Partida Rol por web

Infierno en el Pacífico

Una isla, nuestra salvación

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30/01/2019, 00:42
Arthur Benson

Con el ánimo ensalzado por la efectividad de mis disparos contra el zombie que atacaba a William, me dispongo a abrir fuego nuevamente contra el zombie que queda en el muelle para poder darles tiempo a mis compañeros para que puedan alcanzar la segunda cañonera.

- ¡dejadme a ese cabronazo...!

- Tiradas (2)
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30/01/2019, 22:34
Director

¡¡RA-TA-TA-TA-TA-TA-TA-TA-TA-TA-TAAAA!!

Benson acribilló a balazos al sexto de los zombis que pisaban el muelle, destronzando su cuerpo en varios pedazos al instante. El muelle comenzó a crujir, pues se estaba deshaciendo como papel sobre el agua de tantos balazos recibidos. El resto os internásteis en la cañonera primera, pero parecía que os dirigíais a la segunda. Efectivamente, la segunda estaba anclada en mar, sin acceso alguno por tierra. Al fondo, el resto de zombis corría hacia vosotros como una marea de petróleo acercándose a la costa...

Notas de juego

Fin del combate, habéis destruido a los seis primeros zombis.

Soldados, para pasar a la segunda cañonera habréis de hacer un salto de cubierta a cubierta. No hay otra manera de acceder al segundo buque. Para ello, habréis de hacer una tirada de Físico (Jack tiene un malus de +2 por su heridas anteriores). Por supuesto, si planeáis algo concreto y factible (algún plan más o menos realista e intentáis llevarlo a cabo) os puedo dar algún bonus para dicho salto.

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03/02/2019, 02:07
William Crowden

Viendo como el resto de sus compañeros dudaban si realizar el salto o no, fue el valeroso ingeniero el primero en elevar sus pies por encima del piso firme, por encima de aquellas frías aguas y aterrizar gracilmente como una gaviota -cargando una ballena- sobre el piso del segundo buque de guerra.

Se hubiera levantado con los brazos extendidos y los pies juntos y saludado al jurado; pero estaba demasiado cansado, preocupado y dolorido como para hacer nada de eso en estos momentos. Por lo que se limitó a levantar una mano desde el suelo para dar la señal de "Ok".

- Tiradas (1)

Notas de juego

Uso 4 puntos para pasarlo...

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03/02/2019, 19:32
Cade Foster

El comandante pensó en cruzar a la segunda cañonera con algún tablón como había visto en las películas de Errol Flynn, pero había demasiada distancia entre los buques y desestimó la idea. Ya que al ver la espalda del soldado Stockton, de su mochila se vislumbraba el extremos de una cuerda. 

Que buena idea Stockton!!! Los marines siempre váis preparados para todo.

El comandante extrajo la cuerda y se ató un cabo alrededor de su cintura. Y entregando el cabo restante al marine para que lo atara. Mientras vio como el ingeniero ponía pies en polvorosa cruzando por delante del oficial.

Bien Crowden, asegure la zona que voy para allá...

Cade foster volvió a recordar su dura instrucción, en aquella ocasión hizo memoria de las muchas horas perdidas en la "pista americana". Aquel circuito de obstaculos inspiró al oficial para dar un buen salto y abstraerse de la peliaguda situación que estaban viviendo. El salto casi perfecto llegó hasta el otro buque, donde la mano del ingeniero acabó de aupar a Foster.

Rápido Ingeniro Crowden ate este cabo a la embarcación para que cruce el resto de la tropa.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Gasto 1 de suerte.

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03/02/2019, 20:37
William Crowden

Heroicamente el ingeniero logró despejar la zona, lo que se traduce en un: Se arrastró lentamente, como pudo, de la zona donde segundos después aterrizaría su superior; sin lugar a dudas, un hecho heróico y loable que quizás no se canten hazañas, pero sí que será rememorado y probablemente alterado para futuras adaptaciones cinematográficas, si es que llegaban a salir de ahí con vida.

-Señor, Sí, Señor.

Con la cuerda en mano, buscando el lugar más correcto para atarla; el Ingeniero hace un buen nudo; a fin de cuentas, podía ser muchas cosas pero un incompetente a la hora de hacer nudos no era una de esas cosas que el Ingeniero podría ser, puesto que este practicó haciendo nudos en la universidad cada vez que un examen importante se acercaba y no tenía ni la más remota idea de electricidad.

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03/02/2019, 20:46
Jack Stockton

Para llegar a la segunda cañonera había que saltar porque tampoco era posible llegar a nado. No había amarres ni nada parecido para subir a esta desde el agua. Simplemente saltar es demasiado esfuerzo para el malherido soldado pueblerino.

Entonces llegó a su mente la estadía en el campo de entrenamiento y los gritos, o posiblemente ladridos, del sargento Paine. Como olvidar las marchas kilométricas luego de cenar. Hasta vomitar los intestinos y solo por gracia el sargento.

En definitiva no todo fue sudor, dolor y sordera por sus aullidos estoicos, porque una idea surge de todo eso que puede ayudar a todos ahora.

Sin dilación Jack sugiere la opción de tender un cabo y tensarlo para que gracias a Crowden, y su salto inicial, todos pudieran cruzar a por la cuerda. El jefe Foster al mismo tiempo puso en marcha el plan para que todos llegaran a salvo a la segunda embarcación.

Y luego de asegurar el cabo fue el turno de Jack para realizar el cruce por cuerda horizontal.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Perdón. Olvidé postear luego de escribir en el offtopic la idea.

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06/02/2019, 22:27
Director

La idea del marine Stocktom fue tomada por buena entre esu grupo. De hecho era una gran idea, o al menos, de las pocas factibles. Mientras el cabo Cade tomó una cuerda y se ató un cabo a su cintura, el ingeniero William, que debía haber calculado mentalmente las posibilidades físicas de su portentoso movimiento horizontal de cubierta a cubierta, saltó antes que él logrando el objetivo: llegar a la segunda cañonera. El comandante hizo lo propio y ambos pudieron construir la idea de la mente del marine. Éste, a falta de gran fiereza y valor (pues era el más malherido del grupo), logró atravesar la cuerda haciendo sujeción de manos y tobillos, enroscándose en ésta. El último de todos fue el artillero Benson que, tras dejar su puesto de armas, corrió para hacer lo mismo*.

Instantes después todos estábais en la cubierta de la segunda cañonera. Veíais en la costa, en realidad a pocos metros de vuestra posición (pero sin posibilidad de alcance), como decenas y decenas... y decenas de seres zombi marchaban a la carrera hacia el agua y el primer buque. Muchos caían al agua de la costa, pues al zambullirse perecían ahogados en ella (no sabían nadar). El resto os miraba en la línea de playa, queríendoos devorar y despedazar boquiabiertos

Finalmente, sabiéndoos algo más seguro, corrísteis a la sala de pilotaje del gran buque. Aquella cañonera era seguramente movida por una decena de oficiales y seguramente más de cien hombres, pero todo ese despliegue era necesario para la guerra. Sólo para la guerra. Si tan sólo queríais escapar, como habíais de hacerlo, sólo teníais que poner a punto la sala de máquienas y calderas, encender motores y navegar al frente. Contaba con dos grandes mástiles automáticos, movidos por engranajes que podían ser activados con cuatro hombres como mínimo. Suerte que no érais algo menos...

- Tiradas (1)

Notas de juego

*Pese al fracaso de Benson, y debido a la idea de la cuerda, concedo el bonus que necesita Benson para superar el salto.

Haced cada un último post de partida.

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07/02/2019, 21:37
Arthur Benson

No sin esfuerzo, y gracias al cabo tendido por Crowden, logramos alcanzar la seguridad de la segunda cañonera. Aunque no eramos tripulación suficiente como para manejarla a pleno rendimiento, si podríamos hacerla navegar dejando la isla atrás.

Gracias al cielo esas criaturas no eran capaces de nadar, y cuando entraban en el mar se hundían hasta el fondo para no salir más por lo que, en un inusitado acto de inteligencia, dejaron de intentar alcanzarlos quedándose en la orilla de la playa. Movido por la rabia, Benson se dirigió a la ametralladora de popa de la cañonera y aferrando con fuerza el control de disparo comenzó a barrer la playa intentado llevarse por delante al mayor número de zombies.

Únicamente el click de la recámara vacía le hizo soltar el gatillo pudiendo ver un gran número de cuerpos despedazados entre el humo que salía de los cañones.

Cuando volvió con sus compañeros estos le miraron impactados por su arrebato y el artillero les contestó con voz tranquila.

- ¡Joder... que a gusto me he quedado! - añadió cuadrándose frente a su oficial y saludando formalmente.

¡Lo hemos logrado, Señor!

 

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08/02/2019, 18:03
William Crowden

Por su parte, William se encontraba algo inquieto, temía que esas criaturas estuvieran escondidas en algún lado de la embarcación y que saltaran a atacarles en mitad de la nada, o aún peor, traspasar esta enfermedad al resto del mundo una vez que lograran desembarcar. Pese a ello, no dijo nada, ni siquiera cuando vio bajo un montón de cajas de balas de gran calibre a una de esas criaturas, incapaz de levantarse por el peso que tenía encima, pero aún con las ansias asesinas.

Acercándose a aquella criatura, y poniéndose en cuclillas ante ella, esbozó una leve sonrisa.

-Tu, tu me harás muy rico... Shhh... No hagas ruido... pronto tendrás mucho trabajo por delante...

Con eso dicho, y cubriendo a aquella criatura y lo que le cubría con una enorme lona, el Ingeniero cerró la puerta de aquel almacén, dejando a aquella criatura sumida en la mas intensa oscuridad mientras regresaba, aún sin perder la sonrisa, con el resto de los supervivientes.

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09/02/2019, 16:08
Jack Stockton

Jack lo había logrado. Con gran esfuerzo pudo llegar hasta la segunda cañonera para tenderse sobre la cubierta un buen rato hasta que los demás llegaron hasta la seguridad del navío.

Posteriormente se levantó y recorrió la cubierta pero sin entrar al interior de la embarcación a solas. Podría haber mas de esas cosas adentro.

Tardarían bastante tiempo pero al final podrían echar a andar la cañonera y salir a alta mar en búsqueda de su gente. Con algo de dedicación podrían entablar alguna comunicación por radio para que no los hundan nada mas ver la cañonera nipona. Después de todo era una embarcación del enemigo que hasta cualquier avión de ellos podría atacar fácilmente. Entonces Jack dedico ese tiempo en quitar los banderines y señales del Imperio Japones para izar banderas blancas.

Quizás lo único que entristeció el momento fue el recuerdo del indígena que salvó sus vidas en la isla. Tal vez era el ultimo superviviente, porque al ver al infinidad de monstruos que habían llegado a la costa su piel se erizaba. Aunque Benson derribara a la gran mayoría todavía existían más.

Finalmente Jack tendría una historia increíble para contar, que ni sus superiores creerían. Al menos le darían una medalla y tal vez un ascenso que mejoraría la paga y con ello llevar mas dinero a su casa. Y con algo de suerte obtendría un merecido descanso.

- Lo hemos logrado… - musitó al mirar el cielo y el horizonte del océano pacifico.

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09/02/2019, 22:38
Cade Foster

Gracias a la colaboración de toda la tropa, los cuatro supervivientes pudieron huir de aquella infernal isla. Al principio, tras el naufragio, los valerosos soldados de la Armada Estadounidense se las habían prometido felices al tomar tierra en tan paradisíaco lugar. Y a las primeras de cambio perdieron un componente. El resto de la estancia y nada más lejos que de unas vacaciones, fue una auténtica locura. Constantemente acechados por los muertos andantes, fue un duro examen poniendo a prueba el ingenio y la valentía de todos.

El Comanadante estaba orgulloso, habían salvado el pellejo y solamente con una baja.

Bien soldados, ha sido un orgullo servir con una tropa tan disciplinada!! Nuestra preparación militar ayudó a superar esta experiencia, única donde las haya. Pero el ingenio de todos ustedes y las ganas de sobrevivir fueron claves para soportar tal penuria. 

No duden, que cuando tomemos tierra, recomendaré que sean condecorados todos ustedes.

Pero no olvidemos a Michael Winslow, caído en combate. Propongo que tras visitar a su familia y presentar nuestras condolencias, derrochar toda mi paga de un mes en Whiskey y mujeres. Bien merecido lo tenemos!!!

Y  tras alentar por última vez aquella sufrida tropa,  Cade Foster suspiró profundo, sacando todo el estrés generado por aquellos últimos dias. 

Ya con la guardia baja y totalmente relajado. El Comandante se apoyó en la barandilla de la cañonera viendo en el horizonte como desaparecia aquel "Infierno en el Pacífico"

                                                             

                                                                       "Que secretos deben aún albergar en esta jodida isla...."

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10/02/2019, 16:38
Director

Sobre las cañoneras:

Segunda Guerra Mundial. Año 1942. Las hostilidades entre la flota americana y la flota japonesa pasaban por uno de sus momentos decisivos cuando la flota americana consigió al fin frenar por primera vez en la guerra el avance de la flota nipona en una batalla que fue recordada por la historia como la Batalla del Mar del Coral.

El 5 de mayo comienzan las hostilidades. Después de cuatro días de batalla, la flota americana se conviertió en la vencedora, truncando los planes de la flota japonesa de bloquear la comunicación entre el bando aliado y las colonias de Oceanía. Pero una victoria no quería decir que no hubiese que lamentar pérdidas. Varios barcos de la flota americana se fueron a pique y otros sufrieron graves daños.

Dos de los barcos que resultaron dañados, la Cañonera DD Perkins, y la Marcus Ikarus, se retiraban después de sufrir graves daños en la maquinaria que lo dejó inservible para la batalla. Intentaba una retirada hacia Port Moresby, pero su precario estado lo hicieron blanco fácil para los submarinos japoneses que acudían para lanzar un ataque por la retaguardia sobre la flota americana. La tripulación de ambos buques no tuvo más remedio que abandonar el barco en una isla desierta. Después la exploraron y ahí... se acabó su pista.

Sobre los aborígenes de la isla:

Hacia el Este de la isla había una aldea de aborígenes. Se trataba de un grupo de unas 100 personas de tez morena, pelo negro y baja estatura que viven en chozas construidas con ramas y hojas de palma. No hablaban inglés y rehuían el contacto con los forasteros. Su organización era patriarcal y creían en los espíritus, a quienes veneraban con gran fervor. Todos llevaban en sus cuellos los amuletos que llamaban “¡Im´sajha!” .(“Protégenos”) en su propio idioma.

Y es que la isla donde acabásteis estaba imbuida por una extraña maldición: se debía a un antiguo ritual que procedía de principios del siglo XVI, cuando conquistadores españoles llegaron a ella. A la llegada de los conquistadores, se produjeron enfrentamientos entre estos y los aborígenes, con dramáticos resultados para estos. Resignados, tuvieron que rendirse y permitir el asentamiento de los invasores, mientras preparaban su siniestra venganza. El por aquel entonces shaman de la tribu, Uhuru, utilizó sus artes para encomendarse a los espíritus y consagró el suelo de la isla. Los espíritus defenderían la isla de los intrusos pero a cambio, cualquier alma que no estuviese bajo su protección, les pertenecería. Como parte del pacto, los espíritus permitieron a los indígenas la creación de amuletos para proteger a los suyos de esta maldición. Es esta maldición el origen de la horda de zombies que pululaban por la isla.

Los amuletos, imbuidos de gran poder espiritual, se consagraban por medio de varios rituales, y son únicos y personales para cada indígena, que los llevaban consigo como una de sus pertenencias más preciadas. Tenían un doble cometido: vincularlos a la tierra y protegerlos de los zombies. El vínculo con la tierra, les permitía vivir en comunión con ella, por lo que la tierra les era favorable. Nunca fue difícil para un indígena encontrar caza ni pesca, ya que sentían cuando las presas estaban cerca. Además, el vínculo aumentaba su longevidad y los hace más resistentes a enfermedades. Era también gracias a ese vínculo, que la propia tierra “enfermaba” a los intrusos y los acaba convirtiendo en zombies.

Sobre los zombies:

Los cuáles os atacaron en todos los lugares visitados, no eran sino antiguos soldados japoneneses de ese flanco de la guerra, que habían llegado por casualidad o no allí y habían perecido a la terrible maldición. Entre sus filas también contaban los tripulantes de la dos cañoneras americanas que estaban en el puerto: exploraron la isla un tiempo pero fueron contagiados por la maldición del lugar.

FIN