Partida Rol por web

-No, no nos conocemos, pero siéntese -le hago un gesto con la mano señalando una de las sillas-. Ahí de pie mirando embobado a la nena pelirroja destaca usted más que la Estatua de la Libertad. Me llamo Scott Sabena y también estoy interesado en la mujer... en la pareja más bien ¿me sigue?

Benny se sentó algo extrañado aunque esbozando una sonrisilla por la situación.

- Me parece un reparto justo, para usted el viejo y para mí la chica. ¿Por qué debería parecerme mal? - ahora su expresión se volvió algo más seria - ahora hablando en serio... ¿Qué es lo que quiere?

-Verá amigo... seré franco con usted. Soy detective privado y me ha contratado una mujer desconfiada para que siga a cierto señor ligero de cascos. Ahí está el señor y la mujer por la que suspira es su acompañante. Así que si va a montar algún numerito de novio celoso, le pediría que primero me dejase hacer mi trabajo. Cuando tenga la foto, usted ya puede liarla si quiere ¿Entiende? -a pesar de que había hablado con tono amable, Scott no sonrió ni una sola vez.

Benny sí que sonrió. Le había sonreído la suerte. El tipo se llevaba su trabajo listo para cobrarlo y con un poco más de potra el viejo se iría refunfuñando, la joven se quedaría sola y a su merced. Asintió.

- Vaya... entonces lo único que necesita es que yo no entre en acción hasta que usted tenga su foto... estupendo, malo ha de ser que antes de los postres no se haya usted ganado el sueldo. - miró de soslayo a la chica disimuladamente - la verdad es que entiendo al tipo, por una cosa así yo también me la jugaba - y hablando de jugar... comenzaba a ponerse nervioso.

Scott miraba atentamente a su interlocutor que escudriñaba a la chica como si le fuera la vida en ello. Interesante...

-¿Y usted amigo? ¿Cuál es su historia?

Se acomodó en el asiento y miró a su interlocutor.

- ¿Sabes esas que tienen un final feliz, te casas y tienes un trabajo de ensueño con una casa enorme y un montón de pasta? Pues la mía no acabó así, así que tengo que empezar una historia de cero.

-Muchacho, te aseguro que yo tampoco conozco el final feliz de ese cuento ¿pero tiene que ser con ella? -pregunta señalando distraídamente a la muchacha-. Ella tampoco parece de las que llegan a ser felices y comer perdices.

- No quiero ser el príncipe azul que se lleve a esa princesa. Me basta ser el bobo que se deje robar el corazón por una noche. Sé de sobra que las mujeres como ella tienen más de demonio que de ángel. - sonrió de nuevo - ¿Eres de por aquí? Por cierto, me llamo Benny, Benny Morton.

-No, no soy de por aquí, Benny. Aunque probablemente me quede una temporada en la ciudad ¿Y tú? ¿Vives aquí?

- No. Llevo por aquí apenas unos días. Ya sabes, lo del nuevo comienzo y eso. Es más fácil hacerlo donde nadie aún te pone cara. Supongo que siendo detective no es la primera vez que te encuentras con alguien que quiere dejar parte de su vida atrás.

-En estos últimos años demasiadas veces, créeme -le confesé volviendo a echar un vistazo a la pareja de tortolitos- ¿Dónde está ese maldito camarero? Me muero de hambre.

Sonrió sin mucho entusiasmo al ver el refresco, pero tal como estaban las cosas no se podía hacer nada al respecto. Mientras Arthur pedía la cena, la actitud tan maleducada del camarero consiguió que su mal genio aflorara, a punto estuvo de recriminarle la actitud tan grosera al darle la espalda cuando, justo antes de que pudiera abrir la boca, se percató de la nota sobre la mesa.

La cogió sin que el banquero se diera cuenta y le echó un rápido vistazo. Se quedó un tanto turbada al leer aquellas palabras tan dulces y galantes. Buscó con la mirada alrededor para intentar descubrir a su admirador secreto pero, los gritos del camarero no le permitieron fijarse en los presentes y tuvo que tirar la nota para que Arthur no la viera.

- Querido... no te preocupes por ese vino. No estropeemos esta maravillosa velada. Ya habrá otras oportunidades -Coloca su mano sobre la de él para tranquilizarle mientras le dedica una sugerente sonrisa.

Benny seguía pendiente de vez en cuando de la chica, por si lograba captar su atención, o lograba ver el mensaje. Mientras tanto alternaba su atención con Sabena.

- Sí, lo cierto es que no me importaría llenar el buche a mi tampoco.

Benny parecía nervioso, como si hubiera algo que lo tuviera intranquilo. Necesitaba sentir algo de adrenalina cuanto antes.

-Pues cenemos ya que estamos aquí y así aprovecharemos para conocernos mejor. Parece usted un buen tipo, Benny. Y sus gustos no están nada mal -comenta refiriéndose a la mujer.

El camarero te mira y te sonríe.

Bueno amigo, como verá ahora mismo estoy un poquito liado sirviendo cenas y atendiendo a los clientes de la barra.... pero si quiere cuando esto se vacie un poco me sentaré con usted y charlaremos un rato, ¿de acuerdo?

De momento, disfrute de su cena, amigo.

Coloca su mano en tu hombro, en un gesto afectuoso y se gira para continuar atendiendo clientes.

Tienes razón querida, hemos venido a disfrutar de la cena, no de una botella de vino.

Arthur agacha la cabeza, sintiéndose mal por su actitud.

Disculpame querida..., es que lo de la Ley Volstead me está afectando demasiado. No me acostumbro a una vida sin los pequeños placeres del vino o la cerveza.

Agarra tu mano fuertemente y te mira a los ojos. Está completamente absorto en tu belleza. Quizá, en estos instantes, aún más que durante todo el tiempo anterior.

Sigues con tus sentidos alerta y aunque debes sostener la mirada te das cuenta de que alguien más se ha sentado justo detras de ti, en la mesa del tipo feo. Sin embargo tu interpretación con Arthur te impide saber quien es con exactitud.

Dedicas una sonrisa a tu acompañante que él te devuelve con elegancia. Este es el momento "romantico" ese en el cual Arthur piensa que eres la mujer de su vida y que quiere abandonarlo todo para escapar junto a ti.

Para ti... otro momento de silencio en el que escuchas el ruido de bar: las conversaciones de la barra, el ruido de los cubiertos al chocar con los platos y la comida, algún brindis "descafeinado" en otra mesa y... y algo en la mesa de detrás...

«Me parece un reparto justo, para usted el viejo y para mí la chica. ¿Por qué debería parecerme mal? ... ahora hablando en serio... ¿Qué es lo que quiere?»

De repente, el camarero llega con vuestros platos y pierdes por completo la escucha.

¡¡¡Bon Appetit pareja!!!

Tras unos minutos de agradable conversación, el camarero aparece con una fuente de Spaghetti a la Carbonara y coloca dos platos y cubiertos en la mesa.

Disculpen mi atrevimiento caballeros pero al ver que se sentaban juntos y que estaban en una agradable conversación me he permitido traerles Spaghetti para los dos.

¿Van a cenar juntos verdad? Si después quieren alguna cosa más sólo tiene que llamarme, ¿de acuerdo?

¡¡¡Bon Appetit!!!

El camarero se aleja y se coloca de nuevo en la barra. A los pocos segundos tratas de girarte para ver el pelo y oler el perfume de tu pequeña musa, cuando algo desvía tu atención. Junto a tu mesa está cruzando el restaurante un tipo de aspecto sonriente y vestido con un traje, bastante elegante.

Cruza el restaurante y, casi llegando a la barra, alza la mano y saluda al camarero:

Frank, ¡amico!

El camarero le sonríe ampliamente ¡¡¡Jimmy!!!

El tipo no se detiene, simplemente llega hasta la puerta cercana a la barra y la cruza.

Estabas tratando de girarte para adivinar quien estaba sentado justo detrás tuyo, cuando algo desvía tu atención. Junto a tu mesa está cruzando el restaurante un tipo de aspecto sonriente y vestido con un traje, bastante elegante.

Cruza el restaurante y, casi llegando a la barra, alza la mano y saluda al camarero:

Frank, ¡amico!

El camarero le sonríe ampliamente ¡¡¡Jimmy!!!

El tipo no se detiene, simplemente llega hasta la puerta cercana a la barra y la cruza.

-Sí, no se preocupe, todo está en orden -sin más que decir, ataco la fuente con bastante hambre.