Partida Rol por web

Cindy estaba bastante cansada de aquella situación. Se había dedicado a observar como sus compañeros berreaban y rebuscaban por la tienda como ratas. En esos momentos echaba mucho de menos a sus amigas, y su Ipod; seguro que aquellos infernales días se le habrían pasado más rápido con un poco de buena música. Sus compañeros le parecían bastante vulgares y no soportaba más estar en aquel sitio.

-A ver, osea, el viejo tiene razón, si son sus cosas no podemos venir aquí y quitárselas por mucho apocalipsis que haya, seamos civilizados. Si el quiere darnos algo que nos lo dé. Pero no vayamos ya desde el principio riñendo ¿Me entiendes? No podemos ser un grupo con disensión ¿Sabes?

La mujer rubia se ladeó apoyando su mano en la cintura quedando en forma de asa. La otra mano se la llevo a la frente y con resignación y un largo suspiro dijo:

- Yo mirare de lejos, osea, no quiero estar cerca cuando esa cosa entre... Encima desarmada, Ajá.

Tras decir esto se alejó y se apoyó en una pared, sacando una lima de uñas para retocarse las manos, pero atenta a lo que hicieran sus compañeros.
 

Ernest toma el arma y acto seguido se cabrea.- Así que me lo agradecéis así. Fuera de mi tienda.- Dice cabreado y con razón. Os había dado toda su hospitalidad y creía que no merecía ese trato. Se guardó la pistola.- Gracias Cindy, eres un cielo, la próxima vez que vea este comportamiento los echaré de aquí, así que diles que se comporten.

El grupo no parecía encontrar nada útil para atar las estanterías, y aunque el plan estaba bien ideado, no había ni cuerda ni cables de alambre para sujetar las estanterías. El zombie al escuchar semejante jaleo comenzó a golpear más fuerte. Pronto otro gruñido sonó detrás de la puerta, parecía que se estaba uniendo otro zombie más... 

Las "lanzas" improvisadas no serían capaces de atravesar el cráneo de un zombie, y agujerearlo no serviría para nada, pero Elias se armó con su palo de fregona "afilado" y convencido se puso a buscar, sin lograr encontrar nada útil. Los demás observaban.

El carcamal y la chupa pollas 3000, ya tenemos carnaza que entretenga mientras que el resto consigue salir huyendo... Pienso a la vez que hago una reverencia sarcástica a Ernest, como si de un principe en su palacio se tratase. En ese momento escucho los golpes de un segundo zombie, tras lo que "aplaudo en silencio". Tras ellos reuno a los que no parecen inútiles del todo y les hablo bajito en la parte más alejada de  la tienda.

Bien, no hay material suficiente para hacer la jaula asi que... Plan B. Cogemos todo lo contundente que haya en la tienda y  formamos una especie de muro entra la puerta y la pared, de tal manera que la puerta solo pueda abrirse unos 15 centímetros. Una vez la tengamos preparada, entre todos  la sujetamos para que tenga aún más consistencia y procedemos a abrir la puerta lo poco que pueda. Lo que hay fuera intentará entrar, quedándose atrapado y dificultándole mucho el acceso el poco espacio que tiene parra ello. Ese momento lo aprovechará Elias para reventarle la cabeza con el hacha, ¿Como lo veis?

Cindy observó como la mujer rubia reunía a todos menos a ella y al dueño de la tienda, lo que hizo que se riera interiormente ante una actitud tan infantil. Se sentía como cuando en el colegia alguien te caía mal y lo dejabas a parte, pero esto no era el colegio, estaban en un lugar donde cualquier podía morir y toda ayuda era poca, que fuera seleccionando solo a los que no le llevaran la contraria le pareció algo absurdo y, ciertamente, estúpido. Miro para el grupito que se había formado y dijo:

-Yo sigo aquí, osea, si queréis algo solo tenéis que decirlo ¿Sabes?

Tras esto siguió limándose las uñas, apoyada en la pared esperando a que alguno tuviera una actitud madura.

Me sonrió mientras sigo buscando infructuosamente por todo el local.

Escucho el plan de la rubia, no me parece adecuado ser el primero en enfrentarme pero son los gajes de tener el arma.

Si, claro hay que salir de aquí antes que nos muramos de hambre. Si que quiero algo barbie, pero mejor te lo digo asolas.

Guiño un ojo a la animadora.

Cuando os decidis de abrir la puerta, deja 3 segundos sin decir nada, sin motivo.no habra uno, sino 5, y luego 20.

Asi que o abrimos la maldita puerta de una vez,dice tranquilamente, como si su forma de hablar fuera asi, oh eh seremos pica pica de zombies, no porque se nos coman, que tambien, sino que habra tantos que solo nos podran catar a bocaditos.

Shaphira se acercó a Ernest y con voz baja pero tranquila le dijo.

Sentimos mucho nuestra falta de educación, Ernest, pero una situación tan desesperante nos lleva ha hacer cosas desesperadas. Le pido disculpas por haber actuado en su tienda sin pedirle permiso. Verá, soy la agente de policía Shaphira Hunter y le ruego que nos presté los materiales necesarios de su tienda para poder salir todos con vida. No quiero que ni usted ni nadie muera. ¿Entiende?

Tras intentar calmar un poco al hombre con sus palabras miró a Sheila.

Y tú....Si nos dividimos estamos muertos, tenemos que actuar juntos para sobrevivir hasta que estemos a salvo, si es que eso que dicen por la radio es cierto. De todos modos, aunque consigamos salir de la tienda gracias a tu plan...¿Que haremos luego? A saber cuantos de esos seres hay ahí fuera. Yo sigo votando por alcantarillado o conductos de ventilación, asi no nos expondremos al peligro.

Dicho esto miró nuevamente a Ernest.

Disculpe de nuevo pero...Como no estaba de servicio cuando pasó todo esto no tengo mi pistola... ¿Hay algo de esta tienda que pueda usar como arma? Cada vez vienen más y esa puerta no aguantará mucho...

Empezaba a impacientarme. Así que me sene en el suelo esperando que alguien se moviera.

La chica rubia había sido rechazada por el grupo, seguramente por ser más guapa que la histérica esa que me trataba como si este fuera mi palacio. 

- No pasa nada jovenzuela.- respondí a Shaphira, y le cedí mi arma.- Tiene solo un cargador, pero siendo policía, y si es verdad podrás protegerme mejor que yo.- Acto seguido le dije.- Te he cedido el arma, protégeme a mí antes que a esa.- Dije señalando a Sheila.

Acto seguido me dirigí a la rubia.- No te preocupes, no están a tu altura, es lo que ocurre cuando una chica es demasiado guapa.- Dije guiñándole un ojo para que se animara.

Cogí mi escopeta como si fuera un bate de béisbol y me dispuse a mirar desde detrás de mi barra.

Sheila se puso a coger todo lo que pesaba y a hacer una pequeña barricada sin ayuda de sus compañeros, que seguían discutiendo sobre cómo salir de aquel lugar.

Cuando Sheila está cerca de la puerta ésta cede un poco y se entreabre. Una mano agarra la muñeca de la joven y comienza a tirar hacia fuera, aunque el zombie no puede morderla ni sacarla hacia fuera. Era un aviso de que había que darse prisa.

Me apresuro a ir hacia donde está Sheila y comienzo a golpear la mano del zombie con la culata de mi escopeta.- Mierda, mierda.- digo mientras golpeo.

Uno de los golpes es suficiente para que el zombie suelte a la chica.- Está dando de sí la puerta, la cerradura no estaba en buenas condiciones...- digo mientras empujo y la mano del zombie toca a diestro y siniestro sin llegar a mí.- Ayudadme diantres.

Porfin!, dice ya cansado de esperar que alguien abriese la puerta. Al fin alguien la abre, aunque no seamos nosotros.

Maikel cogio el palo como si de una pertiga se salto de altura tratase y cargo con todo su peso con intencion de perforar la cabeza del zombie.

Yihaaa!

Porfin!, dice ya cansado de esperar que alguien abriese la puerta. Al fin alguien la abre, aunque no seamos nosotros.

Maikel cogio el palo como si de una pertiga se salto de altura tratase y cargo con todo su peso con intencion de perforar la cabeza del zombie.

Yihaaa!

Cuando la puerta cedió por todos los golpes que había recibido a lo largo de los días, no tuve siquiera el tiempo necesario para apartarme de ella. Una huesuda mano se coló por la apertura agarrándome de la muñeca con fuerza, tirando de mí haciendo que cayese sobre la misma barricada que yo había fabricado golpeándome la mandíbula. No era capaz de quitármelo de encima, sentía como mi corazón se aceleraba más y más sin yo poder hacer nada. Cuando de pronto el viejo Ernest tapó mi vista.
  El hombre entrado en edad comenzó a golpear el brazo del zombie que me agarraba, golpes que podía sentir como tirones, hasta que finalmente la criatura cedió dejándome libre. Con rapidez me eché hacia detrás apoyándome en la barra de aquella tienda, sintiendo que el corazón me iba a salir por la boca de lo alterada que aquella situación me había puesto. Miré entonces a Ernest y tragué saliva, asintiendo con suavidad, agradeciéndole lo que había hecho sin pronunciarlo con palabras.

Estar allí aislados, con desconocidos, sin apenas nada para comer y beber conseguía sacar lo peor de cada uno. Pero cuando de verdad era necesaria la ayuda de los demás no dudaba en prestártela y eso era algo que jamás se podía olvidar. Ahora nosotros éramos lo único que teníamos, los unos a los otros.

Observé como Maikel se lanzaba a por el zombie, ya sí que no había marcha atrás. Era hora de que aquellos que tenían armas hicieran su parte del trabajo y quizá con suerte consiguiéramos salir de esta para después… a saber qué clase de situaciones estarían esperándonos ahí fuera.

Cindy se colocó junto a Shapira, ya que era la que más confianza le inspiraba de allí. Cuando el zombí irrumpió atrapando a Sheila no pudo evitar llevarse las manos a la boca y lanzar un agudo chillidito, que pronto ahogo abofeteándose a si misma. Entonces se miró a si misma y dijo:

-Osea, yo no tengo fuerza para hacer nada... ¿Qué hacemos ahora? No quiero morir aquí, soy demasiado... Bueno, evitemos los tópicos.

​Tras estó se quedó de tras de la policía y la miró con ojos desolados esperando a que ella actuara para seguirla.

Mierda...

Se limitó a decir Shaphira cuando vio como el zombie atacaba a Sheila. Fue a ayudarla pero Ernest y Maikel lo hicieron por ella.

La pelirroja se acercó a Sheila que estaba todavía en el suelo y le ayudó a levantarse. La examinó un poco con la vista, en busca de alguna posible herida pero al no encontrar nada suspiró aliviada. Segundos después le hizo un gesto con la cabeza a Sheila para que la ayudara a mover unas estanterias.

Lo siento Ernest, pero no podemos dejar que esa cosa entre y tampoco podemos malgastar balas a lo tonto. Sheila, Elías, Alan, Cindy...quien coño sea, pero que alguien me ayude a mover alguna estanteria para atrancar la puerta.

Shaphira fue corriendo hasta la estanteria más cercana y la movió como pudo hasta la puerta para taponar esta y ganar así algo más de tiempo.

¿Le sumo solo dos puntos de fuerza que es lo que tengo?