Partida Rol por web

La conexión estaba hecha y Morthos pudo ver y sentir lo mismo que el familiar, mientas que su cuerpo real estaba cegado y vulnerable en el invernadero, pero protegido por sus aliados.

Siguiendo las instrucciones de su amo exploró los túneles de carne para transmitir los avances. Durante unos largos minutos no ocurrió nada hasta que llegó a un túnel con averías. La carne esta desgarrada y el metal expuesto, de una forma similar a cuando las capsulas de éxtasis fallaron al principio de vuestra odisea.

Un nuevo túnel se abrió de forma violenta, del cual salió una criatura similar a un gusano. Su cuerpo parecía carne sin piel y una columna vertebral le recorría todo el cuerpo. No tenía rostro, solo una boca que se habría a modo de flor. Lo siguiente que vio el desafortunado Imp fue una cabeza con cerebro expuesto y sonrisa cadavérica que se lanzó sobre él y lo devoró, aferrándolo con cada uno de los apéndices dentados. La invisibilidad del imp sirvió de bien poco contra una criatura que se guiaba por las hondas cerebrales de sus víctimas.

- Tengo todo el control. No de su mente, pero si de sus acciones. - Le expliqué a Drik. - No es un diablillo real, es un espiritu familiar, que adopta la forma de un diablillo. Supongo que se queria mantener en el papel.  

Me concentré un rato para ver que veia Beltal mientras exploraba. Al ver lo que le ocurria intenté ahorrar un grito fue atacado. Intenté desconvocarlo para ahorrarle la desgracia de ser devorado por esa cosa. 

- Oh mierda! - Exclamé disgustado. - Pues vaya con el util diablillo... - De todas maneras lo podre volver a invocar mas adelante. - He encontrado un camino por el que no debemos ir, si no queremos encontrarnos con un enorme gusano... con cerebro dentro de la boca, con boca extra llena de dientes. Yo escogeria otro camino... 

 03 estaba tranquilo, pero se volvió algo impasible en cuanto vio el pequeño demonio, miro a Morthos con disgusto a la vez que le respondía.

—Y si por el otro camino hay algo peor...?

-Puestos a suponer, imaginemos que no es peor. Lo que si sabemos es lo que hay por ese camino, sería muy estúpido por nuestra parte ir a enfrentarlo pudiendo evitarlo. Si queréis luchar que sea contra el comandante mientras aún estamos vivos y enteros, no contra el parásito intestinal del kraken.

El micónido intervino, se había dado cuenta que a Drik'tik no le gustaba demasiado la forma de pensar y actuar del humano calvo, desvió la atención a sí mismo.

-¿En ese caso seguimos explorando? Cada vez quedan menos cosas por ver y me extrañaría que este fuera el único laboratorio o celda, teniendo en cuenta lo enorme que es este monstruo. Por otro lado nos arriesgamos a perder valiosos recursos por el camino...

- Estoy con Golder, deberiamos explorar un poco mas. Quien sabe si encontraremos algun arma poderosa de veras que nos ayude contra el comandante. - Dije, apoyando al micónido. Tal vez hasta podriamos encontrar una salida de esa maldita pesadilla. 

El descanso había sido un verdadera bendición para todos, y para Mardak no había sido una excepción. Sentía como su energía se había recuperado, y su mente, estaba mucho más ágil y despierta que unas horas antes. Además, su cuerpo se sentía fortalecido y ya no presentaba muestras de los golpes que se había llevado desde su extraño despertar. En resumen, se sentía bien y con al ánimo renovado, y por si fuera poco, Morthos había convocado una especia de diablillo, y aquellas cosas lograban que el joven bardo se alegrase de vivir. No todos los días podías presenciar algo como aquello.

—Personalmente, creo que nuestras mejor opción de encontrar a Alastor y los enanos es dirigirnos a la zona de mando de esta criatura. Recordar que ese era el plan antes de toparnos con el Ogro, así que hemos de imaginar que ellos siguieron con la misma idea —opinó, uniéndose a la conversación—. Cuanto antes acabemos con el azotamentes ese, antes saldremos de este maldito lugar, y no se vosotros, pero yo ya estoy cansado de este sitio. Y, además, nos deben unas cuantas respuestas de lo que está pasando.

—Coincido con ellos. Creo que deberíamos seguir explorando, aunque sea algo arriesgado. ¿Quién sabe si encontraremos algo útil? Me parece que merece la pena intentarlo.

Ghagha trató de ignorar el diablillo que apareció junto a ellos. Le daban miedo esas cosas. Escuchó a Mardak y asintió con un movimiento firme de cabeza.

—Estoy con Mardak, todos estamos cansados, y deseando salir de aquí. Pero necesitamos ser cuantos más mejor, y no me gustaría dejar a un compañero atrás. Vosotros no lo habéis hecho conmigo, no lo haré yo con Alastor y los demás.

Tras debatir los pros y los contras de seguir investigando o de enfrentar a su anfitrión desollamentes, el grupo se decantó por investigar, con la esperanza de encontrar y reclutar la mayor cantidad posible de aliados.

Abandonaron la relativa seguridad del invernadero tras otra "noche" durmiendo dentro del monstruo. El leviatán no se estrelló durante su descanso, lo cual significaba que los enanos que conocieron el día anterior no lo habían logrado. O bien estaban perdidos otra vez o simplemente muertos. Fuera de ahí la Alianza debía seguir luchando, demostrando ser persistentes pero no lograban cambios significativos durante aquella batalla de desgaste.

Los reos fugados siguieron caminos desconocidos y otras arterias pringosas, esperando tener más suerte por otras partes del monstruo en esta ocasión. Esta vez fueron testigos de una pequeña pelea entre dos elfos estelares con espadas de luz y otros dos tripulantes grises, armados cada uno con escudos de denso metal y grandes llaves de trabajo que usaban como garrotes. Alrededor de ellos había un par de grises muertos y un solo soldado elfo. Técnicamente los maestros de la espada dominaban la pelea pero cualquier cosa podía ocurrir.

Al girar la esquina y ver la pelea entre los elfos y los grises, pense que tal vez pudieramos reclutar a esos elfos, si sobrevivian a la pelea. Parecian mucho mas diestros que los grises. Pero un mal golpe o un despiste podian acabar con cualquiera, como atestiguaba el elfo muerto del suelo. 

De cualquier manera, eran aliados potenciales, y seria mejor ayudarlos. Ademas eramos bastantes. Tal vez los grises incluso huirian al ver tantos enemigos... (aunque dudaba seriamente que tuvieramos tal suerte)

—Chicos, tenemos que tener cuidado, ya hemos visto cómo se nos da esto... —, susurró Ghagha al ver la pelea que se desarrollaba un poco más allá. 

Sí, hacían falta aliados, pero se habían metido en otras peleas y no había salido bien. Ghagha prefirió ser cauto y, aunque se preparó para pelear, hubiera preferido quedarse esperando a ver qué resultado tenía la pelea, o por lo menos buscar una ventaja clara. Miró a los demás:

—¿Cómo lo veis? ¿Qué hacemos?

03 con una expresion serioa y una ligera sonrisa saco su pistola mientras apuntaba a uno de los grises, al tiempo que respondía a Ghagah.

—No te preocupes grandote, deja y te explico como resolver estas este tipo de problemas.

Al terminar su diálogo, 03 apretó el gatillo disparando su arma al gres más cercano.

Mardak vio como nº03 empleaba, de nuevo, aquella nueva y formidable ballesta, y tras ver como el proyectul impactaba en su objetivo, asintió.

—Buen disparo —dijo, mientras evaluaba el combate de los elfos estelares y los guardas—. Deberíamos echarles una mano, pueden ser dos grandes aliado para enfrentarnos a quien sea que gobierna este bicho gigante. —Mientras hablaba, había vuelto a sacar el artefacto que se había llevado de la armería, y que por desgracia todavía no sabia hacer funcionar. Había estado a punto de adivinarlo en una ocasión, pero siempre que lo probaba, se le escapaba algo importante—. Centremos nuestros ataques en el objetivo de nº03, si abatimos a ese guarda, el otro no tendrá nada que hacer —agregó, solo un segundo antes de fruncir el ceño, incapaz de hacer funcionar el extraño artilugio—. A lo mejor alguno de esos elfos sabe utilizarlo —pensó mientras lo guardaba y desenfundaba su espada.

Las mentes de Mardak Duk y el Sujeto nº03 se movían a otra velocidad y en otra dimensión. Aquel monstruo gigante parecía perturbar el espacio tiempo y tener la capacidad de viajar entre dimensiones. En las mentes de estos dos prisioneros habían visto otro presente o quizás unos segundos del posible futuro, un desenlace no muy lejano. Pero en su dimensión de "origen", aquello no había tenido lugar aún.

Escuchando los comentarios de sus compañeros, Ghagha adivinó sus intenciones, y no dudó ni un instante. 

—Así que esas tenemos. Pues a por ello.

Tensó los músculos, apretó con sus manos el arma que llevaba encima y salió corriendo a por el enemigo más cercano, acompañando su carrera con un grito que retumbó en el pasillo, aprovechando para avisar a los posibles aliados.

—¡Amigos orejudos! ¡Venimos a ayudar! ¡AAAAAAAAAH!

Cuando llegó junto al tripulante gris, movió rápidamente su arma y trató de golpear lo más fuerte que pudo en su cabeza. Quedó muy sorprendido y mucho más enfurecido al ver que el golpe no impactó. 

—Sabía que esto iba a pasar... ¿Chicos? Estamos perdidos.

Ghagha se preparó para recibir una buena tunda.

La furia del bárbaro hizo que se volviera más vulnerable a sus problemas mentales, percibiendo enemigos de su vida pasada, los cuales le entorpecían el paso.

Mientras tanto Mardak decidió pasar el resto del combate* averiguando como funcionaba el artefacto. Tardaría en darse cuenta que sus intentos eran inútiles. Por suerte estaba el resto del grupo para cubrir su inactividad en el combate.

Empezabamos mal, con Ghagha afectado de alguna manera, fallando un hachazo bastante facil, desde mi parecer, y con Mardak trasteando uno de los aparatos que encontramos en el arsenal. 

- Ahora no es momento de mirar eso, Mardak! - Le grité, pero parecia ajeno a cualquier influencia externa... Seria que el aparato lo tenia mentalmente atrapado? Tras el combate, intentaria colarme de nuevo en su mente, a ver si podia ayudarlo. 

Preparé mi energia arcana para lanzarle un estallido de los mios. Los grises eran duros, pero eran pocos y los superabamos ampliamente en numero. No creia que hiciera falta lanzar ningun conjuro mas devastador por el momento. 

- Golder! Apoya a Ghagha. - No creia que tuviera que darle ninguna instruccion, pero dado que el bardo permanecia callado y ensimismado, sentí la necesidad de rellenar el silencio. 

El ataque de Morthos fue letal y dejó fuera de combate con suma facilidad a uno de los grises, dejando el más cercano para que Gloder, a pesar de su lentitud, pudiera llegar para ayudara a Ghagha.

-¡A la orden! -El micónido siguió las instrucciones. Con zancadas lentas y pesadas se plantó al lado del tripulante gris y le soltó otro de sus demoledores puñetazos, arrancando la cabeza del tronco. -¡Y hecho!
 

Los elfos estelares intercambiaron miradas y en silencio llegaron al mutuo acuerdo de apagar las espadas radiantes al no considerar al grupo una amenaza.

-Gracias por la ayuda, aunque ya eran nuestros. -Dijo con cierto tono de superioridad, mientras el otro maestro de la espada se arrodillaba al lado de su camarada caído, decía una oración en élfico y rescataba su espada de luz dorada.