Partida Rol por web

Os mira aterrorizado y al ver que su compañero pasa de secundarle, decide ir por su cuenta e intentar salvarse.

-"En la banda somos ocho integrantes e Imledair es nuestro jefe, Imledair Corazón Nego. Es un hombre muy despiadado, da mucho miedo, más que nadie al que haya conocido. Vivimos en una fortaleza al norte de aquí, a unos veinte minutos de camino desde este punto. Aquí venimos todas las mañanas para vigilar el Gran Camino y ver futuras presas, aunque cada cierto tiempo uno de nosotros va a la Colina de Storch a vigilar Bree. Sobre todo cuando tenemos algún aviso de nuestros informantes de allí sobre algún mercader rico. Como bien ha dicho esa mediana, los caballos os sabrán guiar hasta la fortaleza. Es un antiguo castillo abandonado, pero aún conserva parte de las murallas y alguna torre. Pero no os aconsejo ir, Imledair es malvado y fuerte. Si os ve por las cercanías os matará, y a mi si vuelvo." Os dice entre jadeos.

Os mira satisfecho, dando a entender que ha colaborado y que no tiene por qué morir.

-"Os he respondido a todo lo que preguntabais. No sé que más deciros, ya os lo he contado todo. Ahora, por favor soltarme. Prometo irme de aquí sin mirar atrás, os lo juro. Por favor, soltadme, os he respondido a todo." Dice con voz lastimera.

Gisulf, que está al lado, ni siquiera mira a Damah. Tampoco os mira a vosotros, si no al suelo. Parece resignado a lo que le suceda e ignora a su compañero. Puede que le tema más a Imledair que a la propia muerte...

Gallind vió, con asombro y desde la lejanía, como uno de los bandidos se quebró. El elfo estaba algo retirado del epicentro y las palabras llegaban vagamente. - Al final, les resultó el cuento... esperaré a ver que hacen ahora. - Se quedó contemplativo viendo de reojo lo que hacían sus compañeros. Luego se giró y observó a la lejanía, detrás de la colina. - Una fortaleza... no muy lejos de aquí... - Decía para si meditativo mientras volvía a prestar atención a la acción. - Espero que tengan alguna idea sobre que hacer con ése par ahora que ya nos han dicho lo que necesitábamos. 

Al ver que uno de los bandidos colaboraba y que nadie venía en su ayuda, Tatharina comenzó a bajar del árbol. Miró a Gallind horrorizada por el espectáculo macabro que había estado escuchando. - ¿Parecía que lo estaban disfrutando, no?

Se fue acercando a los bandidos por si necesitaban ayuda. - Que brutalidad, en que momento nos hemos convertido en esto. No creo que Holfast contemplase con buenos ojos actuar así en nombre de Bree. Se arrodilló frente a Damah notando el terror en su rostro. Sacó de su zurrón un paño y estrujó en él una Saeta de agua. - Ya pasó todo diablillo, gracias por colaborar con nosotros. Le dijo mientras le pasaba el paño por los labios, retirándole la sangre y aliviando su dolor.

Lily sonríe al quebrarse el bandido. - Muchas gracias por colaborar - le dice a Damah - ahora todo esta bien. So nos permites tengo que conversar con mis compañeros a solas unos minutos por favor.

Lily les indica a sus compañeros si pueden salir de la cueva, pero antes revisa las ataduras de ambos para ver que sigan fuertes y no se hayan estado intentando soltar. 

Esperando que sus compañeros lo hayan seguido afuera, los junta a todos y en primera estancia les cuenta TODO lo que Damah les ha dicho.

- Bueno estimados, le pido disculpas, si mi métodos no les han parecido, pero necesitábamos la información y mis palabras de eso no pasan. Sin embargo hemos logrado conseguir la información y ahora tenemos que decidir que hacer con ella e idear un plan. - Mientras mira a sus compañeros - yo tengo una idea, aunque creo que los expertos en el arte de la guerra deben opinar. Por lo que nos ha dicho Damah, son 8, menos los 2 que tenemos ya quedan 6, que pasaría si mandamos un caballo sin jinete, podrían pensar que algo paso y mandarían un grupo a investigar? o vendrían todos, porque sino podríamos hacer la misma técnica. - Mientras mira a Gallind le pregunta - ¿A cuantas personas más podrías dormir? pues si resulta mi plan podrían enviar a uno o dos mas y así ya en su guarida quedarían 4 o 5 y sería un número mas manejable.

Luego de una pausa continua - Así mismo la pregunta es que vamos a hacer con ellos dos, dejarlos me parece peligroso, si se hiciera mi plan y capturamos 3 o 4 si valdría la pena llevarlos a la cárcel y luego ir por los otros.

Luego se queda esperando sus comentarios.

La actuación había merecido la pena, uno de los ladrones nos dio toda la información que necesitábamos. Y ahora estaba el problema de que hacer con ellos.-No podemos soltarles, ya que podrían avisar al resto. Yo creo que lo mejor es dejarles atados dentro de la cueva en la que tenían los caballos. Y cuando volvamos les recogemos y les llevamos a Bree.-

Y ahora les tocaba pensar un plan de acción.-Tenemos hasta la tarde para que el resto piense que algo va mal. Ya que cuando estos dos no regresen el resto se pondrá alerta. Yo creo que lo mejor será bajar a por Orejas, y dejarle aquí. Y luego ir hasta la fortaleza, con cuidado de no ser descubiertos. Son seis y al jefe lo pintan bastante mal. Con un poco de suerte podemos pillar a alguno de ellos desprevenido. Y a la vista de la fortaleza tendremos que pensar en como entrar sin ser descubiertos. ¿Qué penáis?-Había llegado el momento de tomar decisiones, y tendrían que enfrentarse a los ladrones, pero debían de ser cuidadosos y pillarles por sorpresa. Como sería la fortaleza abandonada, y si era posible acceder a ella sin ser vistos, preocupaban a Rilwen. Así como el líder de esos ladrones, al que sus propios hombres tanto temían, sería un duro rival.

 Que poco prácticos. - Recogemos a orejas, y si los dejamos aquí, pueden escapar o avisar a los suyos.... Su vida importa poco, porque como bandoleros están condenados a muerte. Ejecutar aquí y ahora su sentencia es ahorrar recursos, tiempo y capacidad a la justicia... y nosotros ... nos quitamos de problemas. 

Sabía que le harían el caso justo, porque eran unos "blandengues" sus compañeros. Habían "roto" el hilo psicológico sobre ellos, y ahora ... sabían que había sido todo una treta. El enano aún mantenía esa máscara ... aunque fuera por el mero pragmatismo.

De entre las sombras apareció Tom, que parecía haberse librado del trabajo complicado y ahora solo quedaba el sucio. Decidir que se hacía con esos bandidos. Los miraba detenidamente, e intentaba sopesar el cómo decidir de que lado ponerse. Había varias propuestas sobre la mesa y no sabía cual era la mejor a si que propuso algo….

- Mmmmm yo creo que lo podemos hacerlo a suertes - dijo en tono burlón - o.. bueno la idea de Gláin de dormirlos definitivamente no me disgusta del todo… - Soltó ya directamente mientras clavaba su mirada en Damah - No creo que tengan palabra para prometernos que se perderán y no molestarán más. Tampoco me da suficiente confianza el dejarlos aquí atados sin más, y menos con el burro… son capaces de montarse en el e ir a avisar…

Hizo una pausa mirando al techo y pensando como casi nunca había hecho.

- Aunque no me guste, éste enano va a tener razón. A no ser… que los atemos, amordacemos, tapemos los ojos y los abandonemos en una dirección aleatoria… pero probablemente conozcan bien la zona y al final conseguirán volver…

Seguía dándole a la cabeza… tanto que parecía que le iba a salir humo de las orejas.

- Como decís, si esperamos a que vengan a buscarles y los diezmamos… yo no creo que sean de esos que cuidan a sus camaradas… y no podemos seguir perdiendo tiempo.

​​​​​​​Miró al resto buscando aprobación, pues nunca había tomado una decisión así, y sobre todo, nunca había condenado a nadie, pues lo más lógico que le decía su corazón era que los matasen. Cuando hubo acabado la pasada, buscó con la mirada a Lily, quería ver si ella lo aprobaba, para él era importante.

- Pensad que hubiera sido como un combate que hubiera llegado hasta su fín. - dijo con un tono de culpabilidad a la par que de disculpa.

- En eso tienes razón hermano, pero tampoco somos como ellos unos crueles bandidos y asesinos, creo que para todos matar en una pelea es diferente que a alguien desarmado. - dice Lily sonriendole a Tolman. - ¿Podemos probar si son asesinos con las dagas y si es así eso cambiaria las cosas para algunos? - luego busca la daga y la deja a vista de todos

Respondiendole a Tatharina. - Si, lo parecía. Me alegro que ya haya terminado. - Y luego regresó las miras en torno a sus compañeros que se alejaban de los bandidos y tenían las impresiones de buscar juntarse para trazar un plan.

Cuando Lily se disculpó de sus métodos, Gallind le respondió. - Si, lo entiendo pero deberíamos cuidarnos de no pasarnos de la raya o más temprano que tarde terminaríamos siendo como ellos. - Escuchó las sabias palabras de la pequeña Hobbit. - Pues no me queda claro, con lo que nos has contado, si es que son ellos dos más ocho, o si son ocho en total. Y no estoy tan seguro de lo bien que pueda funcionar el señuelo del caballo. Eso seguro les ponga sobre alerta y tendríamos las cosas más complicadas. El sigilo ha sido hasta ahora nuestro mejor aliado. - En ese momento Lily volteó para preguntarle sobre su magia. - Podría con todos, aunque solo puedo dormirles de uno en uno. Si ustedes pudieran cubrirme durante el tiempo suficiente pasarían de ser una banda de bandidos a una guardería de bebes durmiendo. - Sentenció seguro de sus cualidades con la magia. - Pues... estoy de acuerdo contigo Lily, si capturamos a varios más, sería una opción viable volver. - Miró hacia arriba con el índice en la barbilla. - Si capturáramos a todos los bandidos, si que seríamos héroes locales. - Dijo mientras pensaba en como estallaron en jolgorio la última vez por simples rumores, las gentes de Bree. 

No podría estar más de acuerdo contigo, Rilwen. - Le responde Gallind a la idea de dejarles atados en la cueva. - Con lo demás también me encuentro de acuerdo contigo querida amiga. Lo mejor sería mantener la sorpresa y el sigilo. Con respecto a como proceder pues... hasta que no veamos esa fortaleza no podemos estar muy seguros de nada. Yo creo que lo mejor es amarrar bien a estos dos y comenzar a marchar, luego al llegar ya trazamos un mejor plan cuando sepamos a que nos enfrentamos. 

Se quedó perplejo con la actitud de Gláin y Tolman, pero sobre todo de Tolman que tan afable había sido en otros tiempos. - La aventura te ha endurecido pequeño amigo, pero tu hermana tiene razón, mejor será que pongamos a prueba primero si han sido culpables de crimen alguno. Y aún así, mi postura es no matarles. Desde luego, pueden descontar de mi cualquier hechizo a futuro si optan por asesinarlos a sangre fría. Fueron capturados por mis artes, y Gandalf me entregó ese poderoso hechizo para hacer el bien, y no el mal. Me abstendré de usar la magia para actuar de forma ruin. - Y se cruzó de brazos. - Pero somos un grupo, y mi decisión no es más importante que la de ninguno de ustedes, por lo que escucharé a todos antes de decidir. - Y luego de una pequeña pausa necesaria para dejar asentar sus palabras agregó. - Si, es peligroso que dejemos orejas aquí, pero también será peligroso llevarle. Hay que buscar un lugar seguro para dejarle y estar muy muy seguros de amarrar a esos dos, si terminamos por decidir hacerlo. Por cierto. - Levantó el indice sobre su cabeza. - Si resultan viles asesinos, la daga los dejará dormidos por una buena cantidad de horas, eso nos dejaría algo más de manga ancha para actuar. - Y pensó. - Aunque quizás con eso solo se logre obstinar a estos dos de querer asesinarles.

El grupo se reúne y empieza a discutir sobre lo que hay que hacer a continuación. Unos abogan por matar a los bandidos, cosa que horroriza a los demás. ¿Hasta qué punto han cambiado los personajes en este viaje? Los que no están de acuerdo en hacerlo, encabezados por Gallind y Tatharina, miran al resto con disconformidad. ¿Habrá anidado la maldad en los corazones de sus amigos? ¿Se perderán en el camino? Lo que tenéis claro es que no pueden ir con vosotros, así que Lily saca la daga dada por el elfo, aquella que sume en un sueño mágico a cualquiera que haya matado a un hijo de Ilúvatar. Mientras, Rilwen y Gláin vuelven al pinar a por Orejas, para dejarle en la cueva junto a los caballos de los bandidos. Cuando está todo dispuesto para partir, Tatharina es la encargada de hacerles un pequeño corte en las manos a cada uno de los bribones. Ésta no quiere violencia y prefiere ser ella la que haga la leve herida. Desde que Damah había cantado, la pareja se había sumido en un tenso mutismo. El asustado ladrón creía que sería liberado al confesar, pero no había sido así y pensaba que vosotros erais igual de malandrines que los miembros de su banda. ¡Quizá erais una banda rival! El efecto no tarda en hacerse visible y los dos bandidos caen dormidos, sumidos en un profundo sueño.

Los pacifistas no dejan que los bribones sufran daño, así que los atáis bien, los amordazáis y los dejáis dentro de la cueva, enganchados a las anillas de hierro, donde están atados los caballos y la mula. Allí tirados les registráis. En los bolsillos de Damah hay 2 monedas de plata con la estampa de un árbol y 6 monedas de cobre marcadas con un barco, todas de Gondor. Gisulf tiene de Gondor 3 monedas de plata con la estampa de un árbol y 4 monedas de cobre marcadas con un barco, y de Arnor 2 monedas con la estampa de 3 torres.

Salís de la cueva con un caballo, dado que según Lily, éste os guiará hasta la fortaleza de Imledair. Antes de llegar al sitio, dejaréis el caballo pastando en algún lugar oculto a la vista de posibles miradas. Poco después de dejar la cueva donde guardaban los caballos, el rastro se adentra entre un grupo de árboles. Los árboles son de diversas especies: la mayoría hayas y abedules, con algunos robles y avellanos. Sus ramas no son muy densas y los arbustos escasean, por lo que viajar por el bosque resulta sencillo. Seguir el rastro, sin embargo, es un poco mas difícil, ya que una espesa capa de hojas y detritus cubre el suelo y oculta las marcas. Pero el listo equino sabe ir hacia la guarida de los bandidos. Lily es la encargada de llevarle de las riendas, susurrándole dulces palabras para tranquilizarlo.

Una vez salís de entre los árboles, la pista es más fácil de seguir. El rastro va por lo general hacia el noreste y el terreno es mayoritariamente de hierba. Además, la hierba está aplastada por donde han pasado los bandidos al ir hacia el puesto de vigilancia. A lo largo del camino hay algunos grupos de pinos viejos, pero la pista pasa a través de campo abierto. El rastro gira entre las colinas, pero el terreno nunca es el mismo. A intervalos, el suelo es rocoso y sin vegetación, haciendo que el rastro sea más difícil de seguir. Incluso cuando el terreno está cubierto de hierba, ésta está llena de rocas y peñascos. Avellanos y arbustos de arándanos crecen en los claros y en ocasiones podéis ver el verde oscuro del acebo.

Los campos están repletos de pájaros e insectos, pero a pesar de su alegre bullicio, la tierra parece austera y cruel. Este no es el acogedor claro del Bosque de Chet, si no un yermo donde habitan trolls, lobos y bandidos.

Pasamos a la Escena 3: Una fortaleza entre los montes