Partida Rol por web

Pues Tolman, yo en un momento bajaré y te acompañaré. Primero quiero echar un vistazo aquí en la cocina. No me gustaría continuar sin revisar las demás habitaciones. - Y se puso a inspeccionar la cocina. Se tomó su tiempo, echó un vistazo general y luego descendió lentamente hacia la zona inferior. 

Una vez debajo en lo que antaño pudo haber sido un almacén le dijo a su compañero. - Ten cuidado Tolman, no toques nada. Primero revisa por trampas. Si no tienes cuidado podrías lastimarte. - A continuación hecha un vistazo en la habitación. La mesa, el candelabro, las antorchas. Le llama sobre todo la atención el cuadro lleno de cortes y también la vara. Sin embargo hay algo mucho más llamativo. - ¡Hey muchachos! Jamón... Y serrano. ¿Alguno quiere un trozo? ¡Y también hay cerveza! - El elfo gritó eufórico mientras se relamía los labios. 

- ¡Perfecto! - dijo Tolman a Gallind dejando ver que sería posible que no iba a tener demasiado cuidado.

Tom salió de la habitación buscando las habitaciones. Fue despacio, fijándose en alguna cosa que le pareciera extraña o intuyendo si podría haber algún tipo de trampa. Mientras iba avanzando, en su cabeza resonaban las palabras de Gallind: “Ten cuidado Tolman, no toques nada. Primero revisa por trampas. Si no tienes cuidado podrías lastimarte.” Estaba claro que exageraba en esa zona no podría haber trampas si era donde más cohabitaban.

Pasando por la despensa, vio de refilón ese jamón ahumado y, mientras se le hacía la boca agua llegó a las habitaciones(7).

Una vez allí se le vino de nuevo el recuerdo del sindar, a si que se puso a husmear entre lo que pudo hallar. Aprovechando, se fijó en sí había alguna trampa… “Ese sindar… se preocupa más de mí que yo mismo” pensaba el hobbit mientras seguía buscando.

Finalmente se acercó a los cofres. Había cinco,  y de tres de ellos, a parte de basura encontró unas monedas y poco más. Cuando hubo acabado se acercó al primer cofre que no pudo abrir. Sacó su ganzúa y se dispuso a abrirlo. Instantes después, unos ruidos le indicaron que parecía que estaba habiendo, a si que paso al segundo e hizo lo mismo. Un segundo ruido, muy parecido le indicó que estaría abierto… a si que guardó su ganzúa y se dispuso a rebuscar en ellos con la esperanza de que ambos estuvieran abiertos.

Ojeas el mapa, pero no sabes a ciencia cierta qué significan los símbolos que hay en él diseminados.

Te pones a recoger las armas de los cuatro bandidos y las amontonas al lado del hogar, en la cocina. Las cuatro armas están en buen estado.

-Acair portaba una maza.

-Maisi portaba una espada y cuatro dagas.

-Bruad portaba un hacha de guerra y una ballesta.

-Imledair portaba una espada.

En la cocina no encuentras nada reseñable, solo que la usaban los bandidos para cocinar.

Parece que los bandidos utilizan la despensa como comedor, además de como lugar de ocio. La vara de madera sirve para practicar la lucha con espada y el dibujo en la madera es una diana, utilizada para practicar el lanzamiento de cuchillos. El candelabro parece tener algo de valor.

Aparte de lo que he narrado, no ves nada reseñable.

Parece que los bandidos utilizan la despensa como comedor, además de como lugar de ocio. La vara de madera sirve para practicar la lucha con espada y el dibujo en la madera es una diana, utilizada para practicar el lanzamiento de cuchillos. El candelabro parece tener algo de valor.

Aparte de lo que he narrado, no ves nada reseñable.

Logras abrir sin dificultad el primer cofre, el cual contiene:

-Ropas y objetos personales sin valor.

-23 monedas de cobre.

-7 monedas de plata.

El segundo cofre que logras abrir contiene:

-Ropas y objetos personales sin valor.

-24 monedas de cobre.

-8 monedas de plata.

Aparte de lo que he narrado, no ves nada reseñable en el dormitorio común.

No ves nada más, aparte de lo que has encontrado.

Rilwen coge la espada de Imledair, otra espada es lo que necesita, y deja el resto para que sus compañeros puedan coger lo que necesiten. Prueba la espada examinando su equilibrio, y comportamiento, antes de hacerle un sitio en su espalda. Luego va al dormitorio (habitación 7) y registra la habitación además de tratar de abrir los dos cofres cerrados. 

Tras haber acabado de rebuscar en el dormitorio donde parecía que dormían los bandidos de menor rango, Tolman se fijó en la puerta que había en la derecha. Conducía a otro dormitorio (11), en el que dentro pudo ver un par de camas, una mesa, una silla... y un enorme cofre. Antes de comenzar a rebuscar y de saquear la habitación (como buen saquehobbit) decidió una vez más acordarse de Gallind y sus recomendaciones "No vayas a lo loco" no sabía como pero ese sindar se le había metido en la cabeza...

Echó un vistazo a la sala, se guardó ese par de dagas que había visto encima de la mesa y hurgó entre las ropas, por si había algo de valor. La mesa la puso patas arriba, pues igual había suerte y encontraba la llave del cofre. Poco encontró... a si que decidió darle una vuelta a este último.

Observó la cerradura, se tomó un poco de tiempo... después las bisagras y los cierres. Poco más tenía que ver, pues la sangre le hervía y era por no sacar su ganzúa e intentar abrir aquel enorme premio que tenía delante, a si que se puso a ello.

Insertó una, debajo la otra... y como si fuera un baile, danzó con ellas dentro de la cerradura hasta que escuchó ese delicioso sonido. Clik. Con los ojos como platos se dispuso a abrirlo.

El enano resoplaba mirando el mapa. En cualquier otra circunstancia, hubiera soltado el mapa, y hubiera "escapado" a realizar la ronda, pero, si tenía algo claro. - Si no sabemos que significan los símbolos al no tener la leyenda, lo mejor es ir e investigar, poniéndonos siempre en lo peor. Empezó a resoplar otra vez y buscó donde sentarse. - Lo siento chicos, pero, igual necesito un descanso por un ratito. Su mente corría por escondites, trampas, lugares donde emboscarse y atacar a los que fueran a cruzar.... y mil perrerías más. - Pero teniendo el mapa, sólo es cosa de ir e investigarlo... con mucho ojo. Advirtió, pensando que siempre puede haber trampas, gente defendiendo o cosas malas esperando a investigadores inadvertidos.

Logras abrir el cobre con tus ganzúas y ves lo siguiente:

-Un anillo de oro y zafiros.

-Una copa de plata tallada con dibujos de flores y con incrustaciones de pequeñas joyas.

-Monedas de diversas acuñaciones: 3 monedas de oro, 42 monedas de plata y 157 monedas de cobre.

Aparte de lo que he narrado, no ves nada reseñable en el dormitorio.

Tolman se había hecho ya con un pequeño botín, todo de forma limpia, rápida y eficaz. Éste último hallazgo había sido importante, a si que se rellenó los bolsillos como pudo y salió en dirección a la última habitación(10) que le había parecido ver.

Se dirigió fuera, y fugazmente se cruzó con Rilwen, que parecía que iba tras sus pasos.

- Te he dejado ahí un candelabro que tiene buena pinta... por si te lo quieres llevar.

Sin esperar respuesta fue directo a la habitación. Se detuvo en el quicio de la puerta, asomó la cabeza y se dispuso a observar. Dentro de sí mismo algo le decía que allí no había peligro alguno, pues eran las habitaciones, pero el recuerdo del maldito sindar le volvía a resonar en la cabeza "cuidado donde metes las manos" parecía que le había embrujado de alguna manera, a si que echó un vistazo antes de entrar. No pudo ver nada que le llamara la atención a si que se fue directo a rebuscar en la mesa. En ella encontró un montón de papeles que no le interesaban de nada, y demás cosas que no podría darles uso.

Unas risas se le vinieron a la cabeza cuando vio el candelabro, hermano del que le acababa de decir a Rilwen que cogiese... a si que se quedó con la copla y lo dejó en medio de la mesa, visible. Si la medio elfa no se los llevaba, él no los iba a dejar allí.

Finalmente llegó a lo que más le llamaba la atención. El baúl. Parecido al anterior, igual de grande, mismas bisagras... ya sabía como funcionaba el mecanismo a si que le dedicó unos instantes a observarle por si las moscas. Pocos instantes después ya lo había reconocido, y con ansia sacó su ganzúa... iba a empezar el baile. La primera por arriba... la segunda por debajo... clik clik clik chas! Un pequeño ruido como que no había podido pasar bien la ganzúa sonó, a si que retomó de nuevo la anterior posición y siguió con ello. Finalmente se escucharon unos dulces sonidos para sus oídos de hobbit y le pareció que estaba abierto.

Este es el candelabro de valor. - Dijo Gallind secundado a Tolman. Y señalo al candelabro de buena manufactura algo cascado que se encontraba en la sala almacén/comedor (6). - Por desgracia, ni este bastón ni el cuadro son de mucha utilidad. Al parecer los bandidos los usaban para practicar en los ratos libre. Lucha de espadas con uno y tiro al blanco con el otro... En fin. Revisaré el fondo de esto mientras Tolman revisa las habitaciones. Puedes venir si quieres - Y se dirigió hasta la cueva natural escavada en el subsuelo. 

Echó un vistazo a todo el botín que los bandidos habían recolectado últimamente y tomó el anillo de oro, puesto que le llamó la atención. - Curioso hallazago. - Luego continúo hacia la habitación final del túnel. Se detuvo en seco, observó cualquier anomalía que alertara la presencia de una trampa y luego entró para hacer un recorrido visual de la zona. 

Por último, mientras regresaba hasta la estancia comedor/almacén (6) analizó con su magia el anillo con la esperanza de hallar magia sobre el. - Veamos si nos ocultas algo pequeño. 

Rilwen acompañó a sus amigos en el registro del resto de la fortaleza, tratando de ayudar en aquello que fuese necesario y registrando las salas por las que fueron pasando, en especial aquellas en las que había cofres cerrados. Estaba interesada en localizar alguna carta o pergamino, que pudiese indicar alguna conexión entre estos ladrones y el exterior, al menos con Bree sabía que podría haber alguien que tendría relación con estos malhechores. 

Al llegar a una sala en la que hay varias armas (sala 8) se fija en las dos espadas, a parte de echar una ojeada al resto. 

La idea que tiene es dirigirse luego a la sala 11 y llegar finalmente a la 10. 

Se sentía algo vacía esta inspección, varios de sus compañeros se habían quedado arriba, seguramente descansando. - Al fin y al cabo ha sido un arduo combate. - Pensó. Y luego se metió en las habitaciones. - ¿Eh, Tolman, has hallado algo? - Le preguntó a su pequeño amigo. Echó de reojo un rápido vistazo a su alrededor. - Valla, tenían toda una casita montada por aquí. - Luego observó a la Semi-elfa manipular un juego de espadas. - ¿Quieres que las revise? - Le preguntó y lanzó sobre ellas su poderosa magia. 

Tolman estaba entusiasmado con el "pillaje" y se movía rápido por las habitaciones. Cuando le preguntó Gallind le miró un momento, sonrió y con una leve risa salió corriendo.

- Ji ji ji jiiiiii ¡¡¡voy a la cueva!!!

Salió escopetado en dirección hacia una abertura que había visto antes, y que daba a una cueva (8). Antes de cruzar el túnel se detuvo y echó un vistazo. Tras corroborar que no había nada peligroso lo cruzó hasta la siguiente zona. Se cruzó con barriles, cestas, bolsas... Le llamó la atención la mala manufactura que estaban haciendo con el túnel. "Chapuceros" pensó mientras seguía mirando.

Finalmente continuó buscando entre todo lo que de repente se encontró. "Esto parece una armería..." pensó mientras urgaba por todos lados buscando algo que su instinto le dijese que merecía la pena.

- Ten cuidado Tolman, no vayas a meter las manos en algo mas grande de lo que debes o puedes - le comento Lily a su hermano,mientras que ella se sentaba. Todo había pasado demasiado rápido y había acabado con la vida de una personas, eso no la dejaba en paz y no sabía como sentirse. 

A continuación Rilwen se dirige a aquel otro dormitorio (sala 11) y la registra. Para finalmente llegar a una sala en la que hay una mesa con abundantes documentos (sala 10), esto era una de las cosas que ella estaba buscando, así que se pone a registrar la mesa y a leer los diferentes documentos, en busca de cartas o algún documento que pueda tener información de lo que hacian los ladrones y con quien estaban relacionados. 

La joven peliroja se siente agotada despues del combate, demasiadas emociones intensas para alguien que anhela la vida tranquila del bosque. Por eso, escuchando desde la distancia los gritos entusiasmados de los nuevos cazarecompensas de Bree, prefiere dejarles el trabajo de rebuscar y clasificar las riquezas a ellos.

Tatharina disfrutara de un poco de silencio y tranquilidad que le permitirán poner sus pensamientos en orden con la excusa de estar cuidando y vigilando a la banda del Corazón Negro. - Casi los perdemos esta vez, si no fuera por esa daga mágica el jefe podría haber acabado con nosotros sin dificultad. Tal vez usar una rama como arma principal se me esta quedando un poco corto para el calibre de los últimos enfrentamientos. Debería intentar remplazarla por algo más útil... Y así, perdida en sus meditaciones, pasó el tiempo hasta que volvieran sus amigos con las manos llenas.