Partida Rol por web

Calista sonrió con crueldad al ver cómo la mujer caía al suelo.

-Ahora sí que te tengo, perra... -murmuró mientras abría los brazos y cuatro llamas aparecían flotando a su alrededor- ¡Arde! -gritó mientras con un gesto las proyectaba en su dirección.

   ¡¿El que?!, ¡Oh! ya veo... ¡¡Gracias...!!-  mientras de detenía mi avance ante la poza que se había formado ... menos mal que el abuelo lo noto... aunque solo lo pude hacer yo, pues los que tenia enfrente se encontraban bastante cómodos en el suelo.

   Aprovechando la nueva posición tan a mi alcance que tenían los bandidos, levanto lo mas alto posible mi pierna derecha, para dejarla caer rápidamente buscando azotar con el impacto de la patada al desdichado bandido contra el suelo húmedo.

  ¡Haaaaa! - exclamaba mientras recuperaba el balance y volvía a una posición mas defensiva. 

Tolomeo se alegró de haber visto lo del hielo en su interacción con el fuego, así protegía a sus compañeros. 

Ojalá que con los bandidos hubiera redención, o rendición.   Pero no, parecía que no.  Y no sabía su idioma.  

Llamó entonces a la arlequín, usó su magia.  El loco.  De aparecer, bailando, le pediría si hubiera un Arcano que le permitiera hablar y convencer de rendirse a alguno de los bandidos -el sobreviviente-  y cumplir su arrepentimiento,  ¿en el monasterio, en el puerto ayudando en el orfanatorio?   Era la primera vez que lo hacía, invocar su magia.  No tenía idea de lo que pasaría.  Pero valía la pena intentarlo. 

Calista lanzó con toda su ira su fuego contra la mujer guerrera derribada, pero incluso en el suelo la muchacha consigue esquivar lo peor de las llamaradas dando vueltas por el suelo. Aún así, parte de las llamas consiguen alcanzarla quemando su piel superficialmente.

Fo Gao continuó golpeando al hombre derribado frente a él al tiempo que se preparaba para el posible ataque que fuera a recibir del hombre a su diestra. El barbudo norteño consiguió alcanzar al muchacho con su espada, pero los movimientos entrenados en artes marciales impiden que el golpe tenga efecto dañino.

- ¡Q-quieto joder! exclamaba a la vez que empujaba el brazo del bandido el cuál solo lograba impactar su puño sobre pecho ... Fiushhhh... un poco más arriba y me deja sin abrigó... - ¡¿ No vez que esa mierda tiene filo ?!, ¡podrías lastimar a alguien si no tienes cuidado! le seguía reclamando mientras no dejaba de pisotear a su compañero en el suelo ... ¿ que tan dura es esta gente? ...

Calista observó a su enemiga con una sonrisa.

-¿Qué? ¿No te levantas? -le preguntó en su lengua- ¡Toma una segunda ración para que no pases frío! -agregó rompiendo a reir mientras cuatro nuevas esferas de fuego se formaban y caían sobre la bandida.

Deseando que todo acabara pronto y consciente de que nadie se rendiría o detendría, Tolomeo se movió hacia las tiendas, rodeando el fuego. 

El hombre que se encontraba en el suelo frente a Fo Gao aprovechó el momento para ponerse de pié y tratar de golpear al artista marcial. Pero Fo Gao se encontraba en su elemento, los golpes venían por todas direcciones pero el joven no parecía ni inmutarse por los fútiles intentos de los norteños. Continuando su mortífera danza, Fo Gao lanzó una peligrosisima patada al cuello del otro luchador, que se había perdido entre los movimientos del oriental.

La joven guerrera se levanto y continuaba acercándose hacia los árboles donde se encontraba el grueso del grupo al grito de "Thuriz begira zure arreba!!!" con los ojos inyectados en sangre. El fuego de Calista seguía lloviendo sobre la mujer, pero las quemaduras eran leves y aunque las ropas parecían comenzar a prender pese a lo mojadas que estaban, la mujer seguía adelante.

Estaba claro que la tipa y nuestra "lanzadora de fuego" tenían un duelo personal, y los monjes le enseñaron, que: "a no ser que vieras a alguno de tu bando perdiendo la batalla, déjalos disfrutar".

Ya había habido bastante parada, y uno de su grupo se había adelantado, así que con escudo en ristre, y preparada para el combate, se lanzó hacia los demás bandidos, sin interferir en la línea de visión de la "maguita" y la otra mujer.

- Como le gusta a Calista chamuscar cosas. Y se rió para sus adentros.

Tolomeo se había movido en diagonal, pero, al ver que la asaltante se lanzaba contra Callista, y que podía de hecho alcanzarla -algo que le costaba trabajo creer- se preparó para lanzarle la red encima antes de que estuviera con un arma encima de su compañera piromaniaca. 

No, no estoy bien posicionado. -pensó, resbalándose un poco con el hielo-  De tirar, seguro le saldría mal.  Ojalá no llegara a eso. 

   Ehh..eh... eh... ¿  que no el duelo era de uno contra uno ? - viendo como el primero al fin se levantaba, mientras el de mi lado seguía un tanto asombrado por lo fácil que se me dio llegar hasta su barbilla - al menos... mantengan esas cosas con filos lejos de esto... que si no  me pongo violento... como ella - apuntando hacia detrás mio por donde se escuchaba la enérgica carcajada de la muchacha Hardford ... si que lo esta disfrutando... 

   Y viendo que con gente que ni entendía lo que decía no iba a sacar nada, simplemente tomo algo de impulso, para enterrar la planta de mi pie derecho en el pecho del bandido y usándolo como trampolín caer un poco mas atrás de donde me encontraba mientras de propinaba una patada con mi pierna izquierda en medio de esta voltereta.

En lugar de asustarse o sorprenderse cuando la mujer se puso en pie y comenzó a correr en su dirección mientras lanzaba amenazas, la sonrisa de Calista se volvió más amplia.

-¡Jajajajaja! ¡Te voy a cocinar viva, puta! -respondió en la lengua del norte mientras lanzaba una nueva oleada de llamaradas sobre ella.

Tras su ataque, se limitó a abrirse de brazos con una amplia, provocándola para que la atacase. Incluso puso el cuello listo.

-Golpea aquí, anda. -le dijo en tono burlón- Si me matas de un golpe quizá te salves.