Partida Rol por web

Y ahí está, Jacob en versión aún más insoportable de lo habitual. Si no fuera porque ya lo conozco bien tal vez me habría sentado mal. Pero ¿así? Hasta me hace gracia ver cómo Frances le da una colleja y se pone en plan profe con su mellizo. Tengo la sensación de que lo está disfrutando y todo. 

—Bueno. Pues vamos a largarnos de aquí. ¿Te sientes mejor con el sándwich, Kim?

Me acerco al juego y tiro los dados. 

—¡Toma! Un once. ¿Será suficiente para llegar al centro, no?

El muchachín iba de sobrado. Salió de darse un baño, se encontró con tres adultos, en una playa, de noche. Su hermana, Kimy, y un pavo al que no conocía de nada, y se les puso a vacilar. Claro que él no recordaba lo sucedido ni sabía que tenía delante a dos aguerridas y feroces guerreras y a un aventurero por sorpresa, que habían enfrentado los terribles peligros de Jumanji. 

Recibe una colleja de su hermana...mayor. Quizá eso le situase el cerebro en su sitio y comenzara a preguntarse qué historia está sucediendo aquí.  

Algo, sin duda, muy fuerte.

Aquí no había pausa ni asistente de ayuda. Lo pudo comprobar Kimy muy pronto, ni Red Sonja ni The Witcher ni Mortadelo o Filemón. Tal vez le dio otro bocado al sándwich entretanto pasaba o no algo. Los tambores eran un susurro perdido en el rumor de las olas, y el token del elefante no palpitaba con su brillo por mucho que lo deseéis.

Pero ella había lanzado la moneda de la fortuna al mar pidiendo un deseo más allá del auxilio, el anhelo de su corazón por curarse y vivir. Sería un rollo morirse aquí, sin cafetería. Jumanji escuchó. La Playa del Olvido y sus plácidas aguas reaccionaron.

De la arena de la playa, de muchos de los infinitos granitos que la componían, nació alguna cosa. Esos minúsculos trocitos que son parte del universo como todas las cosas, como vosotros y como Jumanji, Como Oráculo, o George, o Vrajito o una moto de luz. O Ñan Ñan.  Se abrieron, se resquebrajaron igual que huevos y eclosionan delante de vosotros. Uno, dos, cinco, diez, veinte...cien...

Y lo que surgió de su interior creció y creció, extiende sus níveas alas, vibrantes al aire nocturno. Cientos de criaturas aparentemente iguales iniciaron su vuelo en derredor de la moribunda Kimy. Cada una de ellas no mediría más de tres centímetros de tamaño. 

Su aura plateada transmitía sosiego y paz. Bondad y generosidad. Dulzura y...humanidad. 

Volaron y zumbaron alrededor, una a una uniéndose a la piel de Kimy. Pegándose a ella, una, dos...mil...Cubrieron su cuerpo. Todos sabéis en ese instante que son Portadoras de Sanación. Seres de cálida luz interior que inyectan en el cuerpo herido de Kimy. Cubierta, como si miles de abejas se tratasen. 

las Portadoras de la Sanación también se acerca en su vuelo a Víctor, a Frances y a Jacob. A este último no le hicieron demasiado caso, el chico estaba como una rosa. Lo suyo era de psicólogo, no físico. 

A Frances y a Víctor también los asistieron. La joven tiene magulladuras, rasguños, moratones, no mucho más. Víctor tiene eso más la pierna fracturada. En segundos, las "mariposas" blancas los visten con sus aterciopelados y pequeños cuerpos. 

Los tres reciben la sanación. Cada persona lo vive de una manera diferente. En sus cuerpos, en sus mentes, la experiencia es distinta. 

Kimy

Frances

Víctor

Jacob se queda al margen. Hasta que a él, y a todos, se os ofrece un espectáculo asombroso y maravillo en los cielos de la eterna noche.

Luces y brillos y colores que permanecen tiempo en el tiempo y espacio durante unos instantes imposibles de medir.

...

Hasta que la noche regresa a su calmada escena de siempre, las sensibles criaturas desaparecen en la arena cálida, en la fresca brisa marina, en la espuma esponjosa del mar...o fusionadas con vuestras células y espíritu. Y Kimy, Frances y Víctor están completamente sanados.

Es más, se diría que, con la misma edad, os sentís más jóvenes, más fuertes, con más energía. Lleno el depósito de vida. 

Colleja de Frances, inconfundible aún en el presunto sueño del reseteado Jacob y palabras que podría haber dicho su propia madre (menos eso de hacerse pajas). 

Intimidado por ésta Frances adulta y sin pelos en la lengua, "casi" enmudeció Pero tía, joder. Menuda colleja. Ya te vale.

Lo que estaba claro es que este sueño era una mierda.  Y que ni en él iba a poder hacer cosas con Kimy.  Y eso sin contar con que Frances de aquí era bien capaz de reírse de él por lo colgado que estaba de su amiga.  Ni de coña iba a dejar que se burlaran de él. ¡Ni en sueños!

El espectáculo de polillas sexys le moló, aunque no sabía porque pasaban de él y se olió el sobaco disimuladamente, por si acaso.   

Le fliparon las luces en el cielo, aunque al final era todo más o menos lo mismo.  Bostezó. Intentó agarrar una polilla, sin éxito. Murmuró incoherencias, dio vueltas un tiempo indeterminado, hasta que el flash místico pasó.  Se quedó mirando a Kimy, una recuperada Milf con más curvas que nunca.

¿Una pantalla sólo para curarse? no tuvo problemas en asimilar la teoría de que todo era un juego ¿Que habéis puesto, el modo fácil? Vaya noobs Bwajajajaja

Ya iba lanzado, esperando que los tambores y la niebla nos llevasen a vete tú a saber dónde, pero en lugar de eso aparecen las mariposas de la sanación, o lo que mierda sean. Siento cómo el dolor desaparece de mi pierna envolviéndome en una luz cálida y suave, como un nido hecho de rayos de sol. Es agradable y cuando se van me encuentro mucho mejor, más fuerte, con más ganas y energía. Ahora mismo podría volver a empezar una partida de cero, me siento a tope.

Y la voz de Jacob versión adolescente, me saca una carcajada. Quizás no sea tan malo, seguramente vuelva a la normalidad al salir, pero si sigue así cuando salgamos lo puedo entrenar desde mucho antes. Más pasta.

—¿Cómo vais? —pregunto a las chicas, pero especialmente a Kim, que es la que se llevó la peor parte—. ¿Nos largamos o qué?

Jacob había vuelto a subirse a la barca después de aquel intento infructuoso en transmitirme el bicho que llevaba en su interior y Fraces estaba junto a Victor. Cora se había marchado y ya no la veía. Todo se había ido al garete.

Aún tenía aquella extraña moneda y aunque no había visto ninguna máquina expendedora ni ranura alguna para introducir la moneda tuve a bien arrojarla al mar y pedir un deseo, el último: Salud. 

Y al poco de haberla tirado empezó a surgir del agua algo, no sabría decir el qué, pero a su vez arrojaron sobre la arena una especie de cascarones. Yo a esas alturas apenas ya me podía mover, así que, me dio por pensar que igual había hasta un kraken en aquel mar o algún monstruo que le había molestado la moneda. No sé, Jumanji era así de extraño, nunca sabías lo que te podías encontrar. El caso es que empezaron a surgir multitud de seres voladores - ¡¡Parasitomontes!! - ya era tarde para huir y eran un montón. No lo eran, no brillaban en la oscuridad, tampoco sonaban igual. Además me estaba apagando, supuse que aquel era el fin: acabar comida por insectos. 

Y aquellos bichos me rodeador y luego se posaron sobre mi piel. Eran cientos, miles, millones... Cerré los ojos pero los notaba posarse por todo mi cuerpo. Lejos de sentir dolor, era como si me relajara, seguramente el veneno que adormilaba. Me empecé a sentir descansada y los dolores fueron cesando.

Al paso de unos segundos, todos los dolores cesaron. Creí que estaba muerta, ya no sentía nada, ni siquiera a los bichos aquellos. Abrí los ojos y seguía en aquella "pantalla" mirando al mar. Bueno diría que seguía la misma calma de no ser por aquel niñato que rompía el silencio con tonterías.

Igual estaba en purgatorio de Jumanji o se trataba de otro jugador atrapado en aquella casilla. No descarté ninguna hasta que escuché a Frances sobre que su hermano ahora era menor. Asimilé aquel dato y puse mis pensamientos en orden. Es Jacob, se ha sumergido y ha vuelto a ser joven. Había dado por supuesto que, olvidaría recuerdos y no que redujera años convirtiéndose en aquel chico.

Me senté para contemplar mejor aquel escenario y descubrí que estaba bien, no me había muerto y tampoco había rastro de los insectos voladores. Aquello era milagroso y no había sido gracias a Cora sino a la moneda. Había pedido un deseo y se había cumplido, estaba totalmente recuperada. Me levanté hasta de manera más rágil que antes, era más flexible que antes - ¡¡Estoy curada!! - me levanté de un salto y grité para que todos lo escuchasen. 

- Estoy genial jjajjajaja.

Escuché a Víctor que también estaba bien, ya no tenía problemas con la pierna - Venga, nos vamos... hay que acabar ésto - había que recuperar el equilibrio de Jumanji.

- Jacob, venga... te has vuelto un niñato pero recuerda que cuando salgas de aquí vas a recuperar tu edad real, yo que tú aprovecharía, ahora que puedes

No he podido tocar ni una de las hadas Vaya, parece que eso le había dolido, la bondad y la humanidad de las polillas sanadoras le había sido esquiva.  Excepto una que se quedó en su hombro unos momentos e hizo unos ruiditos raros, como de partirse de risa (con Jacob y no de él).

¿Aprovecharme de que? Miró a Kimy con ojos  esperanzados, sonaba a sexo inminente.  Estaría bien que no tuviesen que avanzar tan rápidamente y remolonear un poco.  Niñato, ya.  Ya te gustaría a tí.

Lamentablemente para el grupo, sus instintos gamer no se habían desarrollado del todo.  Si no, habría identificado esa leve sensación de inquietud como un signo de que tenían que salir YA de ahi.

No hizo caso a las palabras de Jacob, estaba en modo niño y se divertiría muchísimo con ello. Eso sí, quedó maravillada cuando de repente vinieron esas haditas a darle luz, a llenarlos de vida. Frances, se dejó hacer mientras cerró los ojos en medio de tanto brillo. 

No tuvo idea de lo que hacían pero mientras duró aquello, se sintió genial. Era como una especie de regalo, un gesto que sin dudas ahora mismo necesitaban para seguir. No estaría joven como su mellizo—algo que agradecía—pero las energías y las ganas estaban ahí, puestas para darlo todo. 

Sin más observó a los presentes y buscó la mano de Víctor, seguramente él estaría bien ya y tras quedarse fascinada por el espectáculo, volvió en si. 

—Qué bonito... ¿Quien debe tirar? —dijo y respondió a Vic—Estoy genial. ¿Tu?

Ahora sí que los tambores inician su frenético aviso del siguiente turno, ensordeciendo y enmudeciendo cualquier otro sonido circundante. El canto rítmico y suave del oleaje desaparece tragado por el frenesí del ritmo de los tambores de Jumanji.

El elefantito asignado a Víctor pulsaba con suave fulgor señalando que era su momento. A tres casillas del centro se encontraba después de que Cora lo moviese de su sitio, avanzando cuatro casillas.

A una tirada de dados para el final.

Sin pensar más y sin demora, Víctor lanza. 11. Aunque continuase a siete casillas de la salida, hubiese llegado. Incluso con el retroceso de otras cuatro casillas por el pago de la visita al pantano de Swampi.

El token inicia su camino. Ajeno a la expectativa, esperanza y deseos de los cuatro gamers. Sin importarle la trampa en la que os ha hecho caer la perversa Bruja Plus.

Bruja plus dijo que sanaría a Kimy. Y la dejó tirada en la arena. Engatusó a su hermano pequeño para que se besara con su ex.

Colocó al elefante muy cerca de la salida, aunque desconocía a quien le tocaba tirar dados después. Pero la semilla de sus intenciones la dejó preparada.

El token llega a la esfera central. Se detiene. Los tambores dejan de sonar de súbito. El silencio se extiende en derredor mezclado con la dichosa neblina verdosa que emana del centro del tablero.

A la salida has llegado. El juego te has pasado

Las letras quedan en suspenso, al compás de la niebla ondulante. A la espera de algo.

Aprieto los dedos de Frances cuando me coge la mano. Es curioso, tengo la sensación de que llevamos todo el juego cogiéndonos la mano, aunque no le había dado ninguna importancia hasta que se ha venido arriba y me ha dado un muerdo. Habrá que hablar, sí, pero con calma cuando estemos fuera. 

Miro el elefantito avanzar hasta el centro y las letras brotando en el humo de la esfera. No me fío mucho, después de todo lo que hemos pasado ya he visto que aquí las cosas no son siempre lo que parecen. Pero lo que parece es que hemos ganado, ¿no? Bueno, al menos hemos ganado la salida, pero a la hermana de estos la hemos perdido. Al final tengo la sensación de que la que ha ganado es ella. 

—Pues ya está. Vámonos de aquí.

Mis ojos se fijan en las instrucciones del juego, veo claro lo que hay que hacer ahora, así que levanto los brazos y miro a los otros, listo para gritar.

—¡¡JUMANJI!!

Después de curarnos regresamos a la pseudorealidad que pasaba por lanzar los dados. Era el turno de Jacob y allá fue, era una tirada larga. El elefante avanzó sin ninguna oposición por el tablero y parecía que llegaba a la meta. Los tambores dejaron de escucharse y la niebla verduzca no apareció.

El gamer gritó la palabra mágica y los demás esperamos a ver qué ocurría.

Si había llegado el final entonces todos deberíamos de regresar a casa, aunque eso en Jumanji era suigéneris, podía ocurrir de todo. Además Cora había movido una ficha con anterioridad - Algo va mal.

El juego decía que habíamos llegado al final pero la niebla no aparecía - si Cora ha hecho trampas, quien debiera de sufrir las consecuencias es ella, no nosotros - que igual aquello era justicia poética.

Igual deberíamos decir todos Jumanji. Porque vamos todos juntos. Jacob había leído las escasas reglas, buscado ya la manera de saltárselas, el futuro gamers prometía.  Por si acaso, el también gritó 

¡Jumanji!

Habían lanzado los dados, el avance surgió y Frances al igual que Victor, apretó con fuerza su mano mientras un ligero escalofrío la recorrió entera. Tenía miedo, no quería quedar atrapada allí y cuando al fin, el mismo juego anunció que había finalizado, sintió un profundo alivio. Sin dudar ante el comentario de Kimi, alzó una ceja y después pronunció con fuerza la palabra indicada:

—¡Jumanji! 

Ahora, si esto era un engaño ya se enteraría más pronto que tarde. Tenía la ilusión de que esto quedaría ahí con el amargo sabor de que su hermana ya había elegido un camino, uno que le iba como anillo al dedo mientras que para los demás salir del juego, la vida real y las responsabilidades, llegarían de forma inevitable. 

- ¡Jumanji!

La bruma se expandió, os envolvió, como es ya habitual. Esta vez es diferente, es el mundo que os rodea el que va desapareciendo, difuminándose a vuestra vista, perdiendo sus formas, sus objetos, su luz y color. Pronto todo es oscuridad.

Y luego

Flotáis en esa nebulosa...En el espacio y el tiempo. Regresando a casa. Al fin.