Partida Rol por web

Juramentos de la Marca de los Jinetes - Amanecen días rojos

Capítulo 4: Incursores del Río

Cargando editor
10/12/2018, 21:04
Aldor

Tras levantar el campamento al romper el alba, para aprovechar al máximo el día, emprendemos el galope hacia el Oestenmet. Avanzamos sin contratiempos y a medida que avanza el día nosotros también lo hacíamos. Al caer la noche, montamos un pequeño campamento a los pies de un aliso. Cenamos tranquilamente y establecemos las guardias para pasar la noche. 

Al día siguiente emprendemos la marcha pero vemos en el horizonte una tormenta muy fea y después de hablar decidimos separarnos, Eothred decide ir al norte y Barald por su parte hacia el oeste:-Yo me quedaré con los caballos para evitar que se dispersen por la tormenta.-digo mientras veo como Eothred y Barald se alejan. 

- Tiradas (1)
Cargando editor
16/12/2018, 10:44
Director

Mientras que Aldor, Galadan y Heruwyn se quedan en el lugar cuidando cualquier cosa que os podría ralentizar, el resto os marcháis a toda prisa y en diferentes direcciones. Sin embargo, cuando Barald se dispone a marcharse, tanto él como Aldor descubren que a la vera del camino hay unas huellas recientes de ovejas, lo que sin duda indica que en los alrededores debe haber por lo menos algún pastor, y por eso el beórnida las sigue yendo curiosamente en la misma dirección que en un principio había pensado tomar.

Luego de explorar los alrededores, Dengal se ve obligado a regresar con el grupo ya que no encuentra ningún lugar donde guaresceros aunque por fortuna el resto tenéis mejor suerte. Eothred avanza en dirección norte y gracias a sus conocimientos de la región se encamina hacia una achatada colina desde la cual puede escrutar los alrededores, vislumbrando así un pequeño asentamiento al suroeste de su posición. Con la mirada fija en las erráticas huellas del ganado ovino, Barald consigue no solo no perder el rastro sino que también logra descubrir que proceden de una finca cercana, la cual alcanza a avistar en la lejanía. Por último, Narieth se encamina en dirección noroeste y siguiendo sus agudos sentidos élficos avanza hasta llegar a las cercanías de una granja compuesta por un par de casas, la cual según lo que logra ver es más que apta para brindaros refugio.

A pesar de que regresáis con el grupo a diferente tiempo, al cabo de media hora todos os volvéis a reunir y no tardáis en compartir vuestros hallazgos, los cuales curiosamente resultan tratarse de la misma granja. Sin perder más tiempo, os encamináis hacia el pequeño asentamiento pero justo a mitad del camino la tormenta os alcanza y descarga toda su furia contra vosotros. La gruesa cortina de lluvia no solo no os permite ver que hay más allá del alcance de vuestras manos sino que os impacta con tal fuerza que vuestras monturas se muestran reacias avanzar e incluso se encabritan, y eso sin contar que el aguacero lleva consigo el frío de las montañas y que no tarda en calaros hasta el tuétano.
Por fortuna, al final todos lográis llegar hasta la granja donde sois recibido desde el umbral de la puerta de la casa más grande por el anciano patriarca de la familia quien, además de permitiros ingresar, les ordena a cuatro de sus jóvenes nietos que lleven vuestras monturas hasta los establos. Una vez dentro, os quitáis las empapadas capas y os acomodéis junto al fuego del hogar central mientras que tres mujeres, dos de mediana edad y otra de la misma edad que el anciano, os entregan a cada uno un cuenco con una modesta sopa, la cual es más que suficiente para quitaros el frío del viaje.
Tras calentaros gracias al fuego y la sopa y luego de agradecerle la hospitalidad al viejo, comenzáis a charlar amenamente con él, descubriendo así que la granja le pertenece a su familia y que las otras dos casas que hay junto a la que estáis son de sus dos hijos. Sin embargo, como estos son guerreros que sirven a Éogar, ahora están fuera y sus esposas y sus hijos viven con ellos. Por vuestra parte, le contáis que viajáis siguiendo órdenes del Rey Thengel e inmediatamente el anciano se sobresalta y le pide a su esposa que cocine algo más para tan importantes huéspedes y aunque finalmente lográis convencerlos para que no lo hagan, no os queda más remedio que compartir con ellos una botella de hidromiel que el viejo guardaba para una situación especial ya que este no acepta un no como respuesta.
Luego de una amena velada en la que intercambiáis noticias, opiniones e historias, al llegar la hora de dormir la familia coloca unas pieles junto al fuego debido a que no hay camas suficientes para todos y tras dejar vuestras armas a vuestro lado y quitaros las armaduras y las botas, os recostáis en ellas no tardando demasiado en conciliar el sueño gracias al acogedor calor del hogar.

A la mañana siguiente os despertáis con los primeros rayos de sol y después de compartir el desayuno con la familia, os preparáis para continuar con el viaje descubriendo así que la tormenta ha pasado y que ahora el cielo está parcialmente despejado. Una vez listos, os despedís de vuestros anfitriones y reanudáis la marcha con ánimo debido a la apacible noche que habéis pasado aunque Eothred y Heruwyn no tardan en percatarse de un continuo dolor en los músculos de sus brazos, el cual se debe a la guerra que les han dado sus nuevas monturas.

Para recuperar el tiempo que habéis perdido con la tormenta, cortáis camino a través del campo y al cabo de unas horas llegáis al vado del Río Nevado, desde donde podéis ver claramente los túmulos de los antiguos Reyes de Rohan y la ciudad de Edoras. Aunque por un instante os tienta la idea de hacer una parada en la capital de la Marca, al final os dais cuenta que solo os retrasaría y por eso comenzáis a andar por el Gran Camino del Oeste en dirección a los Vados del Isen. A pesar de que el viejo camino gondoriano ha visto tiempo mejores, al estar empedrado y encontrarse bien cuidado avanzáis rápidamente y al finalizar la jornada conseguís recorrer dos tercios de él, deteniéndoos a un par de horas de distancia de el Abismo de Helm, la célebre fortaleza de Rohan y el hogar de Éogar.
Sabiendo que la noche no tardará en caer, examináis los alrededores y decidís acampar en la periferia del bosque que hay al sur, a unos pocos minutos del camino, el cual os proporcionará reparo contra el frío viento de las Montañas Blancas. Al llegar al lugar escogido, os bajáis de vuestros caballos y mientras que la mayoría comenzáis a montar el campamento, Aldor y Barald se adentran en el bosque con intención de cazar algo que os permita complementar vuestras mermadas raciones.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Todos: Aquí comienza vuestra segunda secuencia de peligro. Sin embargo, en este caso los únicos que tienen que tirar son cazadores (Aldor y Barald), los cuales deben hacer una tirada de Cazar a NO 14. Si cualquiera de los dos consigue un éxito no sucede nada pero si los dos sacan un fallo, agarraos que vienen los problemas xDD.

Eothred y Hewuwyn ganan un punto de Cansancio (en realidad son dos pero al viajar con caballos se reducen a la mitad), los cuales no podrán eliminar hasta que descansen adecuadamente al finalizar el viaje.

Aldor y Eothred ganan el primer punto de avance en el grupo Supervivencia. Narieth gana el primer punto de avance en el grupo Percepción.

Cargando editor
17/12/2018, 12:55
Barald Viento de Lanza

La suerte está de nuestro lado, a pesar de que una gran tormenta se desata sobre nuestras cabezas conseguimos encontrar una granja donde el patriarca nos brinda su hospitalidad y la de su familia.

Cuando la mañana llega noto mi cuerpo recuperado de los rigores del viaje y con el ánimo por todo lo alto y después de agradecer la ayuda prestada nuestros nuevos amigos, retomamos el camino ya que el tiempo apremia

- Tiradas (1)

Notas de juego

¿puedo esperar a la tirada del compañero para ver si la pasa y en caso de que no gastar esperanza o la esperanza hay qué gastarla justo después de la tirada?
 

Cargando editor
18/12/2018, 01:27
Director

Notas de juego

Normalmente se decide después de hacer la tirada pero como en este caso un fallo os afectaría a todos, te permito esperar hasta que Nerghan haga la suya.

Cargando editor
18/12/2018, 08:17
Aldor

El dia anterior había sido bastante duro: la tormenta nos había alcanzado poco después de encontrar un refugio, gracias a los esfuerzos de Barald y Narieth, en una granja de ovejas no muy lejos de donde empezamos a buscar. Pasamos una agradable velada con la familia y hubo hidromiel, utilicé toda mi voluntad para contenerme y beber sólo un par de vasos de ese néctar de los dioses y no desfasar. 

A la mañana siguiente nos despertamos con un cielo despejado, en su mayoría, y con un buen trecho que recuperar, por culpa de la tormenta. Agradecimos la hospitalidad mostrada y emprendimos la marcha hacia Río Nevado, desde donde podemos ver claramente los túmulos de los antiguos Reyes de Rohan y la ciudad de Edoras. Comenzámos a andar por el Gran Camino del Oeste en dirección a los Vados del Isen. A pesar de que el viejo camino gondoriano ha visto tiempo mejores, al estar empedrado y encontrarse bien cuidado avanzamos rápidamente y al finalizar la jornada conseguimos recorrer dos tercios de él, deteniéndoos a un par de horas de distancia de el Abismo de Helm, la célebre fortaleza de Rohan y el hogar de Éogar.

Quedaban pocas horas para el anochecer y decidimos acampar en al linde del bosque y mientras el resto montaban el campamento, Barald y yo nos fuimos a cazar algo para cenar esa noche y reponer las raciones gastadas. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

No gastes esperanza que por una vez los dados me acompañan. XD

Cargando editor
19/12/2018, 06:06
Director

Tras haber conseguido atrapar dos liebres, Aldor y Barald continúan con su cacería pero de repente el jinete de cabellos oscuros se detiene en seco al oír un ruido entre los arbustos cercanos y también varios gruñidos en los alrededores. Dándoos cuenta de que estáis a punto de caer en la emboscada de una manada de lobos, comenzáis a retroceder lentamente para luego marcharos a la carrera en dirección hacia el campamento. Aunque en vuestra huida uno de los lobos os corta el paso, Aldor lo despacha rápidamente de un hachazo permitiéndoos no solo continuar sino haciendo que el resto de la manada pierda el interés en vosotros. Agitados y con algunos rasguños causados por los arbustos o las ramas más bajas de los árboles, finalmente llegáis al campamento y le informáis al resto lo sucedido aunque luego de discutirlo brevemente, llegáis a la conclusión de que es poco probable que los lobos vuelvan a intentar atacaros pero aún así coincidís en que lo mejor sería doblar las guardias y alimentar más la fogata para que el fuego ahuyente a cualquier otro depredador.
Después de hacer un estofado con las liebres que han cazado Aldor y Barald y de asignar las guardias, os retiráis a dormir con las armas al alcance y esperando que no surja ningún otro problema.

Por fortuna y en contra de lo que esperabais, la noche transcurre sin incidentes y al despertaros con el alba desayunáis ligeramente para luego levantar el campamento y retomar vuestro camino hacia los Vados del Isen. El resto del viaje resulta ser tranquilo y agradable aunque Aldor comienza a sentir que las fuerzas le abandonan con cada paso que da hacia el oeste, probablemente a causa de sus dolorosos recuerdos, mientras que Barald y Narieth empiezan a sentirse cada vez más doloridos, sobre todo en la parte de los brazos y las posaderas, ya a diferencia de los demás no están acostumbrados a los viajes a caballo. Por otra parte, Eothred y Heruwyn consiguen conectar con sus nuevas monturas y ahora estas obedecen sus órdenes pero aún así el cansancio de las primeras jornadas permanece en ellos.

Un par de horas después del mediodía, tras haber dejado atrás primero el camino lateral que lleva al Abismo de Helm y luego el que desemboca en el poblado de Bosque Sombrío, alcanzáis a ver a la distancia que una figura a caballo avanza a toda velocidad por la calzada gondoriana y que no tardará mucho en alcanzaros. A medida que vosotros y el jinete vais acortando distancias, os dais cuenta primero que se trata de alguien originario de la Marca por su forma de vestir, luego que va ataviado para la guerra y finalmente que se trata de una mujer, más precisamente de una muchacha. Además, al no ver a nadie que la persiga, llegáis a la conclusión de que debe ser una mensajera.

A pesar de estar cada vez más cerca de vosotros, la joven no da señales de detenerse pero una vez que solo seis metros os separan, la muchacha tira con fuerzas las riendas de su montura haciendo que su caballo se encabrite y lance un fuerte relincho, lo cual no parece preocuparle ya que esta se mantiene estoicamente y con habilidad sobre la silla.
Una vez que el caballo vuelve a apoyar sus cuatro patas en el suelo, podéis ver con más claridad a la joven. Se trata de una muchacha apenas mayor que Dengal y Eothred aunque de no más de diecionueve inviernos, esbelta, de rostro redondo y con unos ojos azules que brillan con la energía propia de la juventud. Va vestida con unas botas de cuero, unos pantalones rojos, una camisa verde claro con bordes y detalles en amarillo, una capa a cuadros y de dos tonos verdes cerrada con un par de broches dorados, dos pendientes de oro a juego con los broches de la capa y una cinta de seda verde en la sien que sostiene sus largos y sueltos cabellos rubios. Por último, va protegida con un jubón de cuero, en su cinto lleva una espada a su siniestra y una daga a su diestra, y en la silla de su montura hay atada una lanza y penden un escudo redondo y un capacete de hierro y cuero.

Aunque ninguno de vosotros la habéis visto antes, Aldor, Dengal, Eothred y Heruwyn la reconocen por su aspecto. Se trata de Rynelda, la sobrina de Grimborn, Señor de Bosque Sombrío, y la mensajera predilecta de Éogar y de todos los señores del Folde Oeste debido a su neutralidad en las disputas políticas y la rapidez en su trabajo.

Cargando editor
19/12/2018, 06:09
Rynelda

Después de tomarse unos segundos para recuperar el aliento, finalmente Rynelda os habla.

-Saludos, viajeros -os dice levantando su mano izquierda mientras su montura resopla- No os conozco pero si sois buenas personas que desean el bienestar de la Marca, os solicito que ayudéis al Mariscal Éogar. Si os interesa colaborar, reuniros con Grimborn en su campamento en los Vados del Isen, él os explicará la situación.

Tras hablaros, la joven mensajera se prepara para continuar con su frenético viaje aunque por su forma de actuar intuís que la única manera de convencerla para que os de más información sería mediante una buena razón, o tal vez unas convincentes pero directas palabras.

Notas de juego

Todos: Rynelda está a punto de marcharse así que podéis elegir entre dejarla continuar o pedirle más información. En este último caso, necesitaréis una razón de peso o una tirada exitosa de Impresionar o de Inspirar (Persuadir, Cantar o Acertijos no sirven ya consumen más tiempo y la mensajera no está dispuesta a esperar). Además, debido a la situación, si tenéis éxito en la tirada (o usáis un sólido pero breve argumento) solo podréis hacerle una pregunta.

Aldor, Barald y Narieth ganan un punto de Cansancio. En resumen, al finalizar el viaje todos menos Dengal y Galadan tienen un punto de Cansancio, el cual no podrán eliminar hasta que descansen adecuadamente.

Aldor gana el segundo punto de avance en el grupo Supervivencia.

Cargando editor
19/12/2018, 06:33
Director

Notas de juego

Como ha pasado bastante tiempo desde el comienzo de la partida, te recuerdo que tu personaje conoce al tal Grimborn:
Debido a su colaboración monetaria en la reconstrucción de las granjas del Valle del Folde Oeste (gastaste puntos de Tesoro para aumentar el Estatus de tu personaje), antes del comienzo de esta aventura Dengal asistió a un banquete en Meduseld en honor a los que murieron a manos del troll de las Montañas Blancas. En este, entonaste una canción que relataba vuestra cacería del troll y llamaste la atención de Grimborn, el Señor de Bosque Sombrío, quien te invitó a compartir mesa con él y con el cual además intercambiaste historias, canciones y anécdotas.

Cargando editor
19/12/2018, 13:18
Dengal

Me sorprendo al ver a una joven algo mayor que yo dominar con tanta habilidad un corcel, creo que incluso tiene más habilidad que mi hermano mayor. Pero el nombre de Grimborn y su petición para ir con él llaman mi atención y me hace adelantarme a mis compañeros.

-Saludos, joven mensajera, mi nombre es Dengal y soy amigo de Grimborn. No necesito razones para ir en ayuda del Mariscal Éogar o del Señor de Bosque Sombrío, pero si nos dices lo que sucede podremos ir mejor preparados ante cualquier cosa que pueda suceder.

- Tiradas (1)
Cargando editor
19/12/2018, 14:42
Narieth Linduin

Veo en esta joven apresurada un recuerdo de mi misma. Yo también me encargaba de entregar mensajes desde las fronteras, deseosa de transmitirlos cuanto antes a sus destinatarios. Considero que poca información podrá darnos que no vayamos a averiguar ya en el campamento al que nos dirige, y entretenerla sólo la distraerá de su objetivo, sin un gran beneficio para nosotros. Cuanto antes lleguemos a los dominios del tal Grimborn, antes podremos saber la gravedad de lo que pasa y podremos ayudar.

Me dispongo a proseguir nuestro viaje, esta vez forzando la marcha si fuera necesario para llegar lo antes posible a nuestro nuevo destino.

Compañeros -pregunto a los demás- ¿sabéis llegar a los Vados del Isen? ¿Debemos desviarnos del camino o hemos de proseguir por él? En todo caso, quizás debamos azuzar a nuestras monturas para ganar todo el tiempo posible, no fuera a ser que la necesidad del Mariscal precise de ayuda urgente. 

Cargando editor
20/12/2018, 16:53
Barald Viento de Lanza

Las largas horas sobre mi montura me empiezan a hacer mella, noto mi cuerpo cansado y los músculos doloridos, miro con asombro a algunos de mis compañeros ya que no parecen notar la fatiga de este largo viaje.

Mientras que avanzo absorto en mis pensamientos veo aparecer en la lejanía un jinete que galopa como si el mismiso señor oscuro lo persiguiese. Al llegar a nuestro lado veo sorprendido que es una joven mujer, está claro que toda la gente de Rohan tiene una relación especial con los caballos.

Después de escuchar su petición de ayuda y las intervenciones de Dengal y Narieth me dirijo a la desconocida. -Somos buenas personas y deseamos lo mejor a la Marca y como ha dicho mi amigo ayudaremos en lo que esté en nuestras manos pero sería justo que al menos nos dijeras el asunto por el que es necesaria nuestra colaboración. Le comento mirandole a lo ojos y espero pacientemente su respuesta.

- Tiradas (1)
Cargando editor
30/12/2018, 09:45
Rynelda

Al escuchar vuestras palabras, Rynelda decide responderos en lugar de espolear a su caballo y continuar con su viaje.

-Hace dos días y aprovechando la niebla y la oscuridad, un grupo de dunlendinos se escabulló en el campamento de Éogar y raptó a su esposa Esfled. Al descubrirlo, el Mariscal y sus hombres comenzaron a peinar toda la región aunque también le envió un mensajero a mi tío Grimborn con la orden de reunir a todos los hombres posibles para ayudar en la búsqueda -os relata la joven- Por mi parte, viajo a Edoras para avisarle al Rey de la situación y solicitarle refuerzos.

Tras explicaros la situación, Rynelda clava sus talones en los costados de su montura y se marcha a toda velocidad.

-¡Seguid por el camino y llegaréis al campamento de mi tío al atardecer! -os grita la mensajera mientras se aleja cada vez más de vosotros.

Notas de juego

Todos: Este turno es por si queréis comentar algo entre vosotros. Después de año nuevo os pondré el siguiente con vuestra llegada al campamento de los Vados.

Cargando editor
01/01/2019, 23:49
Narieth Linduin

- Démonos prisa entonces, compañeros, hacia el campamento de Grimbold. Pidamos un último esfuerzo a nuestras monturas, ya que si hemos de ayudar en la caza de los secuestradores, cualquier tardanza enfriará los rastros.

 Pongo a mi caballo en marcha junto a los demás, esta vez siguiendo el camino a buen ritmo, como nos ha indicado Rynelda la mensajera.

Cargando editor
02/01/2019, 15:16
Eothred

Tras asimilar la información Eothred lanza un largo suspiro y dice:

-Si esos dunlendinos estan por la zona el sitio mas seguro, ahora mismo, es el campamento. No penseis que tengo miedo, pero no quiero que me rajen el cuello mientras duermo.

Cargando editor
05/01/2019, 11:55
Barald Viento de Lanza

Parece que los problemas se van acumulando, debemos intentar cooperar con el rescate de la dama.

Cuando veo que  algunos de los compañeros se ponen en marcha esposo mi caballo y les sigo.

Cargando editor
05/01/2019, 12:59
Aldor

Parecía que La situación en Oestenmet era peor de la que podíamos imaginar, un grupo de dunledinos había capturado a la esposa del Mariscal, según nos había contado la joven Rynelda y su tío estaba en busca de guerreros para peinar los bosques y encontrar a los dunledinos. 

Todos están dispuestos a buscarlos, como dicta el código de honor, y nos vendrá bien para nuestra misión. Sin más dilación le doy unos golpecitos a Orlin en los costados para que reanudara la marcha y encontrar al Grimborn y que nos dé más detalles. 

Notas de juego

Perdón por el retraso

Cargando editor
07/01/2019, 02:04
Director

Apurando a vuestras monturas, continuáis con el viaje y tal y como os dijo Rynelda, justo cuando el sol comienza a ocultarse en el horizonte alcanzáis a ver el campamento de Grimborn. Sin embargo, a diferencia del de Cenric, en este no hay pastores ni ganado sino que de acuerdo con las tiendas, los caballos y la gente bien armada que va de un lado a otro imagináis que debe estar compuesto por casi un centenar de jinetes listos para el combate.

Al acercaros más, rápidamente sois abordados por los centinelas montados y luego de decirles que habéis venido por pedido de Rynelda, estos os escoltan hacia el interior del campamento, más precisamente al centro de este. Después de atar a vuestras monturas en unos postes que han sido colocados hace no más de un día, los centinelas os guían hasta una fogata en la que están sentados tres hombres de porte imponente y ataviados para la guerra. Dos de ellos parecen capitanes veteranos pero el que más os llama la atención es el que está en medio, un hombre de unos cuarenta años mucho más fornido que Aldor y Barald, de rostro serio, ojos azules, barba anudada y cabello atado de una tonalidad entre el rubio y el castaño muy claro, va ataviado con una pesada y resistente cota de malla, lleva en sus hombros una capa hecha de piel de lobo y en su cinturón pende una excelente espada. Aunque solo Dengal lo conoce en persona, el resto no tardáis en imaginaros que se trata de Grimborn, el Señor de Bosque Oscuro.

Cargando editor
07/01/2019, 02:04
Grimborn

-¿Todos los hombres de las granjas de Oestemnet han sido avisados? -le pregunta Grimborn a uno de sus capitanes.

-Los mensajeros están en ello aunque debido a la distancia tardarán en avisarles a todos. Aún así, cada día llegan más hombres -le responde el capitán que está a la derecha.

-Bien -responde el Señor de Bosque Oscuro para luego girarse hacia el otro capitán- ¿Y mi amigo Elfthain? ¿Vendrá con sus guerreros?

-Si, mi señor, pero tardará unos días en convocar a los suyos y prepararlos para marchar -dice el capitán de la izquierda.

-En ese caso, podéis continuar con vuestras obligaciones, que parece que tengo invitados -dice Grimborn al percatarse de vuestra presencia.

Luego de que los capitanes se marchan, Grimborn se pone de pie y después de intercambiar unas palabras con los centinelas, estos regresan a sus puestos dejándoos a solas con el noble de Rohan.

-Así que os habéis cruzado con mi intrépida sobrina -os dice con seriedad mientras camina lentamente frente a vosotros y os examina con la mirada- Sois un grupo pintoresco… ¿Dengal?

Grimborn se detiene al ver a vuestro compañero e inmediatamente le da una fuerte palmada en la espalda que no solo hace el joven bardo pierda el equilibrio y por poco no caiga al suelo sino que también le deja sin aire.

-¡Jajaja! Si es mi buen amigo el bardo -dice el rohirrim tras lanzar una sonora carcajada- Si sois amigos de Dengal sois amigos míos. Venid, sentaros junto al fuego y contadme que os trae hasta los confines de la Marca.

Cargando editor
09/01/2019, 08:25
Aldor

Orlin ya empezaba a estar agotado tras el intenso viaje que realizamos antes de llegar aquí pero consiguió fuerzas y me llevó hasta el campamento de Grimborn, al desmontar y atarlo a uno de los postes le dije en voz baja que le traería un buen cubo con agua fresca y un saco de manzanas como recompensa por el esfuerzo. Le aflojé las ataduras de las silla de montar para que no le hicieran daño y seguí al resto hasta conocer a Grimborn.

Era un hombre fornido, incluso más que yo y puede que más que Barald, cosa que a los dos me sorprende, pues ya nos considerábamos muy fornidos. El hombre reconoció a Dengal y del golpe que le dio casi desmonta al pobre bardo. Miré al resto y con una sonrisa en el rostro me senté junto al fuego para hablar con ese hombre. 

Cargando editor
09/01/2019, 09:51
Narieth Linduin

Un hombre imponente, este Grimborn, sin duda un gran capitán de guerreros. En comparación con Cenric, ahora veo por qué los rohirrim son considerados una fuerza tan imponente en batalla: ni siquiera un troll podría resistir indemne un golpe de este hombre, cargando con su montura y empuñando una gran lanza de fresno. 

Considero, dada la situación de familiaridad de Dengal con el capitán, que es mejor mantenerse en un segundo plano y que sea el bardo quien presente al grupo. Es ducho en palabras, y amigo respetado de Grimborn. Seguro que será mejor que hacerle perder el tiempo hablando de uno en uno en un momento de prisas y tensión por lo sucedido.