Partida Rol por web

Tras meditarlo un poco, el heredero de Rohan responde.

-Mi madre me enseñó que la honestidad está por encima de todas las virtudes ya que la verdad protege todas las demás cualidades de un hombre de valía -responde Théoden aunque luego continúa- Sin embargo, he aprendido de ti, mi padre, que es la lealtad la que une a los jinetes con el Rey y al Rey con sus súbditos. Sin lealtad no habría Eorlingas ni tampoco todas las otras virtudes que nos hacen grandes.

Ante las palabras de su hijo y también a causa de la anterior canción de Dengal, Thengel se queda en silencio mientras mira pensativamente como el fuego del hogar central crepita, pareciera como si hubiera algo que le preocupara. Después de un largo instante, levanta la mirada para observaros primero a vosotros y luego a su hijo.

-Bien dicho, hijo mío. Sin embargo, aunque no dudo de la firmeza de la gente de la Marca, a veces el orgullo domina y nubla la mente de aquellos cuya posición les exige ser un ejemplo para los demás -dice el Rey para luego miraros- Desde hace largo tiempo la amarga disputa entre los que deberían ser mis hombres de confianza, el Segundo y el Tercer Mariscal de la Marca, me tiene preocupado. La rivalidad entre Cenric del Folde Este y Éogar del Folde Oeste comenzó en la época de mi padre, el Rey Fengel, y a pesar de mis esfuerzos se ha ido agravando desde que ocupé el trono. Cada Mariscal desprecia al otro y sus leales seguidores llevan su disputa por todo lo largo y ancho de la Marca. Los miembros de cada facción vigilan constantemente a sus rivales y a veces se atacan unos a otros. Los insultos vuelan desde ambos márgenes del Entaguas y en las reuniones de los días festivos ha llegado a derramarse sangre más de una vez cuando las burlas llegaron demasiado lejos. Con el paso de los años, muchos wergelds se han pagado pero algunos se han negado a compensar al otro bando y han huido convirtiéndose en forajidos…

De repente, el Rey golpea con tal fuerza la mesa que hace que los platos y las bandejas salten. Los guardias rápidamente se ponen en alerta.

-¡Esto ha ido demasiado lejos! -dice Thengel con una poderosa voz que hace que más de uno de vosotros se ponga tenso aunque luego se tranquiliza y le hace un gesto a los guardias para que hagan lo mismo- Puede que llegue el día en el que el Señor de la Marca deba domar a sus Mariscales por la fuerza pero por el momento prefiero guiarlos hacia la paz mediante la sabiduría. Éogar y Cenric son hombres fuertes, severos y poderosos y la Marca necesita su fuerza intacta y sin doblegar.

-Sin embargo, todavía hay una oportunidad para conseguir una paz honorable

Interviene la reina con un tono sosegado mientras coloca su mano sobre la del Rey.

-Hace muchos años y aunque no estaban emparentados por sangre, Mildryd, hija de Galwyn, y Esmund, hijo de Edwin el anterior Tercer Mariscal, crecieron juntos e inseparables como hermano y hermana ya que sus familias estaban unidas por una fuerte amistad. Siempre permanecieron justos y cuando se convirtieron en adultos muchos pensaron que ese amor fraternal pronto se convertiría en otro tipo de sentimiento. Sin embargo, todos se sorprendieron cuando, siguiendo los consejos de su padre Edwin, Esmund se casó con una mujer de una prominente familia del Folde Este mientras que Mildryd se casó con un rico terrateniente del Folde Oeste. Ambos parecían contentos con sus elecciones y probablemente continuarían siéndolo si el destino no hubiera ideado diferentes planes para ambas uniones. No hace mucho, la esposa de Esmund murió cuando daba a luz a Éomund, su primer hijo, mientras que el esposo y los hijos de Mildryd fueron asesinados en un ataque dunlendino hace varios años -os relata la Reina Morwen con cierta tristeza en el rostro para luego mirar al Rey

Tras mirar a su esposa, el Rey Thengel continúa con el relato.

-Al día de hoy, Esmund es un valiente capitán a pesar de su mala suerte y toda la gente del Folde Este lo ama. No es amigo de su primo Cenric y tiene motivos de sobra para pelear con el Tercer Mariscal pero es un hombre honorable y su lealtad le ha hecho ganar el respeto de su señor. Por otra parte, Mildryd intentó encontrar la paz en el campo de batalla y tomó la lanza y el escudo luego de la muerte de su esposo y sus hijos, convirtiéndose pronto en una escudera famosa por ser implacable. Ahora es una de las principales lugartenientes de Éogar y la capitana de su éored personal -narra el Señor de la Marca mientras os mira- Imagino que ya os hacéis una idea de a dónde nos lleva este relato: ¿Puede el destino de ambos volver a entrelazarse y así sanar sus espíritus al mismo tiempo que repara la grieta que los celos y el rencor han cavado entre la gente del Folde Oeste y del Folde Este?

Tras hacer una pausa para que podáis asimilar el relato, el Rey os vuelve a hablar de forma más directa.

-Necesito que mis Mariscales hagan las paces y que sus seguidores comiencen a pagar los wergelds por los daños y los perjuicios que se han causado entre ellos y así evitar futuras venganzas. Sin embargo, si se los ordeno directamente será una humillación para ambos y las luchas continuarán, solo un matrimonio entre las dos familias les podría proporcionar a esos orgullosos mariscales una razón para firmar la paz mucho mejor que la simple buena voluntad que hasta el día de hoy no fueron capaces de mostrar. Además, al ser eorlingas libres, Mildryd y Esmund tienen todo el derecho de negarse pero dudo que lo hagan, se conocen desde hace mucho y a pesar de estar separados siempre estuvieron en el pensamiento del otro, será más fácil convencerlos a ellos que a los señores a los que sirven.

Acto seguido el Rey se pone de pie y os habla con una voz clara y señorial aunque sin ningún tono imperativo.

-Por eso os he hecho llamar. Necesito la ayuda de personas de confianza que no tengan vínculos con el Segundo Mariscal ni con el Tercero, incluso que no sean miembros reconocidos de mi propia casa, y vosotros no solo habéis demostrado vuestro compromiso con el bienestar de la Marca sino que sois hábiles con las palabras por lo que he escuchado de vuestro pacífico encuentro con el cazador Imhar -os dice Thengel demostrando que está al tanto de todas vuestras proezas- Lo que os pido es que actuéis como mis mensajeros y les llevéis mi propuesta a los Mariscales. No seréis mis agentes y no tendréis ninguna autoridad real pero vuestro cometido oculto será intentar que Éogar y Cenric entren en razón y acepten. Si lo lográis, os prometo recompensaros generosamente por vuestro servicio -luego de sus palabras, el Rey vuelve a sentarse- Si tenéis alguna pregunta, podéis hacerla ahora y si queréis saber dónde encontraréis a los mariscales, Earn os lo dirá, en estos últimos días él se ha encargado de seguir los movimientos de Éogar y Cenric -agrega señalando con su mano al hombre de mirada penetrante que tiene a su izquierda- Por cierto, si aceptáis el trabajo que os ofrezco, Narieth os acompañará -inmediatamente centra su mirada en la elfa- Al igual que el resto, no tendrás ninguna autoridad Real pero tu presencia les asegurará a los mariscales que la propuesta proviene de mí. Además, al no formar parte del consejo lo verán más como una petición que como una orden.

Mientras el Rey alaba los actos del grupo con el que comparto mesa, la sensación de ser inútil aquí se acrecenta: "...demostrado compromiso...", "...hábiles con las palabras...",... esa gente se ha ganado la atención y la admiración de Thengel. Y por lo que escucho de la tarea que les encomienda, pone en sus manos gran parte de las esperanzas de paz del reino. No los envía a cazar orcos, o a esos salvajes dunledinos de los que a veces hablan con rabia los guerreros de esta tierra. Pero precisamente por eso, la tarea es aun más delicada que blandir una espada o apuntar una flecha. 

Siento la envidia de no ser digna de tal confianza en Edoras, cuando en mi tierra la propia Dama confió en mí una misión de importancia. 

Pero entonces, el Rey Thengel añade: "...si aceptáis el trabajo que os ofrezco, Narieth os acompañará." 

Noto cómo se me tensa el cuerpo al verme incluida en los planes. No solo eso, sino que mi papel será el de portavoz del propio Rey de Edoras. Es la oportunidad que estaba esperando desde hace meses. Miro fijamente a la gente con la que comparto mesa, ya que mi presencia en esa tarea está condicionada a que acepten ellos la misión. Espero que no me defrauden ahora.

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Y mientras esas gentes dan sus respuestas a la demanda de Thengel, miro a Earn sentado junto al Rey: sonrío cuando se cruzan nuestras miradas, ahora que sé a qué dedica esas salidas repentinas antes del amanecer, y sus cabalgatas lejanas.

Ante las respuestas de la familia real, no pude más que escuchar atentamente sin perder nada de lo que decían, toda la escena en donde nosotros debíamos dar nuestro parecer en cuanto a virtudes era una prueba que estaban haciendo sobre nosotros. Cuando el rey comentó la misión que nos encomendaba no supe si debía dar un paso adelante decidido y dar un discurso de agradecimiento o sólo asentir humildemente, incluso la incorporación de la doncella élfica fue una sorpresa. Respiré lentamente para tratar de calmarme y luego de que el Rey Thengel nos instara a responder, me levanté y opté por la segunda opción:

-Mi querido Rey, de nada valdrían mis palabras previas si no aceptara esta tarea que nos presenta ante nosotros. Por supuesto que en cuanto pueda ayudar, allí estaré para servir- dije y me volví a sentar.

Después de contestar la pregunta del Rey me siento en mi asiento y estoy escuchando atento lo que los demás tienen que compartir, como solía decir mi abuelo, manten siempre los oídos bien abiertos porque la sabiduría te puede llegar desde la persona más inesperada. Está claro que mis compañeros tienen la sabiduría de corazones noble y valerosos y cada consejo que dan lo atesoro en mi interior. Por otra parte, no conocí al anterior Rey de Rohan pero parece que el actual será un gran Rey que llevará a su pueblo por el camino de la prosperidad.

Cuando se termina la parte de las virtudes y el Rey retoma la palabra, por fín nos enteramos del motivo de la invitación, Rohan nos necesita para cerrar viejas heridas y en el nombre del Rey convertirlos en un pueblo más unido.

Durante unos segundos me quedo anonadado por la importancia de la misión que recae sobre nuestras espaldas, intentar evitar una guerra civil entre dos grandes facciones de la Marca.

Me fijo en el rostro de mis compañeros de andanzas y todo lo que hemos pasado juntos, noto como en mi interior crece la determinación de llevar a buen puerto esta empresa, ya que no hay nada peor que una disputa entre una misma familia, un mismo pueblo... nadie vence y todos pierden.

Me pongo en pie y dirigiendome al Rey hablo alto para que todos los presentes me escuchen. Es un honor volver a servir a Rohan, a su Rey y a su pueblo. Pondré todo mi empeño en estar a la altura de tan importante encargo. Le dedico una reverencia al Rey y me vuelvo a sentar.

Me pongo en pie, para que el rey vea que voy en serio.

- Señor de los jinetes, rey de Rohan, líder de la Marca. Es este un encargo por el que me siento honrado. Le prometo que no defraudaré la tarea que me ha impuesto. Vine aquí en calidad de aprendiz y enviado, y su confianza significa todo para mí. Le doy mi palabra: su pueblo terminará más unido tras el viaje. Yo, Galadan, hijo de Goldan, así lo digo en su salón, delante de su heredero, delante de su reina, delante de sus caballeros y delante de mis compañeros.

Y me siento, alzo mi copa y bebo.

Había estado muy callado durante gran parte de la reunión, pero no por no querer participar, sino que estaba contemplando el momento. Cuando era un niño soñaba con algo así, sentarme en la mesa del Rey, servir a Rohan, tener aventuras, cosas que la mayoría de niños sueñan. Con el paso del tiempo ese sueño parecía cada vez más lejano, yo no tenía las cualidades de los grandes héroes, tampoco su destreza. En algún momento de frustración llegué a pensar que era imposible, hasta que me di cuenta que solo pierdes en el momento en que dejas de luchar. 

 A veces puede parecer que soy arrojado en un extremo no tan positivo, pero soy así porque no estoy dispuesto a rendirme. El estar hoy aquí es el mejor ejemplo de los beneficios que llegan con el esfuerzo y la determinación necesarias. Por eso saboreé este momento, atesorando cada palabra, cada imagen en mi memoria, estaba cumpliendo un sueño. 

Uno a uno mis compañeros se levantaaron y con valentía aceptaban la misión que el Rey Thengel nos había puesto. Una misión de suma importancia para Rohan, una misión que podía evitar un conflicto interno del que solo se podrían sacar cosas negativas. 

Luego de las palabras de Galandan decidí que era momento de dejar de pensar y comenzar a formar parte de este momento. Me puse de pie, apreté mi puño y lo llevé a mi corazón. -Mi Rey, no hay honor más grande para un hombre que ayudar al bienestar de su pueblo. Mi vida y mi espada son vuestras. Dije con determinación y volví a sentarme para que otro compañero tomara la palabra. 

Me mantengo en silencio, frenando todos mis instintos hasta que veo que mis compañeros empiezan a comer y es entonces cuando puedo relajarme un poco y tomar breves sorbos de la copa. Debía mantener el tipo ante el Rey, después ya habría tiempo para festejos. Intervengo de vez en cuando con asentimientos de cabeza en los momentos clave a lo largo de la conversación. Pienso en intervenir cuando el joven príncipe pregunta por los valores que hacen al hombre.

Cuando escucho al resto de mis compañeros no veo la necesidad de intervenir en esa parte de la conversación puesto que ellos ya han enunciado los valores más destacados que hacen un hombre pero aún así siento la necesidad de hablar:-Mi joven príncipe, mis compañeros hablan de honor, valor, perseverancia, lealtad y demás valores muy importantes para ser un gran hombre. Sin embargo, se han olvidado de mencionar uno de ellos. Por supuesto no es nada malo, puesto que ellos mismos los llevan integrados en su ser. Desde mi parecer la esencia de todos los valores mencionados aquí hoy son que los modales hacen al hombre.-dejo que la elocuencia de mis palabras entre en el pequeño cuerpo del príncipe:-Su señoría aprenderá a lo largo de su vida a tratar muchos tipos de modales y de personas y por ello debe tener los modales de un buen hombre, entonces aprenderá lo que significan los valores mencionados por mis compañeros.-

Una vez terminé mi intervención volví a mi silencio y seguí escuchando al Rey.

El siguiente tema que engloba la conversación es la disputa entre los Mariscales de los Foldes Este y Oeste, una disputa que tiene su origen hace unos años atrás. La petición del Rey es sencilla, sin embargo llevarla a buen termino sí que sería difícil. Escuché atentamente toda la historia del romance entre los Hijos de los Mariscales y es entonces cuando doy un buen sorbo a la copa, dejándola vacía, para acallar los fantasmas del pasado. Cuando hubieron terminado los monólogos de ambos reyes, el Rey Thengel nos pide lo que nos pide de hacer. 

Uno por uno mis compañeros aceptan la misión con más o menos palabras y llegaba mi turno de hablar:-Yo Aldor, Rohirrim de la Marca, cumpliré con la petición de sus señorías y junto a mis compañeros traeremos la paz a Rohan.-enuncio mientras llevo mi puño derecho a mi pecho y me inclino ante los Reyes de Rohan. Una vez vuelvo a estar erguido me siento a esperas de que alguien haga alguna pregunta. 

Aunque el Rey permanece impasible mientras habláis, todos podéis notar que parece relajarse e incluso sentirse aliviado al escuchar que cuenta con vuestra colaboración. Una vez que todos habéis terminado de hablar, Thengel vuelve a tomar la palabra.

-Me alegra saber que la Marca todavía cuenta con personas que buscan el bien común, ya sean originarios de esta tierra o de otros pueblos. Independientemente de los resultados, vuestros esfuerzos serán recompensados -dice señorialmente el monarca para luego girarse hacia su consejero de mayor confianza- Earn, cuéntales lo que sabes.

Tras asentir respetuosamente y en silencio, el consejero centra su mirada en vosotros y comienza a hablar.

-Cenric abandonó Alburg hace menos de una semana y junto con una escolta de jinetes estuvo visitando los puestos de guardia que custodian el Anduin, ahora mismo se encuentra en las planicies de Estemnet revisando el estado de sus rebaños aunque no os costará mucho encontrarlo ya que tiene más cabezas de ganado que todos los señores del Folde Este juntos. Esmund está junto con él aunque a veces se adelanta con sus hombres para patrullar el área -os dice el consejero- En cuanto a Éogar, hace unos días partió del Abismo de Helm y ahora se encuentra en los fuertes de los Vados del Isen, haciendo planes para la primavera y el verano junto con sus capitanes, planes que incluyen tácticas para repeler incursiones dunlendinas y también ataques preventivos. Como su lugarteniente de confianza y capitana de su propia éored, Mildryd se encuentra siempre a su lado -agrega Earn- Si os interesa mi consejo, os recomiendo visitar primero a Cenric antes de que lleguen las primeras lluvias primaverales aunque la decisión queda en vuestras manos, después de todo tendréis que visitar a ambos.

Tras la explicación de Earn, es la Reina quien os habla.

-Antes de hablar con Éogar deberíais intentar ganaros la aprobación de su esposa Esfled. El Segundo Mariscal es un hombre orgulloso y a veces terco pero ama mucho a su esposa y ella es una de las pocas personas que puede hacerle ver las cosas desde otra perspectiva. Además, no tendréis que desviaros de vuestro camino ya que aunque no le gusta la belicosidad de su esposo, Esfled le acompaña durante la mayoría de sus viajes -os aconseja la Reina Morwen- Y con respecto a Cenric, de seguro estará acompañado por Gálmód, su hijo adoptivo y consejero de confianza. Sed cautelosos, es un hombre demasiado astuto e inteligente y aunque no es una mala persona como algunos creen, su lealtad es primero hacia su señor -aunque su tono de voz no ha cambiado, podéis notar que a pesar de todo parece que la Reina le tiene cierto respeto al tal Gálmód.

-A pesar de la opinión que podáis haceros de Gálmód, si lográis hacerle ver lo provechoso que podría ser tanto para la Marca como para Cenric acabar con esta inútil enemistad, contaréis con un buen apoyo a la hora de convencer al Tercer Mariscal -agrega el Rey- Pero ya es suficiente política por el momento, disfrutad de la comida y de la bebida ya que lamentablemente puede que este sea el último momento de solaz que tengáis en un tiempo. Aún así, si queréis marcharos ahora mismo, podéis hacerlo con mi permiso.

Escuché con atención las palabras del Rey, la Reina y Earn, pues no quería perder ningún detalle que pudiese resultar de utilidad para nuestra misión. No iba a ser sencilla, nunca es sencillo lograr que dos hombres con poder pongan su orgullo de lado sin que se sientan débiles al hacerlo. Por suerte, había algo que podía ayudarnos, una historia de amor sin final feliz que tenía una nueva oportunidad. Si lográbamos recordarles a Esmund y Mildryd lo que sentían el uno por el otro uniríamos nuevamente a las personas del Folde Este y Oeste.

Si bien la relación de Esmund con Cenric no era la mejor, él tenía algo más importante que una amistad con su señor, el respeto, admiración y cariño de su pueblo. Cenric no podría ir en contra de su primo sin arriesgarse a perder el favor de su gente. Eso sí, el hijo adoptivo de Cenric jugaría un papel importante y su relación u opinión de Esmund aun más.  Por otro lado, Mildryd era la capitana de Éogar, sería poco inteligente que se fuera en contra de su famosa escudera. Además, si su esposa era romántica podríamos convencerla de apoyar la historia de amor.

Luego de procesar la información, analizando los posibles caminos a tomar algunas dudas necesitaban respuesta y este era el momento para conseguirlas. -Mi Rey, mi Reina, agradezco la información que tanto ustedes como Earn nos han proporcionado. Comencé a decir inclinando la cabeza en señal de reverencia y gratitud. -Varias ideas ya han comenzado a brotar en mi mente, pero también algunas preguntas. Esperé la aprobación de los reyes de Rohan y continué. -Cuando Esmund y Midryd se separaron para tomar caminos y esposos diferentes ¿cuál fue la reacción de Midryd? Ya que sería importante saber si existe algún resentimiento por su parte. En cambio, sobre el hijo adoptivo del Mariscal Cenric ¿tienen alguna información sobre su relación con Esmund? Perdonadme si mis preguntas son ingenuas o innecesarias, pero conocer eso podría ayudarnos en nuestra misión. 

Al terminar aguardé expectante la respuesta a mis preguntas y la opinión de mis compañeros. 

-No creo que haya resentimiento entre Mildryd y Esmund y si lo hubo, hace años se disipó -responde la Reina- Ambos eran muy jóvenes cuando se casaron siguiendo los deseos de sus padres y hasta ese momento no tenían ninguna relación formal. Además, las pocas veces que se encontraron en Edoras cuando sus señores fueron llamados a Meduseld, siempre mantuvieron un buen trato.

-En cuanto a Gálmód y Esmund, aunque suelen tener diferentes opiniones, no hay enemistad entre ellos y se respetan, más que nada porque ambos son conscientes de que cada uno tiene aptitudes distintas. Gálmód tiene talento para la administración y el comercio mientras que Esmund es un gran capitán con habilidad tanto para luchar como para dirigir a sus hombres -interviene el Rey Thengel- Además, Gálmód no es tonto y sabe que es muy probable que Esmund se convierta en el Señor del Folde Oeste luego de que Cenric fallezca, y si mantiene una mala relación con él pues su posición y su puesto como consejero peligrarán.

Tras demasiados soles y lunas entre los muros de la ciudad, la necesidad de cabalgar al aire libre me invade el cuerpo. Nunca había utilizado los caballos en mi juventud, pero aquí en Rohan ha sido un aprendizaje sorprendentemente agradable.

Como a veces me cuesta entender la forma de pensar de los mortales, no encuentro preguntas que hacer a los señores respecto a Esmund o Mildryd: sólo la acción y el ansia por partir me invaden la mente.

Sin embargo, asegurarme de cumplir correctamente mi función como Voz del Rey sí me preocupa. Después de todo fui enviada aquí como Emisaria del Bosque Dorado, y eso no lo podía dejar en manos del azar.

- Rey Thengel, Reina Morwen, entiendo que nuestra tarea deberá realizarse a través de la negociación y el mutuo acuerdo. De otra manera, el pretendido matrimonio sería una mentira, no un gesto de paz, y serviría para crear heridas en vez de para cerrarlas. Pero eso no excluye que la Corte de Rohan lo desea y lo bendice, y creo que sobre ese aspecto no debe quedar duda entre las personas de influencia que han nombrado. ¿Podremos contar con algún icono de la voluntad del Rey, para apoyar nuestras palabras y razonamientos? ¿Quizás un símbolo de la Casa Real, o algún documento con un sello reconocible?

Atendí a la respuesta de los reyes ante la pregunta de Eothred. Era una pregunta correcta y bien hecha pues era necesario saber si aún había cordialidad en sus encuentros:-Entonces, no es extraño suponer que todavía pueda existir algo más que cordialidad y amistad entre ellos.-dije en voz alta pensando que estaba hablando en pensamientos. Cuando me dí cuenta de que había hablado en voz alta, respondí:-Disculpad, estaba cavilando en mis pensamientos. Pero no es excusa ni una mala suposición.-

Cuando Narieth intervino, asentí a modo de que comulgaba con su linea de pensamiento. 

Escucho en silencio todo lo que los reyes y Earn tienen que decirnos, guardo cada palabra pronunciada en  mi mente por si nos puede servir de ayuda en la empresa que vamos a comenzar.

Veo como mis compañeros van haciendo preguntas para encontrar la mejor repuesta al problema que tenemos por delante, reconozco que no estoy nada comodo con este nuevo trabajo, nunca me han gustado las intrigas políticas y menos cuando estoy en un pais extranjero del cual no conozco todas sus costumbres. Cuando comenzamos la busqueda del trol me sentía que estaba haciendo algo bueno por la gente aunque arriesgara mi vida, era un objetivo claro pero ahora estoy un tanto desconcertado y solo espero no defraudar al Rey y a mis amigos en los eventos venideros.

Por el momento espero a que compañeros de fatiga espongan sus planes de acción antes de dar mi opinión.