Partida Rol por web

Esto parece bastante rutinario, como todos los días desde que comenzaron las muertes.

La rutina de todos los días. Levantarse, llegar al puente de mando, contar los que hay e ir a buscar quién falta.

Esta vez, Helena Cain no aparece en el recuento.

Corréis hasta su camarote y allí la véis. Muerta, claro. Abrazada a una de las columnas, atadas sus manos, completamente desnuda y con su columna vertebral arrancada de cuajo por su espalda y dejada a un lado junto con su cabeza, formando un espiral en el suelo.

Pero como la rutina, siempre hay algo que la rompe...

Esta vez, el que la rompe es un muerto... un muerto inocente...

Uno de los guardias revisó el laboratorio del doctor... el buen doctor Cottle y sobre su escritorio, encontró ocho jeringuillas, acomodadas una delante de la otra en fila, todas, cargadas con un líquido transparente. Junto a ellas, una nota...

"Amigos de Galáctica, me habéis matado. Me habéis matado y con ello la posibilidad de que sigua cumpliendo con mi trabajo. No obstante, os he dejado un regalo a todos. Ocho jeringas, cuatro con antídoto, otras cuatro, con un simple e inocuo suero. Uno de vosotros ha sido inoculado con un virus carnívoro. No os preocupéis, no es contagioso... pero si mortal. Dentro de veinticuatro horas, uno de vosotros morirá, salvo que consiga el antídoto. Es así de simple, cuatro jeringas con antídoto, cuatro con suero. ¿Quién será el infectado? Nadie lo sabe. Echaos a suerte quién consigue el antídoto, como habéis hecho con mi muerte. So say we all."

Despierto, y una vez compruebo que sigo vivo, salgo de mi cuarto y voy al puente de mando, donde se suelen reunir para intentar deducir cada día quien consideramos que es cylon, aunque hasta el presente, sin ningún éxito. Entonces veo que hay gente agitada y poco después comprendo el porqué. Eso era demasiado para aguantarlo. Cain destrozada, con la cabeza separada y desnuda. Ningún estómago aguantaría eso. Echo todo lo que tenía en mi cuerpo, la vomitona sale como una catarata.

-Brrrfffffffff, corfffff... -Cuando empiezo a recuperarme digo a todos.- Esto es demasiado, ¿esto ocurre todos los días, así de sangriento? ¿cómo lo aguantan?- el dolor y la sensación de que me dolía todo seguía ahí. Al final, ayer, la cura había sido muy rudimentaria. El doctor fue eliminado antes de que me tratara del todo.

Antes de que pudiera decir que el día no podía empezar peor, encontramos una nota. El "buen" doctor, cuando se enteró de que él podría ser el acusado y que sería sentenciado, inoculó un virus a uno de nosotros. El hijo de puta se iría tranquilo a la tumba, intentando llevarse a alguien con él.

-¿Veis al doctor capaz de hacer esto? ¿de tener ese resentimiento? Francamente, no hay casi normal en esta nave, todos quieren matar sin saber ni al que se llevan por delante es inocente o no- me puse algo blanco y proseguí- Esto no habría pasado si no hubieran cogido a Cottle como chivo expiatorio- dije mirando a Fisk y Zarek, los que lo acusaron con más aínco.

Mientras pensaba si lo del virus carnívoro era cierto o no, horrorizado recordé que ayer estuve con él en la enfermería, ¿seríamos yo o el coronel Tigh los elegidos mientras trataba de "curarnos"? Yo no recordaba que me inyectara nada, pero ayer estaba muy débil y pude no haberme dado cuenta. ¿O habría inoculado a otro cuando estaba distraído? Por si fuera poco el tener que preocuparnos todos los días de quién era el traidor, surgen nuevas dudas y problemas. ¿Realmente habría antídoto en alguna de las jeringas?

Llegó apenas notó que la almirante no estaba, corrió hacia su habitación. El peor de sus temores se había cumplido, al frente, Caprica y Conoy habían llegado, pero como un toro furioso, los aparta de un empujón -Alejaos! malditos buitres!!- dijo mientras caminaba y se arrodillaba, con lágrimas en los ojos.

-Al-Almirante... C-Cain...- dijo al observar el espectáculo sangriento de la muerte de quien fuese su superior. -Esto es...- dijo mientras lanzaba un puño contra el suelo.

-Ahora no nos queda esperanza, la Almirante era la única oportunidad que teníamos de derrotar a los Cylons, y ahora se ha ido, no hay esperanza para la humanidad... estamos todos muertos- dijo mientras se levantaba. -Deje ese rostro de idiota, me importa un comino lo que vayáis a hacer con la bromita del doctor- dijo apenas mirando hacia atrás -dejadme una jeringa, si queréis, no importa ya, dará lo mismo, estamos todos muertos. Muertos.- dijo y se aproximó al más cercano, que resultó ser Conoy.

-Usted me ayudará, la almirante tendrá los honores de un funeral, y usted me ayudará, busque uno de los cajones de la flota...- y se acercó -y si se niega, no dudaré un segundo en obligarlos, en obligarlos a todos, por las malas- dijo con el aspecto enfurecido, de quien ya no recurrirá a las palabras sino a la violencia. Sus ojos enrojecidos, ocultaban su tristeza y su desesperanza.

-Este es el fin del Pegasus- dijo lúgubre, y se acercó, para desatar el cuerpo, mientras lo ponía en el suelo. Silencioso, mientras trataba de arreglar un poco aquel sangriento espectáculo. Solo suspiraba. Luego, buscó en el cuarto de la Almirante, una bandera de la flota, y empezó a envolver el cuerpo con un aire de solemnidad...

La noticia de una nueva muerte brutal, cerciora el echo de que alguno de los dos ultimos muertos era el asesino, y por la nota tal vez fuera el Doctor.
-Parece que usted tambien se equivoco Simon, dijo sin mirarle a la cara mientras observaba la mesa, el asesino no es Fisk puesto que el una vez mas esta vivo y esta noche solo ha muerto alguien a manos de las tostadoras. Una lastima, deseaba quitar de mis sospechosos a ese hombre, pero parece que vuelve a la lista.

Se camino entonces hasta la pared para apoyarse alli recapacitando sobre las jeringuillas.
-A pesar de ser un asesino, no creo que luchara contra la humanidad de la nave, asi pues sabiendo que Tory y yo somos inocentes por la acusacion del Cylon Romo, no creo que nos haya inoculado nada a nosotros dos, asi pues yo elegire la ultima... pero somos nueve y aqui hay solo ocho, quiere eso decir que debemos votar igualmente este dia a otro y ¿Arriesgarnos a que uno mas pierda la vida? Ese viejo era un retorcido vengativo.-Menciono sin apice de delicadeza.

-Madita sea, e contado a Helen... somos ocho realmente no nueve, aunque eso no cambia las cosas ¿Verdad?

Helena se había retirado a su camarote, vencida por el cansancio. Sus huesos estaban entumecidos por la falta de ejercicio, que hacía cada día. Pero desde que la Pegasus desapareció, su rutina se vió afectada por una monotonía intensa y profunda que afectaba a la Galactica y a su tripulación. Nada de ejercicio hará que ésta gente se vuelva insignificante y poco amenazadora, se decía para si misma al principio. Y que verdad, pues el descubrir que un asesino andaba suelto por Galáctica ya era malo, pero además saber que había Cylons infiltrados era peor, y quizás lo que más hacía que se mantuviera en alerta. Helena se quitó la ropa, y se metió en la ducha cuándo escuchó ruidos, alguien intentaba forzar su puerta. Rápidamente, agarró su machete de combate y esperó unos segundos, empapada y desnuda a su oponente. Vaya, parece que se nos ha colado una rata, sabes cuántos dolores de cabeza nos has dado hij@ de puta?

Te voy a destripar cómo si fueras una res...

El combate no duró mucho, aun con la gran perciia en combate cuerpo a cuerpo de la almirante, no pudo hacer frente ante la brutal paliza que su oponente la dió. Con un golpe en la nuca Helena cayó inconsciente. Minutos despues se despertó maniatada a una columna, mientras su enemigo la esperaba con su propio machete, esperando a clavarselo y a disfrutar con lo que estaba a punto de hacer. Subitamente el frio filo se estaba clavando en su espalda, desgarrando la piel cómo si un cuchillo caliente atacara a la mantequilla, mientras bajaba lentamente. Helena intentaba aguantar el dolor, por el hecho de no darle el máximo placer a su adversario y para mantenerse firme hasta el final. Lo útimo que sintió Caín fue un fuerte y seco tirón, mientras su adversario lanzaba su espina dorsal contra la pared. Sin duda, la muerte no fue rápida, ni sin dolor.

Imposible. Sabía que Fisk no tardaría en volver a ser un gilipollas, por mucho que dijera él ayer tras la muerte del doctor. Yo estaba afectado por la muerte de Cain y por la extraña "venganza" del doctor y esa escoria de Fisk se atrevía a seguir dando órdenes, como si yo no lamentara la muerte de Cain. Yo siempre la defendía y su muerte, y más aún la forma en la que ha muerto, me tenía muy afectado. Pero al feriante de Fisk no le preocupaban los sentimientos de los demás.

-Estaba más que dispuesto a darle un funeral digno a la almirante del Pegasus, siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás y a intentar desentrañar esta trama. Pero si vuelve a "insinuar" que utilizará la fuerza a los que no obedecen sus niñerías, recibirá el puñetazo que no le dí pero que se merecía, cuando recuperé la consciencia, por haberme acusado injustamente hace unos días, difamándome y luego torturándome. No sé si en mi ausencia los demás tripulantes te han consentido esa actitud, pero yo desde luego te advierto que a mí no me tratarás como a un trapo. Haré lo que pueda por respeto a Cain, pero vuelva a hablarme de esa forma y el dolor de mi pié en su culo no se le olvidará jamás.

¿Como podía ser alguien tan desconsiderado, autoritario e insensible? Claro que el problema quizá estaba en que pensaba en "alguien" y no en algo. Aunque a lo que más se asemejaba era a una rata.

Una nueva muerte, tan brutal como todas las demás. Un nuevo día para linchar como bárbaros a un nuevo compañero... Estaba claro que aquella situación estaba alterando hasta la locura a los miembros de la tripulación conjunta del Pegaso y la Galáctica. Lo que había planeado Cottle... era demasiado para Simon. Su mente racional no llegaba a comprender aquella locura, por lo que ni siquiera prestó atención a Zarek, simplemente se limitó a contemplar con impotencia las ocho jeringuillas ahí colocadas sin decir ni una sola palabra.

Aquella noche lloró en la cama. Solo quedaban 9, no quedaba ningun baluarte de salvación como habian sido Adama (aunque votase por él) y Sherman.

A la mañana siguiente, las cosas no habian cambiado, salvo por un detalle. Habia vuelto a morir una sola persona como ya habia ocurrido en una ocasión. Pero aquella vez, la muerte de Ellen Tigh había sido limpia, sin embargo esta vez... lo que le habian hecho a Helena Cain era monstruoso. Se quedó en estado de Shock viendo aquella habitación, el cuerpo ensangrentado y aquella cosa en el suelo, como si fuera una burla a los humanos que aun seguian vivos. Como si les estuvieran diciendo: Quedais pocos y no podeis hacer nada para remediarlo.

Al escuchar a Leoben vomitar, la mujer aparta la vista asqueada ante aquella muerte. Se la revolvió el estomago, pero poco a poco habia ido consiguiendo controlarlo. Ocho dias seguidos de pánico, de ver todo tipo de muertes, parecía una broma de los dioses.

La reacción de Jack no se hizo esperar. Más afectado de lo normal, más incluso que tras la muerte injusta de Sherman, y de la muerte de Billy. ¿Pudiera estar sobreactuando? No podía ser.. aunque cualquier cosa era posible.

-Tom, no creo que por haber sido votados por Romo nos libremos de nada, Fisk seguirá desconfiando de mí- dijo mirando al hombre grandote que lloraba como un bebe. -Acabemos con esto cuanto antes- refiriendose al funeral de la Almirante -hay que respetar a los muertos, aunque sea la primera vez que lo hagamos en estos ocho dias... por mi parte pensaré en todos ellos, salvo en el bastardo de Romo-

Cuando descubrieron la nota de Sherman, no pudo hacer otra cosa mas que reirse ante lo allí acontecido. El bueno del doctor se habia guardado las espaldas, y habia dejado una bola en juego para cuando muriese. -Así se hace..- Al menos el doctor tendria su venganza.

Starbuck observa el "espectáculo" gore con frialdad, pero no sonríe.

Serán cabrones...

Murmura para sí misma antes de dar la vuelta pasándose una mano por el pelo para echarlo hacia atrás y salir de aquella sala. No le parecía bien que Fisk mostrara aquel comportamiento ante Cain cuando no lo había hecho con ningún otro tripulante. Ella, por su parte, seguiría el mismo procedimiento de siempre. Ir al gimnasio a pegarle una paliza al saco de boxeo y no pensar en el tema. Era sencillo una vez te habías acostumbrado a aceptar órdenes sin preguntar.

Sin embargo, estaría de vuelta para el reparto de jeringuillas. No iba a quedarse sin su antídoto. Procuró también hacer caso omiso al "plan" del doctor.

El muy hijo de puta... que callado se lo tenía... Pero no puedo reprochar nada. Yo habría hecho lo mismo...

Una sonrisa de medio lado aparece ante este último pensamiento mientras la rubia se dirige a las instalaciones del gimnasio de la nave.

Cottle había resultado ser humano... sí... pero bastante vengativo. Si ese era el tipo de hombre que debía salvar a sus pacientes no le extrañaría nada al Coronel Tigh que estuviera confabulado con esos malditos cacharros ambulantes.

Por todos los demonios...   exclamó al escuchar la nota del bastardo de Cottle No me lo creo... Ustedes puedeen dejarse engañar por ese cabrón vengativo, ¡pero yo no pienso inyectarme nada de lo que haya dejado preparado! Seguro que lo que hay en todas esas jeringuillases veneno, y el que se las inyecte casca...

Renuncio a elegir nada, no me importa quién lo haga primero.

En cuanto al cylon, que es la verdadera razón de que estemos muriendo uno tras otro... dijo mirando muy seriamente a cada uno de los presentes Un día tras otro la gente acusa al señor Fisk, y un día tras otro, van muriendo compañeros. Ya estoy harto! ¡Fisk, le acuso a usted, claramente y ante todos! Y si muero...que los dioses de Kobol le guarden, porque si existe un más allá le encontraré...

Tigh, en un arrebato, acusó a Fisk y renegó tomarse la inyección, alegando que el doctor podría haberlas envenenado. Yo había pensado también en renegar mi jeringa para no entrar en el juego macabro del doctor, pero el miedo a la muerte también era fuerte en mí. ¿Sería capaz de renegar una posible cura? ¿Y si como dice el coronel había alguna contaminada? Un cúmulo de sentimientos extraños pasaba por mi cabeza.

Intenté aligerar la carga mental que sufría haciendo alguna tarea, así que busqué uno de los cajones de la flota para el funeral de Cain. Pero mientras lo hacía, pensaba si Tigh tenía razón en sus acusaciones. ¿Fisk era realmente el cylon? La verdad es que si no lo era, no se nos podría culpar al sospechar de él. Siempre manipula y acusa sin miramientos y hasta ahora nunca ha acertado en sus "deducciones". Lo hizo con el doctor, con Biers, conmigo y según tengo entendido, con más gente. Y nunca le ha preocupado al que se ha llevado por delante, ¿se merecerá probar su propia medicina? ¿Tras la fachada del desgraciado hay una inteligencia artificial engañosa y estratega?