Partida Rol por web

—¿Estás al mando? —inquirió peyorativamente.

Sabena miró a Mike girando levemente la cabeza.

-Eres un chico listo...

Isabella respiró hondo para tranquilizarse, al fin y al cabo había sido ella la que había querido ir así que ahora no podía estar toda la noche lamentándose.

- Sí, sí... ya me encuentro mejor. Sólo ha sido la impresión de todo lo sucedido hasta el momento, hace un  par de horas me encontraba tranquilamente cenando en buena compañía y ahora... -Un ligero escalofrío la recorrió pero consiguió recobrarse.- Terminemos cuanto antes con esto para poder ir a casa de una vez.

- ¿Armas? - resopló. Él nunca había llevado una jodida arma encima. ¿Para qué? Si empezaban a silbar las balas él no sería el más apto para apretar un gatillo. Podría cubrirse o incluso tratar de retirar del fuego a otros, pero ¿disparar? Estábamos locos. Además, siempre había sido de la opinión de que la bala más útil es aquella que no se dispara.

- Creo que es el día en el que más cadáveres he visto en mi vida - dijo mirando el cuerpo mientras Mike le registraba - pero ya que hemos llegado hasta aquí...

- ¿Qué vamos a hacer Scott? - preguntó a Sabena que parecía desenvolverse. Mike también y por cierto no parecía muy de acuerdo en que el detective llevara la iniciativa.

Parecía que la vida del contable había dado un vuelco por completo. No es que le hubiera tocado una buena mano, pero la de sus compañeros no era mucho mejor, había que estar atento y ver como se desenvolvía la mesa. Por el momento permanecía en el coche, lo cual parecía la opción más segura. 

- Sé que soy un novato pero... ¿No deberíamos hacer algo con ese cuerpo? Es decir... va... ¿vamos a dejar que se pudra ahí? - pobre e inocente Benny.

—Yo te diré lo que vamos a hacer —contestó Mike mirando con los ojos entrecerrados a Sabena—. ¿Aquí han matado a un tipo, no es cierto? Y, ¿qué crees que ocurrirá si llamas a la policía y descubren lo que ha pasado aquí? ¿Lo adivinas?

Después de una pausa Mike volvió a su exposición.

—Yo te lo diré: nos interrogarán y nos veremos metido en algo en lo que no me apetece estar metido. Así que nuestra siguiente acción es fácil: vamos a buscar a los contactos que hemos venido a buscar, hacer el encargo y largarnos de aquí pasando lo más desapercibidos posible. ¿Estamos?

—Arranca el coche —concluyó.

Hombres... ¿por qué siempre tienen que hacerse los gallitos? Isabella seguía sentada en la parte de atrás del coche junto a Benny, el cual se veía claramente que no estaba hecho de la misma pasta que los otros dos. Le miró por unos instantes, indecisa si decirle que ella también llevaba un arma encima, era un arma de corto alcance ideal para el tipo de ataque que podría sufrir ella y así al menos se sentía protegida. Nunca había matado a alguien ni siquiera la había llegado a necesitar, pero sabía que había demasiado lobo ansioso ahí fuera y tenía que estar protegida. Metió disimuladamente la mano en su bolso buscando el contacto con la fría culata y decidió no comentar nada.

 - Sí por favor, acabemos con esto de una vez. -Su voz seguía sonando nerviosa y evitaba por todos los medios desviar la mirada hacia el cadáver.

Scott pisó suavemente el acelerador del vehículo. Sin duda, el nerviosismo estaba a flor de piel dentro de aquel coche. Esta situación no era la habitual de sus ocupantes y eso se dejaba ver en sus gestos, su actitud y sus palabras.

Con todo seguían adelante.

El vehículo cruzó la valla de acceso a los muelles y rápidamente dieron con un camino adoquinado que les llevó justo hasta la línea de mar. A pesar de la oscura noche, el camino estaba relativamente bien iluminado. Incluso pudieron ver atracado un buque mercante de nombre Kalkavan. Una grúa trabaja sobre su bodega y un grupo de estibadores de aspecto rudo descargan fardos en tierra. Dichos hombres colocan los fardos en una cinta mecánica que los desliza hasta unos camiones donde, otros hombres, se ocupan de cargar los vehículos.

Pronto se deja atrás esa bonita estampa, bonita en el sentido de que el país vive una época de "vacas gordas" donde cualquier persona puede labrarse un destino y alcanzar el tan ansiado sueño americano.  El vehículo entra ahora en una zona menos iluminada donde se encuentran una serie de tinglados. Sobre cada uno de ellos aparece en grande su número correspondiente. Justo a la altura del número 6 unas luces se encienden y se apagan dos veces...

Escrutas entre las sombras, justo en la dirección de la que vienen esas luces....

Rápidamente observas algo que parece un vehículo oculto entre las sombras... Seguramente fue el que hizo la señal con sus luces...

¿Será el contacto? Desde donde se encuentra vuestro vehículo es imposible ver a sus ocupantes y, mucho menos, su identidad.

Escrutas entre las sombras, justo en la dirección de la que vienen esas luces....

Rápidamente observas algo que parece un vehículo oculto entre las sombras... Seguramente fue el que hizo la señal con sus luces...

¿Será el contacto? Desde donde se encuentra vuestro vehículo es imposible ver a sus ocupantes y, mucho menos, su identidad.

Escrutas entre las sombras, justo en la dirección de la que vienen esas luces....

Rápidamente observas algo que parece un vehículo oculto entre las sombras... Seguramente fue el que hizo la señal con sus luces...

¿Será el contacto? Desde donde se encuentra vuestro vehículo es imposible ver a sus ocupantes y, mucho menos, su identidad.

- Mmmm ¿Qué ha sido eso? - comenta Benny cuando se percata de la ráfaga de luz. Permanece unos segundos mirando en esa dirección y finalmente con el entrecejo fruncido afirma - Eso de allí parece un coche... igual es quien nos está esperando, que está ahí escondido por si acaso.

Se encoge de hombros.

- Nada de esto me da buena espina. Aún así no creo que nos armen mucho jaleo, esos de ahí, los del barco podrían oírlo.

-No lo sé, estad atentos -dijo Scott imitando al otro coche. Hizo destellar los faros dos veces.

A pesar de la hora que era los muelles se veía movimiento de los trabajadores descargando de un buque. De todas formas aquellos hombres no les interesaba así que siguieron de largo hasta que por fin llegaron a su destino. El parpadeo de las luces de un coche hizo que los nervios de Isabella volvieran a alterarse, aquella situación tenía un halo de peligro que no le gustaba nada, pero ya se encontraban allí y tenían que acabar de una vez por todas con el encargo encomendado.

- A mí tampoco me gusta la situación. -Se mordió el labio pensativa.- ¿Y ahora? Alguno se tendrá que bajar a hablar con ellos ¿no?

Mike asintió haciendo un gesto a Scott para que detuviera el coche.

—Yo hablaré con ellos. Estar atentos y cubrirme —dijo mientras se disponía a bajar del vehículo.

Bajó del vehículo y, una vez en la puerta miro a Scott.

—Estate atento por si hay que salir pitando.

-Espera Mike, no seas loco -le susurró Scott-. No sabemos quiénes son ¿Y si son los tipos que asesinaron al guarda? Les he hecho la misma señal ¿no deberíamos esperar a que sean ellos quienes se acerquen? 

Se detuvo durante un instante pensativo. Scott estaba en lo cierto pero la idea de quedarse en el coche hasta que el resto se pensaban como acribillarles a balazos resonaba en su cabeza.

—Mantener los ojos bien abiertos y la pistola dispuesta por si me la juegan —dijo antes de decidirse finalmente en ir al encuentro de aquel grupo.

- ¿Si te la juegan? Si te la juegan vas a acabar como ese que hemos dejado ahí atrás.

Sabena tenía algo de razón.

- Que salgan ellos de entre las sombras. Ellos son los que quieren algo, que vengan. - dijo totalmente convencido.

- Estoy de acuerdo con ellos. No puedes arriesgarte de esa manera... no sabemos qué buscan, ni lo que pretenden, que sean ellos los que den el primer paso.

Le parecía que aquello era lo más sensato, desde el interior del coche podían vigilar los movimientos de aquellos hombres y en el momento en que vieran algo que no cuadrara podían salir pitando de allí. De todas formas, metió la mano en su bolso y sacó su Remington por lo que pudiera pasar.

Mike no llega a avanzar ni un par de metros, con el ruido de fondo de sus compañeros instándole a que pare y no se acerque al automóvil, un camión acaba de salir de uno de los tinglados con sus luces cegando a todos los integrantes del grupo. El ruido del motor del camión se introduce en sus oídos y con gran rapidez pueden escuchar una chirriante frenada....

Cuando sus ojos y oídos logran recomponerse la escena no pinta demasiado bien para ellos. El camión se ha detenido justo a escasos centímetros de Mike y ha cortado el camino. De su interior salen dos tipos armados con escopetas, perfectamente cubierto por el conductor del camión que, asomado por la ventanilla, está encañonando a Mike.

Muy bien amigos, ¡¡¡salgan del coche!!! Jimmy, ¡¡¡se acabó tu suerte!!!