Partida Rol por web

Cuando Karsein se señaló a la garganta de aquel modo, Calista ladeó la cabeza mientras le observaba.

-Imagino que te refieres a que eres mudo y no tienes ni idea de lo que eres. -dijo a la espera de una afirmación del hombre, cuando la recibió agregó- Vaya, sí eres un chico misterioso entonces... -acompañó sus palabras con una leve sonrisa.

Tolomeo le ofreció llevarla en su burro, Calista le miró con aquella expresión suya tan fría.

-No es necesario. Pero sí agradecería si tu animal lleva mi mochila. -señaló el bulto.

Sí se sorprendió cuando el anciano le dijo que ella era la causante del fuego. ¿Cómo podía saberlo?

-¿En qué te basas para creer que yo he tenido algo que ver con el fuego? -respondió cautelosa, más por saber cómo lo había adivinado que por el hecho en sí.

Le enseñó una baraja del tarot. 

Esto me lo dice.  Además, fue tan evidente mujer, tu movimiento. 

Le habló bajito.

 Solo para que tengas cuidado en mostrar nada muy diferente hasta que estemos más lejos de los poblados. 

Cuando Tolomeo le enseñó las cartas del tarot, Calista levantó una ceja.

-Yo ya os dije que no tiráseis dinero comprando pedernal. -dijo en tono altivo- Y no te preocupes por mí, sé cuidarme sola. -señaló con el mentón a Karsein- Antes intentarían acusar de demonio aquí a nuestro compañero con cuernos. Y para evitar eso, de nuevo estoy yo.

Se giró hacia Inomagata.

-Me parece bien tu idea de los turnos de guardia. -dijo- Yo dormiré toda la noche y mantendré el fuego encendido. No os preocupéis si véis que se queda sin madera, no se apagará mientras no lo intentéis activamente vosotros.

Ino quedó un tanto extrañada: - ¿Y cómo vas a tener el fuego encendido mientras duermes? Estaba claro, por su tono de voz, que desconfiaba de lo que decía, y más aún; se notaba un tanto asqueada porque los que acababan de llegar, fueran los más fatigados, presumiblemente, en lugar de esforzarse.

- El guía se tira a la bartola, esta, se va a dormir a la primera de cambio. Menudos los recién llegados. 

Señaló al guía para recriminarle. - Que sepas que no te estás ganando la paga.

-Puedo. -afirmó Calista sin dar mayores explicaciones- Y a él no le pagamos para ser guardia ni vigía, sino para que nos guíe.

Enarqué la ceja ante lo de que me acusaran de demonio... Bueno, muchas veces me miraron raro, pero francamente antes se fijaban en mi cuerpo físico cuando todavía era un esclavo. Aparte, parecía que la chica dominaba ciertas artes sobrenaturales, lo cual me recordaba a mi último amo... Fue una buena suerte que este pasara a desvanecerse en uno de sus experimentos, aunque el sujeto en el que experimentaba fuera yo. También fue entonces cuando perdí mi voz, junto con adquirir mis capacidades físicas regenerativas, pero eso no es que fuera algo que fuera diciendo... Aunque no es que pudiera decirlo en primer lugar. 

Choqué mis manos un momento para hacer que se fijaran en mi con el sonido; no demasiado alto como para delatar nuestra posición pero igualmente llamarles la atención. Señalé a Inomagata, y luego a mi mismo, para después poner mis manos encima de mis ojos de forma que pareciera que estuviera buscando algo. Esperaba que así me hiciera entender de que quería hacer la primera guardia con ella... Porque bien sabía que si me dormía, no iba a haber nadie que pudiera despertarme a tiempo.

No me importaba pasarme más tiempo despierto, tenía suficientes energías para ello al fin y al cabo.

La palmada llamó la atención de Ino, y evitó la réplica que estaba fraguándose para Calista, así que la posible discursión del primer día, tendrá que esperar. Aún así, resopló.

- Perfecto Karsein. He hizo un gesto para que supiera que estaba de acuerdo. - Con él estaré bien. Además, es un hombre que sabe escuchar.

    Yo acompaño al abuelo Tolomei entonces con la segunda guardia -digo una vez ya me sentía menos entumecido por el frío y agarrando un poco de que iba la conversación que llevaban mis compañeros ... ¿ la pequeña tiene que responder siempre en ese tono ?... pero viendo que aun faltaban cosas por hacer antes de poder descansar  - Aunque bueno... - a la vez que me iba levantando y estirando mis extremidades - sera mejor que me ponga a armar mi tienda antes de que se haga mas tarde.

La primera dos noches pasaron sin percances. El frío y el viento golpeaba con fuerza los cuerpos de aquellos que decidieron dormir al raso sin una tienda en la que meterse. El fuego perenne que controlaba Calista, que ni en sueños se apagaba, mitigaba hasta cierto punto las inclemencias del tiempo, pero si el clima seguía empeorando tal vez ni esto sería suficiente para mantenerlos calientes y sanos.

Durante la tercera noche, en la segunda guardia, se encontraban despiertos Calista y Fo Gao. Mientras el oriental jugaba con un palo realizando dibujos en el suelo escuchó un ruido, muy ligero y tenue (Tanto que a Calista le resultó imperceptible), el chasquido inconfundible de una rama partiéndose.

Calista estaba agotada, con sueño y muy aburrida. ¿Por qué debía ella hacer turnos? Deberían estar agradecidos de que les mantenía el fuego encendido...

-Pssst, chico virgen. -llamó Calista a Fo Gao para llamar su atención. Le había puesto ése mote el día anterior y no había forma de que dejase de llamarle así. Cuando éste la miró, ella levantó levemente el borde de su ropa- ¿Quieres que entremos en calor y deje de llamarte de ésa manera? Dos pájaros de un tiro. -le dijo con una sonrisa traviesa.

    Se podía notar en mi cara que para nada me agradaba la idea de tener que hacer turno con la muchacha, mas que nada desde que agarro la mala costumbre de llamarme con aquel apodo ... C-co-como se atreve... así que durante toda nuestra ronda tenia planeado ignorarla y solo esperar a que el tiempo pasara. 

   Y mientras jugaba un poco con una de esas ramas para mover las brazas para que el fuego no se ahogara y se mantuviera activo, ella volvió con lo suyo....

  - Cofff...coff... ¿ s-señorita?  PO-por favor... - mientras la miraba con duda y un tanto abochornado de no saber bien que tanto era broma y cuanto era verdad - que tenemos tu-turno de c-cu-cuidar el f-fuego, y ade- y antes de seguir con lo que iba a decir, un extraño sonido me saco un poco del incomodo momento - ¡¿ E-e-escucho eso también señorita Hardfor ?!, s-se escucho cerca...- levantándome de donde me encontraba e intentaba ver mejor el lugar que nos rodeaba.

La sonrisa de Calista se volvió más amplia, parecía un tiburón a punto de comerse a su presa.

-El fuego no se apagará si yo no lo deseo. -dijo mientras se acercaba a Fo Gao.

Éste, en vez de caer en sus juegos, pareció ponerse en alerta por algún sonido a lo lejos. Sin embargo Calista no le tomó en serio, pensando que se trataría de una artimaña del joven para evadir sus provocaciones.

Aquello le pareció más divertido aún.

-Si prefieres, puedo ir empezando yo y ya te unes luego... -comenzó a decir en tono seductor, aunque se interrumpió al notar que Fo Gao ya no reaccionaba a sus tonterías. Parecía que iba en serio.

Calista se puso en pie y miró en la misma dirección que él escudriñando los alrededores.

-Antes de despertar a nadie, comprobemos primero que no sea un simple animal... -le comentó- Aunque yo no veo nada... ¿seguro que no te lo estás inventando por que te da miedo dejar de ser virgen?

   Aunque mi preocupación era verdadera, parece que  la señorita estaba demasiada ensimismada en su...oferta.

  - S.si... igual sera mejor bien... puede que sea solo el viento o algo... - mientras caminaba lentamente a lo que pensaba que era la fuente del sonido, aunque parece que la preocupación de la muchacha pasaba un tanto de lado - ¡¿ S-señorita ?!, e-enserio... que i-igual puede ser algún predador nocturno y tenemos a medio grupo echándose una siesta... t-tomemos e-esto con algo mas de seriedad... ¡por favor!.

Tras un vistazo rápido a los alrededores Fo Gao no pudo encontrar el origen del ruido. Habían elegido un lugar cerca en el límite de un bosque cercano para poder dormir al abrigo de los árboles que impedían que todo el blanco gélido de la noche cayera sobre ellos. Pero sin duda la cercanía de los árboles impedía a Fo Gao ver claramente la fuente de sus sospechas ¿A caso se lo estaba imaginando todo para mantener la mente alejada de la lujuriosa joven?

La noche era aun espesa pero, según sus cálculos, en menos de una hora empezarían a asomar los primeros rayos de Sol. 

Calista siguió a Fo Gao hacia el bosque, aunque claramente no se tomase en serio que pudiesen estar en peligro.

-¿Tan poco te gusto? -le dijo desde unos pasos tras él- Supongo que es normal... no soy una mujer demasiado sexy... -comenzó a murmurar como si hablase consigo misma, aunque claramente esperaba ser escuchada por Fo Gao.