Partida Rol por web

Aquello tenía que ser una broma pesada. Que narices iban a aprender estando allí como pasmarotes el resto de la noche y el dia? Aprenderían a aguantarse las ganas de cagar? Porque Talram no veía otro proposito, después de ver como regresaba el cadete a todo correr y oliendo a letrina. Lo cierto es que él mismo había sentido urgencias similares, pero despues de ver y oir el blasterazo se le habían cortado de golpe. Y en algún lugar de la base estaría aquel oficial, repantigado ante un microfono, hartandose de comer y beber, a buen seguro, y riendose a mandibula batiente de aquel hatajo de borricos que eran ellos en aquel momento. La cara del ex-senador estaba roja de ira. Aquella pantomima ya duraba demasiado, y aun seguía sin verle sentido alguno. Hombres más inmportantes que aquel Pinaza doblaban el lomo ahora en las minas de kessel por afrentas más pequeñas. El joven bufó bien alto, y se arrebujó un poco más en la capa, pues ya refrescaba a aquella hora. Intentando que no se notase demasiado, flexionó un poco las rodillas y estiró todo lo que pudo las piernas, que ya empezaban a entumecerse. Con gusto saldría de la formación hecho una furia al encuentro del oficial para poner los puntos sobre las ies, pero se reprimió, pues no deseaba causar más mal al resto de cadetes, y a decir verdad, maldita la gana que tenía de que un rayo le atravesase el cuerpo como un vulgar bandido. Así que se mordió el labio inferior hasta hacerlo sangrar, volvió a resoplar como un caballo inquieto y se estiró en todo su gallarda estampa para al menos aguantar aquello con un minimo de dignidad.

Kadlo lo supuso, y el disparo sobre el pobre individuo de su pequeña compañía lo corroboró. El oficial Pinaza no se lo iba a poner fácil, pero era lo que se esperaba. Lo que dudaba es si iba a aguantar todo lo el oficial estaba pensando, ..., le picaba detrás de la oreja, que le sorprendería la situación negativamente, y recibirían más de un disparo de aviso ante los más que probables movimientos que estarían obligados a hacer por culpa del cansancio.

Iba a ser un día y una noche muy larga ....

Poco tiempo después del incidente del recluta con urgencias una puerta lateral del edificio se abrió y apareció el oficial Pinaza con un bláster de repetición colgando del hombro. Detrás de él marchaban cuatro soldados de asalto imperiales con sus blancas armaduras relucientes empuñando sus blásters a la altura de las caderas, dos a cada lado. Cuando llegaron enfrente del grupo de reclutas el oficial se adelantó.

Hola chicos, espero no haber tardado mucho... En el ejército imperial es muy importante la disciplina y si alguien os ordena que no os mováis, eso es lo que tenéis que hacer...

Iba paseando de un lado a otro mientras hablaba, en un momento dado arrugó la nariz y una cara de repugnancia le apareció súbitamente...

¿Y ese olor?¿Eres tú carasapo?-dijo mirando al durosiano- No, tú no eres... los duros oléis más a vómito, este es el olor de la indisciplina....

¡Guardias! Meted a ese paleto en el primer transporte que salga de aquí... mientras tanto que disfrute de la hospitalidad de la academia...

Los cuatro soldados avanzaron hacia el granjero que había cometido el error de moverse de la formación y lo sacaron arrastras de la explanada. El compañero que trató de advertirle ni siquiera movió un dedo, pero los más avispados pudieron detectar como apretaba los puños con fuerza.

¡Los demás! Que os quede claro que vuestro ojete es mío, y a partir de ahora cagará cuando a mi me de la gana... ¿¿¿¿ESTÁ CLARO???? Y ahora pasemos dentro. Aún hay mucho que hacer antes de que os acostéis.

Se dio la vuelta y se encaminó al edificio central de la academia, cuando llegó a la altura de la puerta entró y dejó la puerta abierta, invitando al grupo de reclutas a seguir su ejemplo...

Tin mantuvo el rigor marcial mientras el ofiacial al mando se paseaba de un lado a otro. Ni siquiera pestañeó cuando Pinaza insultó sin piedad al pobre durosiano. Aquel era el precio que pagaba un alienígena en valiente, recio y heroico ejército imperial. La mirada de Abstinius se mantenía perdida en el horizonte, como si fuera una estatua. La posición debía ser perfecta, denotando disciplina y respeto... ¡¡Cuántas veces la había ensayado con su padre!!

- No te defraudaré padre...- pensó mientras su corazón latía con fuerza. Por fin estaba en el lugar que le correspondía. No dudaría en honrar la memoria de su padre, un héroe de batalla. Alguien que entregó su vida por el bien supremo de mantener la paz en el Imperio...

Pinaza dio la orden de entrar y el joven muchacho intentó desfilar con soltura, pero allí había personas que jamás se habían ni tan solo alineado, con lo que el camino de la cuadrilla fue un espectáculo algo patético...
 

Kadlo se preparó para una reprimenda cuando vio aparecer al oficial al cabo de pasar el incidente con uno de los reclutas, ..., y la reprimenda no se hizo esperar, ..., como esperaba, aún a sabiendas de quién había abandonado la formación, la primera "perla" tuvo como objetivo él mismo. Sin embargo ya estaba preparado y ni siquiera pestañeó ante el ofensivo comentario. Simplemente esperó a que pasase sin darle la más mínima opción de volver a ser de nuevo el objetivo.

El osado que abandonó la formación fue expulsado directamente de la academia, y el resto fue puesto de nuevo en una prueba: el amado oficial les invitó a entrar; ..., claramente iban a hacer mal el paso que esperaba el oficial que hiciesen, pero Kadlo intentó copiar el paso que memorizó en el resto de pelotones de reclutas, pero era imposible que a la primera vez que lo hacían, sin prueba alguna, la coordinación, ya fuese individual o conjunta, fuese la esperada por el oficial, ...., mentalmente se volvió a preparar para una nueva reprimenda que no dudaba que iba a ser sobre él, por muy bien que lo hiciese.

El oficial no se hizo esperar. Apareció como una súperestrella  en el momento idóneo y con la gente adecuada. Los cuatro soldados de asalto imponían, la verdad. Nunca había tenido a ninguno tan cerca. Lo más cerca que habían estado de el había sido en una persecución años atrás donde su padre les había dejado convertidos en polvo estelar.

Pinaza no le defraudó en absoluto. Un oficial que se creía dios, pero que denotaba su falta de superioridad insultando y maltratando psicológicamente a los cadetes. En fin, tendría que lidiar con la creme de la creme imperial. Pero siempre dentro de sus normas, y como decía la tercer norma del contrabandista

-Pasa inadvertido......

Así que cuando el oficial les mandó desfilar, Erasmus intentó hacerlo todo lo bien que su poca formación se lo permitió.

El grupo avanzó intentando parecer una escuadra coordinada y marcial del gran imperio, pero el resultado era patético y la suerte quiso que no hubiera nadie contemplando el espectáculo. Entraron por la puerta que aún permanecía abierta que desembocaba en una gran sala en la que habían diez sillas de plastiacero con uno de los brazos en forma de mesa, parecidas a las que se utilizaban en las universidades. Un arcaico papel y un bolígrafo completaban el cuadro.

En medio del círculo de sillas se encontraba el oficial Pinaza, acompañado con una siniestra figura...

Pasen, pasen.... Antes de convertirse oficialmente en reclutas del amado imperio tendréis que pasar por un sencillo trámite... Sean sinceros o nuestro amigo tendrá trabajo.... Tienen diez minutos.

En el papel había un simple cuestionario con diversas preguntas:

1- Planeta de Origen.
2- Razón para alistarse.
3- Profesión
4- Último viaje intergaláctico antes de llegar a Carida.
5- Familiares en el Imperio.

1- Planeta de Origen --> Ciudad en órbita del planeta Duro.
2- Razón para alistarse --> Conocimiento de naves y mejora de vida.
3- Profesión --> Piloto.
4- Último viaje intergaláctico antes de llegar a Carida --> Le pongo la verdad.
5- Familiares en el Imperio. --> No

Aquella situación complicaba la existencia de Erasmus. Aquel test, aunque corto, era conciso, y podía poner su situación en un compromiso. Solo rezaba porque sus respuestas fueran lo suficientemente creíbles como para pasar por verdades.

Erasmus comenzó a leer las preguntas:

-Planeta de origen........-Erasmus no lo recordaba. Sus primeros años habían sido a bordo de un carguero espacial.....- desconocido - fue lo único qué pudo contestar sin ser mentira del todo.

-Razón para alistarse: cambio de estilo de vida a una más sana.- Esperaba que la ambigüedad estuviese de su parte.

-Profesión: repartidor - casi se le escapa la risa solo de pensarlo.

-Último viaje intergaláctico antes de llegar a Carida: Tatooine- no era mentira. Su último viaje había sido a Tatooine transportando unos hiperimpulsores robados a un comerciante local. Y esperaba que con este "golpe de honestidad" diera el pego a la hora dela revisión del cuestionario.

-Familiares en el imperio: soy huérfano. Ignoro si existe alguno.- aquí fue todo lo sincero que pudo. Al fin y al cabo, no le importaba tener o no tener familia.

Erasmus esperó un poco a la hora de entregar el cuestionario. Dejó que pasaran tres reclutas antes que el entregase sus respuestas.

Abstinius miró con cierto recelo al droide. Había oído hablar de ellos, de las múltiples funciones que desarrollaban en el ejército imperial, pero no estaba dispuesto a comprobar las cualidades de tan maravilloso ingenio, con lo que sin perder mucho tiempo, recogió el formulario y comenzó a escribir...

1- Planeta de Origen.

Coruscant.

2- Razón para alistarse.

Servir al Imperio con mi vida si es necesario. Odio a los insurgentes.

3- Profesión

Ninguna hasta el momento.

4- Último viaje intergaláctico antes de llegar a Carida.

Realicé un viaje turístico a las granjas de Tatooine hec 8 años. Fue el último viaje con mi padre.

5- Familiares en el Imperio.

Todos los que importan. Mi madre y mi hermano mayor.

Una vez respondido el cuestionario, Tin se levantó y se lo entregó a Pinaza. Luego volvió a su posición esperando nuevas órdenes.

Aunque las cinco preguntas eran bien simples e inocentes, la presencia de la esfera negra, con sus agujas e instrumentos extraños lo ponía nervioso. Talram se acomodó como pudo en aquellas sillas que le recordaron con afecto a las usadas en la Escuela Senatorial, aunque allí no había nada parecido a aquel papel primitivo ni el "util" para la escritura... curioso que el Ejercito Imperial usase aquellas reliquias. Echado fugaces vistazos a los otros cadetes y al oficial y su "acompñante", el joven ex-senador se dispuso a completar el cuestionario:

1- Garos IV

2- En vista que las acciones diplomaticas no han dado el resultado optimo para la pacificación de los sistemas contrarios a la Politica Imperial, me veo obligado a tomar acciones más drasticas en aras de la total expansión de la Doctrina del Imperio, que sin duda llevará a la Galaxia a su más prometedor futuro.

3- Durante casi dos años estandard fui Senador por Garos IV en la Camara del Senado de Coruscant.

4- Mi ultimo viaje, sin contar el traslado de mi hogar a Carida, fue un viaje de permiso desde Coruscant a Garos IV, en donde ya revelé a mi señor padre, Gobernador Planetario, la intención de abandonar mi puesto santorial en pos de un papel más activo en la lucha contra los Rebeldes.

5- Mi famila, la Casa Byncekass, ha sido regente de Garos IV desde hace generaciones, y en este momento se enorgullece de permanecer leal al Imperio. El hermano menor de mi padre era el sustituto de mi Escaño Senatorial, pero en vista de la reciente disolución de la Camara, ignoro si habrá alguien en funciones oficiales en los estamentos Imperiales.

Una vez pasados los diez minutos los cuestionarios fueron entregados al oficial Pinaza, que los cogió en un montón y desapareció por una puerta lateral con la esfera flotante siguiéndolo a pocos metros. Los reclutas estaban solos en la sala. Pero no por mucho tiempo...

Dos soldados imperiales salieron por la puerta y se colocaron a cada lado. Desde una de las máscaras se oyó una voz neutra y desapasionada.

Formad una fila de a uno e ir entrando según os lo indiquen...

Los nueve reclutas se dispusieron a obedecer las órdenes que les habían dado.

Quizá la divina providencia, o quizá un plan malévolo del destino, hizo que en la formación de la fila que les habían encomendado no fuese el primero, ...., honor que le tocó al compañero del recluta que, poco inteligentemente, se había osado mover en la primera prueba, ...., pero embargo, sí que le tocó ser el segundo.

El compañero desfiló a una más que clara prueba de fuego y/o reprimenda, y Kadlo esperó pacientemente su turno preparándose para su más que probable "ataque y derribo" por parte del bienamado oficial .....

Los primeros integrantes de la hilera ya se habían colocado en sus puestos cuando desde dentro se oyó la voz del oficial Pinaza...

Que pase el primero!! No voy a estar todo el día con esto...

Y el chaval que se había colocado el primero se apresuró a cumplir la orden y desapareció por la puerta. Al principio no se escuchó nada pero al rato...

Nooooooooooooooooooooooo

Silencio, bastardo!!! Creías que no te descubriríamos!!! Sacadle de aquí.

Y de nuevo el silencio....

Siguienteeeeeee!!!

El siguiente en la hilera era Kadlo Vantai, el alienígena que había arriesgado el pellejo por un futuro mejor y al que no le importaban los contratiempos que se iba a encontrar si merecía la pena el esfuerzo... y formar parte del ejército imperial le proporcionaría una estabilidad vital que hasta ahora no había conocido... Con un sonoro suspiro que salió de lo más profundo de su ser, el durosiano se dirigió hacia la puerta a enfrentarse a lo que fuera.

Al entrar en la sala Kadlo pudo observar como una silla dominaba el centro de la estancia cuadrangular, en cada uno de los muros un soldado de asalto permanecía en guardia. Por detrás de la silla el oficial Pinaza esperaba con el fajo de cuestionarios, junto a él el droide de interrogatorios.

Vaya, el duro es un tipo duro! jajajajajaja- alguna risilla se filtró por el casco de algún soldado de asalto mientras Pinaza rebuscaba entre los papelotes - Por favor toma asiento... Vamos a ver.... Kadlo, no? ¿Qué lleva a un alienígena a querer pertenecer al Imperio Galáctico? Aquí no nos caracterizamos por nuestra.... digamos aceptación de otras razas...

En ese momento unos aros de energía surgieron de los brazos de la silla atrapando por las muñecas al desprevenido duro...

De hecho somos racistas en extremo... Cuéntame algo que me quite de la cabeza que eres un espía rebelde... o mi amiguito hará de las suyas...

Los bramidos del primer recluta llegaron hasta los oídos de Abstinius. El muchacho sabía que era muy difícil engañar a las fuerzas del Imperio... ¡¡Pues eran implacables!!

Aquello, más que atemorizarlo, no hizo más que hinchar de orgullo el pecho del joven recluta. Su vida había girado en torno a llegar a ser un gran oficial dentro de las fuerzas imperiales, y combatir a todos los disidentes del orden necesario que aportaba el nuevo régimen..

Momentos después de que el durosiano se perdiera por la puerta, Cipher comenzó a desfilar de forma magistral. Parecía como si ya de pequeño hubiera recibido esa sencilla instrucción.

Tras el primer sobresalto con la aparición de los aros de energía, Kadlo recordó dónde estaba, e instintivamente su mirada se desvió al droide, un elemento que le forzaría a decir la verdad, o a ser lo suficientemente ingenioso, para sin decirla, tomar un "rodeo" que le permitiese superar el escollo sin tener que decir toda la verdad.

Una vez consciente de la situación, volvió lentamente su mirada al oficial y le replicó con total franqueza, ya que nada tenía que perder:

- No he tenido ningún contacto con personas de la resistencia, ..., o si he llegado a tenerlo, no he sido consciente de su condición. - Comentó en el más sereno tono de voz - Por otro lado, no tengo familia, ya que fue aniquilada por unos piratas, ..., quizá incluso fueran rebeldes, ...,- se quedó pensando por un momento, pero rápidamente desechó la idea - pero poco me importa, porque no busco venganza, ..., lo hecho, hecho está y no se puede cambiar, ..., pero llegando al fondo del asunto, este hecho hace que no tenga unas raíces a las que aferrarme.

Kadlo estudió por unos momentos el semblante del oficial, pero enseguida dedujo que estaba más que acostumbrado a este tipo de interrogatorios, y que poco iba a impresionarlo, con lo que añadió inmediatamente:

- Siempre hay una primera oportunidad para probar nueva sangre, ..., además dicen que somos muy buenos como pilotos y auxiliares de vuelo. - Tal y como lo comentó, Kadlo se dio cuenta de que se estaba metiendo un berenjenal, con lo que añadió al instante - Puede creerme, ..., o puede no hacerlo, ..., pero supongo que para eso tiene a su especial juguete. - Dijo señalando con la cabeza al droide que seguía en su estado de levitación, y esperó pacientemente la respuesta de su oficial, ..., la cordura le incitaba a no hablar más de la cuenta, y tenía la impresión de haberlo hecho.

Detrás de Abstinius se sitió Talram, visiblemente inquieto por las voces procedentes del otro lado de la puerta? Estaban cribando a posibles Rebeldes infiltrados? No lo podía creer... como era posible que aquellos perros tratasen de colarse en aquel santuario de la justicia? El joven senador no daba credito. Comenzó a pensar en la clase de preguntas que le harían, si es que la harían alguna, pues la tenebrosa imagen de aquella esfera malefica lo perseguía. Ciertamente no dudaba de su lealtad, ni de sus valores ni objetivos, pero aquellos oficiales hilaban muy fino, y cualquier excusa podría servirles para negarle su derecho a luchar por el bien mayor del Imperio. Sus manos aferraban la empuñadura de su magnifico sable, y su capa se retorcía con la impaciencia. Deseaba que llegase ya el momento de demostrar el porque de su presencia allí.

Erasmus creyó que había podido burlar a los oficiales en el momento del test, pero después de la entrada del primer recluta, y la serie de alaridos que propinó, empezaba a temer por su pellejo.

Se habían colocado en fila, como les habían ordenado, y por segunda vez, le tocó detrás del señorito. Esta vez no le importó demasiado, ya que empezaba a preocuparse por aquella entrevista. Tenía sus dudas al respecto sobre su ingreso en la academia, pero intentaría por todos los medios engañar (o cuando menos edulcorar) sobre su vida anterior.

Estaba en la fila cuando entro el durosiano, y empezó a pensar que después de todo, quizá aquel ser fuese uno de los pocos en entrar en la academia, no por su físico, sino por (quizá) su integridad.

-Espero que esto no dure mucho................

El oficial Pinaza se quedó mirando al alienígena un buen rato. La expresión de su mirada hacia pensar que estaba maquinando alguna cosa....y no agradable seguramente, pensó Kadlo...

Muy bien, recluta... Parece que tienes pelotas. Ahora escúchame bien. Vas a formar parte del Ejército Imperial pero antes me tienes que ayudar a decidir si el siguiente recluta que entre por esa puerta es digno de tu mismo honor... Permanece en silencio.... Es una orden.

Y con una medio sonrisa que no hacía presagiar nada bueno, Pinaza le guiñó un ojo al aún maniatado durosiano...

Siguienteeeeee!!!