Partida Rol por web

 Bannor asiente sin decir nada más, avanzando juntoa la mediana hasta llegar al templo.

TEMPLO DE LOS MIL DIOSES: CAMARA DE SANACION PRINCIPAL.

- "Buenos días, ¿han venido a ver a su amigo? Como pueden ver está en el altar de la curación. Su cuerpo está bastante recompuesto, pero su mente sigue a la deriva, sin alcanzar la vigilia." -

TEMPLO DE LOS MIL DIOSES:

- Lagartija llega, con algunas indicaciones de los ciudadanos con los que se cruza, al Templo de la ciudad. Una vez allí, un iniciado le indica que Champiñón se encuentra en la Cámara de Sanación Principal cuando le pregunta, y le señala el camino.

- Al entrar, el dracónido lo primero en lo que repara es en las figuras de Tapón y Bizcochito, que avanzan hacia el altar central, donde está tumbado el Campeón de Detritus, con un viejo sacerdote de ropajes solares a su lado.

 Al notar que alguien más entra en el Salón de Curación, Bannor se gira y ve aparecer a Lagartija, en un inicio parece sorprendido pero pronto esboza una sonrisa. Que pequeña es esta ciudad.

 - Hola, buenos días Lagartija. Parece que el destino está deseoso de que hilemos un tapiz con las hebras que son nuestras vidas, cruzándose nuestros caminos.

Al entrar en el templo, saludé de nuevo al monje, que si no era el que me dijo el día anterior que Babelín seguía inconsciente, se le parecía mucho. - Esperaba que hoy ya estuviera dando guerra por todos lados, pero parece que su recuperación va a ser más lenta de lo que pensaba. - Aún así seguiría viniendo a ver si se mejoraba. - A mí me gustaría que si algo así me sucediera alguien se acordara de mí y viniera a verme aunque no pudiera darle demasiada conversación..

Al menos, una sonrisa volvió a asomar a mi rostro cuando vi acceder al dracónido al templo, parecía que él si estaba recuperado y en plenas facultades. Alguna buena noticia tendría que haber de vez en cuando.

- Hola Here.. - volví a dudar con su nombre, seguía sin conseguir recordarlo - Disculpa aún no he sido capaz de aprenderme como te llamas en realidad.

- Buenos días paladín, muy poético tu saludo - señalo con una sonrisa -. Buenos días, mediana y tranquila, puedes llamarme Lagartija, no me ofenderás con ello. Me alegra ver rostros conocidos en la ciudad, más allá de los estrechos muros de la Escuela, aunque no puedo dejar de asombrarme por tu presencia, enano. ¿Acaso el Templo de los Mil Dioses te ha comprado? Reconozco que eso me resultaría un tanto... sorprendente. Pero antes que nada, decidme, qué se sabe del mediano. En la ciudad los rumores apuntaban a que estaba grave y que aún no había despertado de su inconsciencia. ¿Tan mal está? - pregunto preocupado.

 Bannor asiente.

 - Aún está muy debilitado, todo y que apunta que va por el buen camino.- Hace una pausa.- Me alegra ver que te has recuperado tan rápido desde el último combate.

 Luego mira hacia el altar, donde permanece, bajo la atenta mirada de los sanadores, el cuerpo de Champiñón.

 - Y no, no fue el templo quien me sacó de las jaulas de esclavos. Fueron unos nobles caballeros, unos paladines que aceptaron emprender una peligrosa misión a cambio de mi libertad. Partieron antes de que les pudiera agradecer este gesto de forma adecuada.- Su voz ha tomado un tono un tantomás apagado para el final.- Y en estos momentos estoy buscando la forma de no morir de hamre tirado en una calle, pues esa libertad, es muy restrictiva. Ni me dejan dejar esta ciudad.

Asiento en silencio al escuchar las palabras del enano en relación al mediano. Tardará en sanar, más de lo que he podido yo tardar. Pero mi raza es fuerte y nuestra capacidad de recuperación superior a la de otras. Pero no puedo olvidar su combate y las graves heridas que le infligieron el elfo y la bruja tiefling.

- Me alegra que hayas recuperado la libertad, aunque hay ocasiones en las que ser un esclavo resulta más sencillo - digo ante su comentario -. Pero, ¿por qué hablas de morir de hambre en la calle?

 Bannor mira al dracónico.

 - Tengo la condición de liberto, pero no tengo permiso de residencia, sin este documento no puedo trabajar, alquilar una habitación entre otras cosas. Sin dinero no puedopagar comida... y para tener el permiso de residencia hace falta parar el trámite que cuesta unas 50 piezas de oro.

- Entiendo - afirmo. Sé lo extrañas que son las costumbres humanas del imperio y lo ineludible de sus reglas -. Dinero, todo asunto humano se resuelve con dinero. Me gustaría poder ayudarte, pero no es dinero lo que me sobre precisamente - comento con gravedad. Por un segundo, miro al enano -. Pero, entonces, ¿dónde duermes? ¿Le acoges tú? - pregunto mirando a la mediana.

 Bannor niega con un gesto de la cabeza.

 - Esta noche la he pasado rezando en el templo. Y entre otras cosas, he venido para poder hablar con el Padre Solar Abraxas, el mayor representante en la ciudad de la iglesia de Pelor.

- ¿Y él podrá ayudarte? Porque en caso de no ser así, no puedes pasarte las noches orando en el templo. Y además, necesitarás alimentarte. Y hasta hoy, nadie ha conseguido hacerlo del aire. Habla con ese tal Abraxas y veamos qué te dice. Pero si no dispones de otro sitio, puede ofrecerte mi casa. Al menos, y hasta que consigas regularizar tu situación legal, tendrás un sitio en el que acogerte y un plato caliente.

 Bannor mira al dracónico.

 - Te agradezco mucho el gesto y la bondad, Herenshun.- Bannor muestra un rostro serio, pero iluminado por unos ojos radiantes.- Espero no representar una carga para ti, pero primero miraré a ver si puedo encontrar alguna forma de tirar para adelante por mi mismo.

Me mantengo en silencio mientras el enano y el dracónico conversan. No quería interrumpir, ya que la verdad es que el enano necesitaría un lugar para quedarse y la cosa no pintaba nada sencilla. Una vez parecen haber terminado, me decido hablar, al fin y al cabo, lo siguiente que pensaba hacer es ir a buscar a Lagartija para preguntarle sobre el Gremio.

- Hereshun era? - Pregunto tras escuchar las palabras del enano. - Pensaba ir a verte tras venir a visitar a Babelín, así que si tienes un momento, me gustaría hablar contigo sobre el Gremio de Cazarecompensas.

Angel hacía tiempo que había dejado de examinar us grilletes. Aunque la base de las inscripciones rúnicas era claramente eladrin, estaba corrompida con simbolos de otras razas o civilizaciones. Puede que para adaptarla a la mágia de ese mundo, aunque había infinidad de posibilidades.

Lo que tenía claro es que no iba a poder aprender ese arte si estaba mezclado con tantos simbolos que no conocía. Maldijo a quién había hecho aquella aberración, mezclando algo tan puro como la magia eladrin con simbolos creados por infraseres...
Aunque lo que más lo enfadaba era dicha amalgama rúnica era eficaz. Muy eficaz.

Siguió esperando sentado sobre sus talones mientras silvaba para intentar no morir del aburrimiento. La melodía que emitían sus labios era tan bella como el resto de su ser, era dificil de creer que algo así saliera de un ser con un alma como la suya.

- ¿Una carga? No. Además, si tuvieras la mala suerte de acabar en mi hogar, ¿quién te dice que eso te resultará gratis? - digo antes de soltar una carcajada divertida -. Mi oferta está ahí, y ahí seguirá. Si no tienes suerte en tus gestiones, decidirás tú si aceptarla o no. Ahora, vuelves a ser libre. Con todas sus consecuencias.

Me vuelvo entonces hacia la mediana.

- No, es Heresunge, pero entiendo que mi nombre dracónido os resulte complicado de pronunciar. No me molestará si me llamáis Lagartija. Y ahora mismo dispongo de todo el tiempo del mundo. Bueno, eso tampoco es cierto, pero hoy dispongo de unas horas. Si quieres, podemos dar un paseo y me comentas lo que quieras. Si puedo ayudarte, lo haré.

Sonrío ante la cordialidad que muestra el dracónido y asiento con la cabeza: - Te lo agradecería muchísimo, además, aquí en el templo ahora mismo me parece que lo único que podemos hacer es estorbar..
Comienzo a caminar hacia la salida, dándole al monje las gracias por su amabilidad.

TEMPLO DE LOS MIL DIOSES: CAMARA DE SANACION PRINCIPAL:

El sacerdote termina de revisar los vendajes de Champiñón y se vuelve hacia vosotros.

- "¿Son amigos del Campeón? Su cuerpo estaba muy mal cuando lo trajeron la tarde de la Primera Sangre. Hemos reconstruido su carne y musculatura, pero su espíritu parece perdido y no consigue despertar." -

Me giro para seguir a la mediana, cuando el sacerdote solar que atiende al herido, se vuelve hacia nosotros y nos habla. Escucho con preocupación sus palabras.

- Padre Solar, ¿hay algo que podamos hacer por él?

Las palabras del sacerdote hacen que me detenga y me gire para observarle unos instantes, cuando lagartija se me adelante en la pregunta que iba a formular, así que pacientemente espero la respuesta del hombre que está atendiendo al mediano.