Partida Rol por web

Arnau, contrariado, lanza un segundo ataque contra el adversario, que vuelve a ser fallido. Su frente está empapada de sudor, mientras tanto la situación como el clima le recuerdan a aquella fatídica noche. Su mente le traiciona. Fugaces pero intensos flashes del pasado contaminan su percepción. Se siente atrapado en el pasado y furioso consigo mismo. Si no es capaz de volver a ser el soldado competente que fue antaño, Lázaro podría morir.

Turno de Adso.

viendo que sus compañeros se lanzaban al ataque, el goliardo esperó quieto a que se resolviera el mismo. Estaba seguro que si intentaba ayudar sería más un estorbo que una ayuda.

Con este pensamiento se quedó inmóvil esperando lo que hacían los demás.

H1 declara una parada y un ataque a Gabriel.
Turno de Isidro.

De repente de allí donde el guardia no veía nada, de la misma oscuridad, salta un decidido Isidro con su Terciado en mano,volando directo hacia el enemigo en busca de sangre para vengar la derramada por su compañero Lázaro.

El filo del arma toma un ángulo que incide, amenazante, desde el brazo izquierdo hasta el pecho de aquel guardia, donde Isidro pretende hundir el acero.

El primer cuchillazo, pese a pillar desprevenido al hombre del arzobispo, es desviado por la madera del hacha de H1, gracias a sus rápidos reflejos. El segundo ataque que Isidro lanza, acto seguido, casi con el mismo movimiento del brazo, impacta directo en el pecho del guardia, atravesando el gamesón y la carne y haciéndole 3 puntos de daño (6 en total -3 por la defensa del gambesón).

El hombre, que ya tenía sus ojos fijos en Gabriel, se olvida del nuevo adversario (¡¿Pero cuántos de estos malnacidos hay en las sombras?!)) y lanza su ataque contra el alarife quien, hábilmente, consigue apartar la punta de la lanza de su trayectoria hacia su cuerpo haciendo uso de cuchillo, el cual pierde por el impacto del pesado arma.

De repente un ruido, como un silbido seguido de un golpe seco, llama la atención de H1. Una piedra cae cerca de su posición, con bastante fuerza, en el suelo. Pronto divisa a Adso con su honda en la mano, escondido.

-¿Pero cuántos sois? ¡Salid, perros cobardes, que acabaré con todos vosotros como he hecho con el vuestro amigo el moro!

Las palabras del hombre, escupidas con furia, y la distracción de la pedrada de Adso y el cuchillo perdido por Gabriel no hacen si no distraer a Arnau, quien también erra en su ataque contra el guardia.

El monje se acerca al caído Lázaro, quien se encuentra bien cerca de él, y se arrodilla junto al mismo.

Turno de Arnau*.

Ignacio intenta parar la hemorragia del incosciente Lázaro haciendo presión sobre la herida, pero desde lueg la medicina no es su fuerte y, por desgracia, lo único que consigue es que más y más sangre salga, cada vez con más fuerza*. El desangramiento y el estado de la herida en general empeoran, haciendo que la muerte se cierna cada vez con más rapidez sobre el cazador... Si nadie consigue hacer nada, Lázaro morirá al final del próximo asalto (y no del siguiente, como estaba previsto).

Por otro lado, Gabriel, desarmado tras el ataque del guardia, lanza sus puños contra él, cargado de furia viendo cómo un solo hombre estaba prácticamente dominando el combate, pero a pesar de no ser tan hábil peleando con los puños desnudos como con su cuchillo, consigue golpear de un fuerte puñetazo el abdomen del guarda... Sin mucho efecto, pues el grueso gambesón se encarga de absorber el golpe. (Daño = 2x1 - 3 (Gambesón) = 0PV)

Orden de iniciativas: Ignacio, Gabriel, Isidro, Arnau, Adso y H1.

H1 declara un ataque a Gabriel y otro a Isidro, que son quienes tiene más cerca y quienes le han conseguido atacar hasta ahora.

Declara Adso.