Partida Rol por web

Habían pasado ya unas semanas desde que la escuela de Nueva Westchester se había puesto en marcha. Durante ese tiempo habían entrado un par de alumnos nuevos. Sydney Smith, alias PsicoSid, un telépata con una firma energética psiónica especial y Brynja Örlygsdóttir, alias Powerhouse, con la capacidad de almacenar la energía cinética recibida para utilizarla más tarde. 

Kaminari hacia una semana que había abandonado la escuela. Por lo visto había ocurrido algún problema de índole familiar en su Okinawa natal y había tomado la resolución de marcharse. No había dado muchas explicaciones.

Las clases transcurrían con normalidad. Gorgón era un profesor habilidoso pero exigente. Se encargaba de la mayoría de las materias: matemáticas, ciencias, historia, filosofía… Además era tan intimidante que su presencia aseguraba que los chicos dieran el 100% y no se tomaran el lujo de vaguear. De hecho ya había amenazado con petrificar al primer alumno que suspendiera un examen. Peligro era de la misma línea que el profesor Shishida, pero como encima se encargaba de la parte más práctica, sus lecciones eran auténticas luchas por su integridad física. Y entre tanta exigencia era un alivio contar con el profesor Drake. Bobby era la cara amable del profesorado, se preocupaba por los chicos y hacía lo posible por pasar tiempo con ellos y asistir a otras clases. Además se había inventado una asignatura: Conocimiento del mundo superhumano. Allí hablaba con los chicos sobre lo que significaba ser héroe, sobre situaciones a las que se podían enfrentar, sobre algunos villanos… Era sin duda la clase más interesante de todas a las que asistían.

Además, había clases especiales. Jean Grey, la líder de la Patrulla X era la que más veces había acudido, para hacer ejercicios de resistencia mental. Y no era la única, otros mutantes de la isla también habían acudido a darles clases puntuales para complementar esas clases del Hombre de Hielo.

Después de una semana agotadora, por fin llegó el sábado. Y una en la que afortunadamente no tenían muchas tareas por hacer. Era la primera vez que los profesores les daban algo de manga ancha. Aunque al principio pensaron en relajarse, Krakoa ofrecía muchas cosas por descubrir, así que los chicos se levantaron temprano. Después de vestirse bajaron a desayunar y al hacerlo, se encontraron en el salón a los tres profesores esperándoles. Nadie les había dicho nada el día anterior, así que todos sintieron como un escalofrío les recorría por la espalda. Si Gorgon y Peligro estaban ahí, estaba claro que el sábado no iba a ser un buen día.

Pesadillas. 

Las odio. ¿Quién no? Últimamente, tenía muchas, y todas recurrentes. Gruñí al ver la almohada de mi cama empapada de sudor y, posiblemente, lágrimas. Algo que nunca admitiría desde luego. Había perdido la capacidad de llorar. Y aunque eso era totalmente falso, es lo que les decía a lo demás. 

Quizá por eso me levanté de la cama antes que el resto, o al menos antes que muchos. Di la vuelta a la almohada, dejando la parte seca por encima y me vestí para bajar a desayunar. Lo bueno era que quien madrugaba, encontraba sobre la mesa los mejores bollos para el desayuno. Yummm! Y encima hoy no había clase, por lo que posiblemente pudiera escaquearme a fumar un pitillo en algún lado, que falta me hacía.

Café, pitillo y una carrera mañanera. Justo lo que una chica de mi edad necesita para empezar el día. Bueno, lo del pitillo era mejor hacerlo a escondidas. Una vez casi me pillan, pero apagué el cigarrillo entre mis manos negando que estaba fumando. Me quemé las manos y enseguida noté el subidón de la cinética subiendo por los brazos. ¿Absorbes fuego, Brynja? No... pues sí. No era buena estudiante, pero algo que me dejaron claro era que el fuego era la manifestación del roce de las partículas cuando se mueven. Cinética. Y yo era una batería cinética. Así que ...2+2. Por el contrario, el frío era lo opuesto. Lo odiaba. Y eso que he pasado toda mi vida en Islandia.

- !¿Pero qué...?¡- Me sorprendieron los profes en medio del comedor, y a poco se me sale el corazón por la boca. No esperaba encontrarlos allí, tan de mañana. Tan... serios. Sobre todo Peligro, aunque es extraño decir que ves serio a un Pentium III con cuerpo femenino. No la digáis que he dicho esto.

- ¿Hay una explicación perfectamente lógica para lo que sea que crean que haya hecho?- levanté las manos, mirando a todos, haciéndome la inocente.- Por cierto... ¿Qué he hecho esta vez?

Uno pensaría que después de lo sucedido el primer día de escuela las clases serían un paseo. Y uno se equivocaría por supuesto. Después de todo aquello no era una escuela normal.
Wild se sorprendió a su mismo sintiendose mal por ver marchar a Kaminari. No había estado mucho juntos, pero era cierto aquello de que las desgracias te unen a la gente. Esperaba porder volver a verle en un futuro. Y aunque vinieron nuevos alumnos él ya había entablado un viculo especial con Bala de Plata y Ninfa, sobretodo con la primera. No era bueno relacionandose con la gente, pero cuando lo hacia su instinto protector afloraba aún más. Y eso le sucedía con la joven plateada. Aún así trataba de ser educado con los nuevos, no le quedaba otra.

Pero las clases. Ay las clases. Aquello sí que le costaba. Nunca había sido un buen estudiante, tampoco había tenido muchas oportunidades, pero sin duda el profesor Gorgon hacia que se aplicara como si su vida dependiera de ello. De hecho no estaba seguro de que no fuese así.
Las de peligro al menos eran físicas, y en ese campo estaba más especializado. Lo que tiene vivir en lo salvaje. Aún así la cabrona no se lo ponía nada fácil. Y aunque el robot decía que no podía cogerle manía a nadie por encima tenía bastante claro que a él lo puteaba más. Al parecer hasta los ordenadores podían guardar rencor. Su primera toma de contacto no había sido buena desde luego.
Así que agradecía cuando había clases especiales, e incluso las del profesor Bobby. Es cierto que en un principio le parecían muy ñoñas. Un poco infantiles. Pero poco a poco le acabaron gustando, más incluso que las historias que contaba Éxodo por las noches a la luz del fuego. No dejó de ir a ellas, pero ahora tenía otras cosas con qué compararlas.

Con la llegada del fin de semana, y la posibilidad de relajarse, Wild no había querido tener que levantarse temprano. Para un día que no lo necesitaban. Pero los demás habían insistido, así que no tuvo más remedio que acceder. Pero lo que no esperaba era ver abajo en la zona de desayunar a Powerhouse, y mucho menos a los profesores.

-Mierda. ¿Qué hemos hecho ahora?-

-Mmmm. Hola. Buenos días. Hoy no había clase ¿verdad?-

Amy se levantó de la cama, aunque apenas tenía muchas fuerzas para moverse. Las clases habían sido bastante intensas, en especial las de Gorgon y Peligro. Al menos el señor Drake y el resto de profesores invitados habían aliviado un poco la carga, pero los otros dos...esos eran un caso aparte. Más que un master en educación, habían sacado un máster en sadismo.

Finalmente la pelirroja cogió fuerzas y logró finalmente salir de la cama. Era fin de semana, lo cual significaba que ella y sus compañeros de clase iban a poder tener un breve descanso. Eiji se había ido, apenas habían podido despedirse de él, no sabía si volverían a cruzarse, aunque Amy lo esperaba. Lo bueno es que tras el primer día, se llevaba bien con Bala de Plata y Wild Thing. Había caras nuevas y por suerte la cosa iba bien con ellos, a lo mejor podían aprovechar el fin de semana para conocerse mejor y explorar la isla, seguro que había muchas cosas geniales que descubrir por la isla, y así se despejaban un poco.

Amy empezó a salir de su cuarto y bajó a la cocina a por algo de desayuno, sin comida prácticamente no era persona. Se sorprendió al ver que no estaba sola en la cocina. Wild Thing y una de las nuevas compañeras, Powerhouse, ya estaban en la cocina. También estaban el señor Drake, Gorgon y Peligro. -Buenos días...-saluda la inglesa con educación a todos los presentes. ¿Que hacían los profesores? Por dios, que no sea un examen sorpresa suplica mentalmente la joven. 

Una tos repentina hizo que Syd se despertara de repente, tenia la boca completamente seca y el cuello agarrotado, eran los efectos habituales de quedarse dormido sentado y mirando al techo. Pero había descubierto que a veces sus poderes le jugaban malas pasadas cuando dormía profundamente y pasar la noche sentado en duermevela le resultaba mas beneficioso, por no hablar de las ventajas que tenia si debías salir corriendo al despertarte.

Había pasado los últimos años vagando de un lado para otro, mirando siempre por encima del hombro, por lo que a pesar de encontrarse en un lugar seguro aun le costaba relajarse. Las clases no eran algo que le entusiasmase, ya que las teóricas le resultaban aburridas y las fisicas muy cansadas, aunque si que disfrutaba de las clases más prácticas, sobre todo cuando implicaban maquinas y ordenadores.

Tras beber agua y asearse un poco, se vistió y se dispuso a bajar al comedor. Al parecer iba a pasar el día con sus compañeros de clase, lo que le provocaba sentimientos encontrados. Por un lado le parecían buena gente y él siempre se había considerado alguien sociable, pero por otro le costaba mucho confiar en las personas y apenas los conocía.

Entró el ultimo a la habitación, llegó sonriente, con una mano en el bolsillo y la otra alzada a modo de saludo.

—Hey ¿Qué pasa?—. Al ver que también estaban los profesores se quedó un poco cortado, ya que no los esperaba allí, aunque en seguida continuó hablando. —Buenos días profes ¿estamos en un lio o, lo vamos a estar?

—En el comportamiento humano, la autoinculpación anticipada es un claro signo de haber cometido una falta.

La profesora miró a los chicos con gesto acusatorio. Bueno o algo así, porque su rostro no era muy expresivo. Pero entre sus gruesas maneras y sus palabras todos sintieron que estaba acusándolos de algo.

Al lado del androide, Gorgón se cruzó de brazos y miró a los chicos a través del antifaz que utilizaba para no petrificarlos. El mutante no dijo nada, pero los chicos escucharon en sus cabezas una frase que solía repetir cuando alguno expresaba en elato la sensación de haberla liado. Excusatio non petita accusatio manifesta.

Con la exigencia que el profesor tenía, los alumnos no podían evitar estar a la defensiva y situaciones del estilo ¿He hecho algo mal? se repetían a menudo.

Por suerte también estaba por ahí el Hombre de Hielo para poner algo de cordura a la situación.

—¡Buenos días chicos!—los saludó justo en el momento en el que Bala de Plata aparecía—No, no. Nadie ha hecho nada. Porque no habéis hecho nada, ¿verdad?

Sin embargo al profesor se le notaba lo suficientemente apurado como para no importarle mucho la respuesta.

—Os preguntaréis qué hacemos aquí. Bueno, habíamos pensado en utilizar el día sin clases para hacer algo especial. Pero antes de seguir… ¿sabéis algo del Hábitat Akademos?

Tirada de INT + DCON dificultad 12 para saber sobre esa zona de Krakoa. Aquellos que acierten sabran lo que viene aquí en el apartado Historia.

A pesar del poco tiempo que llevaba en Krakoa, estaba seguro de conocer la respuesta, seguramente lo habría leído en alguna de sus incursiones informáticas en busca de información.

Hizo el amago de levantar la mano, para después bajarla y mirar a sus compañeros, intentando leer sus expresiones. Sabia por experiencia que los listillos no caían bien, y mucho menos un listillo recién llegado, por lo que finalmente respondió a medias.

—Creo que son unas instalaciones con una función similar a esta academia, o algo así.

Ufff.

Respiré tranquilla, aunque la atenta mirada de los profes me hizo tragar saliva. Aún no se habían enterado de... ni de aquello otro que... por no hablar de... Como fuera, imaginaba que aún no nos habíamos librado de alguna otra cosa. Supongo que hacer el vago no estaba en los planes de los profes. La buena noticia era que también se nos unió Bala de Plata. Y es que tenía un culito... No pude evitar guiñarla un ojo cómplice. A ver, que Amy también tenía su aquel, pero desconocía si le gustaba el Metal, y eso era un handicap que ganaba Azarah.

- Me suena de algo- Dije de forma algo indiferente, aunque asentí a las palabras de Syd. -¿No iremos allí a dar de comer a los desamparados, no? ¿O fregar cacerolas?

No sabía por qué, pero me estaba imaginando aquello como si fuera un comedor social de mutantes. Nunca nadie dice "Hoy vamos a hacer algo distinto" y te lleva al parque de atracciones.

Wild no había hecho nada malo, así que no estaba preocupado. A pesar de que la mirada de peligro y sus palabras le parecían como puñales que se le clavaban. Pero al menos se relajó cuando el profesor Drake cambió de tema. Claro que el tema que estaba derivando no le gustaba demasiado. La idea de levantarse temprano el sábado era para ir a explorar la isla con los demás. Volver al Akademos no le entusiasmaba demasiado.

-¿No es donde estudian los pequeños? Al menos me pareció ver a muchos niños por allí alguna vez. -

En cuanto dijo lo de los niños se acordó de algo.

-¿Tiene algo que ver con Maggie? Debería estar en Krakoa ya ¿verdad?-

Ya había llegado el resto de estudiantes para desayunar y estaban igual de sorprendidos con la presencia de los profesores. Gorgon y Peligro no tardaron en acusar a los alumnos de haber hecho algo malo, aunque la verdad es que nadie había hecho nada. Vaya fe que tenían estos en sus alumnos, pensó Amy frustrada. ¿No había otros profesores disponibles o los cogieron al azar en una lotería chunga?

Lo bueno es que el señor Drake estaba allí y logró apaciguar las cosas. Parece que tenía planeado llevarles a alguna parte de Krakoa y les hizo una pregunta sobre una de las áreas. Akademos, no había estado allí antes, pero había oído hablar de ella. Como ella llegó a Krakoa con su tío, pudieron encontrar otra zona donde poder vivir. Amy asiente ante la respuesta de Wild Thing. -Es también donde viven muchos de los estudiantes de la antigua escuela, ¿verdad?-pregunta Amy.

Ante la mención de la pequeña Maggie, la joven mira al Hombre de Hielo, esperando que pudiese decirles algo respecto a la pequeña mutante. Esperaba que ella y su padre estuviesen bien.

—Viene en el nombre, ¿no?—respondió Azarah al comentario de Sidney sobre que funcionaba como una academia— Akademos. Academia. Supongo que por eso lo llamaron así.

—Así es—confirmó Gorgón a la pregunta de Azarah—. La Academia de Platón, en griego Akademeia, se encontraba en los jardines de Akademos. Ese es el origen de la palabra academia. Y efectivamente, es la zona de la isla destinada a la educación de los infantes mutantes de todas las edades.

Era curioso ver a un hombre tan brutal como el profesor Shishido ser tan culto.

—Que vosotros estéis siendo educados en esta escuela en lugar de en el Hábitat Akademos, es una muestra más del privilegio que se os ha concedido.

—No, no tiene que ver con Maggie. Pero es un buen momento para hablaros sobre ella. La semana pasada le entregaron una flor-portal a su padre y se unió a las clases del hábitat. Entre semana vive en la isla, y los días que no hay clases se vuelve con su padre. Es lo mejor para todos, no era adecuado separarlos—Bobby les hizo un gesto con la cabeza a los chicos para que lo siguieran— Y ahora vamos a la cocina a que desayunéis algo que se nos echa el tiempo encima. Os cuento el resto allí.

—Iré a prepararlo todo—dijo Peligro mientras los demás seguían al profesor Drake.

Nada más llegar a la cocina, los chicos empezaron a prepararse el desayuno como todos los días (¡ni que tuvieran un catering!). Gorgón se quedó apoyado en la puerta, mientras que Bobby se sentó en la mesa con los chicos.

—Bueno, como hablábamos antes, la mayoría de los niños y jóvenes mutantes viven en el Hábitat Akademos. Menos vosotros. Pero por supuesto no queremos que os aisléis. Sois jóvenes, tenéis que relacionaros con otros chicos... Necesitáis relaciones sanas y todas esas cosas. Al final todos aquí juntos metidos todo el día... No creemos que sea bueno. En mi propia experiencia, no es bueno—se reafirmó—. Así que hemos pensado en hacer una convivencia con otros chicos.

El profesor sonrió a los muchachos, esperando una respuesta positiva.

—¿Qué os parece?

Por el reloj del Hombre de Hielo se escuchó la voz de Peligro.

—La convivencia será después—escucharla sin verla la hacía parecer más seca de lo normal—. Primero participaréis contra ellos en una competición. Será una buena oportunidad para ver si de verdad habéis mejorado.

—Y por ahí se va la sorpresa...—dijo Bobby frustrado poniendo los ojos en blanco.

Cada vez que el profesor Gorgon soltaba una de aquellas frases Wild se sentía un poco intimidado. No por la presencia inquietante, y terrorífica a veces. Si no por sus conocimientos. Era un mutante muy poderoso, pero tenía una educación y cultura que no se conjuntaba con su aspecto. Y eso hacia que el joven quisiera mejorar en ese aspecto. No había que saber sólo pelear. Se necesitaba algo más. Y eso era una cosa que había aprendido en el poco tiempo que llevaban en la escuela. Su propia educación dejaba mucho que desear, debido a sus circunstancia cierto, pero eso se podía cambiar.

Cuando les dijeron lo de que tenían que relacionarse con más gente Wild iba a contestar que precisamente era algo así lo que tenían planeado hacer. Pero la arruinasorpresas de Peligro explicó en realidad de qué se trataba.

-Vaya. ¿De qué tipo de competición estamos hablando? ¿Un concurso de deletreo o tipo triatlon?-

Esperaba en verdad que fuese lo segundo. Y en verdad no quería que fuese en plan competición de pelearse contra otros grupos. No le gustaba pelear contra otros mutantes. Seguramente algunos todavía no controlaban del todo sus poderes, podrían haber accidentes.