Partida Rol por web

Si había algo que predominaba en aquel lugar eran las indicaciones. A pesar de la suciedad y el desorden todavía había un gran número de señales y paneles con información que mostraban los lugares más importantes del lugar.

La mayoría era información interesantísima sobre dinosaurios, ilustraciones dignas de enciclopedia y toneladas de merchandisings; pero una de las señales marcó un destino la mar de interesante: las cocinas.

Aquel podía ser un buen lugar donde empezar a fisgonear, ya no solo porque podía estar Anastasia allí (aunque las probabilidades eran bajas) sino porque quizás hasta haya algo de comer, algo en buen estado (aunque fuese prefabricado) con tal de reponer fuerzas.

John se sintió nuevamente como un niño ante una tienda de golosinas, allí había de todo... información perfectamente elaborada con la que podría pasarse horas investigando, como merchandaising...

- Dios... un Triceratops de peluche...- dijo emocionadísimo al verlo apresurándose a cogerlo para examinarlo mejor

- 50 dolares... joder que robo- dejó la cucada de peluche en su sitio y siguió mirando hasta que descubrió la indicación para ir a la cocina, hasta aquel momento no se había dado cuenta del hambre que tenía... sí, primero comer luego ya seguiría mirando, decidió encaminandose más animado hacia las cocinas.
 

Todo lo que veía Anastasia a su alrededor era muy científico, demasiado para que su cabeza de soldado pudiera entenderlo -A mi no me han traído aquí para esto -murmuró entre dientes mientras buscaba algún objeto para comunicarse con sus jefes y verificaba que las instalaciones eran seguras y tranquilas, todo ello con la porra eléctrica en la mano.

Entraste en la cocina con cuidado para descubrir que el lugar estaba repleto de cacerolas y más utensilios para cocinar a lo largo de la estancia.

El lugar estaba abandonado como el resto, no por suciedad sino por desorden. Un caos que te hizo pensar que allí en el pasado tuvo que haber ocurrido algo horrible. ¿Qué hubiera pasado si la invasión de los dinosaurios hubiese ocurrido con el parque abierto? habría sido una masacre con cientos de civiles como víctimas.

Aquello te hizo pensar que si la energía seguía funcionando podía haber alimentos perdurables en los almacenes o incluso en las cámaras frigoríficas. Existía hasta la posibilidad de que existiese algún botiquín de primeros auxilios.

Una cabeza de un dinosaurio se alzó de entre las diferentes mesas.

Tu cuerpo se quedó completamente congelado. Creías que estabas sola en los laboratorios pero parecía que había un invitado inesperado en una sección que no habías visitado todavía.

Era probable que en aquel lugar hubiese algo más de utilidad que en la zona actual llena de trastos y botecitos inservibles. En ese lugar parecía que había ordenadores y cosas más tecnológicas que igual sí podían arrojar algo más de luz a la misión pero... ¿qué hacer?

La criatura no parecía haberse percatado de tu presencia, o al menos eso es lo que crees. ¿Intentarás eliminarla?¿Te escabullirás hasta la sala con sigilo?¿o existe una alternativa mejor?

John enarcó una ceja cuando vio el estado de la cocina... ¿Qué podía haber pasado allí? parecía como si hubiera habido un terremoto o algo así... se rascó la cabeza. Tratándose de dinosaurios... podía haber pasado cualquier cosa... tal vez había entrado alguno... tragó saliva y volvió a mirar a su alrededor ligeramente acojonado... había polvo, eso había sido hace tiempo, no tenía por qué volver a pasar y encima tenía hambre.

 Resuelto, se puso a fisgonear buscando las cámaras frigoríficas o los almacenes, no necesitaba ningún botiquin pues sorpendetemente estaba ileso y contaba con el suyo propio.

- Veamos... soy capaz de comerme hasta lentejas enlatadas...- comentó para sí mismo mientras deambulaba por la cocina.

Anastasia se percató de la criatura y no pudo evitar que su cuerpo liberara un torrente de adrenalina en su sangre. No se lo pensó dos veces pues había sido entrenada para eso durante sus largos años en las filas del ejército ruso. Su trabajo como mercenaria solo había confirmado que era mejor disparar la primera ante cualquier mínimo riesgo.

Dejó con cuidado sobre la mesa que tenía frente a ella la porra eléctrica y, lentamente, colocó el rifle en sus manos, con el silenciador colocado con anterioridad. Una suerte ser previsora. La mirilla francotiradora no le hacía falta para un tiro tan cercano así que se posicionó correctamente y utilizó el resto de marcas para tratar de acertar al dinosaurio en plena cabeza.

Sin cerebro nada funciona. Es irónico puesto que la mayoría de los seres vivos no llegan a utilizar ni una cuarta parte de su potencial...

Sin más dilación apretó el gatillo.

Apretaste el gatillo y el proyectil fue bien dirigido, sin embargo aquel dinosaurio no era uno cualquiera. Sus sentidos estaban desarrollados para ser el depredador perfecto.

Miró en dirección a donde provino el sonido y con un rápido movimiento desapareció.

Sabía tu de tu presencia y ahora tú no sabías donde se encontraba aquella criatura. ¿Te estaría observando desde otro punto?¿iba a acecharte?¿o quizás a jugar contigo?

Tras ver como el disparo fallaba ante la increíble agilidad de la bestia Anastasia dió gracias por no haberse encontrado con esas fieras en campo abierto. Recuperó su porra eléctrica, la cual activó inmediatamente, y retrocedió hacia la puerta por la que había entrado. Si la fiera iba a por ella estaría esperándola...

¡Bingo!

Revisando un poco el lugar encontraste una nevera repleta de comida precocinada que a pesar de no estar en su estado óptimo se podía usar para saciar el hambre y así favorecer a recuperar energías. Había incluso litros y litros de refresco, la cafeína vendría como el mejor aliado frente a tantas horas de tensión por estar en un lugar hostil.

Te percataste de que alguien había optado por "desvalijar" aquellas reservas, muestra de eso es la basura que hay cerca.

Examinando un poco más las instalaciones se pudo avistar el botiquín de primeros auxilios: vendas, desinfectantes, ungüentos contra quemaduras ¡y hasta un poco de morfina! sin lugar a dudas aquella cocina se había convertido en el oasis que necesitabas, pero era fácil pensar que no habías sido la primera persona en estar allí.

John ensanchó su sonrisa al darse cuenta de todo el botín que estaba a su disposición, casi podía llorar de la emoción la ver tanta víveres juntos y lo que era mejor... bebida. Hasta que no atacó con voracidad la comida y la bebida, no se dió cuenta de lo hambriento y lo sediento que estaba.

Con lo carrillos llenos y bastante mejor humor se dio cuenta que Anastasia había sobrevivido... aquello era una doble buena noticia, aunque la militar no era santo de su devoción... una ayudita para completar la misión le vendria de perlas. Así que se apresuró en dar buena cuenta de la cena, quería encontrar a la mujer lo antes posible y aprobechó para guardarse algunas cosas en los bolsillos... por lo que pudiera pasar... sí, el mundo con el estómago lleno tenía otro color.

Sin saber cómo era aquello posible, el dinosaurio había sido capaz de utilizar el entorno a su favor para aparecer por sorpresa por uno de tus flancos usando los inmensos sistemas de ventilación del laboratorio.

Se abalanzó contra ti con gran fuerza clavando sus garras en tu cuerpo. El dolor era punzante, agudo, bastante desagradable y sobre todo lo suficientemente paralizante como para matar a alguien sin preparación.

Era un ahora o nunca. Eras la presa favorita de aquel saurio y no iba a rendirse.

Tras recuperarse completamente, el científico pudo continuar con la inspección.

El centro de visitantes era exageradamente interesante, lo malo era que entre tantos lugares que visitar podía resultar caótico.

Invirtiendo no más de 10 minutos de búsqueda organizada se podía encontrar la ruta que llevaría a los laboratorios. Tan solo había que ignorar un par de señales de "acceso restringido solo para el personal" y bajar unas cuantas escaleras.

¿Estabas tan cerca de conseguir completar tu misión como creías?

El científico se congratuló por ser tan listo... había encontrado lo que quería en un tiempo record, no todo el mundo podía ser tan genial como él... aunque... era demasiado fácil. John se detuvo ante el umbral de la puerta y la miró con desconfianza. Podían pasar varias cosas... que se hubiera colado algún dinosaurio dentro... o que Anastasia tuviera sus propios planes y en vez de aliada fuese enemiga... debía traspasar aquella puerta... pero no sin la debida precaución.

Antes de abrirla se asomó por el cristal... en un intento de tratar de distinguir algo extraño, estar vivo era guay... ¿por qué estropearlo?