Partida Rol por web

¿Tienes algo para defendernos? En caso de que decidan ponerse... — Juniper tragó saliva. — ...violentos.

-Bueno he estado los últimos años en una academia militar, algo espero poder ha...- Alvar Faure se quedo sin voz al ver de como Juniper se desplomó de repente. Por suerte fue suficiente rápido para agarrarlo al vuelo antes de que cayese al suelo.

Al ver que el joven se perdía en si mismo y no volvía a la consciencia, sintió un fuerte nudo en su estomago. Lo zarandeo con suavidad -Vamos rubito, vuelve, no me hagas esto.- Le suplicó pensando que la había cagado totalmente intentando saber más sobre la amenaza que se ceñía sobre ellos. El quería proteger a toda esa gente y por el contrario había ayudado a uno de ellos a meterse en la boca del lobo. Estaba furioso con la rubia de afuera, con los insectos del espacio exterior y sobretodo consigo mismo.

Cuando Juniper volvió a la consciencia entre gritos y llanto, se quedó petrificado, aunque sin dudarlo se dejó caer a su lado de rodillas y apoyo su mano en el hombro ajeno. -Todo va bien, estamos adentro y ellos afuera, esa malparida no puede tocarte

En su mente se formo una imagen mental muy clara: paso uno conseguir algo que terminase en punta. Paso dos abrirle la cabeza a Dora Springfalls.

Mientras Holly se volvía a dormir en el banco, a su alrededor estallaba una pequeña tormenta que decidió ignorar.

Al estaba llevando a la gente de un lado a otro solo a base de miedo y amenazas, impidiendoles olvidar ni por un segundo que estaban en peligro y sin venderles esperanza o seguridad. El mensaje que llegó a su publico fue "vamos a ser atacados sí o sí pero quizá en el cine tardemos menos en morir en la inevitable batalla".

La madre abrazó tan fuerte a su bebe que lo despertó y lo puso a llorar. La multitud entró en un estado de pánico donde empezaron a surgir ideas locas: lugares más seguros que el cine, robar bates de baseball, hacerse con cuchillos de los restaurantes. La tensión de todo lo que estaba ocurriendo volvió de repente, reventando la efímera burbuja de seguridad.

-¡¡Zorra tu puta madre, desgraciado!!- Le grito alguien
-¡Nos está ayudando!- Le defendió otra persona
-¿Por que no viene la policía?
-¿Qué está pasando afuera? ¿Hasta donde llega esto?
-Es un francotirador del ISIS- explico alguien
-No, es un gas toxico que afecta a los insectos y a la gente. Yo lo he visto
-¿Y si el gas ha llegado al pueblo?
-Oh dios mio tengo que ir a salvar a mi gato. Apartaos yo voy a salir.

Algunos se volvieron hacia Arthur, que daba discursos más largos pero era más persuasivo que intimidante (Al menos hasta el momento) Otros se fueron en silencio hacia el cine obedeciendo a Dorian y una gran parte del rebaño se desperdigó en luchas y conflictos internos. Hubo hasta algún puñetazo en la plaza.

Dannielle entrego su reloj a Al, no tenia ni idea de que tramaba el matón. Pero si pensaba que le iba a ser de alguna ayuda. Ella opto por dar un par de pasitos hacia atrás con elegancia, y luego otro par, y ¿por qué no? otro par más. Si Al quería jugarse la vida por el cerrajero, adelante. Estaban en un país libre. Pero no hacia falta jugarse las dos vidas.

-Ten cuidado- musitó antes de que el chico comenzara su plan

Al toco varias fibras sensibles del abismo: su dolor ante el tiempo, los magos (Los magos eran el tipo de seres vivos que más odiaban, con diferencia) y lo que le había contenido hasta ahora: no ser agredido de esta manera.

El ser sintió como el reloj se desvanecía y dejaba de existir en el vacío, la decoración de oro, la correa de cuero se disolvieron en y el pequeño trocito de cuarzo dejo de oscilar y existir. Cuando la batería se desintegró para siempre se acabo el molesto cosquilleo de la electricidad. No hubo mas tics.

Pero el maldito espacio-tiempo seguían existiendo al margen de aquel objeto.

Un zarcillo salio disparado hasta la barandilla de la galería y la esfera negracentral se deslizó por él arrastrando los demás y acercándose a la pareja. Si aquel individuo tambien queria comunicarse como el de la puerta, quiza lograran algo, los magos siempre picaban si se les ofrecía poder.  Y entonces... La percibió...

-¡La llave!

Un zarcillo de oscuridad salió disparado desde el ajeno de la cerrajería hacia una de las terrazas de la Plaza central, hasta una tienda de bocadillos. La esfera se desplazó por él disolviendo todos los demás para viajar más rápidamente. Salió disparada.

Equipo viveres:

Kelly lanzó algunas ideas sobre la razón de la conducta de aquellas personas. Mientras Roland protegía a la pequeña y planeaba medidas de contención, como agua a presión. El grupo se apartó y corrió perseguidos por aquellos sujetos de conducta extraña hasta que Jesse lanzó unos donuts de su mochila. Sus perseguidores se abalanzaron sobre esta nueva presa forcejeando entre ellos y devorándola con ansia. El equipo pudo ganar terreno volviendo hacia la plaza central de Neptuno.

Aunque, cuando estaban a medio camino,  ocurrió algo. Una linea negra apareció de la nada flotando en el aire, como una sombra. De repente vieron algo surcarla. un punto negro que parecía una puerta al fin de todo.

Escucharon un grito gutural procedente de los obesos (Y el de la bicicleta estática) y algo translucido salió de ellos. Eran como pequeñas personas extremadamente delgadas y huesudas que se disolvieron en la nada a los dos o tres metros. No llegaron a verlas bien, pero les quedo claro que tenían muchísimo miedo, autentico terror, de aquella esfera negra y que, hasta ahora, habían estado dentro de las personas que les perseguían.

Cuando La esfera negra alcanzó la plaza hubo una reverberación, como un fuerte sonido que no escucharon pero que vibró. Los chorros de agua de la fuente triplicaron de repente su altura a la vez que aquella cosa negra se paraba en mitad de su vuelo. El trozo de zarzillo que estaba dentro de la plaza seapareció

Todos los que vieron aquella cosa empezaron a gritar, se mearon encima o salieron corriendo. El humano medio no tenia tanta resistencia a lo sobrenatural como nuestros diez protagonistas y al ver un vórtice hacia la inexistencia quebró la mente de muchos.

El abismo pasó a la ofensiva. No estaban tan cerca de la llave desde 1666, si tenían que pelear contra la fuerza que les impedía entrar... adelante. El aire se hizo mas pesado

Los cristales de la puerta explotaron, las mesas salieron disparadas haciéndose astillas. Y Dora, tan inexpresiva como siempre desde su posesión, aunque estuviese implicada en una lucha de egos con el defensor del lugar que le estaba destrozando puso un pie dentro del centro comercial.

Alvar cubrió a Juniper con su cuerpo, torciendo el gesto cuando toda aquella metralla de cristales y astillas se clavaron en su espalda. Cuando la explosión pasó levanto a Juniper en brazos y se lo llevo hacia uno de los corredores laterales.

-No puede entrar No puede entrar- pensó con tono de burla.- Puto bocazas de mierda. Esres un iman para la mala suerte.- Se recriminó

-Tenemos que ponernos a salvo. ¡Corred!- Grito Wyatt azuzando a sus compañeros incluso agarrando a los más lentos de la mano y tirando de ellos.

No era el más listo del mundo, pero estaba en buena forma física. Y su terror era evidente

Martha adopto una actitud diferente. En cuanto sintió algo raro en el techo miro al suelo a sus preciosos zapatos nuevos. Si todo estaba bien. Tenia los mejores zapatos del mundo. Las demás niñas se morirían de pura envidia. ¿Algo sobrenatural? No que ella viera. Aun así corrió como solo unos pulmones que aun no conocen el tabaco pueden correr.

Definitivamente algo muy extraño estaba sucediendo. Si no había sido suficiente ver aquellos pequeños copos tentaculares de negra nieve meterse en el cuerpo de un hombre y una mujer para controlar sus mentes y tratar de... ¿Qué cojones querían? Parecía que la clave estaba dentro del centro comercial. Jesse había visto muchas películas sobre sucesos sobrenaturales, pero la clave nunca había estado en un centro comercial. Si en las pirámides de Egipto, un antiguo lugar sagrado celta, un santuario templario o una ancestral cueva que otrora fuera habitada por seres extraterrestres, pero... ¿En un centro comercial? ¡Nunca lo hubiera imaginado!

Fuera como fuera, aquella nueva visión de lo imposible, heló la sangre del activista. Casi no podía creer lo que veían sus ojos y hubiera hecho como Martha si hubiera estado más atento. Negar lo imposible que sucedía alrededor de uno era una buena manera de evadirse, aunque no de salvar el pellejo. Eso lo sabía hasta Martha, la cual ya había salido corriendo como alma que lleva el diablo. Wyatt iba tras las zancadas de la pequeña, cual caballero andante y Kelly y él... bueno, se había quedado boquiabiertos contemplando aquello.

- Kelly, no sé si... - Tragó saliva. - No sé si es el mejor momento, pero... - Si iban a morir tenía que decirle algo. Sino se arrepentiría... bueno, si moría no podría arrepentirse, pero tenía que ser valiente por una vez. - ¿Quieres que cenemos un día y veamos una peli? ¿O algo...? 

No esperó la respuesta de la chica por la que bebía los vientos. La volvió a coger de la mano y tiró de ella tratando de alejarla del lugar donde parecía estar sucediendo todo. Estar en el epicentro del fin del mundo no era algo que a Jesse le tranquilizara, al menos a priori, pero le había ayudado a pedirle una cita a su chica. Porque Kelly era su chica aunque ella no lo supiera. No obstante, si no se alejaban de allí, no habría tiempo para cenar y menos para el cine y Jesse había entrenado el clásico movimiento del bostezo con apertura de brazos y caída sobre los hombros del acompañante, durante bastantes años. Tenía que poner en práctica toda aquella teoría...

Definitivamente todo aquello estaba siendo demasiado para que Kelly lo procesara. La gente lanzándose encima de unos donuts... que sí, que estaban buenos (aunque la calidad de la bollería industrial era cuestionable y quizás debería darles una charla de lo perjudicial que era su abuso para la salud), pero tanto como para lanzarse en plan horda encima de aquellas cosas... ¿Actuarían igual con una pieza de fruta? Sería muy interesante de estudiar. Una parte de ella se negaba a creer que estuviera buscando investigar científicamente aquellos sujetos que eran tan aterradores como interesantes. 

Sus ojos se dirigieron ahora hacia aquella masa negra. Y su boca se entreabrió al tiempo que sentía cómo su corazón se desbocaba... era... no era... no sabía lo que era. Pero no era normal. O más bien, no era natural. Era incapaz de comprender nada de lo que estaba pasando, así que hizo lo más inteligente por su parte. Recogió la grabadora y varios libros que le habían parecido interesantes sin fijarse en el título y escuchó a Jesse. 

Lo miró un instante y sonrió. O lo mejor que podía sonreír dadas las circunstancias, porque era cierto que no le parecía peor momento para hablar de cena y de películas que aquel momento. A menos que fuera con Plissken, claro. 

Claro, como hacíamos antes -por supuesto que Kelly, ni en esta vida ni en las siguientes, entendería que lo que Jesse quería era una cita con ropa bonita, flores y purpurina-. Pero ya decidiremos qué peli cuando no estemos rodeados de... de lo que sea todo eso -añadió contenta (contenta dadas las circunstancias) de tener la oportunidad de volver a acercarse a Jesse, estuvo muy raro en los últimos meses, y no le gustaba cómo se comportaba con Juniper, en una cena sería el mejor momento para hablar del tema. 

Soltó la mano de Jesse y tironeó de Plissken, con la única finalidad de hacerle reaccionar. Puede que ella tuviera que comentarle a Plissken también si quería cenar y ver una peli... pero no como se lo había pedido Jesse, claro, una cita de verdad. Probablemente, seguía sin ser el mejor momento para hablar de esto. 

Siguió corriendo hasta la fuente del Neptuno y buscó con la mirada a su mejor amigo*.

Al ver así como Deveraux guiaba a las personas de la fuente me di tope en la frente, negando con la cabeza mientras la mano se quedaba encima de mi rostro. Sabía como terminaría esto después de tremenda cagada que se acababa de mandar, y justo cuando ya todos se habían calmado un poco. 

Apenas le contestaron con insultos gimoteé por lo bajo, como si un pequeño niño quejumbroso se quejase al no recibir algún dulce el cual le pedía a su mamá, la verdad ya me estaba frustrando por completo Dev y esa forma en la que era, parecía como si no supiese algo de interacción social. Al imbécil se va a molestar si le llamas imbécil, o cualquier persona se va a molestar si le dices "zorra" o algo parecido, ¡Dios! Como sea, tenía que solucionar esto.

Pero cuando estaba por responder escucho un fuerte grito de alguien en la puerta, y la voz la conocía muy bien, era de Juniper. Con preocupación llevé mi vista hacia allá, no sabía lo que pasó pero aquel sujeto musculoso ya lo estaba cuidando, de momento tendría que controlar la situación de aquí antes de ir a ver como estaba.

Cuando las personas voltearon hacia mi llevé un par de dedos a mi boca antes de silbar con fuerza para llamar la atención de todos. -¡A ver! ¡Sin miedo gente, vayan todos calmados para la sala de cine, lleven las botanas, golosinas y bebidas que quieran adentro y podremos hablar de lo pésima que es la película, no empiecen a descontrolarse.- Pero claro, nuevamente aquel pequeño esfuerzo que hice para calmar todo se fue a la mierda. Una sombra, como una estela pasó por encima del suelo, seguido de un montón de sucesos más extraños, como por ejemplo el ver como frente al montón de gordos hubo una sombra por unos cortos instantes antes de desaparecer, luego, la puerta explotó.

-¡Que nada puede salir bien!- Grité de frustración mientras las personas perdían el control por alguna razón. -¡Vamos vamos, a las salas de cine, andando!- Y después solo miré a la amenaza que se aproximaba, Dora, la mujer pretenciosa con la cual mi madre me ha contado que ha tenido uno que otro encuentro. Seguro, sus dulces eran deliciosos, pero supongo que para mi madre esa mujer no era del todo de su agrado. Y entonces toda la imagen se congeló para mí.

Como en la escena en la que comienza la película de Deadpool veo todo como si estuviese en pausa, las personas gritando despavoridas en una imagen quieta que representaba su temor, como Kelly, Roland y el resto corrían de los que eran sus perseguidores momentos antes de darse cuenta de que ahora ellos eran los que huían, y como un pobre idiota recibía un puñetazo en la cara justo en ese momento, mientras que en mi cabeza comienza a sonar una canción épica para el momento (O al menos épica en mi opinión). 

-We are here standing here by the abyss
And the world, is in flames
Two star-crossed lovers reaching out
To the beast, with many names~-

Cantaba la canción muy por lo bajo, mientras miraba a mi alrededor antes de ver a Holly la cual parecía estar dormida sobre una banca, aún no entendía porqué seguía allí o como no se había despertado, pero tendría que protegerla.

Abrí rápidamente la mochila que traía conmigo, sacando uno de los insecticidas que había tomado justo cuando todo esto comenzó y de mi bolsillo sacaba mi mechero, luego vuelvo a colocarme la mochila en mi espalda después de cerrarla. Me veo a mí mismo como si un reflector me iluminara, como una luz blanca y cálida me cubriera mientras le quitaba la tapa al insecticida, lo agitaba y a un paso decidido comienzo a caminar hacia mi segura muerte, tendría que salvar a Juniper y al otro chico que se quedó con él, al menos asegurarme de que salieran de allí. Al haber suficiente distancia entre Dora y yo apunto hacia el frente el insecticida y comienzo a rosear frente a mi el contenido del mismo, antes de colocar un poco cerca el mechero, para así apretar el mismo.

Una chispa se crea y de esa nube de aerosol se convierte en una llamarada, por mi momento hasta yo me asusto pero logro mantenerme firme antes de gritarles a Juniper y al otro. -¡Corran! ¡Vayan al cine y traten de cerrar las puertas!- Les indiqué mientras comenzaba a caminar hacia Dora, moviendo de un lado a otro el insecticida, haciendo que la llamarada vaya formándose en forma de cono hacia la amenaza que iba avanzando. De quedarme sin fuelle con el insecticida lo más seguro es que huiría al cine, o sacaría el otro que tengo en la mochila si es que no muero primero, pero los demás tenían que salvarse. -¡Welcome to Thunderdome, bitch!- 

Se lo había estado pasando tan bien que Candy no quiso contradecir a aquella chica, aunque lo cierto es que para ella no se trataba de que otros desearan ser ella, no se creía tan superior o especial, sino de ser deseada en si misma, que alguien quisiera tenerla a su lado. Y cuando se rieron al mostrarles a Roland no entendió la gracia, se encogió de hombros, definitivamente era guapo, y por un instante pensó que quizá estaban viendo algo que ella no y esto no hizo sino provocarle cierto temor y devolverla aún más a la realidad. Aquello de todas formas quedó en el pasado, porque ambas pelirrojas llegaron a la sala de seguridad y pudieron sentirse relativamente con más control de la situación, viendo tantas pantallas que les mostraban lo que sucedía. Si tan sólo estuviesen prestando atención...

- ¿Ahí, donde? -agarró el brazo de Holly para retenerla y aún así su amiga pudo arrastrarla más de un metro porque Candy iba sentada en la silla con ruedas. Apretó con los talones en el suelo y cuando ya por fin logró pararla la sentó junto a la puerta- Luego buscamos un tío cachas para cada una, pero ahora no me dejes sola -usó la llave para cerrar la sala de seguridad desde dentro- Tú quédate ahí y... espera a que se te pase -fuese lo que le echaran en el refresco a Holly, debió ser fuerte, o quizá...- No estarás poseida ¿Verdad? Tú avisa si sientes algo raro ¿Vale?

Con los pies se fue impulsando otra vez con la silla de vuelta hacia las pantallas, aunque se detuvo a medio camino al ver que en la pared había... no exactamente posters, pero alguien había impreso en folios imágenes de... chicas- ¿Mmh...? -chicas con escotes- Mmh... ¡Eh! Ahí estoy yo -se arrimó más, reconocía aquel vestido, lo había llevado ese mismo verano, era una imagen suya muy reciente. Había otra de su amiga Vanessa- Whaow... -iba junto a otra chica que Candy no conocía y que debía ser la razón de que quien fuera hubiese capturado aquella imagen, dado el patrón común entre todas y los... atributos que hacían resaltar a aquellla desconocida- _{Tengo que pedirle que me la presente...} -susurró, y fue arrancando de la pared todas aquellas imágenes para meterlas en su bolsa de ropa. Su mirada se cruzó con la de Holly- No pretenderás que las deje aquí. Estarán mejor conmigo... -pues por supuesto las intenciones de Candy eran puras... y nobles... y... Finjamos que lo eran... ¿No había un apocalípsis o algo así en alguna parte? Centrémonos en eso.

Tras haber terminado de distraerse con la bolsa de pipas, su amiga drogada y las fotografías de chicas con generosos escotes, Candy recordó el motivo por el que estaba allí y volvió a mirar las pantallas, aunque para entonces ya todo había sucedido, sólo alcanzó a ver como en el exterior no había escapatoria, esos insectos estaban por todas partes, y en el interior no era mucho mejor, en la plaza de la fuente una de esas cosas se había colado dentro y todo era caos. Candy fue buscando por todas las cámaras de seguridad hasta dar con Al, que por suerte seguía vivo y no estaba en el centro del peligro.

Interrumpiendo las repetitivas grabaciones publicitarias de la vuelta al cole y el 2x1 en Wendy's, en los altavoces del centro comercial sólo hubo silencio hasta que se oyó la voz de Candy- ¿Al? Al ¿Me escuchas? Aléjate ya de ahí y ven aquí, estoy en la sala de seguridad. Y todos los demás, escondeos o... encerraos en algún sitio. No salgais. Hay más de esas cosas a fuera -sonaron de manera lejana botones siendo pulsados- _{Esta no... Nop... Dios ¿De que época es esto...?} -y tras unos segundos...

Cuando el ser imposible se marcha tras haber visto cómo se desintegra el reloj y sólo entonces cierro los ojos y suspiro muy despacio, notando cómo la adrenalina que me había puesto en pie contra una especie de agujero negro maligno todopoderoso que quería devorar la tierra. Ahora...

Ahora sólo nada. No obstante mis sentidos y mi mala baba impiden que el chute baje del todo. Aún sin comprender muy bien cómo, ha funcionado, y eso me hace sentir cierto alivio e, incluso, orgullo. Había timado a una babosa galáctica, ni tan mal. Es entonces cuando me doy cuenta de la presencia de Coop y de su abalorio destruido y, más por impulso que por voluntad, le doy un abrazo de dos segundos: el doble de de lo que me gustaría. Y no por cálida, sino porque... ¡Qué vergüenza tal arrebato sentimental!

Enseguida recobro la compostura y carraspeo, entreabriendo los labios para decir algo en el mismo instante que la voz del megáfono suena. Levanto el puño y el pulgar en señal de "Todo Ok" (o algo de eso). La amenaza reducida y Candy localizada, estoy que me salgo.

Vamos.

Sin dejarle opción a replicar, tomo la mano de Coop y comienzo a correr con ella hacia la garita. Sí, porque sé donde se encuentra la garita. Cualquiera que tenga los huevos de preguntarme no obtendrá respuesta, pues la historia de cómo me habían llevado allí por un error con una camiseta rosa era demasiado ridícula como para contarla. Aunque la verdad es que sí tengo ganas de saber cómo ha llegado ella allí.

Golpeo la puerta para que me abra, mostrando el dedo corazón a la cámara para que sepa que soy yo.

Cuando Roland observó que aquellos extraños seres delgados y traslúcidos brotaban del interior de los cuerpos de los gordos, sintió un inmenso temor, aunque una sola palabra brotó de su boca:

-Flipa...

Quiso decirle a la pequeña Martha que echase a correr pero, afortunadamente, la niña era bastante lista y ya había salido corriendo. En su caso, no se movió, quedándose observando, entre fascinado y asustado, aquella esfera de negrura absoluta. Por algún motivo que quizá ni él mismo conocía, en esos instantes no dejaba de pensar en Expediente X o en los relatos de HP Lovrecraft o Stephen King. No tenía ni idea de qué estaba sucediendo, pero le resultaba aterrador.

No reaccionó hasta sentir que Kelly Langford tironeaba de él. Al ver que la empollona echaba a correr en dirección hacia la fuente del Neptuno, decidió seguirla a toda prisa. No sabía a quién estaba buscando, pero desde luego no iba a dejarla sola.

-¡Kelly, espera! -le gritó, mientras intentaba alcanzarla.

Danny se había mantenido todo este tiempo expectante, tanto durante la valentía de Al de enfrentarse de esa manera a esa cosa como la reacción de luego. De las dos cosas, lo que más la dejó traspuesta fue la segunda, desde luego. Cuando la abrazó, fueron esos dos segundos los que tardó en reaccionar y cuando le iba a devolver el abrazo, él lo cortó, así que se quedó un poco desconcertada. Pero conocía a Al y sabía que sacar el tema o intentar saber más no serviría de nada, así que simplemente lo dejó pasar y se dejó guiar de la mano hasta donde él la llevó. Cuando él saludó a la cámara, ella simplemente levantó una mano a modo de saludo y se encogió de hombros.

Parecía que la solución era esconderse. Pero... ¿hasta cuando? ¿y los demás? ¿y Roland? ¿Estarían a salvo? Esa cosa no parecía pararse ante nada ni nadie. No creía que una puerta de nada fuese a detenerla tampoco. Esto pintaba mal, y aunque Danny sabía mantener la compostura, empezaba a mostrar preocupación en su cara.