Partida Rol por web

Ya llevaváis tiempo viviendo juntos y solos. Y salvo seguir durmiendo juntos, no había pasado nada más entre vosotros. ¿Eráis hermanos? De sangre no almenos. Lo que estaba claro es que ya no eráis unos niños. El cuerpo de Miu ya había dado el cambio a mujer. Pechos grandes y curvas sensuales. Y Gin ya había desarrollado el cuerpo de un hombre. Sin embargo, vuestra relación seguía igual.

Habíais conseguido algo de comer, por lo que os encontrabais comiendo en silencio en casa.

Gatita, ¿puedo preguntarte algo?,miro a los ojos a mi acompañante. ¿Cuando dormimos juntos....no sientes nada nuevo?, ¿cuando me miras que ves?.

Miu abrió los ojos. Lo llevaba pensando un tiempo. Le gustaba mucho dormir junto a Gin, sentía mariposas cada vez que le veía, y se moría de ganas de besarle. Pero suponía que él no sentía lo mismo, pues nunca había dado el paso y pensó que él la veía como su hermana y que ahora sólo se estaba asegurando de que las cosas fuesen así.

Negó con la cabeza. Veo a mi hermano... Dijo volviendo a comer.

ummmmmm no sabes como lo siento, después de tantos años ya no eres la chica que conocí. Eres fuerte, madura, responsable, guapa....no debo decírtelo porque tu no lo sientes igual.

¿Sentir? ¿Qué sentía? Tenía miedo de preguntarle... no quería arruinar esa maravillosa y perfecta vida como "hermanos" que habían tenido.

No sé lo que sientes... ni lo que siento... pero Gin... somos hermanos, así debe ser... estamos bien así ¿no? Preguntó, casi convenciendose a ella misma.

Quizás tengas razón.Me levanto llegando hasta ella, tomando su mano invitándola a levantarse.

Miu miró la mano. ¿Qué quería? Pero confiando en él como lo llevaba haciendo desde pequeña, cogió su mano y se levantó.

Continuare cuidando de ti, como tu hermano.Digo tras abrazarla como hago siempre. Es lo que de hacer, estoy acostumbrado anteponer el deber al resto.

Miu le abrazó y se aguantó las ganas de llorar. ¿Eso era lo que quería? ¿Ser hermanos para siempre? Definitivamente no, pero era lo mejor, ¿no?

Vayamos de caza... Dijo terminando el abrazo, pues se sentía derritirse cada vez que estaba entre sus brazos.

Beso su mejilla, vamos coge tu equipo.Me equipo con Katana y dos cuchillos mientras Miu con sus cuchillos y la pistola. La pistola es un arma mas mortal y mas usos. Tenemos el trabajo de guiar y proteger a una sobrina o compromiso de algún tipo de un particular. Llegamos al punto de encuentro y junto a la chica tiene dos escoltas privados. Nos presentamos todos formal.

No solían tener problemas con los trabajos y el dinero les venía mejor que bien. Este parecía un trabajo sencillo. Al principio Miu temia mas por la vida de Gin que por la suya propia, pero la verdad es que habian llegado a ser muy buenos.

Tras las presentaciones formales acompañamos a la chica y su escolta hasta la casa de una mujer mayor que estaba viviendo sola, con el dinero de la misión contrato a un chico joven para que cuide de la mujer y la mujer del niño. La mujer resulto ser la abuela de la chica que el padre de la chica se caso con una rica tras quedar viudo. La mujer no puedo acompañarlos por el que dirán y la nieta y el padre visitan a la mujer con cierta frecuencia.

Me guarde el dinero justo para comer nosotros y nuestros gastos y a la salida de la ciudad, una emboscada de varios asaltantes, ordeno a Miu que saque a los clientes de la ciudad, que no hemos comprometido mientras me ocupo de los asaltantes....

¡Ten cuidado! Dice y accede a regañadientes, mirando hacia atrás. Pero la misión es la misión, y sabía que era lo más importante.

¡Síganme! Les dice a los clientes, llevándoselos y protegiéndolos.

Miu abandona la zona de peligro llegando hasta la frontera de la ciudad. Los clientes se marchan quedandose Miu sola.

Una vez se asegura de que están a salvo no se lo piensa dos veces y echa a correr hacia dónde había dejado a Gin, tan sólo esperaba que estuviese bien y que hubiese podido aguantar.

Gin no estaba en el lugar, la escena esta llena de sangre y los asaltantes desangrados.

¡Gin! Empezó a gritar asustada. Si hubiese acabado con ellos y estuviese bien se lo hubiese encontrado por el camino. ¡Gin! Volvió a gritar mientras corría buscándole.

Corres hasta casa, por el camino has encontrado rastros de sangre. No tardas demasiado en llegar a casa, y la sangre efectivamente si va a casa, al entrar corres hasta el cuarto y Gin tiene una sabana llena de sangre en modo de venda improvisada desde la parte izquierda de su cintura hasta su hombro derecho.

¡Dios Santo Gin! Exclama alarmada corriendo hacia él.

Espera. Dijo corriendo a por el botiquin y volviendo a su lado rápidamente. Le quitó la sábana y la herida pintaba fatal, pero aún así empezó a aplicar sus conocimientos.

Intentaba con todas sus fuerzas no llorar. Te pondrás bien... Dijo en un susurro, con los ojos vidriosos.

Corres por tu botiquín, te toca hacer una cirugía improvisada cosiendo su herida con los riesgos que conlleva, eso o lograr mantenerlo con vida hasta que llegue el medico voluntario en la zona para esas cosas.