Partida Rol por web

Henry comenzó a romper en pedazos su tarta, para pinchar con el tenedor el primer pedazo y llevárselo a la boca.

No insistió cuando se notó que no querías hablar de tu vida actual y se centró en lo que le contaste… - Si, “Eso” ha vuelto, a mi también me visitó y no fue nada agradable, he estado recogiendo noticias, haciendo anotaciones, pero a su debido tiempo, os lo contaré todo esta noche o mañana, mientras relajémonos un poco y recordemos los viejos tiempos

Parecía querer calmar tu ansiedad con respecto al payaso y bueno, que tenías ganas de reunirte con el resto y saber que había sido de ellos era innegable.

- Claro perdona, es que me ha alterado nada más llegar. ¿Has podido dar con todos los chicos? Bueno... jajaja ya no sois chicos, sino hombres. No sé si me acostumbraré a veros así. Comenzó a relajarse, aunque eso le hizo pensar en Ben. Seguía sin atreverse a preguntar por él directamente. Tenía miedo de la respuesta... mucho más que del mal que les acechaba en Derry.

- Oh… nada que perdonar, es normal tu inquietud, pero a su tiempo, de momento esta noche es la cena, tengo ganas de ver la cara de más de uno – Suspiró y prosiguió comiendo un poco más.

- Si, conseguí contactar con todos, me costó un poco, localizar a alguno y todos me han dicho que vendrán… me alegro mucho de verte – La charla continuó un poco más aunque la conversación se estancó un poco, quizás era el momento de marcharse para prepararse para la noche o de formular una última pregunta.

Comí mis tortitas mientras un extraño silencio nos envolvía.

- Yo también tengo ganas de verles a todos, aunque me siento extrañamente nerviosa terminé susurrando.

Me di cuenta que no le había preguntado mucho a Michael, yo también me alegro mucho de verte. Te veo estupendo. ¿Estás casado? ¿Tienes familia? sonreí, no quería ser cotilla, pero me gustaría saber si había encontrado a alguien especial.

- ¿Nerviosa? – Hizo una especie de pregunta retórica Michael – Bueno, supongo que es normal, aunque creo que es extraño, en el fondo somos los mismos, sólo que la vida nos ha moldeado, te hace madurar y ver las cosas con perspectiva, pero en el fondo… - Negó suavemente con la cabeza como sumido en sus pensamientos.

- En fin, no, que va, no se porqué razón nunca quise comprometerme, me paso horas y horas leyendo si… aunque suene un poco raro nunca eché en falta a nadie, o casi, a vosotros si, pero eso es otra historia ¿Y tú estás casada? – Preguntó dándote pie para ver si contabas algo

No sabía si disculparme por preguntar o por que no estuviera con nadie. Me daba pena. Así que opté por un: Ya veo. Yo también os eché mucho de menos, sobretodo los primeros años.

- Y bueno, yo... acabo de romper con mi novio. Me he dado cuenta que no era más que un manipulador como lo fue mi padre. Pero por alguna razón me sentía cómoda con él... y estaba como aletargada, como... no sé... me había emocionado hablando pero me deshinflé. Tú llamada me despertó ¿sabes? Es como si mi vida durante estos años hubiera sido solo una película que vas a ver al cine y no experimentas, sino que simplemente la ves desde tu butaca.

Michael asintió a lo primero y… - Vaya siento lo de tu novio, en cualquier caso de debe de haber sido algo agradable – Dijo haciendo una suposición.

- Bueno, en todo caso me alegro de verte – Hizo mención de prepararse para levantarse – Tengo que arreglarme un poco para esta noche, pero nos vemos allí en el restaurante que reservé en un rato ¿No? Si quieres… ¿Quieres que pase a por ti, así no acudes sola? – Se ofreció el hombre

Me levanté para marcharme con él, y pagué la comida. Aunque Michael insistió en pagar, no le dejé, ya estaba haciendo mucho por mí.

- Te lo agradecería mucho Michael. Lo cierto es que así me sentiría menos nerviosa. Gracias. dije mientras salíamos del local y le sonreía.

Por no “pelear” aceptó que pagaras, al menos sintió que cumplía con algo cuando aceptaste que te acompañara, le dijiste donde te alojabas y quedasteis dentro de seis horas, un poco antes de la cena en la puerta del hotel, se despidió con un par de besos y volviste a quedarte sola.

Tenías tiempo para arreglarte, descansar o lo que quisieras hasta ese momento.

Seis horas era mucho tiempo, con una tendría más que suficiente para darme una ducha y arreglarme un poco el pelo. El resto... bueno... no tenía muchas ganas de arreglarme más, no era tampoco una cena de gala ni nada por el estilo. Sabía ponerme muy elegante cuando hacía falta, pero hoy solo me apetecía estar cómoda y tranquila... y... hermosa, por qué no... Pensé que no había cogido ningún vestido, solo unos vaqueros y varios de mis sueters favoritos.

Así que creí que sería una buena idea dar una vuelta y ver si podía comprarse un vestido acorde con la situación. Cómodo y sexy, sencillo pero especial.

Derry seguía siendo igual de pequeño que siempre tan sólo había un par de tiendas de ropa, reconociste a un dependiente, joven cuando eras pequeña, aunque te parecía mayor, viejo era ahora pero optaste por no decirle nada.

Con ese vestido a tu gusto volviste al hotel para cambiarte, a la hora acordada bajaste para encontrarte a Michael esperándote.

- Estás preciosa ¿Preparada? – Ahuecó el brazo por si querías tomarlo de allí hasta el restaurante.

- Gracias, sonreí, eres un encanto, como siempre.

Me sentía bien, guapa con el vestido nuevo, nerviosa y emocionada, pero sobretodo feliz, me sentía feliz por reunirme con todos aquella noche.

Como Michael era el organizador, ambos llegasteis los primeros, por lo que se demoraba un poco más tus ganas de ver al resto, y quizás a Ben un poquito más.

El restaurante era bastante grande y Michael había reservado una sala solo para vosotros, con una mesa redonda para que todos os pudierais ver con facilidad.

Habrían pasado diez minutos cuando un hombre con Barba se asomó, al principio no lo reconociste, menudo cambio… estaba normal, no era obeso ni nada, pero era el mismísimo Ben Hanscom, a él le pasó algo parecido porque sigo al asomarse - ¿Aquí está la mesa reservada por…? – Y se quedó mirándote petrificado, achicó los ojos - ¿Beberly?

El corazón me dio un vuelco cuando le reconocí, solo pude sonreír y asentir con la cabeza, algo bobalicona. Pero tenía que contenerme pues no sabía si iba a llorar, a gritar, a reír, o simplemente a correr a abrazarle... fuera lo que fuera que estaba conteniendo dentro de mí, era muy fuerte y necesité todo mi autocontrol para mantenerlo a raya.

Aunque seguramente desde fuera parecería algo acobardada, o quizás, fría... pero me era imposible decir una palabra coherente con el nudo que tenía en la garganta.

Creo que incluso me puse a temblar, probablemente mi rostro se palideciera, pues notaba un fuerte sudor frío en la nuca... por lo que me obligué a mantener y ampliar la sonrisa.

Casi se podría decir que te habías quedado en estado de shock, quizás por tu palidez, o simplemente por sus ganas, tu “frio” pasó en cuanto acudió a abrazarte, fue un abrazo suave y prolongado, en que frotó tu espalda para reconfortarte.

En un momento así, Ben tampoco supo muy bien que decir, habían tantas cosas, sin olvidar las cartas ¿Te guardaría rencor?

Espero a que te recuperaras un poco y Michael carraspeó poniéndose el puño delante de la boca de forma un poco cómica, pues no Ben aún no lo había saludado a él.

Por alguna razón aquel abrazo lo necesitaba desde hacía tanto tiempo... que me aferré a él con todas mis fuerzas.

No sabía qué decir ni podía tampoco, solo cerré los ojos y deseé que se detuviera el tiempo para siempre.

Cuando Michael llamó la atención, abrí los ojos y recordé dónde estaba. Las lágrimas ya recorrían mi rostro, y el nudo de la garganta seguía más fuerte si cabe.

Pero conseguí las fuerzas para apartarme y girar la cara para que no me viera llorar, dejándole el camino libre para ver a Michael de frente, pero era incapaz de decir nada.

Difícilmente pordías ocultar las lágrimas pues el estaba tan pendiente de ti como tu de él y aunque te quedaste con la duda sobre si te había visto llorar, él no digo nada.

Hinchó su pecho de aire lentamente y fue a estrechar la mano de Michael, aunque se convierto en abrazo con palmeo de espaldas y una gran sonrisa - ¡Pero si te han salido canas, Michael!

- ¿Y tu barriga Ben Hancom, donde te la has dejado?  - Le respondió Michael

Hubo unas sonrisas y Ben te miró de nuevo – Tu sigues igual de guapa… - No, no parecía haber rencor en sus ojos

Sonreía mientras ellos se saludaban, no podía dejar de mirarle. Cuando se volvió y me habló, sonreí aún más entre lágrimas, y solo me salió un puchero en vez de palabras.

Lo que me avergonzó de nuevo y me volví para tratar de contenerme en soledad. Deseando que aquel instante se detuviese el tiempo.

- Beberly… - Te dedicó una tierna mirada y se acercó a apartar ligeramente tu cabello hacia atrás.

Michael detecto que en ese momento era un poco inoportuna su presencia, no era difícil recordar que el vuestra infancia, aunque no llegasteis a nada estabais más unidos que con el resto – Creo que… saldré a ver si viene algo más – Salió de la sala dejándoos a solas

- ¿Demasiadas emociones? – Te dijo de nuevo Ben

Al escuchar mi nombre un escalofrío me recorrió el cuerpo, me quedé petrificada, no podía soportar todo de golpe, parecía algo ligero pero acababa de romper con Tom, de enfrentarme a él, viajar miles de kilómetros casi sin dormir, todo para ver al primer amor de mi vida, y ahora le tenía en frente, era muy importante y demasiadas emociones como bien dijo Ben.

Asentí con la cabeza a su pregunta.

Quería decirle tantas cosas y a la vez me sentía tan incapaz de hablarle que me frustraba más, me sentía una adolescente tratando de decirle a un chico que le gusta.

Cerré los ojos un momento para relajarme y ubicarme, al abrirlos Ben se había acercado a mí y me sonreía.

- Yo... yo... me... suspiré fuertemente, sonreí, me... alegro de verte... Ben. conseguí decir la frase completa y respiré con fuerza como si quitara una fuerte losa de mi pecho. Sin embargo, seguía con el nudo y las lágrimas, parecía que sería difícil quitarlas de mi rostro esta noche.