Partida Rol por web

Hombres de Honor

La fiesta de Nochevieja

Cargando editor
20/11/2020, 00:54
Salvatore Marrone

La entrada de Masseria le hizo a Salvatore tensar todavía más el espinazo. Cuando habló sintió un gran alivio. No sé atrevió a acercarse a saludarlo como había visto hacer a su padre con otros uomini di rispetto del barrio. Además, esto eran palabras mayores. Joe Masseria. The Boss.

Así que se limitó a darle tímidamente un respetuoso saludo.

-Signore Masseria. Es un honor conocerlo. Fue una alegría poder socorrer a su hijo. Me llamo Salvatore Marrone.

Lanzó una mirada de reojo a Filippo y a Enzo, como dudando si presentarlos también.

-Ellos son Enzo Pagnotto y el pequeño Filippo, Filippo Benedetti, el primo de Luigi.

Cargando editor
20/11/2020, 17:02
Joe Masseria

La presencia en el taller del capo, levantó sentimientos de respeto y nervios por partes iguales entre el grupo. Tal vez después del Papá de Roma, aquella era la personalidad más importante que podría entrar por la puerta del taller de Luigi, y allí estaba. Agradeciéndoles lo que habían hecho la noche anterior. Sin duda todo un gesto.

-Ya habéis hecho mucho por mí. - Respondió con tono afable cuando Luigi le preguntó qué podían hacer por él. Como buen siciliano, Masseria no dejaba sin cobrar una deuda, tuviera que cobrarla con dinero o con sangre. Pero igualmente, tampoco había deuda que no pagara si se daba el caso.

Masseria recibió con cordialidad todas las muestras de respeto que le dieron, incluso de aquellos que permanecieron más callados. Lanzo una sutil mirada hacia el engominado cuando Luigi mencionó que el camarero había llamado a la policía y el engominado asintió con una sonrisa terrible en sus labios, pues no necesitó más para trasladarle a su subordinado que aquel camarero tenía que perder su empleo y conservar una lesión en el brazo que garantizara que no trabajase en una buena temporada. Sin embargo, nada de eso se apreció en el gesto afable y tranquilo del bonachón hombre de constitución gruesa que tenían delante.

-Hicisteis muy bien. Actuasteis como se debe. Como hombres de honor. - Dijo Don Giuseppe. Sin embargo, la pregunta que hizo Luigi sobre el estado del socorrido hizo que se le torciera el gesto. -Roberto está grave. Los médicos dicen que las siguientes horas son críticas. Precisamente ahora volvemos de allí, tenemos que recoger a su madre y... bueno, pobre señora. Pero no os aburriré con esto. Simplemente sabed que tenéis mi agradecimiento. Ahora debemos irnos. - Se giró hacia el engominado y nuevamente este asintió con la cabeza, sin que hicieran falta las palabras.

Don Giuseppe Masseria, alías The Boss, se colocó su sombrero y saludó de nuevo a los cuatro muchachos del grupo. Después se giró hacia la puerta y como avisados por una señal telepática, los cuatro matones armados se movieron tras él hacia el exterior. En el taller solo quedo el engominado, que les mostró su peligrosa sonrisa de nuevo.

Cargando editor
20/11/2020, 17:24
Charlie Luciano

-Soy Charlie. - Dijo el engominado. A pesar de mostrarse siempre sonriente, sus ojos entornados daban la sensación de mostrar el sentimiento opuesto.

Se acercó a Luigi mientras se llevaba la mano al interior del abrigo para sacar algo. Se trataba de una tarjeta que tendió al mecánico donde figuraba el nombre de un restaurante, el Nuova Villa Tammaro, situado en el número 2.715 Oeste de la calle 15, en Coney Island, Brooklyn. El local lo regentaba Gerardo Scarpato, y por eso era más conocido por el nombre de Scarpato´s.

-Pásense por allí luego. - Les dijo Salvatore Lucania, más conocido como Charlie Lucky Luciano. -La familia Maseria no olvida a quienes nos han ayudado y créanme, personalmente, yo tampoco.

Cargando editor
20/11/2020, 21:13
Filippo Benedetti

Filippo que había sido incapaz de articular palabra, salió corriendo para abrirle la puerta al don cuando se iba, en gesto de respeto. 

-Que...le deseo que Roberto se recupere lo antes posible signore. 

Luego volvió a reunirse con el resto. "Charlie" estaba hablando con ellos. Esperó a que terminase y también lo acompañó hasta la salida.

-G...gracie-dijo Filippo-Bon giorno.

El tipo se le hacía conocido, pero no sabía de qué. Miró la tarjeta, el nombre grabado en ella, sobre una tarjeta de cartulina grabada con esmero. Parecía un restaurante caro. Pensó en el nombre...también se le hacía conocido. 
 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro callejeo por si me sirve para saber si conozco al tipo o si sé algo del restaurante. 

 

Cargando editor
20/11/2020, 21:40
Luigi Bacoli

Luigi, que tenía atravesado aquel tipo que se las daba de importante, le dijo. 

Trasmítale de nuevo a SU jefe, haciendo fuerte hincapié en el SU, nuestro agradecimiento. Era una forma sutil de dejarle claro que tenia un jefe y le habíamos caído en gracia, cosa que a él aparentemente no le agradaba en demasía. 

Sobre la hora de comer es una buena hora, o meglio per cena? "Luego", es un tanto difuso, y no quisiéramos importunar a Don Giuseppe, vero?.

Tampoco nosotros le vamos a olvidar, giusto ragazzi?. - Dijo girándose en busca de la complicidad de sus amigos, con una media sonrisa dibujada en su desagradable cara. -

Luigi le tendió la mano como muestra de paz, no dejaría que lo intimidaran en su casa, y total, ese tipo era tan peligroso como los de la noche anterior. Así que era cuestión de tener los pies en el suelo...y buscar una solución dialogada... Ese tipo no parecía tonto.

Sería un placer volver a empezar, limando asperezas, tomando una copa de Whisky.

Who is Lucky Luciano dating? Lucky Luciano girlfriend, wife

Notas de juego

Quiero aclarar que Luigi, se muestra integro y desafiante, o mejor dicho, no se deja intimidar, dado el valor de coraje que tiene.

También he interpretado que no conozco a Luciano, si bien ya podía ser conocido dentro del mundo del hampa, Luigi está al margen de ese mundo (al menos hasta ahora).

Pregunta: Somos conscientes del significado de Omertà? Yo al menos desciendo de italianos y es posible que lo haya oido otras veces, pero si solo se circunscribe en el mundo de la mafia, igual no lo conocemos.

Gracias

Cargando editor
20/11/2020, 23:21
Enzo "La Faccina" Pagnotto

Enzo seguía en silencio. Desde que Julia apareció en el callejón echándose a los brazos de Roberto, se había limitado a observar. En su momento, fue a acercarse a ella, pero al ver cómo Luigi se metía de por medio como Rudolph Valentino preguntando por Roberto, frunció el ceño y se apartó. Se limitó a limpiar la sangre de la navaja, y calladito, quedó observando la perorata con una sonrisa lobuna. Ordenes a diestro y siniestro. Incluso le habían mandado “ir a casa de Roberto” porque creía que era el “mejor para eso”. ¿Ah, si? fue lo único que dijo sonriente. Se acercó a Filippo para llevarlo a casa de sus padres.

Esta mañana se había acercado al taller con el propósito de ver cómo estaba el chaval. Ayer se quedó preocupado… pero ¡ja! ¡qué demonios!, el crio tiene más cuajo que nadie. Igual que dentro, o que fuera del bar, tampoco ahora Enzo dio mucha respuestas a los primos, y el jugador. Miraba la demostración de testosterona del mayor de los Bacoli levantando una ceja. Al fin y al cabo, era su taller. No respondió cuando le llamaron “el músico”, ni siquiera cuando Sal le señaló a “The Boss”. Por toda respuesta, un asentimiento. Seguían hablando cuando Enzo recogió la tarjeta del esbirro de Masseria. Sacó un cigarrillo lentamente, y esperó con el pitillo en la boca a que los otros se despedían. Cuando Bacoli había terminado de explicarle al caballero engominado quién tenía los huevos más grandes, Enzo dijo:

Estoy cansado. Cogió el abrigo, prendió una cerilla y se adelantó con la cabeza baja en dirección a la claridad que asomaba a la espalda del tal Charlie. Voy fuera, a fumar.

Lo encendió de camino. A la altura del gánster, levantó la mirada ¿una parola? dijo algo en voz baja y continuó hacia la puerta.

Cargando editor
21/11/2020, 16:07
Enzo "La Faccina" Pagnotto
Sólo para el director

Enzo era como una pequeña ave rapaz. Años y años revoleteando. Todo el tiempo jugando, de broma, danzaba de un tono a otro, de una cara a otra… de la puta calle al bar, la banda, de la cama de un señorita al catre de pensión de pobre… de robar cuberterías al niño bueno, al malo… hasta que un ratón colea en el suelo. Entonces la mirada queda fija, y la nariz se le afila. Filippo Caranta no le importaba una mierda. El gordo y las amenazas de los paisanos tampoco… y por él, Roberto podía irse al infierno… le ayudó para meterse en la cama de Julia y quien sabe... Los chicos del barrio, daban igual. Quizá Filippo… la banda… las ínfulas de Luigi le resultan cómicas. Que se echará encima de Julia… dándole ordenes… tszie tszie... eso tendría respuesta. Y se habría quedado en eso… pero ahora, ahora no. Ahora el mecánico tenía que andarse con cuidado. Ahora había un ratón bien gordo en la habitación. El jodido “Joe Masseria”. Ahora Enzo tenía delante SU entrada. SU futuro. La rendija que había estado esperando.

Disculpa al mecánico… es… hizo una pausa como si fuera obvio… imfff… resopló… es un imbécil... abrió las manos como reconociendo un error. Eco. Con los ojos risueños, contenía una carcajada mirando de lado a aquel hombre buscando su complicidad. No se entera, no tiene… respeto… un par de gestos de muñeca, juntando los dedos, le dieron un aire del sur, extraño para el tipo de carita te imaginas en una Góndola. ¿Roberto esta bien? ¿y Julia? dijo asintiendo…. miró a un lado, se recolocó el abrigo con gesto de frio. Al hablar proyectaba una nube blanca, mezcla de humo y vapor de agua el 1 de enero. La conozco desde niño. Se explicó. Mira… no sabíamos de que iba todo… pero… eh… dio otro cabeceo poco propio del Véneto… a su novio le van a abrir la cabeza en el barrio. Dio una calada larga al pitillo. Conteniendo el humo en los pulmones, le miró… es vuestro barrio… con el humo todavía dentro ffffffffffffffff… lanzó el pitillo hacia adelante con un chasquido de dedos… ma noi, viviamo qui …  guiñó un ojo. Señaló al mecánico con la cabeza sin importarle que le estuvieran mirando… y tras una pasa, miro a Charlie; un ligero cabeceo a la izquierda alzando las cejas le indicaba… “…ya, ya..." y siaaamo grato.

Le ofreció la mano derecha... Scarpato’s, dijo serio.

Notas de juego

Le hablo exclusivamente a él, en confianza, empiezo bajito y yendo a la salida. Yo intento apartarnos para tener una conversación todo lo privada que se deje. Si consigo que me siga y tenemos la conversación fumando fuera apartados, genial. Si solo me sigue un poco, pero los otros están a unos metros… pues eso. La tenemos ahí, en el umbral.Yo te pongo el post a ti, y así que en función de si lo consigo o no, y estemos como estemos, ya pones tu quien/que parte oyen los demás, si no oyen anda, algo, partes o todo.

Si quieres que tire algo, dime y hecho.

Cargando editor
21/11/2020, 17:44
Charlie Luciano

Charlie Luciano volvió a sonreír, aunque sus ojos parecían mirar con aburrimiento. No le impresionaba que Luigi se mostrara desafiante, pues para él las bravatas y ese tipo de demostraciones estaban de más. Si chasqueaba un dedo podrían acribillar a balazos a Luigi, y a los otros tres que estaban ahí, y él solo tendría que evitar que la sangre le salpicara el traje. Ni siquiera afectaría a su apetito, y dormiría perfectamente por las noches. Tal era el poder que tenía. Charlie Luciano era consciente de que tenía ese poder, y lo usaba en consecuencia. No tenía que desgañitarse contra otro hombre para ver quien meaba más lejos, eso sí, si el fulano pretendía mearle los pantalones entonces le pegaba un tiro y finito.

-Pasaros a la hora de la comida y disfrutad de unos vitellos. ¿Sí? - Charlie Luciano estrechó la mano del mecánico y se despidió del grupo. No lo sabían, pero aquel joven de ojos entornados y sonrisa peligrosa que apenas rozaba la treintena era el número dos de Masseria. Debían temerlo como al mismo diablo, pues a pesar de tener todavía un perfil bajo y no ser muy conocido más allá del mundillo del hampa, había hecho ya cosas terribles.

Cuando Luciano salía, Enzo le acompañó a la puerta e intercambió unas breves palabras con él. Luciano le miró con indiferencia, sonrió, le contestó algo y le estrechó la mano de igual modo que había hecho con Luigi. Los hombres que le esperaban fuera le acompañaron a uno de los coches y se fueron de allí, dejando que los cuatro muchachos asimilaran lo que acababa de pasar.

Notas de juego

Podéis ser conscientes de lo que significa la Omertà, aunque no sepáis exactamente que se use tal término. Lo que sí sabéis, es que nadie que quiera mantener el cuello intacto habla con la policía o va contando por ahí las cosas que no le incumben, que cuando la policía pregunta en el barrio qué ha pasado después de un tiroteo nadie recuerda nada, y que incluso el carnicero al que le queman la tienda no tiene ni idea de quién ha podido ser ni por qué.

Cargando editor
21/11/2020, 18:12
Charlie Luciano

-Non preoccuparti, ragazzo. - Le dijo en referencia a Luigi. -Y cuida de tu amigo. Gli amici sono necessari qui. - Añadió de un modo enigmático. -Roberto... los médicos dicen que saldrá adelante. Tal vez con secuelas. Pero es pronto todavía. Y Julia está preocupada, no se ha movido del hospital. Brava ragazza.

-Scarpato´s. No faltéis. - Dijo antes de estrecharle la mano y dirigirse al coche, donde Don Giussepe le esperaba. El Don le saludó con un gesto antes de que Luciano cerrara la puerta y se fueran de allí.

Cargando editor
21/11/2020, 18:20
Director

Coney Island estaba al sur de Brooklyn, lo cual significaba un largo paseo desde el barrio. El lugar era una zona recreativa, ya desde muchos años atrás, cuando se instalaron allí los hipódromos y los primeros parques de atracciones. Era por tanto un lugar muy visitado y turístico, donde había buenas casas y algunos restaurantes para los visitantes. Como era el caso de Scarpato´s. El local tenía una fachada rústica que recordaba a un viejo caserío mediterráneo, por dentro, no obstante, estaba repleto de pequeñas mesas y sillas de madera no muy cómodas sobre un suelo ajedrezado por pequeñas baldositas blancas y negras.

Uno de los camareros de Scarpato les dirigió a una de las mesas y les trajo las cartas. Joe Masseria, Luciano y unos hombres más hablaban a carcajadas en una de las mesas del fondo, pero el camarero les acomodó en otra que estaba algo alejada. Entre ellos había más clientela, del todo variada. La comida era buena, muy casera, y el entorno del restaurante era muy familiar. Entendían porque era uno de los locales favoritos de Masseria, ya que era un hombre muy chapado a la antigua y seguidor de las viejas costumbres sicilianas. Comieron solos, como unos clientes más del negocio. Aunque cuando terminaron el postre y se ofrecieron a pagar la cuenta el camarero incluso se indignó. Todo estaba pagado por el señor Masseria, y no había más que hablar. Poco después, varios hombres abandonaron la mesa de Masseria y abandonaron el local, fue entonces cuando el camarero se acercó a ellos para decirles que Don Giuseppe les esperaba para tomar el café.

Cargando editor
21/11/2020, 18:40
Joe Masseria

En la mesa solo estaban Don Giuseppe y Luciano, aunque un tipo en la mesa contigua que fingía leer el periódico y tenia una pinta de pistolero que no podía con ella no les quitaba ojo de encima. Fueron recibidos con palabras amables por parte de ambos capos, y les invitaron a sentarse.

-¿De dónde sois? - Se interesó Joe Masseria cuando el camarero trajo los cafés.

Cargando editor
21/11/2020, 19:40
Enzo "La Faccina" Pagnotto

Al volver al taller, Enzo cruzó las mínimas palabras con sus compañeros. Te van a hacer famoso en clase eh le dijo al chaval con una palmada, sonriendo. Mientras recogía sus cosas, dijo algo al aire, con sorna …peeeww… cogió las llaves …lo has acojonado. Miró por un momento a Sal y a Luigi y fue a decir algo, pero no. Os veo ahí.

Llegó pronto. Esperó fuera, entre los coches, fumando y pelándose de frio hasta que todos llegaron a Scarpato´s. En el local mantuvo silencio, peinadito como los del coro de convento de San Matteo, comiendo sin intervenir casi. Cuando los llevaron a la mesa de esos hombros, se peinó con las manos y procuró sentarse a un extremo de los cuatro amigos intentando poner espacio con Bacoli y a Sal a su lado. Prego digo al recoger el espresso.

Miraba al capo y a esos a los hombres con los ojos bien abiertos, intentando parecer más grande que lo que era. Serio. Cómodo. Claramente contento. Cuando les interpeló, Enzo miro a su izquierda y al ver una pausa… se adelantó. Ojos azules. Levantó su su sonrisa más angelical, y señalándose como si dijera "io vengo de la campagna", dijo:

De Isabella’s. La calle desde los 9, la música después. Ahora Hester St. La mamma era Catanese.

Corto, directo, verdad, y fiel a sí mismo: al borde de la incomodidad. Él venía del segundo piso de un burdel, de Isabella’s. Nadie sabía dónde estaba, pero estaba siempre lleno.

Cargando editor
22/11/2020, 01:51
Salvatore Marrone

Se puso lo más elegante que pudo, que no era demasiado fuera de los estándares de los desharrapados con los que solía juntarse, fue a la comida, la disfrutó y ahora estaba sorbiendo el estupendo café frente a Joe Masseria. La suerte le sonreía, y se le veía radiante y sereno. El Chianti y la pistola ayudaban, desde luego.

-De Trapani. Mulberry Street -citó su doble origen, el siciliano y el neoyorquino, y se quedó a la expectativa. Aquel hombre no perdería su tiempo con ellos si no tuviera algo interesante que decirles.

Cargando editor
22/11/2020, 14:33
Luigi Bacoli

Llegamos al restaurante indicado 10 minutos antes de la hora. Pasé a recoger a mi primo, para ir juntos. Una vez dentro nos acomodaron al grupo en una mesa, al fondo pudimos ver a Joe Masseria , Luciano y algunos de sus hombres. 

Comimos espléndidamente y la bebida también tenía calidad. Recordaba un poco la comida casera que me hacía la abuela alla en Sicilia.

Enzo se mantuvo distante todo el rato, era un estirado, pero me daba igual.

Ya se le pasará y si no peor para él.

Al terminar de comer, el propio camarero nos indicó que la cuenta estaba pagada y que el señor Massería quería que fueramos a su mesa a tomar el café.

Buon pomeriggio, e grazie mille per tutto.

Nos sentamos, Enzo lo mas alejado de mi y cerca de Phillipo, Sal discreto como siempre... Entonces fue cuando nos preguntó de donde eramos.

Io sono di, Realmonte, pero vine con 14 años a América, con la mia mamma y mis dos hermanos. Ahora vivimos en el 111 Elisabeth St. Ella trabaja duro en el 121. Mi padre murió en la mina y entonces vinimos a este país. Por eso io parlo un po 'di italiano.

 

Cargando editor
23/11/2020, 19:12
Filippo Benedetti

Filippo le pidió gomina a Enzo para prepararse para la visita. Se peinó frente a un espejo y se arregló la ropa. No había mucho que hacer, pero al menos el cambio de aspecto le hacía parecer un poco más mayor. La idea de entrar en el restaurante favorito de Joe Masseria e invitado por él, hacía que estuviese muy nervioso. 

Al llegar se sintió abrumado por el ambiente que se respiraba. Ver a aquellos peces gordos hablando distendidamente en una mesa mientras comían a escasos metros de ellos le parecía un auténtico sueño. Pidió manicotti, su plato favorito. Su abuela solía hacerlos en días especiales. Y de postre una carlosina, que aparecía entre los postres recomendados. Disfrutó de la comida, pero los nervios hicieron que no le entrase demasiado. 

Cuando Masseria los hizo llamar, esperó  a que el Don les diese permiso para sentarse y esperó a que él le preguntase antes de dirigirse a él. A su pregunta esperó tímidamente a que hablasen el resto. 

-Yo vivo en Mullberry también señor. Cerca de donde Salvatore. Muy cerca.

Cargando editor
24/11/2020, 18:06
Joe Masseria

Don Giuseppe, que parecía estarse refiriendo más bien a de dónde eran originarias sus familias, asintió satisfecho cuando le fueron diciendo uno a uno que eran de origines sicilianos. Incluso pudieron percibir que asentía con convencimiento cada vez que nombraban una de las ciudades o pueblos de la vieja isla mediterránea.

-Bene, bene. Sicilianos como Dios manda. Así me gusta. Ves Salvatore, - dijo hacía Charlie Luciano, -no necesitas hacer negocios con ese sucio calabrés cuando hay chavales sicilianos de buena talla aquí mismo. - Charlie puso los ojos en blanco, como si hubiera escuchado aquel reproche cientos de veces.

No lo sabían en ese momento, pero Charlie y Joe tenían visiones muy diferentes sobre con quién debían hacer negocios. Mientras que Joe Masseria era de la vieja escuela y solo consideraba adecuado hacer tratos con sicilianos, Charlie Luciano se abría a otras posibilidades y colaboraba activamente con mafiosos de otras partes de italia, como el sucio calabrés al que se refería Joe, que era Frank Costello, e incluso con judíos como Meyer Lansky, lo que hizo que Charlie se ganara el apelativo de Joven Turco, ya que Palestina había pertenecido al Imperio Otomano.

-Bene. Tenéis cara de buenos chicos. ¿Verdad? - Charlie asintió. -Y necesitamos buenos chicos para hacer algunos recadillos por el barrio. Llevar alguna cosa de aquí para allá y cosas del estilo. ¿Os interesa? La paga es generosa y el trabajo es ligero.

Cargando editor
24/11/2020, 19:01
Enzo "La Faccina" Pagnotto

Certamente Don Guiseppe, dijo mirando primero al Don.

Será un honor. Lanzó un asentimiento a Charlie, y una ojeada a su izquierda. Tras una pausa, al frente: pueden contar conmigo, claro. Sonriente, abrió las manos que tenía apoyadas en la mesa enseñando las palmas y mirando abajo un segundo para explicar que “yo hablo por mi mismo”. Levantó la cabeza y apoyó la espalda en la silla esperando acontecimientos.

Cargando editor
24/11/2020, 20:39
Luigi Bacoli

Don Giuseppe, per me va bene, io tengo mis propias inquietudes i necesito un buen sueldo, pero también tengo a la mia mamma con dos picolos ragatzzos. Quien los protegerá ahora, si yo no estoy? Es cuestión de tiempo que ese bastardo de Maranzano venga a per me, mmm,  a per tuttos nosaltri y las nostras famiglias.

Luigi pensó que si se ganaba el respeto del Don, en un futuro podría solicitarle ayuda para inscribirse en las 500 millas... Ese era su sueño... y emular a Ralph dePalma.

Esto es demasiado peligroso para que Philippo  se meta, pero desautorizarle delante de Don Giuseppe y Luciano, será mala cosa...mejor espero.

Cargando editor
24/11/2020, 22:51
Salvatore Marrone

Sal miró alrededor, a los otros jóvenes que, como él, se sentaban ahora, por azares del destino, ante uno de los hombres más poderosos de la comunidad italoamericana en Nueva York. Se pasó la mano por el pelo. Luego miró al Don. Fue un momento, una penetrante mirada directa a los ojos. Como intentando calar la catadura real de aquel hombre. Si los usaría como a trapos o si los trataría con respeto. Si los admitiría en su organización o si no serían más que carne de cañón de la más baja estofa. 

Luego miró a Luciano, luego a su café. Por fin, otra vez, a Masseria.

-Desde luego que nos interesa, signore. Puede contar con nosotros. No se preocupe, estamos a su disposición. Sabremos aprovechar la oportunidad que nos da.

Para Sal era, desde luego, una oportunidad; Luigi tenía su taller, y Enzo parecía vivir bien de la música. En cuanto a Filippo, era probable que para el muchacho cualquier cosa que le propusiera Masseria sería más atractivo que atender paisanas en la tienda. Pero Sal malvivía con lo que sacaba en las apuestas, en las mesas de juego y en alguna estafa de poca monta. Aquello podía cambiar su vida.

Cargando editor
25/11/2020, 17:25
Joe Masseria

Sal y Enzo aceptaron sin dudarlo, conscientes de la gran oportunidad que significaba aquella oferta que les realizaba el hombre más poderoso de todo Nueva York. Sin embargo, Luigi presentó sus dudas.

-Eh, eh, piano, piano. - Dijo haciendo un gesto con ambas manos para indicarle que aminorara el paso. -Nessuna fretta, ragazzo. La paga está bien para el trabajo que es, pero no te va a quitar de trabajar. - Joe miró a Charlie y este sonrió divertido. -Eso sí, este es un negocio con... ¿come si dice? Posibilidades de promoción. Aquellos que trabajan duro, llegan alto. Y siempre hay trabajo para los que más se esfuerzan. E non preoccuparti per los hombres de Maranzano, ragazzo. Esos cerdos no se vengaran en vosotros, y si acaso lo hicieran ¿prefieres estar solo o contar con nuestro apoyo? - Al decir aquella última frase, Don Giuseppe se inclinó en el respaldo y extendió sus gruesos brazos sobre la mesa con las palmas de las manos inclinadas hacia arriba. Aquel pequeño espacio entre ambas manos parecía enorme, pues significaba mucho más que el aire que había entre ellas. Significaba un gran poder, decenas de hombres dispuestos a matar con solo que él lo deseara, policías comprados, políticos en nómina, mercaderes a sus pies, y sobre todo respeto. Su figura, a pesar de ser la de un campechano siciliano afincado en Nueva York, parecía grandiosa, majestuosa e imponente en aquellos momentos.