Partida Rol por web

Alfred se quedó un instante pensando

- Furgoneta. Eres buena, y lo se. Pero si vas a infiltrarte en los archivos de otra corporación, no podemos permitirnos el lujo de un error. Sólo bastaría eso para que pudieran destruirnos. Y no se si las defensas humanas de la corporación contraria pueden ser tan brillantes como tú - mira a los dos mercenarios- Ambos iréis en la furgoneta y protegeréis a la señorita Romanov. Id preparando todo. Si hay problemas llamadme a la linea segura con cualquier cosa. Cuando terminéis, volved aquí - tras las palabras miré a Fatima - Vamos a ver a ese policía, Fátima  

Comenzaré a trabajar dijo en tono neutro. Propondría un horizonte de 10 horas para el próximo informe de estado.

Tras ver que la habías escuchado añadió:

Mientras no empecemos a hacer nada interesante tampoco necesitaré tanta protección, pero esta bien tener ayuda para mover cosas pesadas.
Tras lo cual hizo ademán de irse a la sala de ordenadores de al lado.

Tras dejar atrás al equipo ultimando detalles salisteis a la calle, tras una escueta llamada habíais organizado un encuentro para la hora de comer. con vuestro "amigo".

Recuerda que es muy voluble dijo Fátima Pero es legal, es el poli más honrado que conozco... luego dudo un instante en hablar.

Antes de ser detective patrullaba nuestro viejo barrio, quizá te acuerdes de Harrison el delgado.

Mientras caminaba miré a Fatima con extrañeza

- Lo que oí de él no era bueno. No en el segundo momento, al menos. Recuerdo como era, y recuerdo lo que luego dijeron de él, tras lo de asuntos internos - mira a Fatima curioso- Pero tu lo conoces mejor que las habladurías que yo haya podido hablar

Siempre fue un buen tipo, solo que aprendió a guardarselo para si. dijo Fátima En serio, es voluble, no le busques las cosquillas. Sé tan encantador como cuando quieres ¿eh? dijo divertida mientras subiáis al coche con un guiño.

Tras una breve llamada os dirigistéis a la zona corporativa, pasasteis al lado de una comisaría con ladrillo viejo, la verdad es que la cosa estaba bastante lejos de el humilde barrio donde os habíais criado y tenía cierto estilo nostálgico a principios de siglo.

La zona vieja de la ciudad siempre te recordaba las holotapes que veías de niño. Aparcasteis para dejar el coche en un parking privado y os dirigistéis a un local de cafés para llevar. Estaba hasta los topes de gente.

Asentí a Fátima. Era, después de todo, lo que mejor se me daba. Ser encantador. Incluso con aquellos que no tenían aprecio a los ejecutivos que, siendo sinceros, eran casi todos. Y con razón. Sin embargo lo bueno de mantenerte sin implantes era que uno seguía siendo capaz de sentir como otro. De ser humano. Alfred miró un instante a Fátima mientras pensaba en las posibilidades

- De acuerdo, mi pequeña pandillera - era algo que le decía muy muy pocas veces, y siempre en un susurro. Una broma privada entre ambos. Un recuerdo de los primeros tiempos y de las pullas entre una y otro- Seré todo lo amable posible, ¿de acuerdo? Una sola cosa, ¿es probable que él se sienta...enfadado conmigo? Es bueno saber los sentimientos del otro antes de empezar a hablar

¿Como lo voy a saber? dijo con una sonrisa sorprendida ¿Le diste alguna vez alguna razon para...?

No acabo la frase, alguien la abrazó repentinamente por detrás.

Cielo, eres la primera persona que me alegro de ver hoy. dijo mientras abrazaba con énfasis paternal a tu socia, parecía creer que eras uno más de la cola, al menos no hizo ningún gesto que delatara la intención de hablarte si quiera. ¿Que le pasa al mundo, lo sabes? Por que si lo sabes podríamos arreglarlo de un plumazo, sólo necesitamos un diagnóstico acertado.

El abrazo aunque repentino fue corto aunque cargado de sentimiento, pero por alguna razón, la forma de abrazarla, o la reacción de ella, o todo junto, o algo que se te escapaba no te pareció impropio, sino bastante inocente.

Pero lo que más te inquietó es como alguien tan corpulento se había acercado tanto sin llamar la atención, la cafetería estaba hasta los topes.

En ese momento reparó en ti mirando te serio. 

¿Eres su novio?

Alfred se encogió de hombros, con esa curiosa mezcla de cortesía y humanidad

- Me temo que solo soy su jefe. Ya sabes, el malvado ejecutivo agresivo que vendió su alma a las corporaciones - dijo con una medio sonrisa cargada de ironía, pero también de cortesía, y hecho esto extendió su mano al hombre- Alfred Lockstone. Creo que tenemos en común a una mujer encantadora, que me ha hablado muy bien de usted, señor Harrison

Un poco mas serio clavando te la mirada fijamente te tendió la mano.

¿El pequeño Alfie...? preguntó extrañado tras oír tu nombre Vaya cambio, me alegro que salieras adelante, alguien sacó algo bueno de todo esos años ¿eh? 

Entre tanto y no habíais llegado la principio de la cola y el camarero os miraba con cara de resignación esperando que pidierais.

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Alfred guarda silencio unos instantes y finalmente asiente

- Supongo que si. Pero eso sirvió para que otras personas que apreciaba mejoraran en su vida - mira un momento a Fatima y luego sonrie al policia- Supongo que no va a colar que diga que soy menos malo que otros muchos en mi lugar y en mi posición... pero es cierto. Tampoco creo que conozca como salvar el mundo - tras las palabras mira a la dependienta un instante- Un sintético de calidad B de café con leche - el cafe y la leche se habían acabado hacia mucho y en un lugar como este ya iba a ser impresionante que tuvieran un sintético de tan alta calidad, pedir calidad A era disparatado- Y algo de reposteria del día. Y lo que quieran mis amigos. Hoy invito yo

El poli se pidió un té, bajo la excusa de haber tomado demasiado café últimamente, y una vez en una mesa en que debíais estar de pie no se corto un pelo a l ahora de preguntar.

¿Bien, que es esta vez? le dijo a Fátima directamente, con familiaridad desenfadada que denotaba cierta rutina, te extraño esa actitud contigo delante. Luego te miró a ti y esperó por una respuesta.

- Es un infiltrado -  dijo pasándole la foto del policía- Tenemos su número de registro. Estaba presente en unas conversaciones con uno de mis contactos. No se por qué, pero temo que esté implicado en algo. No tengo nada en contra de él, salvo que esté metido en algo especialmente sucio- guarda silencio un instante- Pero necesito saber por qué estaba escuchándome a mi o a mi contacto, y también si estaba buscando algo

El tono de Alfred es educado, pero también directo. Eso era, al fin y al cabo, lo que quería. Y andarse con evasivas y rodeos no parecía el mejor método para tratar con alguien como Harrison 

Harrison puso cara de circunstancias y explicó con bastante paciencia

Me gustaría poder decirte que eso se soluciona fácil, pero si es un infiltrado es lo que hacen, meterse en sitios pringosos y bucear donde el resto del mundo no queremos ni mirar.

Enarcó una ceja

Si quieres que haga algo vas a tener que decirme más, lo suficiente como para que te sientas incomodo... Por no decir que me vas a deber una y gorda.

No esperó una respuesta inmediata, sino que cogió su infusión y le dio un sorbo. Todo era una negociación y aquella conversación no dejaba de ser exactamente eso.

- Comprendo... pero prefiero saber primero cómo piensas que salde esa deuda - dijo Alfred mirando al hombre- Estoy dispuesto a decirte más, y es razonable que lo pidas. Entiendo, igualmente, que esa información es valiosa, y que te deberé algo. Pero ya sabes la información que voy a pedirte. Y antes de decir nada más deseo saber cómo piensas hacer que pague ese favor

Si tuviera una lista de cosas que necesitara y la tuviera catalogada, te diría que quiero, pero no es el caso. dijo el teniente Dejemos lo en un hoy por ti y mañana por mi, pero espero que seas consciente de que lo que me pides es algo gordo, que puede hacer caer sobre mi a asuntos internos de la policía corporativa, pimpoyo.

Dio un sorbo al té que aún humeaba.

Si estas de acuerdo empieza a hablar.