Partida Rol por web

Empezaba a sentirse como una fiera enjaulada, peor, porque tenía miedo de arriesgarse a chocar contra los barrotes. No paraba de moverse de un lado para otro, y la sensación de frustración comenzaba a hacer mella en él, y eso no era nada bueno, se conocía demasiado bien y no era de los que se engañaba con respecto a quien era.

No me gusta ser el juguete de nadie.

Bueno, tal vez el de Keyra.

Aaron sonrió fugazmente al decir aquello, pero enseguida volvió a esa expresión de enfado que también adoptó en la sala de las cámaras de seguridad cuando vio la sangre devoradora de cadáveres.

¿Sabes? Puedo enfrentarme a esos tipos fugados de la cárcel, no me dan miedo, los puedo ver, y aunque sean peligrosos, sé lo que son había caminado hacia el camión pero ¿a unos mierdas que no dan la cara? era un enfado de crio, y golpeó la chapa del capó del vehículo. Una parte de él quería seguir adelante, pero Danny tenía razón, las circunstancias eran las que eran, y parecía un puto suicidio seguir adelante.

Tendré que hacer que sean otros los que prueben.

Regresemos, busquemos armas por si tenemos que enfrentarnos con alguien y luego conseguiremos respuestas.

Decirlo era muy fácil. 

La reacción visceral de Aaron era absolutamente normal. Danny respiró aliviado cuando pareció evidente que el bueno de su compañero no iba a iniciar una misión suicida que lo dejaría cortado en trocitos como si fuera choped.

Dejó que se desahogara. Lo conocía lo suficiente como para saber que no debía tapar la válvula de escape de una emoción tan potente como la frustración.

Volvamos... Es lo más prudente. Tenemos que buscar armas y tomar la iniciativa. ¿Qué te parece si nos dirigimos hacia alguna comisaría o cuartel? Ahí encontraremos armas y quien sabe si a algún aliado...

No conozco la ciudad, apenas llevaba unas horas aquí cuando toda esta mierda nos ha salpicado.

Maldigo su suerte, interiormente, para una vez en su vida que intentaba hacer lo correcto, se veía metido en algo que no podía comprender, en algo que le estaba empezando a poner demasiado nervioso, y eso no era bueno, le había costado mucho aprender a controlarse.

¿Aliado?

Negó con la cabeza, no era el aliado de nadie, sólo quería averiguar lo que estaba pasando, no porque realmente le importara, sino porque quería largarse de este puto sitio.

Joder, subamos al camión, hace un frío de cojones aquí fuera.

No se había acostumbrado al clima, así que optó por el calor que ofrecía la cabina del vehículo, y esperó a que le indicaran el camino a seguir. Tendrían que regresar a la ciudad por la misma ruta, y tenía muy claro que al ir en el camión cualquiera podría oírlos. 

Viendo que la carretera, al menos a partir de ese punto, no es segura optáis por regresar. La entrada a la ciudad tiene si cabe menos coches, nadie parecía tener la intención de ir en busca del caos durante aquella noche.
La única comisaría de Anchorage está situada en la zona universitaria, si bien hay otros edificios de la policía, como el depósito de coches o algún centro de adiestramiento, seguramente carezcan del equipo que estáis buscando.
Avanzáis en dirección norte por el lado este de la autopista que atraviesa la ciudad, la zona parece calmada y lo único reseñable que encontráis es un lobo desorientado cruzado la calle.

La comisaría está rodeada de jardines y parques con abundantes arboles que sirven para separar el edificio de las universidades y demás instalaciones de la zona. Al llegar veis que pese al caos aún queda una docena de coches patrulla cerca de la entrada principal y el triple de vehículos en el aparcamiento público.

Las puertas parecen abiertas como siempre, aunque el interior está oscuro y no se ve nada a través de los cristales.
Hay un taxi vacío aparcado parcialmente sobre la acera, la puerta del conductor está abierta y viendo el morro y los laterales parece que ha chocado múltiples veces recientemente.

No se ve ni se oye nada ni nadie por los alrededores.

Danny contempla el edificio. Había conservado la esperanza de que hubiera algo de vida ahí dentro, un lugar donde refugiarse, con paramédicos, personal de seguridad y termos con café caliente. Al menos esperaba encontrar algunas armas que sirvieran para defenderse. La situación comenzaba a pasar factura psicológica, y sinceramente, Danny no sabía de cuánto crédito disponía para pagarla.

¿Vamos?

Apenas habéis dado unos pasos hacia la puerta de la comisaría cuando éstas se abren de par de par. Por ella sale un hombre que parece bastante nerviosos y mira hacia los lados antes de gritar.

- ¡Eh! ¡Entrad rápido! ¡Esas cosas pueden volver en cualquier momento!

El hombre viste un uniforme de policía con algunas manchas de sangre en la manga y el pecho. Su aspecto no es precisamente el de un agente en forma, parece bastante delgado para ser un agente de la ley y sus pequeñas gafas le dan un aspecto muy poco imponente.
Aún así la pistola que cuelga de su cinturón parece muy real.

El agente os hace gestos con la mano para que os apresuréis a entrar, pese a su nerviosismo sigue sin haber aparentemente nada por los alrededores.

Esta comisaria distaba mucho de las que estaba acostumbrado a visitar. Era mucho más bonita y estaba mucho más cuidada, sin duda un buen lugar para trabajar, pero un sitio complicado de defender en caso de ataque.

Cuando la puerta se abre, Aaron se pone tenso de manera instintiva, y aunque el recién aparecido no parece hostil, no le ofrece demasiada confianza. Aún así, va armado y está dispuesto a abrir las puertas, lo que significa que, o bien es una trampa, o bien está desesperado por encontrar más personas. Lo primero es poco probable, hubiera sido mucho más sencillo pegarles un tiro sin mostrarse siquiera, y además, ese tipo no parecía en absoluto un policía competente.

¿Qué cosas? ¿Estás sólo?

Con suerte a lo mejor le contestaba a alguna de las preguntas.

No se demoró y entró en el edificio, creía que en el interior estarían más seguros, pero puede que se tratara solo de una ilusión, aunque al recordar los videos de seguridad aceleró el paso hasta cruzar las puertas, aunque eso no fue óbice para que echara un vistazo a su alrededor en cuanto estuvo dentro de la comisaría.

Danny mira sorprendido a Aaron ante la aparición del desconocido. Un policía, armada y encima amigable. La parte buena era que, al fin, encontraban a alguien más en Anchorage.

Danny sigue a Aaron al interior de la comisaría. Con un poco de suerte obtendrías respuestas... al fin.

Una vez dentro, Danny hace una inspección de lugar y deja que Aaron lleve el peso de la entrevista.

Rápidamente entráis en la comisaria. El recibidor es bastante sencillo, un par de escaleras a cada lado para subir a la planta superior, una puerta en cada una de las tres paredes que comunican con las distintas alas del edificio y un par de mesas a modo de recepción.
En cuanto pasáis os alerta un pitido, el arco de seguridad detecta metal aunque las cosas no están como para declarar vuestras pertenencias.

El hombre os señala que lo sigáis, como si alguien en el exterior os pudiera ver en la recepción. Los acompañáis a través de la puerta del fondo hasta lo que parece ser la sala de descanso del personal de la comisaría.
Un par de sofás, una mesa con varias sillas, un televisor, un microondas y dos frigoríficos. La ventana da hacia el sur y a través de ella podéis ver el parking para empleados.

- Toby está arriba, creo que está preparando algo, no me ha dicho qué pero me ha pedido que no suba hasta que haya terminado.

Mira por la ventana y gira la persiana para impedir la visión a través de ella.

- Ahí fuera hay cosas, habéis tenido que verlas. Son como medusas, planean por el aire y casi no son visibles. Es como si su cuerpo fuese gelatina, apenas son así.

Extiende los brazos delimitando una zona de casi un metro de largo.

- No se si hay varias o he visto la misma dos veces, pero han pasado cerca. Al principio creí que era un plástico movido por el viendo, pero cambió de forma para frenar y giró. Además, no hace viento para mover algo así, esas cosas están vivas.

Desconocéis de que habla, pero tenéis claro que no os habéis topado con nada parecido hasta ahora.

Hace unas cuantas horas habría tachado a este tipo de chiflado gilipollas, no tenía ninguna duda, pero tras ver lo que había visto, lo creía a pies juntillas, no iba a cuestionar lo que decía. No tenía la sensación de urgencia de aquel hombre, aunque la comprendía, y le dejó hacer mientras terminaba de explicarse.

Vale tío, cal...

No, no iba a decirle que se calmara, sería una autentica gilipollez hacerlo, ¿por qué coño iba a calmarse cuando estaba acojonado y no sabía explicar lo que había visto?

No he hemos visto nada de eso, pero te creo, hemos venido en coche, así que es posible que no nos hayamos dado cuenta si dices que son tan complicadas de ver.

Echó un vistazo a su alrededor en busca de armas.

Yo soy Aaron, y este es Danny, cuando la gente comenzó a volverse loca nos escondimos en el centro comercial tenía que explicarse un poco, que aquel hombre confiara en él ¿Toby es tu amigo? No nos has dicho tu nombre preguntas sencillas, no quería agobiarlo todavía ¿Hay armas o algo con lo que defenderse aquí? eso si era importante. 

Danny escuchaba atentamente las palabras del extraño. Desde luego, no parecía peligroso. Al menos no como los pirados presidiarios con los que se habían encontrado. El tal Toby preparaba algo en el piso de arriba... Aquello le intrigó en cierta forma. El joven escritor se preguntaba qué relación habría entre ellos y qué grado de confianza podrían tener con esta gente. El mundo había cambiado en poco tiempo de una forma muy radical y era complicado saber en quién confiar.

Danny extendió de manera automática la mano hacia el interlocutor cuando Aaron los presentó. Esbozó una sonrisa social esperando la respuesta a las preguntas básicas que Caldwell había formulado.

El agente escucha vuestra resumida historia desde que empezó todo, en cuanto empiezan las preguntas se ajusta sus gafas y asiente casi con cada frase.

- Sí, Toby es mi amigo. Yo soy Ralph, ambos pertenecemos al cuerpo. Estaba aquí anoche y no me he atrevido a salir con esas cosas por ahí fuera. Toby dice que se pueden matar, pero necesita preparar algo.

Al preguntar por las armas se apresura a situarse detrás del mostrador, sin decir nada se agacha y se levanta con un par de pistolas reglamentarias con sus respectivas fundas.

- Supongo que dadas las circunstancias a los propietarios de las armas no les importará que os las prestemos.

Sin más os da una pistola a cada uno, cargada y lista para ser usada.
Orgulloso Ralph señala hacia arriba, hacia el piso superior.

- Tenemos muchas más, y mucho más potentes. Pero Toby está en el arsenal, como he dicho está preparando algo secreto y se ha encerrado allí. Cuando salga apuesto a que tendrá una solución. Él siempre... ¡Mirad!

De repente alza la voz y señala hacia una ventana a vuestra espalda. Aunque os giráis rápidamente no conseguís ver nada, ni dentro ni fuera.

- ¡Era otra de esas cosas! Creía que iba a chocar con la ventana, pero se ha elevado en el último momento. Nos están acechando.

La desconfianza está en la naturaleza de Aaron, que comprueba minuciosamente que las armas estén realmente operativas, ya que la actitud del tal Ralph le resulta un poco extraña, aunque dadas las circunstancias, es complicado predecir la reacción que pueda tener cada persona.

A esta sospecha contribuye el hecho de que no hayan podido ver ese supuesto ser transparente a pesar del aviso, ya que oportunamente se ha elevado, no lo tenía claro del todo. Si realmente les estaba acechando, ¿por qué iba a dejarles entrar en la comisaria? algo no le cuadraba en todo aquello, claro que sólo era una cosa más de las que no le cuadraba desde ayer...

Todo se puede matar

Afirmó con convicción mientras terminaba de asegurarse de que el arma era lo que aparentaba.

¿Sabes usarla?

Preguntó a Danny, lo último que quería era un peligro añadido con un tipo que no sabía disparar.

¿Trabajabas aquí? si eso era así, tenía que tener algo más de información ¿no sabes nada más de lo que está pasando? había una mezcla de incredulidad y decepción en el tono empleado por Aaron. 

Las armas que os han entregado parecen en perfectas condiciones, no sois expertos armeros pero ambas pistolas están cargadas y tanto el mecanismo como el cañón se ven operativos.

- Si, claro que se usarla. Soy policía, estoy entrenado para ello. Aunque creo que las balas no pueden hacerle nada a esas cosas.

Mientras habláis comienza a caminar y os hace un gesto para que lo sigáis, tras cruzar la puerta del fondo llegáis a los vestuarios del personal de la comisaría. Hay varias hileras de taquillas, duchas y aseos. Al otro lado del pasillo veis la sala de descanso, con un par de sofás y un televisor apagado. También hay dos maquinas, una de refrescos y otra de aperitivos y chocolatinas. A la cafetera le queda media jarra de café, aunque seguramente esté frío.

- No se que ha ocurrido, de repente la centralita se colapsó y toda la comisaría fue un caos. Algunos regresaron y otros se fueron. Al final todo el mundo se marchó a buscar a sus familias, hablaban de que la gente se había vuelto loca. Toby y yo nos quedamos, él decía que sabía que tarde o temprano iba a ocurrir algo así. Yo no tengo familia, así que me quedé aquí por si alguien volvía.

Abre un frigorífico y saca un par tupper con dos sandwich de pavo, parece que era la comida de un tal Allan pero de eso debe hacer como mínimo un día.

Danny tomó la pistola de manos del oficial. Tenía conocimientos básicos en el manejo de pistolas. La sacó de la funda y la observó, localizando la zona del seguro y expulsando el cargador para saber que estaba cargada. Acto seguido la volvió a meter en la funda. Le hacía sentir estúpido el hecho de colgársela a la cintura como si fuera Bruce Willis. Se la colocaría cuando el resto la hubieran colocado.

Sí, se algo de... armas, iba a contestar Danny a Aaron cuando el policiía le interrumpió.

Le llamó la atención la alerta del oficial acerca de esas "cosas" voladoras. ¿En serio? Además de letales, ¿volaban? Ciertamente, todo se podía matar, pero había cosas mucho más difíciles de matar que otras. Sobre todo si la puntería de uno no era la de John Wayne.

Siguió al policía y a Aaron hasta la zona de descanso. En ese intante preguntó:

Y bien oficial, ¿hay algún plan? ¿Se han avisado a las unidades de emergencia? ¿Cuándo se supone que viene la caballería?

Se quedó ligeramente extrañado al ver que el poli respondía a su pregunta, aunque, desde luego parecía muchas cosas menos un poli entrenado para disparar. Se ajustó el cinturón del arma mientras caminaban hacia la sala de descanso. Había comprobado el arma con soltura, pero el cinturón le costó un poco más adaptarlo.

Comprobó que Danny sabía lo que hacía, así que no le dio más vueltas a ese asunto.

Aceptó el sandwich y se dejó caer en uno de los sillones, el que tuviera mejor perspectiva de las entradas y salidas. La pregunta de su compañero le interesó, claro que si las comunicaciones fallaban...

¿Y si habían atacado más ciudades?

No, era imposible coordinar un ataque de esa magnitud, por muchos medios que tuvieran, por cojones tenía que tratarse de alguna clase de experimento en una ciudad con un tamaño aceptable pero en un lugar perdido del resto del mundo. 

El policía permanece a un lado de la ventana, vigilando constantemente por si apareciese otra de esas cosas que tan solo él ha visto hasta el momento.

- Hemos intentado avisar a Fort Richardson, pero las radios no funcionan y el teléfono tampoco. Uno de mis compañeros iba a ir a la base, su mujer trabaja allí, y dijo que los avisaría por si no sabían que estaba ocurriendo. La base está fuera de la ciudad, pero es lo mas próximo que tenemos.

Mueve la cabeza constantemente buscando nuevos ángulos desde los que registrar el cielo, desde luego si se trata de un agente de policía el día que le hicieron las pruebas los examinadores estaban muy generosos.

- Alguien se habrá dado cuenta de que la ciudad se ha parado, el resto del país intentará comunicarse con Anchorage y no podrá, así que tarde o temprano enviarán a alguien para comprobar que está ocurriendo. Además, tenemos cientos de satélites ahí arriba, seguro que pueden ver lo que pasa y la ayuda ya está en camino.

Se gira hacia vosotros para hablar pero antes de que comience a decir la primera palabra algo atraviesa la ventana rompiéndola en mil pedazos. Una extraña criatura semitransparente pasa a través de Ralph congelando la piel del agente allí donde lo toca.
El hombre se queda totalmente inmóvil, permanece de píe pero la mitad de su cuerpo se torna azulada y la piel muestra una película de escarcha formada en un apenas un par de segundos.

Con su primer enemigo fuera de juego la criatura, parecida a una sabana membranosa, se gira hacia vosotros o al menos os ofrece uno de sus lados adoptando la misma posición usada para atacar a Ralph.

No presta demasiada atención a las palabras del agente, no solía hacerlo con los policías, lo mayoría de las cosas que decían eran chorradas sin sentido, así que prefirió comer por si las moscas. Estaba empezando a asumir que no iba a llegar mucha ayuda del exterior, por lo menos no en breve, quizás estuvieran estudiándolos, o estudiando la forma de entrar en la ciudad.

Pero apenas le dejaron tragar el primer bocado.

El instinto de supervivencia si que estaba bien arraigado en Aaron, desde bien pequeñito, por eso se centró rápidamente en su enemigo, y no en lo que acababa de sucederle a aquel tipo, no, el cabreo por eso vendría luego, si es que había un luego. La cosa esa había roto el cristal, pero atravesado a Ralph.

La planta de arriba se convirtió en su objetivo primordial, y su prioridad fue la de huir cerrando la puerta de la sala a su espalda, no era el momento de comprobar si las balas mataban a aquella cosa, fuera lo que fuera, no quería pensar en lo que era, ahora mismo en su cabeza sólo estaba salir de allí.