Partida Rol por web

TEMPLO DE LOS MIL DIOSES:

- "En dos o tres días terminaremos lo que son las curaciones puramente físicas, momento en que su cuerpo se habrá recuperado por completo. Pienso que a partir de ese momento, podría ayudarle que sus amigos le hablen aunque él esté inconsciente. Muchos pensamos que incluso en ese estado, los pacientes son capaces de escuchar las voces de sus amigos y seres queridos." -

Asiento ante las palabras del religioso, al que le estoy sumamente agradecida por los cuidados que está prodigando al mediano.

- Entonces en dos otres días volveré y le contaré cosas, creo que hablando no hay mucha gente que sea capaz de seguirme.. - digo medio bromeando, aunque lo de regresar lo decía en serio. - Si eso le ayuda no dude en qué me pasaré por aquí.

- "Se lo agradezco. Si él confía en usted es muy probable que le sea de ayuda escuchar su voz." -

- Lo haremos todos - señalo -. Hemos pasado mucho juntos y es lo menos que le debemos.

Me acerco al altar en el que reposa el mediano y tomo una de sus manos entre mis garras.

- Ya lo has oído, mediano testarudo y cabezón. Debes despertar o nos harán volver día tras día para hablarte al oído somo si fuéramos amantes - le susurro con tono cariñoso -. Y por tu bien te aconsejo lo hagas lo antes posible, o me veré obligado a traer a Varian conmigo y sus métodos para hacer que vuelvas en ti podrían resultar... muy bruscos. Hasta pronto, hermano de armas y sueña con el lobo.

Me vuelvo entonces hacia la mediana.

- ¿Nos vamos? - le pregunto -. Creo que nada más podemos hacer aquí sino entorpecer la labor de los sacerdotes. Paladín, te deseo suerte en tus quehaceres. Pero si fracasaras o estos se demoraran no dudes en acudir a mi casa - digo para a continuación darle instrucciones de cómo llegar a ella -. Adiós.

TEMPLO DE LOS MIL DIOSES:

- "El día del Sol al mediodía es el momento más propicio para la magia solar. Si pueden venir entonces, se lo agradecería." -

 Bannor asiente enbebido en cada palabra que pronuncia el sacerdote. Cuando Dora y Herensunge parten, Bannor se despide de ellos y luego se acerca al sacerdote de Pelor.

 - Buenos días, Padre Solar Abraxas.- Dice haciendo una reverencia.- He venido a vos para buscar una guía, ya que es mi mayor superior. Mi nombre es Bannor, paladín de Pelor. Desconozco si ha oido ha hablar de mí.

Sorprendida es como me quedo al escuchar las palabras de Lagartija al mediano. Para pertenecer a la misma raza que Marranoso, no se parecían en nada; éste era cordial y atento, el otro un animal que sólo pensaba en la sangre de la arena. En mi rostro se dibuja una sonrisa al ver la escena, pero al estar todo dicho me quedo en silendio, dejando que termine de hablar.

Asiento a su propuesta de marcharnos, pero antes de salir del templo me giro hacia Bannor: - Recuerda lo que te he dicho antes, todos necesitamos ayuda de vez en cuando. Si la necesitas, ven a buscarme. Ha sido un placer volver a verte.

Tras mis palabras levanto la cabeza hacia el dracónico: - Bien, vayámonos.

Salimos del Templo de los Mil Dioses. El paladín se ha quedado dentro, buscando su propio destino y la mediana me acompaña.

- Dime, ¿prefieres pasear o vamos a mi casa? - pregunto -. Lo cierto es que el tiempo invita poco a estar a la intemperie. Este frío cala hasta los huesos. Estos son lo días en los que más echo de menos las cálidas jornadas de mis sureñas tierras, donde la luz y el calor son abundantes. No hay grandes comodidades en mi hogar, pero podremos estar tranquilos y no te faltará un vaso de agua y algo de comida si tuvieras hambre. Y desde luego, no tendremos tanto frío.

- Supongo que este frío no es lo mejor para alguien de tu raza verdad? - Digo sonriendo, aunque puedo imaginarme lo malo que debe ser el frío para un reptil, aunque sea civilizado. - Yo siempre he vivido aquí así que me resultan normales estos inviernos, pero tampoco es que me guste excesivamente el frío, así que lo de tu casa me parece una idea estupenda.

El trayecto a mi casa lo hacemos rápido, en medio de una conversación ligera y sin trascendencia alguna. Cuando llegamos, la dejo pasar y después entro y atranco la puerta. Sirvo un poco de agua con zumo de limón y me siento a la mesa junto a ella.

- Los limones se los robo a Limonero cuando no mira - señalo con una sonrisa traviesa -, aunque creo que es muy consciente de que se los cojo, pero no parece importarle. Bien, Dora, decías que querías hablar sobre el Gremio de Cazarecompensas. Te escucho.

TEMPLO DE LOS MIL DIOSES:

- "Lord Bannor Bromson, vuestra historia es famosa a lo largo y ancho del Imperio. Al menos lo es entre los adoradores de Pelor y en la Orden de Paladines.

Creo que vuestra penitencia ya se ha cumplido. Decidme, ¿habéis dejado de sentir el calor de Pelor y sus dondes otorgados a vos como su Paladín?" -

CASA DE LAGARTIJA, BARRIO DEL JUZGADO.

- El trayecto hasta la casa de Lagartija es tanquilo. Las calles están heladas y cuelgan carámbanos y témpanos de los edificios.

- El interior de la casa de Lagartija no es mucho más cálido, pero al menos está resguardado del viento.

- El tiempo ha pasado inopinadamente deprisa y ya casi está oscureciendo.

MERCADO DE ESCLAVOS:

- La transacción no se ha podido realizar. Los Esclavistas piden más por el esclavo Eladrin de lo que la Escuela Amarilla está dispuesta a pagar.

- Limonero y Demoses emprenden contrariados el camino de regreso a la Escuela. Limonero es consciente de que un Eladrin daría espectáculo por el simple hecho de lo exótico que resulta, y más si resultase ser un ganador. Pero 200 de oro... es cuatro veces lo que se ha pagado por cualquiera de los otros luchadores.

SEGUNDA RIQUEZA DE BANE 4480:

HACIA EL OCASO.

 Bannor se sorprende al ser reconocido por el Padre Solar.

 - No, el Padre Radiante no me ha dejado de abrazar con su calor. Sigo teniendo su gracia.- Dice con solemnidad el enano paladín de Pelor.- No usé los poderes que me otorgó su Gracia en el lamentable espectáculo que representan las arenas.

 Después de una pausa prosigue.

 - Al parecer estaís al corriente de mi persona e imagino que de mi situación. Ayer la Orden de Paladines, se ofrecieron al gobernador para terminar con una gran amenaza para que este me atorgara la libertad.- Hace una pausa.- Y ahora me veo en una estraña situación, me encuentro ante la posibilidad de empezar una nueva vida, con lo bueno de mi pasado. Pero al parecer el gobierno de la ciudad me tiene en restricciones, no tengo el permiso de residencia, y sin él no puedo trabajar, ni comprar o alquilar una vivienda.- Hace otra breve pausa.- Me preguntaba si en la iglesia del Padre Radiante, habría sitio para un novicio.

TEMPLO DE LOS MIL DIOSES:

- "Lo cierto es que el poder de Pelor en esta ciudad parece haber ido menguando con el paso de los años. La gente parece tener predilección por Erathis y Moradin, o por no adorar a ningún dios en absoluto, descreídos...

Soy el único sacerdote de rango del culto a Pelor en la ciudad, aunque aún así tengo cierto grado de privilegio. Se me permite admitir a un novicio o designar un protector sagrado. ¿No es demasiado humilde el rango de novicio para vos? ¿Es que aún seguís con esa penitencia?

No puedo pagaros por vuestros servicios, excepto consiguiendo que os asignen una celda monacal y que recibáis tres comidas diarias en el comedor de los monjes.

Respecto al Permiso de Residencia, podría usar el considerable poder burocrático del Templo para facilitar y llevar a cabo todos los trámites, aunque faltaría conseguir las ciencuenta piezas de oro que cuestan las tasas." -

 Bannor asiente.

 - Esa celda monacal y las raciones que comentan serán como la gloria para mí. En cuanto al cargo a desarrollar aceptaré gustoso el que vos elijaís, si creeís que puedo desarrollar unas funciones que otras estaré contento de ser de utilidad al templo.- Hace una pausa.- Pero me gustaría, de ser posible, el poder educar en la fe a los pequeños del templo.

 Tras una pausa mayor comenta.

 - En cuanto al permiso de residencia, tal vez con el tiempo pueda llegar a obtener de alguna forma esta suma de dinero...

TEMPLO DE LOS MIL DIOSES:

- "Por fortuna, actualmente no nos sentimos amenazados como para necesitar un protector sagrado. Si estáis dispuesto a asumir las tareas de un novicio, por mí podéis comenzar mañana mismo. Básicamente se trata de ayudar en las tareas del Templo junto con los demás monjes, y velar especialmente por el estado de mantenimiento de nuestra capilla a Pelor: que las velas estén encendidas, que haya incienso, y que las preguntas de los fieles que vengan a visitarla sean atendidas.

Pocos padres buscan que sus hijos aprendan las enseñanzas de Pelor, la mayoría son mineros u obreros, o avaros comerciantes... pero quizá unos pocos nobles se interesen por nuestro Dios.

Sed bienvenido, Hermano Bannor." -

Ya conocía el camino hasta casa de Lagartija, que a pesar de no habérselo dicho, ya había venido hasta ella para comprobar su estado, aunque supuse que ya estaría bien porque no me abrió nadie la puerta. Al entrar en la casa sonrío. La verdad es que tampoco es que fuera gran cosa, pero después de haber estado como yo, encerrado en la escuela, me parecía que había logrado todo un palacio.

- Lo primero que tengo que decirte es enhorabuena, al menos has conseguido la intimidad de una casa que ya es algo y de segundas, darte las gracias por ser siempre tan cortés. - Digo sonriendo ampliamente y con toda mi sinceridad. - Bueno, al tema, que sino yo sola me pongo a hablar y al final me desvío siempre de todos los temas.. - Hago un pequeño silencio para coger aire y seguir hablando. - La cosa es que necesito a alguien que me entrene para tratar de salir viva de mis quince jornadas en la arena, pero aún no he encontrado a nadie que pueda hacerlo. Quería saber si metiéndome en el Gremio podría optar a un entrenador o algo así y que es lo que hay que hacer para entrar, porque el criado con el que hablé tenía más ganas de irse a dormir que de explicarme cosas.

- Gracias, pero no es gran cosa - digo en relación a la casa -. Y tampoco sé cuánto tiempo podré mantenerla. El precio a pagar, quizá no sea desorbitado para un ciudadano de esta ciudad, pero en mi caso supone una auténtica losa. No es fácil conseguir cien monedas de oro al mes. Pero bueno, ese es un problema al que intuyo pronto te enfrentarás pues te exigirán una propiedad para obtener la ciudadanía, requisito imprescindible de algunas peleas en la Arena. Respecto al Gremio de cazarecompensas, lo cierto es que tuve la suerte de coincidir con Kara Strauss en el Banco de Escoria y ella misma me invitó a ingresar en el mismo. Tal vez, podrías acompañarme algún día y hablar con Kara. Ahora mismo no está en Detritus pues ha salido para una cacería y por lo que me dijo Hastegaar, intuyo que el mayordomo con el que hablaste, aún no había regresado. Supongo que en un día o dos, estará en la ciudad. Si ingresaras... pues sí, supongo que quizá encontraras a alguien que pudiera entrenarte en alguna de tus habilidades, siempre y cuando encuentres a un guerrero de tu clase. Pero ignoro si los hay. Yo mismo recibiré entrenamiento en el gremio, pero en una habilidad menor - señalo con cierto pesimismo -. No me quejo, todo avance viene bien y tengo la suerte de que no deberé pagar en oro el mismo ya que colaboraré con un erudito de la escuela en la elaboración de un libro de estrategia militar. Sé que de no mediar tal suerte, debería haber pagado 200 monedas de oro. Oro, siempre el oro. Es lamentable, pero sin dinero nada puede hacerse en esta maldita ciudad - gruño -. Es por eso que mi entrenamiento en las artes marciales superiores está estancado. Y los adversarios son cada vez más potentes y difíciles de vencer. Me esperan tiempos difíciles, pero bueno, es lo que corresponde y no puedo lamentarme. Aunque en ocasiones, considero que de haber seguido como esclavo todo sería más sencillo.