Partida Rol por web

No me parecía muy prudente irme a dormir, pero no me sentía del todo bien y decido recostarme en algún lugar cercano en el que pueda seguir escuchado a aquel que osara seguir colocando las cartas sobre la mesa y mas si se trataba de cierta persona que decía adivinarlas.

Me quedo pensativo por las palabras de Timon

-es cierto, de la lista de Niobe Timon es el único del que me fiaba antes de que la diese a conocer, ya que el te lo pide, si de verás eres la vidente, desvela su poder, con eso tu identidad quedará demostrada sin necesidad de examinarme esta noche y asi podrás investigar a quien tu consideres mas sospechoso, yo incluido-

 Miro a Timon y luego a herodes -Bien ya que la gran mayoría duda de mi don, lo diré, si no he desvelado los demás dones que se, es por privacidad de su propietario/a, pero ya que Timon esta tan decidido, te diré Timon- lo miro-que eres El feroz, dime si me equivoco...- miro a Herodes y Timon con verdadera tristeza -Es realmente alentador que cuando alguien intenta ayudar, la acuséis, gracias-

Cuando escucho a Niobe bajo la cabeza y suspiro -te creo, entonces Posca murio por mero azar, porque tres personas votaron casi al azar y el cuarto voto loco y ciego a todo. Que desperdicio-

Estoy muy cansado, agotado, y me voy a dormir, veremos que pasa esta noche

 Sin mirar si quiera a los implicados, suspiro, fue hacia Eirene y le beso en la mejilla -Espero verte mañana, aunque no cuento con ello- le sonrió débilmente. Se fue a dormir a un rincón sola, pues debía pensar si aquellos que le habían ofendido tan gravemente de verdad merecían aun su ayuda.

Lo que acababa de pasar dejó a  Bruto todavía más confundido de lo que estaba antes. No sabía si esperar la respuesta de Timon o creer directamente a Herodes. Pero quizá pudiera hacer algo por salvar a Niobe - Puede que ya lo sepas Niobe, pero yo también guardo un secreto. Uno que ni mis familiares más allegados conocían. Si lo sabes no lo digas ahora pues sería peligroso para ambos, pero si no lo sabes no pierdas el tiempo en averiguarlo. -

- Mi voto no fue producto del azar, me tomo las vidas con mas aprecio que muchos de los que estáis aquí. - dijo Erastes - Simplemente no me fiaba de ese hombre y hacía tiempo que sospechaba de él. Quizá lo peligroso son aquellos que votan en grupo para ir eliminando a la gente de su camino y hacerse la vía libre. ¿Quien sabe?

 Miro a Bruto, ya tumbada -No es mi deseo, airear los dones de cada uno, se de muchos de ellos, pero la privacidad es algo que valoro, para mejor o peor fortuna yo puedo averiguarlos, pero no me corresponde a mi hacerlos saber, solo puedo decir quienes no son cristianos-

- Te lo agradezco, pues no es el momento. Tan sólo espero poder contribuir a que sobrevivas a esta noche y acabemos de una vez con este misterio.-

Una chispa de furia arde en mi por las palabras de Erastes -si tenias sospechas fundadas debiste hablarlas, pero tu y Merula solo os dedicáis a moveros en silencio sin compartir nada, ¿como no pensar en vosotros con sospecha? ¿por que crees que Niobe perdió esas noches investigandoos?, tal vez si hubierais dicho algo os hubiéramos mostrado la estupidez de votar a Posca, pero ahora el esta muerto, de nada sirve insistir-

Respondo a Timon - Porque de todos los dones posibles que las personas pueden desarrollar he ubicado ya la gran mayoría de ellas. Pero una de las que me queda por ubicar, se por experiencia que los que la desarrollan suelen tener tendencia a esconderse para su propia protección. Me he dado cuenta de que quizá era el caso de Quintus y que entonces estaría cometiendo un error fatal al acusarlo.-

-Pero el ha negado tajantemente poseer algún don especial a pesar de que muchos aquí han sido revelados. Por tanto no me deja más remedio que mantener mis sospechas a la espera de lo que ocurra esta noche. A propósito del tema, que salga ahora y diga yo soy tal o cual ya no me serviría, sintiéndolo mucho es demasiado tarde. A falta de, como he dicho, lo que ocurra esta noche-

En mitad de la noche te despiertan unos ruidos y sobresaltado observas como una figura femenina iluminada combate contra alguien en la oscuridad, en la entrada de tu cuarto. Asustado te retiras hacía la pared con el gladius en tu mano y un liquido goteando entre las piernas hasta que finalmente el ruido de combate acaba y puedes ver por un instante la imagen de atia a contraluz que te lanza un beso antes de desaparecer.

Estas muerto, el vigilante te ha eliminado.