Partida Rol por web

Hombres de Honor 2: Por los viejos tiempos

La esposa y el amante

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13/09/2021, 14:23
Director

La esposa y el amante

Habían pasado dos meses desde la masacre en el taller de Ricardo Rota, el hito gracias al cual Luigi Bacoli, Salvatore Marrone, Enzo Pagnotto y el pequeño Filippo Benedetti habían recibido el beneplácito para entrar a formar parte de la familia Genovese, dirigida por Joe The Boss Maseria junto a su mano derecha el joven Charles Lucky Luciano. Aquel honor se lo habían ganado con sangre, algunos de ellos todavía lucían cicatrices recientes como recuerdo de aquel endiablado encuentro. Enzo, quien había salido peor parado de todo el asunto, todavía se encontraba convaleciente. Un agujero del treinta y ocho en la tripa tardaba en curarse. Últimamente se le empezaba a ver saliendo por los bares con su banda de jazz aunque todavía no había recuperado el aliento lo suficiente para aguantar toda una noche tocando. Eso sí, el muy cabrón sabía como utilizar su aflicción para dar pena a las chicas y largarse en el descanso con alguna. Había cosas que nunca cambiaban. Para el resto del grupo no había tregua. Ahora que eran soldados de la familia Genovese tenían que cumplir con ciertos encargos para los que ya no cabía la posibilidad de rechazo alguno. Si su caporegime les decía que tenían que hacer algo, debían obedecerle sin rechistar. Pero aquello tampoco era el ejército, por lo general había buen ambiente, bromas y alguna tomadura de pelo que otra. Lo que solían hacer era pasar a recolectar la cuota de protección por los negocios del barrio, darle una paliza a algún moroso que otro y controlar que el local de apuestas estuviera en orden.

Durante las primeras semanas, cuando les introducían en algún grupo nuevo o les presentaban a alguien de la Familia eran recibidos con admiración. Lo que habían hecho todavía coleaba, y las felicitaciones eran continuas. Los jóvenes descubrieron que un grupo de matones de Chicago dirigidos por un tal Rodolfo Verocchio había llegado a la ciudad huyendo de las garras de Al Capone. Verocchio y los suyos querían hacerse un hueco en el barrio obligando a los tenderos a pagarles la cuota a ellos. El grupo descubrió el asunto y avisó a los jefes, idearon un plan y junto a un grupo de asalto se encargaron de acribillar a tiros a Verocchio y los suyos frente a su cuartel general, el taller de coches de Ricardo Rota, el primo de Verocchio. Para ganarse el favor de Capone, los jefes enviaron a Verocchio de vuelva a Chicago donde probablemente le esperaría un destino funesto. Todo aquello, unido a que en la Nochevieja anterior habían logrado salvarle el culo al sobrino de Maseria, había garantizado su ingreso en la Familia.

El sol de marzo empezaba a calentar en la mañana cuando fueron requeridos de nuevo en el escondrijo del Scarpato's, el local favorito de Joe Masseria, y en cuya trastienda se encontraba el despacho de Luciano. Pero cuando llegaron allí quien les recibió fue Frank Costello, que tenía un carácter más afable que el de Luciano y favorecía que los chicos prefirieran hablar con él antes que enfrentarse a la mirada fría y sanguinaria de Luciano.

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13/09/2021, 15:02
Frank Costello

—Buenas, chicos, ¿cómo os va? ¿Conocéis a Amadeo? —Junto a Costello estaba el tipo más grande que jamás habían visto en su vida. Era difícil no conocerlo, aunque fuera de vista. Amadeo Gigante Carisi medía dos metros y pesaba cien kilos. Algunos recordaban haberlo visto en los cuadriláteros de boxeo dejando inconscientes a los rivales con un jab de izquierda poderoso y gancho de derecha que mandaba a la lona a cualquiera que tuviera en frente.

—Luciano me ha pedido que sea yo quien me encargue de dirigir este asunto porque, en palabras del propio Charlie: los problemas de esta índole los lleva mejor alguien como Frank —dijo imitando la baja y suave voz de Luciano.

Costello era un tipo simpático, muy dado a bromear con ellos. Tampoco había dudado en señalarles el minibar para que se sirvieran ellos mismos un trago. Apagó su puro en el cenicero del escritorio de Luciano y sacudió la mano para librarse del humo, apuró la copa y se acomodó en el sillón al tiempo que se ponía serio.

—Vais a encargaros de un asunto delicado. El señor Masseria tiene entre sus amigos al señor McIntire, un importante miembro de nuestro ayuntamiento. La importancia de su posición y de su relación con nuestra Familia con convierte en una pieza a la que conviene cuidar y mimar, eh... ya me entendéis. Pero el señor McIntire tiene un problema: su mujer. Cree que la señora McIntire lo engaña con alguien. Por supuesto, un tema así no debe salir a la luz pública, pues dañaría su imagen de cara a una posible candidatura futura a la alcaldía. Por eso ha recurrido a nosotros. Vuestro trabajo consistirá en lo siguiente: primero averiguaréis si son ciertas las sospechas; si es así, os encargaréis de que al desgraciado que se acuesta con la señora McIntire se le pasen las ganas de volver a repetir tal estupidez. Ha de ser un trabajo limpio, que simplemente decida un cambio de residencia, en la otra punta del país, o la desaparición total del tipo en cuestión— Una sonrisa maliciosa se dibujó entonces en los labios de Costello. Naturalmente, serán necesarias unas fotografías que muestren a la señora McIntire en pleno ataque de euforia. Quién sabe, tal vez esas imágenes nos sean necesarias en un futuro próximo. ¿Alguno de vosotros sabe manejar una cámara fotográfica? Si no, conozco a un tipo, Jemerías Testi, un fotógrafo freelance, dadle este sobre y que él se encargue. Es importante que las fotografías sean buenas. Os llevaréis a Gigante, que intimida lo suyo—añadió con una amplia sonrisa.

Todos pensaron que si el señor Gigante Carisi se acercaba hasta el amante de la señora McIntire y le pedía si tenía la amabilidad de marcharse a vivir a California, el tipo no lo dudaría ni un segundo y correría a hacer las maletas de inmediato. Pero por alguna razón Costello prefería no enviar solo a Gigante. Tal vez fuera porque el tipo tenía pinta de ser igual de delicado que una lija y era obvio que aquel trabajo necesitaba de discreción.

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15/09/2021, 21:08
Luigi Bacoli

Buenos días Frank, por la Mamma mía, esa izquierda era la que hacía estragos... y esa derecha, la que evitaba que la cosa fuera a peor... Un placer, Amadeo. Las cosas rapiditas y concisas mucho mejor, a que si?

Yo por mi parte, no puedo quejarme... he tenido un repunte de clientes debido a la baja del taller de Rota. Y he dejado el coche que usamos, como nuevo, tras el malogrado infortunio que sufrió... Le mejoré la potencia rebajando el cilindro, y su dueño ha quedado muy contento...

Vaya, así que nos tocará hacer de "agentes de viajes". Chicos habrá que venderle muy bien a ese tipo, la costa oeste del país...

La última frase la dijo sonriendo mientras apagaba su eterno pitillo en el cenicero, y mirando al grupo... Filippo, puedes ponerme un trago corto por favor?

Mmm, fotografía dices Frank? mmm, siento decirte que si buscáis unas instantáneas que capten movimiento, yo lo puedo conseguir, jejeje. Soy incapaz de hacer una sola sin que salga más movida que una carrera de coches... Ahora en serio, yo ni idea... No se el resto... Tu que tal Sal?

Luigi era un tipo de cierta envergadura, alto para la época pero aun así y su corpulencia se le veía poca cosa al lado del nuevo miembro, Amadeo. Eso era un saco de músculos.

Su presencia seguía dejando bastante que desear. Bacoli nunca fue presumido, y dado que era más bien mediocre en su aspecto, esa dejadez no le ayudaba en demasía. Si bien es cierto que desde que ingresó en la "Familia", tuvo que alejarse de su madre y sus hermanos, y viviendo en su taller, parecía más dejado aun... Guardaba un traje "bueno" paralas ocasiones, aunque lo tenía un poco arrugado estaba limpio, pero su atuendo era habitualmente un mono de mecánico...

Solía lucir un cigarrillo, colgando de sus labios in-eternum, y cuando se le acababa era simple... y sacaba otro o lo sustituía con un mondadientes (a falta de una ramita de tomillo o hinojo).

Notas de juego

Post contestando a Frank y algo de descripción visual sobre como se ve a Luigi...

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16/09/2021, 20:54
Amadeo "El gigante" Carisi

"Sonríe, cierra el pico y sácale los piños a los indeseables que te señalen tus superiores." Con esas palabras, Costello le había resumido a Amadeo el papel que debía cumplir si quería prosperar en la familia Genovese dos años atrás. Hasta el momento le había ido bien. Era un buen plan y podía cumplirlo a la perfección la mayor parte de las veces.

Buenas tardes —dijo, intentando mostrar su mejor sonrisa.

Reconoció de oídas los nombres de los soldados con los que iba a trabajar. Al menos serían más competentes que el último grupo con el que había trabajado, el cual por poco consigue que le encajen una bala en el brazo de los uppercuts.

Yo no hago fotos, las cámaras son demasiado delicadas.

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17/09/2021, 17:29
Filippo Benedetti

Filippo acudió a la reunión puntualmente y saludó afectuosamente a Costello por quien empezaba a demostrar un afecto más que evidente. No necesitó presentaciones para Amadeo Carisi. a Filippo le gustaba el boxeo e incluso se había colado en alguna ocasión para ver algún combate cuando era un retaco.

-Va bene, Frank. Hola, chicos. Os veo bien. Y sí, claro que conozco a Gigante Carisi ¿quién no? Es un privilegio, señor Carisi. 

Filippo inclinó la cabeza brevemente en señal de respeto y atendió a la petición de Costello asintiendo a medida que iba dando los detalles para dar a entender que le seguía.

Cuando Luigi pidió un trago, se acercó a detrás de la barra y sirvió tragos para todos. Los acercó y cuando todos tuvieron el suyo levantó el propio a la voz de -¡Salute!

-McIntire...¿irlandés? No sabía que teníamos esas amistades. 

Desde que entrara en la familia, Filippo siempre hablaba de los intereses de la familia primera persona del plural, asumiendo que también eran los suyos. Realmente la familia había encontrado en él alguien leal y comprometido.

-Yo de fotografía, nada. En la carnicería no enseñaban esas cosas. Mucho me temo que tendremos que recurrir a ese fotógrafo tuyo. Así que seguiremos a la parejita, esperaremos a que hagan manitas, sacamos las fotos y luego cuando las tengamos extorsionamos al gallito para que se largue a poner sus huevos en otro lado. Todo de forma discreta y montando el menor follón posible. 

Movió la cabeza sopesando las posibilidades. 

-Bien. Hagámoslo ¿Tenemos la dirección de McIntire?¿Qué sabemos de su señora?¿Nombre?¿Qué lugares frecuenta?¿Aficiones?

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17/09/2021, 23:15
Salvatore Marrone

El tiempo pasaba volando cuando tenías un cometido en la vida. Algunos hombres persiguen elaborados objetivos personales, otros se dejan llevar por arrebatadas decisiones que marcan sus vidas, y otros simplemente encuentran consuelo en recibir unas órdenes, cumplirlas y cobrar por ello; un trabajo. Salvatore Marrone era uno de estos últimos. Unas metas concretas, unas rutinas, un sueldo regular eran muy beneficiosas para un carácter como el de Marrone, dado a la desidia y solitario por naturaleza.

Y además, estaba el respeto. Pertenecer formalmente a una familia importante como era la de Masseria hacía que lo miraran a uno con otros ojos, lo trataran con otros modales.

Total, que Sal no tenía motivos para quejarse, al contrario. Había visto con bastante frecuencia a los primos Luigi y Filippo, y a Enzo fuera de la "oficina", así que cuando se encontraron en Scarpato's no hubo excesiva efusividad en los saludos. Sí que saludó muy educadamente a Costello, al que tenía en gran aprecio y al que se desvivía por impresionar y agradar. Y miró de arriba abajo (pero algo ladeado, algo así como temiendo recibir un guantazo demoledor) a la nueva incorporación para aquel trabajo que prometía ser especial.

Sí que conocía a Amadeo. Había perdido cuarenta dólares por su culpa hacía un par de años. Por sentimental, como era un ragazzo dei nostri... Sal siempre creyó que el combate estaba amañado. Bueno, ¿y cuál no?

Estuvo callado, bebiendo y fumando mientras Costello daba las explicaciones y sus compañeros respondían con tino. Asintió demostrando haberlo comprendido todo, pero negó cuando hablaron de fotografía.

-No sé nada de cámaras, lo siento. Sí, tendremos que seguir a la señora, hacer averiguaciones sobre el tipo, cazarlos in fraganti y hacer que el amante se esfume. Necesitaremos un vehículo...

Miró a Costello, a ver lo que respondía a las preguntas de Filippo.

Hubiera estado bien que Enzo no se perdiera aquello. Perseguir faldas, al fin y al cabo, era lo suyo.

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18/09/2021, 12:14
Frank Costello

Costello tomó el sobre dirigido al fotógrafo y lo sacudió en el aire, chasqueó los labios y les miró con una fingida cara de pena que no podía ocultar del todo la sonrisilla que se asomaba a sus labios.

—Lástima que no sepáis nada de fotos, os podríais haber repartido el sueldo del fotógrafo. Que pena. Entonces vuestro primer paso es contactar con Testi.

Mientras fumaba y bebía a la par que el resto, bromeaba un poco más, y les advertía de no pasarse de listos con Amadeo en tono jocoso, bien fuera por lo de listos dado que el boxeador no tenía pinta de tener muchas luces o por el guantazo que uno se podía llevar por parte del Gigante si se atrevía a decírselo a la cara, Costello fue respondiendo a las cuestiones planteadas por Filippo.

—Mientras no voten a un italiano no nos quedará otro remedio que entablar amistades con esos borrachos. ¿Tú ya tienes edad para votar, piccolino? —Costello hizo algunas bromas sobre la edad de Filippo y su precocidad en el mundo criminal, añadiendo que si seguía ascendiendo así lo veía de Presidente del Gobierno en un par de años, aludiendo a que no había mayor criminal que ese, y después respondió con más seriedad a las otras preguntas—. ¿Dónde crees que vive un político, bambino? Desde luego que no en este barrio de mierda. Ahí tenéis la dirección —dijo dándoles una nota—, ya podéis poneros guapos, es la zona más acomodada de la ciudad. Mi recomendación es que vigiléis la casa, a ver qué hace cuando se va el marido. Venga, no voy a dároslo todo mascado. Creo que lo del coche lo podrá solucionar fácilmente nuestro querido Luigi, ¿certo? Bueno, pues si no hay nada más a trabajar —dijo dando una palmada que terminó por espabilarlos.

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20/09/2021, 22:55
Salvatore Marrone

-¡Claro, Frank! Nos vamos a ver a Testi -dijo Sal, voluntarioso. Tomó las señas del fotógrafo de memoria y miró de reojo a Luigi. Si querían ir en taxi, por aquella vez podría pasar, pero todo indicaba que para la misión le iba a tocar poner uno de sus mimados coches. Bueno, de uno de sus clientes. Se entiende.

Tendió por fin la mano a Amadeo Carisi, presentándose mientras salían. Tenía la palma algo húmeda. -Soy Salvatore Marrone -dijo, con una débil sonrisa que hizo colgar un poco menos su labio inferior. -Puedes llamarme Sal. Bueno, ¿vamos allá?

En la salida se atrevió a guiñar un ojo a Filippo, como gesto de complicidad. Y para darse ánimos. Hacía un día frío pero soleado. Encendió otro cigarrillo y se llevó las manos a los bolsillos, arrebujándose en la gabardina.

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21/09/2021, 20:02
Filippo Benedetti

-Entiendo, entiendo. Gracias Frank. Nos pondremos con ello. Por cierto, he dejado en la nevera un regalo del señor Andretti. Para ti y para Lucky. Una pieza de primera clase. Espero que os guste. Buona sera.*

El joven se dirigió hacia la puerta pensando que Frank acababa de dar por concluida la reunión. 

-¿Vamos, muchachos?

Tenía su gracia que el más joven de los presente tratarse a los demás de "muchachos". Al menos, la tenía para Filippo.

Ahora tocaba organizarse. Lo primero, cambiar el atuendo, conseguir el coche y luego darse un paseo por el barrio. Buscar un buen sitio para vigilar...y luego ya se vería.

Notas de juego

*Andretti era el carnicero para el cual trabajaba y en teoría al menos, sigue trabajando entre encargo y encargo. 

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22/09/2021, 14:57
Luigi Bacoli

Ok, Frank, un coche... Pero quede claro que ninguno de mis clientes tiene una "maquina" del nivel que se gastan en esa zona... Y una cosa es hacerse con un "préstamo" de alguien del barrio, y otra coger prestado lo de gente pudiente y de la zona alta... Que eso seguro tardaría menos de lo que tarda Sal en encender un cigarrillo, en llegar a oídos de la policía, con la consabida retahíla de llamadas que eso genera... Espero que en eso no haya problema verdad? Un Fort T clásico, de los que no llaman la atención...

Luigi, terminó de apurar la copa y dejó el vaso sobre la mesa...

Andiamo amicci, questo ha de ser forza facile... 

 

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22/09/2021, 20:44
Amadeo "El gigante" Carisi

Pese a ser parco en palabras, Amadeo sonrió de oreja a oreja. Estaba listo para la acción.

Benne, benne. Contad conmigo si la cosa se tuerce. Para este tipo de recados soy un buen mensajero —respondió, chasqueando los nudillos.

Se despidió respetuosamente de Costello, como si lo hiciese con su propio padre, y acompañó a los demás al exterior.

Oye, Bacoli, espero que ese coche sea lo suficientemente grande.

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23/09/2021, 23:18
Salvatore Marrone

Ya en la calle decidieron sus próximos pasos. Debían contactar primero con el fotógrafo, para prevenirle de que en algún momento tendrían que contar con él; que estuviese localizable y con la máquina lista. Luego podrían ir a husmear a la mansión McIntire.

-También podríamos intentar averiguar algo de ella por la prensa, ya sabéis, noticias... Inmediatamente negó con la cabeza, mirando a sus compañeros. Desde luego, ninguno de ellos era una ratón de biblioteca. Pero él conocía a una especie de profesor de una escuela para adultos al que le gustaban ese tipo de cosas, pasarse el día entre libros y periódicos, comentó pensativo. Era un tío de Misisipi o por ahí, algo estrambótico y un poco borrachín, muy aficionado a las carreras de caballo y las peleas de perros; por eso lo conocía Sal. Sugirió que podría pedirle que le buscara noticias sobre la familia McIntire, si por lo que fuera no podían dar con el donjuán de la señora de una manera más directa. Un plan B.

-Por cierto, Luigi: gracias por lo del coche -dijo al mecánico con una sonrisa insegura.

Notas de juego

Cuál es la dirección del fotógrafo? Y la de la señora McIntire? En fin, Luigi manda, que es el que pone el coche.

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24/09/2021, 10:50
Luigi Bacoli

Bueno Amadeo, el coche será suficiente grande para que pueda llevarte, pero no será un lujo... jajajaja. Mira, ves ese de allí? pues es algo asi... pero un poco mas ajado...

De nada Sal... Una cosa, tu que sabes más de esto, prométeme que miraras de enterarte de alguna carrera eh? me gustaria participar...

Por cierto, seguro que no piensas que es mejor que el fotógrafo ya se venga con nosotros si nos acercamos a la casa de la señora?. Dudo que podamos acercarnos muchas veces a ese lugar... Yo creo que más bien será ir una vez con la finalidad de seguirla y ver con quien se encuentra... Naturalmente lo que se tiene que hacer deberá hacerse cuando ella no esté, ni debe de enterarse...

Luigi dudaba de que en la prensa, paginas de sociedad, apareciera la señora cerca del supuesto amante... pero era mejor pecar de exceso que de quedarse corto en las indagaciones.

Notas de juego

El proyecto de Luigi es construirse algo así:

Ford T "cuatriturbo", ¿existen límites para los Hot Rods?

Aunque es posible que el master no le deje pasar de algo similar a esto:

Ford Model A hot rod, del taller a la subasta - Motor Trend en Español

JAJAJAJAJA

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24/09/2021, 16:24
Director

Tomaron prestado uno de los coches del taller de Luigi para ir en busca del fotógrafo y presentarse en la zona acomodada de la ciudad para aquella tediosa tarea de espionaje. Afortunadamente, el señor Tomassino había dejado su coche en el taller un par de días antes por un pequeño problema que Luigi no tardó en solucionar. El coche del señor Tomassino era de gama alta y les permitiría dar el pego en la ciudad, aunque Luigi les insistió en que no mancharan nada y les prohibió fumar a bordo. A excepción de Amadeo, todos recordaban la manera frenética de conducir de Luigi cuando habían tenido que huir de la policía y de los tipos de Verocchio cuando ocurrió todo aquel asunto de la frutería de Genaro Schilliamini. Sin embargo, ahora, el contraste era evidente y notorio. Se detenía en los pasos de peatones, frenaba en los ámbar y ni se le ocurría exceder el límite de velocidad.

El fotógrafo, Jeremías Testi, era todo un profesional. Tomó el sobre de parte de Costello, leyó la nota de su interior y se guardó el dinero a buen recaudo. Tomó su cámara de fotos y un juego completo de objetivos de diferente calibre y se sumó al grupo sin poner ni una pega. Se subió al coche, sentado en el asiento de atrás entre Carisi y Filippo, y algo encogido para dejarle el espacio que el Gigante precisaba para su mole de cuerpo.

Un rato después se presentaron frente a la casa del señor McIntire, aparcaron el coche en un lugar que les permitiera la visibilidad y con el motor apagado se limitaron a esperar. Testi preparó la cámara y después se cruzó de brazos esperando, con la mirada en dirección a la casa de los McIntire, a que sucediera algo. Vigilar aquella casa fue un trabajo aburrido y tedioso. Una hora después de su llegada pudieron ver a la señora McIntire, o Virginia, para ser más precisos. Se trataba de una mujer de unos cuarenta años, bien puestos todo fuera dicho, alta, pelirroja, con clase al vestir, educada, pero con muchos humos. Su marido, pro su parte, era el típico sujeto que pasaba más tiempo en el trabajo que en su casa, cuarenta y cinco años, con importantes entradas, gafas, bien vestido. Una persona que no destacaría sobre el resto de no ser por su cargo en el ayuntamiento. Siempre vestido con gabardina y sombrero, no se separaba de su maleta de trabajo por nada del mundo.

Por supuesto, no iban a tener la suerte de pillar a la esposa con las manos en la masa en el primer día de vigía. Tendrían que volver al día siguiente. Lo que en principio parecía una divertida excursión voyeur, animada tras observar el aspecto de Virginia McIntire, se convirtió en la tarea más aburrida que jamás habían hecho. Si al menos Enzo pudiera estar con ellos estaban convencidos de que podría haberse ligado a la señora y terminar con aquello en la primera tarde. Pero tuvieron que volver los siguientes días.

Hacia el tercer día ya conocían las rutinas de la pareja. La casa en la que vivían era una lujosa casa con jardín, amplia, la envidia de cualquiera, vaya. No tenía hijos pero sí un imponente coche y una criada para las labores domésticas. Él estaba en el ayuntamiento de ocho de la mañana a ocho de la tarde, trabajando como un esclavo. El horario de ella era más variado. Se solía levantar a las diez de la mañana, desayunaba en la cama, iba de compras o a veces se iba en taxi a ver a alguna de las compañeras que tenía por la zona y poca cosa más. Ya empezaban a pensar que la información que les había dado estaba equivocada. Hasta que la mañana del quinto día vieron que el señor McIntire cargaba el coche con maletas para un viaje a Boston, donde iba en representación del ayuntamiento.

Notas de juego

Antes de entrar en materia os dejo un turno para reaccionar a todo esto.

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24/09/2021, 21:15
Filippo Benedetti

Filippo se había preparado para las largas jornadas de vigilancia con termos de café, bocadillos de porchetta y mozzarela, y petaca de whisky. 

Intentó también agenciarse unos prismáticos "prestados" para facilitar la vigilancia.

Los primeros días bromeaban especialmente cuando vieron a la madame, que más que mujer de un político, parecía una prostituta de lujo, salida de un club irlandés. Y a juzgar por el aspecto anodino y gris de su marido y por la vida que llevaba ella, quizá estuviera más cerca de ser esto último, que una esposa al uso.

La mujer estaba de buen ver, es cierto lo que unido a esa actitud descarada y arrogante, incluso poderosa que se traía, provocaban atracción en el joven Filippo. Eso fue el primer día. 

El cuarto estaba harto de ver como aquella mujer se entregaba a una vida aburrida y anodina, sin ninguna ilusión ni interés aparente. 

Pero entonces McIntire se fue de viaje. Era el momento ideal para que la mujer se soltase la melena.

-Ora vendiamo...

 

 

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25/09/2021, 21:50
Amadeo "El gigante" Carisi

El Gigante se sintió algo decepcionado al ver conducir a Luigi. El bólido era de primera y sorprendentemente cómodo, pero se esperaba una carrera trepidante que le recordase la adrenalina de la guerra y el ring. El propio Bacoli parecía estar conteniéndose como un niño bueno para cumplir a rajatabla con la misión.

Las largas jornadas de vigilancia eran amenizadas por los comentarios de Filippo, e incluso se habían agenciado una baraja para jugar a las cartas mientras se turnaban para hacer guardia. Generalmente el que perdía una de las rondas era el que pringaba, aunque Jeremías Testi parecía dispuesto a mantener su imagen de buen profesional y mantenía un ojo en la mansión como si fuese un depredador a punto de saltar sobre su presa.

El quinto día, sin embargo, el ambiente distendido cambió. Era como si una manada de leonas se percatase de pronto de que una gacela iba más rezagada que el resto.

Con el marido fuera, era solo cuestión de tiempo que pudiesen entrar en acción.

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25/09/2021, 22:44
Salvatore Marrone

 -Claro Luigi, yo soy más de apostar que de tratar con promotores y pilotos, pero si me entero de algo te lo diré, descuida -prometió al mecánico.

La vigilancia fue tediosa. Sal miró las cartas que trajo Amadeo con ojo profesional, y se animó a jugar algunas manos, aunque absteniéndose de sugerir apuestas. Aquello nunca acababa bien entre compañeros de trabajo. En general se sentía a gusto con aquellos hombres. 

Efectivamente, la señora McIntire estaba de buen ver. Cuando el marido se fue de viaje subió el nivel de expectación en el coche, sobre el que Bacoli rezongaba cada día que aquel sería el último que lo traería, que su dueño ya lo estaba reclamando, que...

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26/09/2021, 13:32
Luigi Bacoli

Gracias Sal, seguro que consigues un buen contacto... Sin prisa amicci.

Bacoli andaba algo preocupado. Llevaban varios días acercándose con el mismo coche a la casa del funcionario y su esposa... Eso podría significar que alguien se fijara en ellos... y su cliente, le preguntaba cada día por él.

Los 2 primeros días fueron tolerables, sobre todo el primero. Vieron por primera vez el bombonazo de señora que tenían que vigilar, y visto lo visto, Luigi comprendió que esa mujer necesitara un poco de "chispa" en su vida. Un hombre ha de ser un hombre y ocuparse de lo suyo, y atender a su esposa adecuadamente y no parecía que eso se cumpliera...

Fillipo tenía un concepto de la mujer algo diferente, bajo el prisma del mecánico, distorsionado, pero comprensible dada su corta edad, y no es que el resto fueran carcamales...

Chicos, lo siento pero yo no pienso juzgar a esa mujer de portarse inadecuadamente si lo hace... El trabajo trabajo es, pero si yo tuviera una mujer así, me guardaría mucho de no tenerla contenta y servida, y por lo que veo el tipo de las gafas, se "cepillaría" antes ese negro maletín, que a su propia esposa!!! No es de extrañar que la mujer busque fuera lo que no tiene dentro de su casa!!!

Este trabajo es más aburrido que apretar tuercas en una cadena de montaje...

Tranquilo Amadeo, si hace falta exprimir este motor, se hará cuando sea necesario. Hacerlo antes de hora sería llamar la atención. Esto es como la preparación de un combate, pesado y aburrido, pero necesario para cuando llega la hora de la verdad, soltar todo y acabar rápido... Aunque me duele en el alma estropear un buen coche...

Opsss, parece que el "santurron" del cabildo se marcha de viaje... quizás se acerca el momento de actuar... abrid los ojos, y usted maestro, el objetivo. A ver si hace honor a la confianza de Frank y nos consigue unas buenas instantáneas... Hasta la marca de la lencería de la señorita si le es posible eh? 

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27/09/2021, 12:39
Director

La marcha del señor McIntire les puso en preaviso. Se enderezaron en sus asientos y abrieron bien los ojos, Testi incluso se colocó sobre el corpulento Amadeo para apuntar con la cámara hacia el caserón de la pareja. Pero los minutos pasaron y la aburrida normalidad de no tener noticias volvió a apagar sus ánimos. Tal vez esperaran que la señora saliera corriendo a por su amante en cuanto su marido doblara la esquina con el coche, pero no fue así.

Entonces, cuando ya empezaban a pesar que aquella mujer era una santa pese al inútil de su marido, un taxi se detuvo frente a la casa y poco después la señora McIntire salió al exterior dejándoles a todos con la boca abierta y la sensación de que les faltaba el aire. Virginia McIntire lucía un estupendo vestido ceñido y notablemente escotado, su rojizo pelo caía en cascada sobre sus hombros adornado por un pequeño sombrero, sus gruesos labios rojos y el maquillaje de sus ojos le daban un aspecto más cautivador si es que aquello realmente era posible.

Aquella maravillosa mujer subió al taxi y el vehículo se puso en marcha, haciéndoles volver al planeta. Fue entonces cuando fueron conscientes del movimiento del disparador y del carrete de la cámara de Testi, quien no había dejado que la embriagadora imagen de Virgina McIntire le distrajera de sus obligaciones. Cuando al fin levantó el ojo del visor de la cámara contestó a Luigi siguiéndole la broma.

—Me da que la señora me va a poner difícil conocer la marca de lencería, amigo. Al menos la del sostén que se ha olvidado en casa.

Siguieron el taxi por las calles de la zona acomodada de la ciudad en dirección al centro, donde finalmente se detuvo. Virginia bajó tras pagar generosamente al taxista y se empezó a mover con su gracejo natural por las concurridas aceras de la Quinta Avenida.

Notas de juego

Luigi, tirada de Conducir, a ver qué qué tal el seguimiento. Si alguien intenta seguirla a pie después que lance Discreción.

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27/09/2021, 16:59
Luigi Bacoli

Cuidado muchachos, voy a arrancar. No vaya a salir todo movido, aunque se "mueve" muy bien todo lo que se ve...

Vaya, buena vista Testi. Ese cuerpo tiene buenas curvas y no parece que la "señora" quiera constreñirlas en exceso...

Luigi, salió discretamente detrás del taxi. Siempre mantuvo la distancia de forma prudencial y vigiló no acosar demasiado al otro conductor. En realidad, lo que ellos necesitaban era que todo fluyera de forma natural y sin extravagancias para que apareciera el Don Juan, y se pudiera inmortalizar el encuentro con ese pibón de mujer (mucho mas interesante que muchas jovencitas de en la veintena).

No le fue muy difícil, pues el taxi no corría demasiado. Cuando llegaron a cierto punto, vieron como la mujer pagaba y se bajaba del auto...

Muchachos, quizás uno o dos deberíais de seguirla a pie, sin que os vean, mientras yo la adelanto y miro de aparcar el coche...No?

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