Partida Rol por web

Las palabras de la mujer me alegraron bastante, era una gran noticia que la chica se estuviera recuperando y pudiera volver a retomar su vida normal de nuevo, no pude evitar dejar escapar una leve sonrisa mientras escuchaba aquella noticia. - Me alegro mucho Silvia, es una gran noticia, espero que su mejoría siga su curso y pueda volver al instituto pronto. Bueno he de dejarle, tengo que volver a clase, nos veremos pronto. - 

- Tal vez debería esperar a que Ana vuelva a clase para hablar con ella y aclarar alguna de estas cosas - Pensé mientras colgaba el teléfono, miré mi reloj y comencé a caminar hacia el aula pues ya casi era la hora de retomar las clases, por el camino volví a pensar en George, después de las clases me pasaré por su casa para ver que tal va todo e intentar descubrir que sabe él de todo esto.

El resto de las horas de clase fueron normales, el suicidio seguía siendo la comidilla de los alumnos, pero en general parecía que no pasaba mucho más. Los alumnos estuvieron bastante calmados y en silencio y algunos incluso parecían desganados, el animado trio de chicas que siempre parecían estar armando escandalo incluso estuvo callado, se notaba que todos tenían ganas de salir de allí y en cuanto toco la sirena de salida todos salieron como si les fuera la vida en ello.

Era una tarde de un día soleado y de temperatura agradable, cuando el profesor miro la dirección de George encontró que vivía en una buena zona de la ciudad, al parecer su tutor legal era Ángel Casas el dueño de una constructora la cual le sonaba el nombre pero no sabía de qué, tras salir al patio se dio cuenta de que le sonaba, era el nombre de la constructora que estaba haciendo la obra del nuevo edificio.

Miré la dirección del chico y el nombre de su tutor legal detenidamente, me detuve en la entrada del instituto pensando sobre aquel nombre mientras los chicos salían disparados desde el interior del edificio como si les fuera la vida en ello, se ve que pase lo que pase los chicos no pierden la energía a la hora de terminar las clases y volver a casa.

Miré hacia mi izquierda guiado por el sonido metálico de la maquinaria pesada que trabajaba en el nuevo edificio del instituto y me percaté de que el nombre de la constructora era identico al nombre del tutor de George, ¿casualidad? no lo creo, ese hombre era el dueño de aquella constructora.

Comencé a caminar hasta el coche, al llegar abrí la puerta y lo arranqué, comenzando a conducir hasta la casa del muchacho intentando en busca de algunas respuestas sobre este misterio, espero que se encuentre en casa cuando llegue hasta allí.

El panorama de la ciudad cambió totalmente cuando entré en el barrio donde se encontraba aquella dirección, todo estaba muy cuidado, bastantes plantas y árboles en un lado y otro de la calle, los edificios eran de nueva construcción y todos se veían de gran calidad, la gama de los coches había aumentado considerablemente y en comparación con el mio parecía que era un coche barato y de poca calidad. Tras unos minutos pude encontrar un aparcamiento cerca de la casa, me bajé y caminé hasta la puerta a la que llamé enseguida.

Cuando el profesor llega puede ver como la puerta era una de esas nuevas puertas que habían instalado en algunas zonas que no se usaban llaves, sino un lector de huellas dactilares para abrirse, lo que indicaba que el edificio era bastante nuevo, cosa que podía verse en cualquiera de los detalles de este. Cuando llamo la puerta se abrió y pudo ver a un sorprendido George, de fondo podía escucharse la televisión, las noticias que decían:

- Nuevos datos sobre la investigación del suicidio en el instituto Graham, se había detenido a un compañero de la chica como sospechoso, pero finalmente ha sido puesto en libertad esta mañana... Un momento recibo... Hemos recibido una noticia urgente...

La voz del locutor pasa a ser de sorpresa:

- Se acaba de filtrar que la chica... Estaba embarazada de ... De tres meses del Jefe de Estudios del centro

Lo imaginaba, era algo a lo que ya había predispuesto mi mente, me tomé unos segundos y me dirigí a George con total tranquilidad. - George, ¿qué tal estas? ¿podemos hablar un momento por favor? creo que es importante. -

Miré al chico con seriedad aunque sin un rostro severo, estaba bastante preocupado por el asunto, volví a pensar en las palabras de Ana... ¿Sería posible que el jefe de estudios tuviera algún tipo de culpa? No, no creo que aquel hombre llegara a cometer tal atrocidad, aunque si fue capaz de dejar embarazada a la muchacha...

Cuando sonó la noticia George miro de reojo, su mirada era extraña ya que no era de sorpresa, era una mezcla de sorpresa, miedo y agobio, el chico reacciono cuando el profesor le dijo aquello, este asiente y deja pasar el profesor. El interior de la casa es bastante moderno, con una decoración sencilla, pero moderna, no demasiado cuidada, pero si funcional, el chico dice:

- Profesor quiere algo? Yo me encuentro bien, ¿pero dígame porque ha venido a mi casa?

- Verás George... todo este asunto de la pobre Marisa, se que es bastante delicado pero están ocurriendo bastantes cosas y no consigo relacionarlas del todo unas con otras. -

Señalé a la televisión donde acababan de dar la noticia del embarazo - Ya lo sabias, ¿verdad? Vi que mantuviste una conversación bastante acalorada con Marisa días antes de lo que ha pasado, ¿qué ocurrió? -

El chico mira al profesor, parecía serio y preocupado, durante unos momentos parecía que no sabía que hacer:

• Esto…yo…no sabía que estaba embarazada…

El chico parecía nervioso, realmente nervioso e incluso empezó a sudar:

• Yo… solo le dije que parara…que lo dejara correr pero no sé porque…ella decía que tenía una forma de defenderse…que no le harían nada…como podía saber que se refería a eso…pero se enfrento a ellos… ella no

En ese momento se escucha la puerta abrirse y aparece un hombre, este mira sorprendido la escena y George se pone totalmente blanco y se queda paralizado.

El hombre mira la escena extrañado y mirando al profesor dice:

-Perdone... Quien es usted y que hace en mi casa con mi chico?

El hombre tenía una voz fuerte y autoritaria, al profesor le resultaba familiar el hombre, como si lo hubiese visto ya antes.

Escuché al joven que parecía bastante nervioso hasta que la fuerte voz del hombre que acababa de hacer su aparición por la puerta principal.

- Disculpe, mi nombre es Raúl Gomez, soy el tutor de George, lleva bastante tiempo sin aparecer por clase y me tenía algo preocupado, solo quería saber que tal iba todo y si se encontraba bien. - Dí un paso al frente y extendí la mano al caballero completando mi presentación.

El hombre se queda mirando unos momentos al profesor y después a George que asiente, responde al saludo y dice:

-Es un placer conocerle profesor... Yo soy Ángel Casas el tutor legal de esta bala perdida... Si ya me he enterado que ha estado faltando, pero no se preocupe, a partir de mañana va a volver a clases, como que los chicos de hoy en día son todos unos delincuentes.

El hombre se acerca a George y le pone una mano en el hombro y dice:

- Y no le has ofrecido nada de beber a tu profesor... Mal vas chaval, hay que aprender a tratar bien a los que están por encima tuya... Venga trae algo, profesor por favor siéntese.

Decía mientras tomaba asiento e indicaba a Raúl que se sentase, el hombre sonreía ampliamente:

- Y dígame en qué más puedo ayudarle...

- Encantado de conocerle señor Casas, no se preocupe por lo de George, con todo lo ocurrido recientemente es casi normal que faltara unos días a clase, sus compañeros tampoco han estado demasiado bien. - Dije mientras tomaba asiento frente al tutor del chico.

- Supongo que estará al tanto de los acontecimientos ocurridos en el instituto, solo quería saber que tal se encontraba su chico, son unos momentos algo duros. - Cuando terminé de hablar llegó George con un vaso el cual acepté encantado y agradecí con un leve gesto con la cabeza.

El hombre toma asiento y dice:

• Si… ya he escuchado lo que ha pasado en el instituto… lo cierto es que es una pena lo que le paso a esa niña… los chicos de hoy en día hay que tener mucho cuidado con ellos… pero bueno… que le vamos a hacer

El hombre suspira profundamente y mientras hace un gesto a George para que se acerque añade:

• No se preocupe, ya mañana el chico volverá a clase y ya le he dejado bien dicho que no arme ninguna que está bajo vigilancia

Lo último lo dijo realmente serio y el chico parecía asustado ante el comentario del hombre, mira al profesor y dice:

• Y dígame… puedo ayudarle en algo más…