecía lentamente. Dejé escapar suaves gemidos.

Mientras me acariciaba, le devolvía los besos, tiernos al principio, luego suaves mordiscos en su labio y traviesos jugueteos de mi lengua con la suya.

Es algo brutal, casi no te lo puedes creer, apenas lleva un minuto tocándote, y notas como un orgasmo se acerca, más y más hasta que finalmente no puedes contenerlo y arqueas la espalda con fuerza, mordiendo su hombro para no griytar de placer.

"Y solo es una mano..." piensas

Solté su hombro y apoyé nuevamente mi cuerpo en la cama –siento lo de tú hombro- dije entre jadeos, sonriéndole. Limpié el sudor que bañaba su frente con mi mano y alcancé a ver su erecto miembro. Era la primera vez que veía uno real y sentía curiosidad -¿puedo…tocarlo?- le dediqué mi mejor sonrisa y los jadeos continuaban; mis mejillas estaban un poco sonrojadas. Me sentía un poco tonta por la falta de experiencia, pero me alegraba que era con William, con él sentía un poco menos de vergüenza.

-Por supuesto, es todo tuyo.-

Me tumbo en la cama, para dejarla hacer.

Me senté a un lado y lo contemplé. Con cierta timidez acerqué mi mano y lo sostuve, era una sensación extraña, estaba muy duro. Comencé a mover mi mano de arriba a bajo, con lentitud, ya que sabía que los chicos hacían ese movimiento para sentir placer -¿te gusta? Dime que sientes...- murmuré y posé mis labios en su pecho desnudo, besándolo y lamiéndolo, sin detener el movimiento de mi mano.

-Es genial...más rápido por favor...y después...desués usa la boca...-

Cierro los ojos y me muerdo el labio, sentir su mano haciéndo lo que hace, es genial.

Obedecí a su petición de aumentar el ritmo. Los besos ascendían hasta llegar a su cuello -¿Qué sucedería si ahora mismo me marchara de esta habitación? ¿Te enfadarías conmigo? No sería la primera vez que lo hiciera, aunque esta es la vez que más lejos hemos llegado- susurraba en su oído; mi mano no dejaba de moverse.

–Sería gracioso marcharme y dejarte así- reí con malicia y descendí nuevamente por su pecho mordiendo uno de sus pezones, con fuerza hasta hacerlo exclamar un gritito de dolor –shhhh, no pasa nada,el dolor es agradable; el dolor da placer- murmuré seguido de otro mordisco -no comprendo como no te gusta ver sufrir a los demás...-

Río.

-Nikola...ahora no te marcharías. No te voy a dejar.-

La tumbo sobre la cama, sujetando sus brazos a los lados, colocando mis piernas entre sus piernas, rozando su sexo aún cubierto con el mío, ya desnudo.

Muerdo su cuello, de forma que duela, bajándo s sus pezones, y repitiéndolo.

Aumento la intensidad de los roces.

Gemí.

-Esas palabras me provocan Will, sabes que me por encima de ti me marcharía- repliqué con cierto enfado. Disfrutaba de sus mordiscos pero aún más de aquel rocé. Sentía como me humedecía cada vez más y más.

Mordí el lóbulo de la oreja que esta cerca a mi boca –aún no he terminado contigo, pero veo que tienes prisa…

-Nikola...¿Te ves capaz de quitarte las bragas?¿O lo hago por ti?- suelto sus brazos, aumentando la fuerza y la intensidad de los roces.

Solté una risita -te noto algo ansioso Will ¿acaso no te gusta jugar asi?- comencé a bajar lentamente mi braga -me gusta verte ansioso, deseandome- rocé sus labios con la punta de la lengua.

Al fin había terminado de bajarlas, abrí un poco las piernas para que pudiera observar mi descubierto y humedo sexo. Lo miré fijamente a sus ojos, esperando el momento que tanto deseaba.

La beso una última vez antes de, lentamente, introducir mi pene en su sexo, lentamente pero sin pausa, le duela o no.

-Desde luego que fácil ha sido engañarla para que se deje...- pero dejo de pensar, o me desconcentraré.

Una vez estoy del todo dentro, comienzo a retirarme y a volver a entrar lentamente, pero cada vez más rápido.

Cuando lo introdujo, no hice ningún gesto de dolor, solo un gemido de placer. Sonreí con malicia. –Que curioso ¿verdad? No me ha dolido en absoluto; al parecer no era tan virgen como te dije- susurré en su oído, seguido por una risa.

Lamia mis labios al sentir como aumentaba el ritmo, al igual que los gemidos. Besaba sus hombros y los mordía –más rápido y fuerte- le ordené.

Ambos entráis a la sala común, apenas queda nadie dentro, pero algunos sonríen al ver a Nikola del brazo de un chico.

En el centro de la sala hay un sujetador roto suspenido en el aire.

Sonrio cuando Nikola coje mi brazo mientras nos dirijimos a la sala comun. Al enrtar miro algo extrañado el "ovni", pero no me preocupo demasiado. estoy demasiado cansado y enfadado como para preocuparme por algo...