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Kingmaker

Parte Seis: la Rebelión de Rostland

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17/03/2016, 16:29
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Los Pocos Años de Paz

(10 años)

Tras la guerra de reparación contra Lord Irovetti de Pitax que supuso la anexión total de sus tierras desde Mormouth hasta Sarain y desde las llanuras del Glenebon hasta la encrucijada del Sellen. Si bien la gente de Agnis solo había sentido algo de miedo durante la invasión, que duró solamente dos semanas hasta que las tropas fueran expulsadas, la guerra se prolongó durante varios meses durante la toma de Pitax.

Después de eso, las gentes del sur, del reino conquistado no deseaban más que paz y recomponerse no solo de meses de asedio sino de los años del constante saqueo de Lord Irovetti a las arcas reales. Nunca esperaron que yo no solamente no abusara de mi carácter de soberano para exprimirles oro sino que destinara exuberantes cantidades de recursos de todo el reino para la reconstrucción y expansión de la ciudad.

Además, con la controvertida (y combatida) extinción del Gremio de Ladrones se terminó con una tradición tan antigua como el primer poblador de Pitax: los ladrones. Las políticas que imponía a fuerza de fuego y acero sobre los Reinos del Río parecían ir en contra de la naturaleza propia de la gran mayoría de ellos y Pitax había servido del mayor y más claro ejemplo posible. Una ciudad que desde siempre fue santuario de ladrones y bandidos ahora era sometida bajo el implacable puño de la Ley.

También, el sistema de gobierno había sido una interesante fusión de las tradiciones antiguas con las formas nuevas. Un consejo de familias y gremios decidían dentro de la jurisdicción de la ciudad y disponían de los recursos administrados como mejor le convenía a sus habitantes. Esto tenía dos excepciones a esta autonomía: en primer lugar, no tenían palabra sobre el uso de los recursos invertidos por el Rey, es decir que yo decidía a dónde iban a parar las inversiones de Altalanza sin menospreciar la opinión del Consejo de la ciudad, y por otro lado, la segunda excepción e incluso más importante que la primera, era la de carácter militar y de seguridad. Evitar un levantamiento armado, la incitación a una rebelión por parte de los leales a Irovetti o los opositores a mi mando, o incluso una guerra civil dentro de la propia ciudad entre las familias intentando obtener mayor poder dentro del Consejo de la Ciudad era prioritario. Para esto puse como Lord Capitán a un soldado absolutamente leal a mi y bajo mi autoridad, limitado únicamente a las labores de seguridad interna (no puede entrometerse en la política de la ciudad) pero sin encontrarse subordinado al Consejo. De esta manera, las autoridades de Pitax no podrán recurrir a la fuerza bruta para imponer sus ideas, o al menos era así en la teoría. Los conflictos estaban a la orden del día mientras la ciudad se adaptaba a todos los cambios.

La riqueza y poder de mi reino atrajo rápidamente ojos envidiosos e iracundos, muchos enemigos gratuitos me granjeé por el simple hecho de que Agnia fuera próspera.

Demostrar tal poder era necesario para que la mayoría de esos enemigos temieran las consecuencias de hostigarme desde las sombras. Durante el segundo año mandé ampliar la Guardia Real creando varios regimientos de similares características: el mejor entrenamiento, las mejores armas y armaduras, pociones para todos y una misión altruista.

Las Legiones de Agnia se transformaron prontamente en el símbolo de poder y eficacia militar de los Reinos del Río y las naciones vecinas, que ahora miraban no solo con envidia sino con temor.

Un ejército de élite de doce mil hombres se encontraba bajo mi mando absoluto y estaba seguro que era capaz de conquistar todos los Reinos del Río si me lo proponía. Pero declarar una guerra tal daría buenos argumentos a los reinos para formar una coalición, por lo que aplaqué mis deseos de conquista hasta que las circunstancias demostraran ser propicias.

Una década fue suficiente como para convertir Agnia desde una pequeña baronía en tierras salvajes hasta el más poderoso reino del Sellen.

Durante estos dos años las intrigas no fueron pocas. Estoy seguro de que fue Daggermark quién ordenó la muerte de Natala Surtova, hermana del Rey de Brevoy, y mi principal aliada en la corte del norte. Ahora sin aquella dulce voz susurrándole al oído y la tensión de una guerra civil la amenaza de Agnis parecía ser una causa que unificara a la nación. Los sentimientos de terror ante la poderosa Guardia Real del Rey Dragón eran extendidos entre la población y los señores y había rumores de que el Rey había tenido varias reuniones con su Consejo de Guerra. Una guerra con Brevoy se cernía sobre nosotros y yo estaba dispuesto a dar batalla llegado el momento. Lo bueno era que mis aliados en Restov seguían estando vivos para quebrar la determinación del Rey del norte.

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18/03/2016, 04:18
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Cartas del Norte

La noche ya había caído sobre Altalanza y la Fortaleza Roja se llenaba de luces de antorchas y linternas. Me encontraba en la Sala del Trono reunido con algunos de los oficiales de gobierno, nos encontrábamos discutiendo sobre las noticias que habían llegado el día anterior. 

Dos cartas llegaron en un plazo de veinticuatro horas de diferencia aproximadamente. Una estaba firmada por el Rey Surtova y otra por el Lord Alcalde Sellemius de Restov. Ambas con objetivos y orígenes muy distintos.

El documento enviado por el Lord Alcalde de Restov versaba así:

Yo, Lord Ioseph Sellemius, Alcalde de Restov por gracia de su gente, te saludo con placer Su Alteza Saeral Dracaris de Agnia. Me temo que te escribo en una triste ocasión y queriendo dejar toda formalidad inútil de lado. Hace pocas horas llegó a Restov una comitiva bastante nutrida desde Nueva Stetven, el Rey Surtova, sintiéndose insultado y amenazado por "el señor de la guerra del sur" ha decretado que cortemos todo contacto y amistad contigo. Y para poder imponer lo ordenado ha enviado quinientos Caballeros de la Corona que en estos instantes rodean la alcaldía.

Muy a mi pesar me veo atado en mis posibilidades y por ello debo recurrir a ti en esta hora difícil. Los Señores de la Espada estamos dispuestos a apoyar a cualquiera que se enfrente a este mero regente usurpador. Lo único que te pido es que alejes estos invasores que ahora copan nuestras casas y amenazan nuestras familias y podremos alistar una fuerza de espadachines Aldori deseosos de recuperar la ansiada libertad de Rostland.

Espero que este mensaje llegue hasta tus manos,

Lord Alcalde Ioseph Sellemius de Restov.

Al parecer, Restov estaba sitiada desde dentro, por orden del Rey de Brevoy, pero este movimiento hostil no fue el único que realizó. Dos fueron los mensajeros que partieron de Nueva Stetven, uno hacia Restov y otro hacia Altalanza. ¿Qué motivaba este súbito conflicto? Las tensiones internas de Brevoy, las acciones de Daggermark y el propio poder de Agnia. 

Yo, Lord Noleski Surtova, Rey de Todo Brevoy, en nombre de Choral el Conquistador, Señor de Issia y Príncipe de Rostland, Soberano de Nueva Stetven, Gobernante de Restov y Defensor del Lago de las Brumas y Velos, os conmino a vos, Saeral Dracaris, señor de las Tierras Robadas por tu propio nombre y bajo ninguna ley, a que abandonéis estas pretensiones que os superan en rango y habilidad y rendíos ante mi majestad inmediatamente.

Si no cumplís con estas demandas, los grandes ejércitos del Reino de Brevoy descenderán sobre vos y todos los que amáis y mandaré destruir todo lo que tanto os habéis empeñado en construir por fuera de toda legitimidad. Seréis entonces juzgado por tus crímenes a la Corona de Brevoy y ejecutado en la plaza pública y vuestros seres amados serán condenados a mis calabozos donde sufrirán largos años tornados eternidades hasta que un día morirán de hambre, enfermedad, tristeza o lo que es peor, vejez.

Por eso os ordeno que depongáis las armas de inmediato y os rindáis antes del tercer día luego de recibida esta misiva. Si mi ultimátum es rechazado, aún a sabiendas de las terribles consecuencias, poco podré hacer para aliviarlas.

Aguardo vuestra honorable rendición,

Rey Noleski Surtova, Legítimo Señor de Brevoy

La segunda carta era dura pero poco realista, desconocía en detalle las habilidades del ejército brevoyano pero si fueran de temer mis consejeros ya hubieran puesto el grito en el cielo. Además, la toma de Pitax había dejado claro que era capaz de tomar una ciudad con dos mil soldados. ¿Qué podría hacer con seis veces esa cantidad?

Pero tampoco podía confiarme. Brevoy no era Pitax. Esta un señorío caótico y aquella un reino en toda regla, pero con tensiones internas que podría utilizar a nuestro favor. Luego de escuchar a todos mis consejeros supe algunas líneas de acción de inmediato, ellas involucrarían buena parte de guerra y política en partes iguales.

Primero, la liberación de Restov junto con una penetración en territorio brevoyano, para llevarles la guerra a ellos. Segundo, debilitar la posición de Surtova poniendo algunas de las Grandes Casas en su contra. 

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18/03/2016, 20:23
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Estudios Preparatorios

(Día 2)

Conocer la composición del enemigo era esencial si quería menoscabar su capacidad para la guerra. Kelethiros, mi Maestro de Espías, y Zalika, mi Embajadoras fueron claves para este cometido. Uno estudiaba los lazos familiares y políticos de las diferentes Casas de Brevoy, que sostenía un sistema feudal basado en lealtades que carecía de la debilidad de la multiplicidad.

Si todas las grandes familias brevoyanas se mantenían unidas eran un enemigo preocupante, pero por separado ninguna podía superarme. Sinceramente, y según los informes de Kelethiros sobre las tropas de Brevoy, el Rey Surtova subestimó  sustancialmente el poder de Agnia o simplemente su arrogancia es demasiado grande. Al igual que Lord Irovetti, este idiota cree que Agnia es una nación débil y salvaje, cuando la realidad no deja de demostrar lo contrario.

Podría conseguir que la Casa Orlovsky traicionara a su Rey, que nunca habían dejado de ver como un mero Regente, pero no podía dejar de ver el claro efecto aglutinador que tenía una guerra contra un extranjero. Incluso las planicies de Rostland buscan utilizarnos como herramientas para su independencia, cosa que no tengo planeado hacer, sino que mi objetivo es sacar un beneficio material y concreto de cualquier conflicto de esta escala: no me iré con las manos vacías.

Un movimiento rápido y directo debería demostrarle al reino que voy en serio y que además, estoy respaldado por Restov. Ordené entonces a Liliz que comandara el grueso del ejército (las cinco legiones de infantería) para que marcharan dentro de territorio brevoyano, amenazando el sur del país y la propia capital, mientras tanto conduciría a toda velocidad a la caballería para liberar Restov.

 

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19/03/2016, 22:22
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¡Liberando Restov!

(Día 6-7)

Cuatro días me llevó conducir a los Caballeros del Dragón desde Altalanza hasta Restov. Una marea de acero y rojo cruzaba los campos con lanzas y escudos preparados para terminar con las vidas de la crema de Nueva Stetven y el Rey del Norte. Aún así, los jinetes de Surtova estaban dentro de la ciudad y sus muros los protegían, a pesar de que el Alcalde me respaldaba y con él algunos de sus espadachines.

Asediar la ciudad no era una opción y era poco probable que quinientos lanceros de Nueva Stetven se arriesgaran a cargar en campo abierto contra los dos mil Caballeros del Dragón. La solución debía ser negociada. Sobrevolé Restov durante un par de minutos, varias decenas de soldados del rey se encontraban en la plaza principal, frente a la alcaldía y al bastión, el resto patrullaba las calles y vigilaba que nadie se rebelara contra el decreto real.

Descendí hasta que el caos estalló entre las filas enemigas, los caballeros de brillantes armaduras corrían de un sitio a otro y tocaban trompetas para indicar mi llegada. Sin demostrar hostilidad descendí hasta el patio del bastión de Restov, donde los jinetes me rodearon con lanzas y gritos.

-¡¿Qué quieres?! -vociferó uno, muy nervioso.

-Soy Saeral Dracaris, Rey de Agnia, Señor de Altalanza y Amo de la Fortaleza Roja -pronuncié para sorpresa de los caballeros, quienes retrocedieron un paso pero sin perder la desconfianza-. He venido aquí para hablar con su capitán, creo que ya deberían estar al tanto de las fuerzas que me acompañan y vengo a hacerles.

-Yo soy Sir Landum, Comandante de este Regimiento -dijo uno, avanzando. Hice un gesto con una mano y una fragancia mágica se extendió entre los presentes-. ¿Qué has venido a parlamentar?

-Sir Landum, he venido hasta aquí desde mi hogar en el sur, la Fortaleza Roja, acompañado por mis leales caballeros, un cuerpo que seguramente conocerán por su actuación en la guerra contra Pitax -dije-. Brevoy no es lo que era y ustedes son ahora los últimos ejemplares de señores honrados que existen en esta nación. La nobleza y la Corona mantienen luchas internas e intrigan entre ellos provocando únicamente conflictos vacíos en detrimento de la buena gente de Brevoy. Los Caballeros de la Corona juraron proteger la unidad de este reino y a su legítimo representante. No obstante, ¿quién es Noleski Surtova? ¿Acaso no es más que un mero regente con aires de superioridad y arrogancia? ¡Su trabajo era guardar el trono del legítimo señor de este país hasta que volviera y ahora les ha sumergido en una guerra sin sentido y que le llevará a la ruina!

Un murmullo aprobatorio recorrió las filas de los soldados.

-Lord Surtova es rey por gracia de sus maquinaciones, y si ustedes, bajo juramento, permiten que arrastre a su gran y noble pueblo a la ruina recaerá sobre sus hombros la verguenza y la culpa de ello -ultimé-. ¿Están dispuestos a permitirlo? ¿Están dispuestos a dejar que este individuo termine con esta antigua nación? Rostland no lo está, esta ciudad tampoco. Hace tiempo que los Aldori comprenden las intenciones de Surtova y estaban decididos a hacer algo, pero las circunstancias no se habían dado. El respaldo generalizado de las Grandes Casas cimentó la posición de Lord Surtova, pero tiembla ahora cuando todos despiertan a la realidad de que han estado respaldando a un megalómano soberbio que poco conoce de gobernar.

-En estos momentos -continué-, mis legiones se detienen en los campos al sur de la capital de Brevoy, demostrando que aún hay tiempo para hablar con el buen pueblo de este país. Estoy dispuesto a aceptar a cualquiera que entienda las palabras y el poder del entendimiento, pero Lord Surtova caerá por su insolencia, su ignorancia y su evidente incapacidad. Brevoy solo conocerá la paz una vez que su rey ceda su corona a un brevoyano más capaz. Ahora bien, lo que les compete a ustedes, nobles caballeros es tomar una muy importante decisión. Les pido me acompañen y demuestren a su propio país la verdad, que Lord Surtova no está preparado para continuar el mando y que su mantenimiento como rey solo reportará perjuicios para la nación. Les pido entonces que abandonen Restov junto a mi y se unan a mis fuerzas, acompañándome en mi marcha hacia la capital. ¿Qué responden?

Los hombres cercanos vitorearon, pero solo eran aquellos. No todo el regimiento se encontraba bajo mi encantamiento y dudaba que el liderazgo de Sir Landum pudiera convencerles de traicionar a su rey. Esto fue evidente desde el primer momento por lo que le ordené al capitán que comandara a todos sus jinetes fuera de la ciudad sin comentar absolutamente nada. Una vez fuera, la unidad regresaría a la capital como infiltrada y desde allí utilizaría a los caballeros favorables como agentes infiltrados.

A la mañana siguiente el regimiento cruzaba los campos hacia el este, dejando que mis tropas ingresaran a la ciudad como libertadores. Inmediatamente las tropas de la ciudad serían reclutadas y marcharían junto a mí hacia la capital. 

Lejos de allí, en el norte, las Casas unían fuerzas para poder hacerle frente al ejército invasor.

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19/03/2016, 23:50
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La Batalla de Bajo Rostland

(Día 14)

Los mensajes de mis comandantes en territorio enemigo fueron intrigantes, la soberbia de Surtova no parecía tener límites. Había convocado a todos sus abanderados y las Casas habían respondido al llamado. Claro, todos se sentían sinceramente amenazados por las legiones de Agnia y por su Rey Dragón, respondiendo de inmediato ante el llamado con todas sus tropas. El Rey de Brevoy había decidido pasar a la ofensiva mientras mis tropas marchaban al norte y penetraban en su territorio.

Todos los ejércitos de Brevoy habían sido reunidos en la capital y ahora avanzaban al sur para encontrarse con mi ejército en una batalla que parecía que iba a decidir el final de una guerra muy corta. Nunca pensé que Noleski Surtova se jugaría todas sus cartas en un solo enfrentamiento, pero su desesperación parecía ser tal.

Casi veinte mil tropas de todos los rincones del Reino constituía el ejército enemigo, sin embargo, era incomparable con las Legiones de Agnia. El campo de batalla era una larga pradera con algunas ondulaciones, un pequeño afluente del Sellen corría perpendicularmente a las dos masivas formaciones. Nos superaban por dos a uno en cantidad de hombres pero mi ejército conformaba un único bloque, una muralla de acero preparada para recibir al enemigo y atravesar sus filas con lanzas y sangre.

Un par de horas restaban para que el sol llegara a su cúspide cuando ambos ejércitos chocaron. El impacto fue tremendo, los gritos se elevaban por miles sobre el caótico cambo de batalla. El combate duró unas dos o tres horas y culminó la retirada del ejército brevoyano tras la fractura del centro de su formación. 

Las bajas para el enemigo fueron severas, prácticamente la mitad de sus hombres, mientras que para nosotros las pérdidas tuvieron menos peso, especialmente porque se concentraron entre los combatientes de Restov. Los pastos se tiñeron de rojo y los cuervos descendieron sobre los miles de cuerpos destrozados que yacían. 

La batalla había terminado y el grueso del ejército enemigo había sido diezmado. Debíamos descansar y reorganizarnos pero teníamos tiempo, tardarían varias semanas en recomponerse de un golpe tan duro, y probablemente nuestro avance no les diera más tiempo para recomponerse.

Notas de juego

Bajas Enemigas: 9.000 muertos (1 semana para reorganizar)

Bajas Aliadas: 2.400 muertos (1 semana para reorganizar)

Bajas Propias: 600 muertos (1 semana para reorganizar)

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20/03/2016, 17:56
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La Toma de Nueva Stetven

(Día 23)

Una semana nos llevó recuperarnos de la batalla, descansar, festejar, velar a los muertos y recibir los suministros para continuar con la campaña. Dos días más tarde nos encontrábamos a las puertas de la capital de Lord Surtova. Definitivamente no teníamos el equipamiento para poder destruir las defensas y realizar un asalto masivo sobre la ciudad y Nueva Stetven era lo suficientemente grande como para soportar meses de asedio sin mayores problemas.

Además, las tropas supervivientes a la batalla de Bajo Rostland ya se encontraban en Salón de Plata, reorganizadas y aguardando las milicias que se levantaban por todo el país. Si continuábamos esperando nos vendrían con otro ejército gigantesco a atacarnos, lo correcto era avanzar, pero si el enemigo se mantenía tras sus muros poco podríamos hacer.

Dejé de pensar como un general ordinario e hice una pausa durante el consejo de guerra, en mi pabellón de campaña. 

-Señor, podríamos retroceder hasta la frontera y aguardar a que el enemigo avance -decía uno de mis Capitanes-. De esa manera protegeremos la retaguardia y nos aseguraremos de recibir más rápido las armas de asedio.

-Avanzar es la mejor opción, mi Señor -decía otro-. Debemos mantenerlos separados, si asediamos Salón de Plata sus milicias no podrán reunirse con su ejército principal.

-Tomar su capital será un golpe muy duro a su moral -les detuve, volteándome y contemplando a la media docena de capitanes que rodeaban la mesa de madera-. Toda Brevoy comprenderá que Agnia triunfará y las Casas estarán dispuestas a firmar la paz. El problema es que estamos pensando como señores de la guerra ordinarios... A medianoche me colaré en la guarnición de la puerta y las abriré para que nuestros hombres ingresen, aseguraremos la ciudad y combatiremos durante la noche. Para cuando salga el sol, la capital será nuestra.

El plan se ejecutó a la perfección, me aproximé volando e invisible y los soldados no tuvieron una sola chance de defenderse. Cayeron bajos mis encantamientos y abrieron las puertas, para sorpresa de los vigilantes de los muros que sonaron la alarma en cuanto vieron que una ola de escudos y armaduras penetraba en la ciudad con suprema facilidad.

La toma de la ciudad tomó una hora y la Fortaleza Carmesí unos cuarenta minutos. Las puertas volaron en pedazos y la marea de legionarios ingresó asesinando cada defensor que aún permanecía. Surtova se había marchado con su corona al norte, a su tierra natal de Puerto Hielo hacía una semana. El nuevo señor de Nueva Stetven hoy dormiría en su cama.

Notas de juego

Caída de Nueva Stetven

Bajas Enemigas: 2.000 soldados de los Escudos de Stetven (destruida)

Bajas Propias: 1.200 hombres de la Guardia Real

 - 1 semana para recuperar las tropas

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21/03/2016, 01:46
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El Avance sobre Salón de Plata

(Día 30)

Reuní la tropa y el ejército se puso en marcha, cruzamos el Sellen y encaramos el norte. No quería permitir que se recompusieran ni que lograran ensamblar sus milicias que por miles recorrían el país, organizándose lentamente para marchar hacia el sur.

La enorme ciudad asiento de la Casa Lebeda fue rodeada para el final de la semana. Mandé traer las piezas de artillería desde mi capital pero estaba consiente que requeriría participar personalmente para poder debilitar las defensas de la ciudad. 

Controlar a los Lebeda para tomar la ciudad sin perder un solo soldado sería el plan a seguir. Era posible que con la suficiente coordinación pudiera acabar con los 10.000 hombres dentro de Salón de Plata sin mayores complicaciones.

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21/03/2016, 17:29
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La Casa Lebeda 

(Día 31-33)

Desde la muerte de su esposo, Dama Sarrona Lebeda se ha encargado de su casa y la dirige con gracia y éxito, o al menos así lo era durante las épocas de paz, donde sus habilidades son más adecuadas. Su hijo de quince años llegará a la mayoría de edad el año que viene y podrá ejercer el título de su finado padre, o ese era el plan.

Sobrevolé la ciudad y me colé en forma de cuervo en varios dormitorios del castillo de la ciudad. Di con la recámara de Lady Sarrona, donde se encontraba conversando con su dama de compañía sobre uno de sus temas de preocupación, ¿que hacer cuando las provisiones escasearan?

-Me temo que nuestros guardias no tendrán la capacidad de resistir la voluntad de Lord Cariss cuando ordene abrir las alacenas de palacio -comentaba.

-Mi señora, esperemos que las tropas del rey se apresuren -respondió su dama mientras peinaba su cabello-. Hoy escuché que ya se han congregado más de tres mil hombres en Paraíso Gris.

-Me temo que nuestro rey permanecerá en el norte -respondió Sarrona tras una risa burlesca-. Es arriesgado que abandone Puerto Hielo, especialmente luego de la derrota. Pero ausencia traerá malestar para los soldados. Si logra reclutar una fuerza considerable podría incluso liderarlos, pero creo que necesitaría tres o cuatro veces las tropas del sur para poder detenerlos. Si el Rey toma el mando de sus soldados, podríamos ganar.

-¡Pero que palabras tan depresivas, mi señora! -exclamé, tomando mi forma natural. Ambas mujeres se sobresaltaron y Sarrona tomó una corta daga- No teman, no he venido a hacerles daño. Dama Sarrona, quiero hablar contigo y creo que conoces suficientes historias sobre el Rey Dragón como para entender que hablo con la verdad. Si les quisiera hacer daño, ya lo habría hecho.

Hubo una pausa que no aminoró la tensión. Lancé un conjuro sobre ambas y las sonrisas brotaron en sus rostros.

-¡Por fin! -exclamé- Ahora podremos tener una conversación como personas civilizadas. Quisiera tomar la ciudad sin demasiadas bajas. Es evidente que Lord Surtova cometió un error imperdonable al declararme la guerra, queriendo eliminar una amenaza inexistente sin ninguna justificación. Digamos que es apenas natural que yo pretenda una reparación ante tal ofensa. En primer lugar, quisera una anexión territorial comparable a la falta. Todas las tierras al sur del lago serían suficientes y eso incluye a Salón de Plata. ¿Podrías ayudarme a tomar la ciudad?

-Por supuesto, mi señor -respondió Dama Sarrona-. Será una empresa dificultosa, Salón de Plata es una ciudad grande y el ejército de Brevoy una fuerza inmensa. No obstante, es posible que Lord Criss, el general a cargo, tío del Rey, se rinda. La derrota en Bajo Rostland dejó a las tropas supervivientes sin sus suministros y ahora que han cortado la llegada de alimentos desde el norte la ciudad se encuentra en un punto de quiebre. Calculo que podríamos resistir tres o cuatro semanas con la cantidad de víveres que están dentro de los muros, pero es posible gracias a las medidas de extrema urgencia que tomé con el asedio. La comida de la ciudad ha sido confiscada en los almacenes del señor, donde todo el grano está guardado. Si destruyes el granero las tropas no aguantarán más de cinco días o una semana antes de rebelarse. Su general no tendrá otra opción más que rebelarse.

-Muy bien -dije-, tu plan es excelente, pero lo modificaré ligeramente para que encaje con los míos. Si el ejército del rey enloquece dentro de las murallas de la ciudad verán a las tropas de Agnia como libertadoras y no como invasores salvajes... Protege a los tuyos y encierra todos los alimentos que puedas en el bastión, mantendré un asedio más prolongado, hasta que el ejército destroce media ciudad.

-Señor, como usted guste -respondió la Dama-. Pero no presione mucho, si el caos se siembra demasiado entre las filas del ejército, dejará de ser uno, y no tendrá una cabeza con quién negociar la rendición, sino cincuenta líderes bandidos.

-Tienes razón, los detalles los reflexionaré en la mañana -continué-.Pero prepárense, su rey no les traerá la libertad, sino yo.

Notas de juego

Tropas del Rey en Salón de Plata: 11.500 hombres (Lord Criss Surtova)

 - 7 Días para la rendición incondicional de las tropas.

Tropas de Agnia: 12.000 hombres (Rey Saeral Dracaris)

 - 12 Días para la llegada de refuerzos y armas de asedio

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21/03/2016, 19:56
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El Granero de Salón de Plata

(Día 34)

Podría haber volado en pedazos el almacén de la ciudad en cuanto abandoné los aposentos de Lady Lebeda pero no hubiera tenido el impacto que esperaba.

A la mañana siguiente, unos minutos después del desayuno, sobrevolé un par de veces el castillo para que los soldados y la gente se reuniera y el rumor de mi paseo se extendiera junto con el miedo de mi presencia. Fue entonces, en pleno día, que me lancé en picada respirando fuego, sobre las almenadas murallas y las torres de piedra. Me abrí paso con violencia entre las filas de soldados y guardias de palacio hasta las grandes y anchas puertas de madera dura.

Entre fuego y músculo destrocé las tablas hasta que las bisagras cedieron, desprendiéndose de las piedras partidas. Las llamas inundaron el enorme receptáculo y el humo negro subió tiznando la pared oriental del castillo. Las flechas y jabalinas llovían sobre mi acorazado lomo pero poco me importó. Cuando sentí que el calor de las llamas era suficiente como para resistir los esfuerzos de apagarlo me retiré a toda velocidad, aleteando mis pesadas alas hasta perderme entre las nubes.

Notas de juego

7 Días para la rendición incondicional de Salón de Plata

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21/03/2016, 20:32
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La Rendición Fallida

(Día 38-40)

Como bien había predicho Lady Lebeda, el general de las tropas me envió una carta a la caída del sol del séptimo día desde el asedio a la ciudad.

"Por el presente documento, yo, Lord Criss Surtova, General del Ejército de Brevoy y Comandante de todas las tropas asentadas en Salón de Plata, os comunico a vos, Saeral Dracaris, Rey de Agnia, la inmediata e incondicional rendición de todos los hombres bajo mi mando obligado por las circunstancias y velando por la seguridad de mis protegidos, la buena gente de esta ciudad. 

Aguardo entonces su respuesta para poder establecer las reglas de la rendición y los procedimientos para la entrega de la ciudad"

Lord Criss Surtova, General del Ejército del Reino de Brevoy 

 La misiva no tuvo réplica. Guardé silencio incluso durante los dos días siguientes, hasta que finalmente el general decidió salir por si mismo, acompañado únicamente por dos jinetes para poder rogar por suministros y abogar por la rendición de la ciudad sometida al hambre, las vejaciones y el caos.

Me rehusé a atenderlo y fue devuelto violentamente a la ciudad. Lady Lebeda y los suyos se encerraron en su castillo y poco les importó que su amada ciudad de cuatro mil habitantes fuera saqueada por los casi doce mil hombres del rey. Su gente no lo olvidará. Las llamas de la ciudad saqueada y devorada por su propia clase ascendieron al cielo nocturno durante los días siguientes. De vez en cuando sobrevolaba los edificios para contemplar la inmundicia en la que vivían, cadáveres en las calles, ladrones, asesinos y violadores por todos lados, ni un ápice de humanidad quedaban entre los ahora bárbaros soldados del rey encerrados en su propia trampa.

Por otro lado tuve que mantener vigilado el norte, donde ahora una hueste de hombres marchaba hacia el sur. Una fuerza conjunta de unos veinte mil milicianos liderada por el propio Rey Surtova, no destrozaba los delicados pilares de su estabilidad estatal únicamente para tenerlo frente a frente en el campo de batalla pero estaba a una palabra de enviar a mis heraldos a convencer a las Casas de enviarme su cabeza... en Issia no quedaban hombres, todos venían con el rey y nadie en Brevoy sacrificaría el futuro de todo el país por un solo pretencioso noble.

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21/03/2016, 20:51
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La Toma de Salón de Plata

(Día 45)

El mismo día que llegaron las máquinas de asedio fue el mismo día que me comuniqué con los soldados de la ciudad. Dentro el caos se había extendido, una guerra a escala urbana se estaba librando a cada hora por los últimos resquicios de comida y la lealtad de algunos soldados.

Las mujeres y escasos alimentos eran monedas de cambio y todo el mundo estaba entregado a la barbarie solamente para poder sobrevivir. El último rincón de civilización y paz era el castillo del Señor que se mantenía en pie gracias a las incursiones que realizaba para mantener a los salvajes fuera de la puerta.

Se podía decir que los supervivientes eran muy pocos, tanto entre las filas de soldados como entre la población civil. Dos días tres días tras la fallida rendición Lord Criss fue muerto por sus propios hombres, en un motín armado de sus propias tropas contra los oficiales, quienes eran acusados de guardarse víveres para sí mismos (cosa que era cierta). Luego de eso las bandas se formaron alrededor de las antiguar unidades y entre amigos, el saqueo arreció a partir de este momento.

Ochocientos soldados decidieron salir de la ciudad, y desarmados invadieron los campos con el objetivo de entregarse. La ciudad observó esto con detenimiento porque parecía ser la última esperanza. Ordené a los arqueros disparar y ninguno llegó a la línea de escudos, incluso algunos que lograron escapar llegaron de nuevo a la ciudad.

Mis espías me comunicaron entonces que Surtova estaba cruzando el brazo occidental del lago, su patético ejército llegaría en un par de días. Tomé la decisión terminar con el asedio y garantizar a los soldados salvoconducto, salvo a los mercenarios que permanecerían como prisioneros. En total, unos ocho mil soldados de Brevoy abandonaron la ciudad con dificultad. Los que quisieron quedarse para recibir víveres fueron ejecutados y ninguno más les intentó seguir.

Alimentamos a la población de la ciudad y me presenté ante el heredero de la Casa Lebeda quién me juró fidelidad en una ceremonia donde participó toda su corte y mis oficiales.

"Yo, Lord Lender Lebeda, hijo de Uther Lebeda, Jefe de mi Casa y Señor de Salón de Plata, os juro a vos, mi señor y protector, Rey Saeral Dracaris de Agnia, Señor de Altalanza, Amo de la Fortaleza Roja y Soberano de las Ciudades Rojas, mi fidelidad, lealtad y obediencia eterna, de mi Casa y de todos mis herederos. Lo juro por todo lo que es sagrado." dijo el pequeño señor, habiendo tomado posesión de su título haciendo gala de unas reglas flexibles.

"Yo, Saeral Dracaris de Agnia, Señor de Altalanza, Conquistador de Pitax, Comandante del Ejército Real y Soberano de las Ciudades Rojas, Rey Dragón y Duque Rojo, os acepto a vos Lord Lender Lebeda, hijo de Uther Lebeda, Jefe de tu Casa y Señor de Salón de Plata como mi legítimo vasallo juramentado. Que se sepa os encontráis bajo mi protección por orden incorruptible de este honroso pacto de lealtad y obediencia. Lo juro por todo lo que es sagrado." respondí ante la multitud que estalló en aplausos.

Notas de juego

Casa Lebeda anexionada por el Reino de Agnia

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21/03/2016, 23:34
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Parlamentando con el Rey Noleski Surtova

(Día 47)

Solo la mitad de los miles de soldados que abandonaron Salón de Plata hace tan solo dos días regresaron a su señor con el objetivo de luchar nuevamente o por el simple hecho de obtener alguna recompensa por su esfuerzo.

Considerando esto y que el resto de la tropa (unos veinte mil hombres) eran milicia era suficiente para entender que una batalla en campo abierto sería poco más que un paseo por la pradera. Noleski no lo quería y sinceramente, yo tampoco, la fama de asesino no era algo que me gustaba si planeaba gobernar a aquellos hombres.

Era necesario establecer un diálogo, así que envié un heraldo a su campamento para invitarlo a parlamentar. Nos encontramos ese mismo día en el campo, a una buena distancia de su campamento y de la ciudad (no la habían asediado). Ordené que se instalaran algunas telas sobre postes para poder hablar cómodamente. Surtova llegó acompañado de unos treinta caballeros, yo, solo por cinco.

-Bienvenido -saludé.

-Gracias -dijo con solemnidad y tomando asiento-. Creo que debemos negociar. O al menos estoy aquí para ello.

-Parece que si -dije con una sonrisa-. Tenemos que negociar por nuestra responsabilidad con nuestros gobernados. Deberíamos evitar una masacre en toda regla y sinceramente no quiero cargar con el peso de miles de hombres arrancados de sus familias muertos por fuego y acero. Aunque, si no tengo otra opción, puedo vivir con la culpa.

-En realidad ya lo haces, Dracaris -dijo Surtova-. Has matado a cientos y a miles, y has permitido que personas inocentes paguen con tus asedios indiscriminados. Dime, ¿ya has visitado Salón de Plata? ¿Has contemplado con tus propios ojos la devastación y el caos que tu asedio ha provocado?

-Mi asedio dio un marco propicio para que tus salvajes hombres se aprovecharan de los inocentes habitantes de la ciudad -dije-, lo que me ha dado una muy buena publicidad. Además, como sabrás, la Casa Lebeda no te debe absolutamente anda, me han jurado a mi su lealtad.

-Lo han hecho bajo presión y un juramento dado por un niño que no es el legítimo señor de la familia aún -respondió-. Ese juramento no tiene ningún sentido. Pero me gustaría ir a lo concreto, ¿qué querías proponerme?

-Un trato absolutamente realista -dije-, y creo que serás lo suficientemente sensato como para ver que es lo justo y lo posible. Me concederás todos los territorios al sur del Río Awzera, del Lago Reykal y del Río Stetven.

Surtova soltó una carcajada.

-Lo que incluirá evidentemente los territorios de la Casa Lebeda -continué-, ya bajo mi propiedad, las tierras circundantes y la ciudad de Nueva Stetven y por supuesto, Rostland y la ciudad libre de Restov. Como contrapartida esta guerra tendrá fin y la corona de Brevoy podrá extenderse y mantener sus antiguos territorios al norte. Es una oferta válida teniendo en cuenta que una batalla igualmente devastadora que la que sufriste en Bajo Rostland dejaría marcado tu país durante décadas. Necesitando al menos dos generaciones para recuperar lo perdido.

-Me arriesgaré -dijo con desprecio y poniéndose de pie-. No voy a permitir que vivas en Fuerte Carmesí.

-Oh, no te preocupes -respondí-. Será solo mi residencia de veraneo.

Y sin más, el Rey Surtova abandonó la tienda, se montó en su caballo y partió a toda velocidad, no tenía idea que mis heraldos se estaban comunicando con todos los jefes de las Casas quienes le habían acompañado. Les invitaba a ese mismo lugar, durante la noche, en una reunión secreta que tendría lugar para determinar al próximo rey de Brevoy.

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22/03/2016, 00:15
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La Reunión Secreta

(Día 48)

Yo, Saeral Dracaris, Rey de Agnia, siendo consiente de la situación actual que atraviesan ambos reinos os invito a un concilio secreto a medianoche en el mismo lugar en el que se sucedió la reunión ayer con Lord Surtova. Allí solo me encontraréis con el sincero pesar de resolver este conflicto sin mayores derramamientos de sangre. Ha llegado el momento de que Brevoy pueda vivir en paz un futuro sin Lord Surtova como su legítimo soberano.

Os aguardo.

Esta fue la misiva que secretamente les llegó a todos los jefes de las Casas nobles de Brevoy. Ninguno sabía de la participación del otro y lentamente fueron apareciendo. Lord Poul Orlovsky, Lord Howan Garess y Lord Gurev Medvyed se miraban perplejos de pie debajo de las telas.

-Tranquilos -dije-, si esta reunión sale como ha sido planeada, ninguno necesitará preocuparse por Surtova porque liderarán Brevoy. Sería extremadamente fácil para mi acabar con la vida de Noleski en un abrir y cerrar de ojos, sin el conocimiento de absolutamente nadie. Lo he hemos de discutir esta noche es quién vestirá la corona que quedará sin dueño. Debemos pensar, además, que el ejército brevoyano que les respalda participaría de una batalla cruenta y letal, una verdadera masacre que marcará muchas generaciones a partir de la nuestra y eso es lo que debemos evitar. También quiero que entiendan qué normas estarán aceptando: Agnia anexionará todas las tierras al sur del Río Awzera, del Lago Reykal y del Río Stetven. Es decir, los territorios de la Casa Lebeda, de la Casa Rogarvia y de la Ciudad Libre de Restov. Brevoy ahora será el reino al norte de esta división y su capital deberá ser elegida entre las grandes ciudades.

La discusión continuó durante algunos minutos, pero ellos todavía no parecían demasiado convencidos de lo que iba a pasar.

-Quiero que finalmente entiendan una cosa -dije-. Podría atacar mañana, sufrir algunas bajas y destrozar el ejército de milicia que me plantan delante. Y luego continuar avanzando hasta que no quede ni la sombra de una fuerza organizada. Tomaría ciudad tras ciudad, bastión tras bastión, fuerte tras fuerte hasta que el último rincón de Brevoy doble la rodilla ante mi voluntad y el nombre de esta nación sea arrastrado por el viento hacia el olvido. ¿Es algo que quiero hacer? En realidad me importa muy poco, pero les estoy dando una oportunidad para que Brevoy no sea un país olvidado y muy especialmente, me gustaría no tener que matar a cada hombre en esta nación para hacerlo. ¿Estoy siendo claro?

A partir de este momento la conversación giró entorno a los detalles luego de la toma del poder por parte de Lord Orlovsky, quién sería coronado nuevo rey. Les había presionado un poco con lo que había dicho antes, una campaña tan prolongada era algo que necesitaba evitar, especialmente porque no quería pasarme los próximos meses sofocando revueltas o decapitando nobles disidentes.

Finalmente el trato fue cerrado, las tres Grandes Casas tomarían el poder luego de que Lord Surtova muriera.

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22/03/2016, 00:35
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La Astucia de Surtova

(Día 48)

Cuando los Lores llegaron los guardias de su rey les aguardaban en la noche. Los tres fueron apresados inmediatamente. Los agentes enemigos les habían visto y seguido y el complot había sido descubierto. Todo mi plan, por simple y dejado al azar que pareciera, se había ido al diablo como siempre había estado destinado a ser.

La batalla ahora era algo obligatorio pero por lo menos obligaría la mano de Surtova a concederme mis demandas. Aunque conociéndome, era posible que una vez llegadas hasta las últimas consecuencias, la conquista me supiera bien y terminara por anexionar todo Brevoy.

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22/03/2016, 00:51
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La Batalla de Río Plateado 

(Día 49)

Ambos ejércitos se enfrentaron en un día oscuro, húmedo y deprimente. Los brevoyanos nos superaban en número pero los agnos estaban mejor entrenados y armados, eran soldados de verdad y no milicia. Y eso se demostró en el campo de batalla.

Se prolongó más de lo esperado, quizá unas tres horas y media o cuatro, pero al final la línea enemiga, reforzada en el centro, terminó cediendo por un lado y abriendo paso para una fulminante carga de caballería pesada. Hubo una estampida de la tropa huyendo entre los campos hacia el río y les perseguimos. Me incluyo, porque yo también avancé quemando soldados.

El Rey Surtova y su estado mayor, incluyendo a los presos de las grandes Casas lograron escapar y perderse entre los campos. La cantidad de muertos dejaría una marca en la historia y en las familias de esos hombres e incluso en la sensibilidad de toda la nación.

El próximo paso sería atacar Paraíso Gris y finalmente Puerto Hielo, donde supongo se refugiará Surtova. También podría buscarlo, secuestrarlo y decapitarlo en una plaza pública, para ponerle fin a la contienda, pero no me estaba gustando la idea de una nación con ganas de vengarse y la fortaleza para hacerlo. El golpe había sido dado y ahora debía asegurarme de que comprendieran a cabalidad que Agnia tenía la capacidad de conquistarles.

Otra posibilidad era terminar con el juego y conquistar Brevoy de una vez, someter sus Casas a mi voluntad y que Agnia se alzara como el nuevo imperio de la región. Lo malo de este plan es que una expansión tan agresiva traería ojos indeseados de vecinos preocupados y malestar interno por las nuevas y bastas adquisiciones. 

La mejor decisión era apoderarme de una parte de Brevoy ahora y luego, una vez asegurados los nuevos territorios continuar en un par de años con el resto del país.

Notas de juego

Ejército Enemigo: 26.000 hombres (13 semanas de recuperación)

 - Bajas: 13.000

Ejército Propio: 12.000 hombres (1 semana de recuperación)

 - Bajas: 720

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22/03/2016, 01:09
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El Asesinato del Rey Noleski Surtova

(Día 57)

Eliminarlo traerá incertidumbre pero removerá el principal obstáculo para la paz con las Grandes Casas. Aguardé unos días en Salón de Plata organizando la entrega de suministros a las familias y el reforzamiento de la justicia en sus calles caóticas. Mientras, las tropas descansaban y recibían víveres diarios y escuadrones de nuevos reclutas que llegaban desde Altalanza para unirse a las filas.

Me encaminé directamente a Puerto Hielo varios días más tarde y aún así llegué incluso antes que el Rey. Ocho días luego de la batalla de río Plateado Lord Surtova arribaba a su hogar con la cola entre las patas.

Esa misma noche, tras tomar un breve descanso en la taberna local (con otro rostro), le observé desde la ventana de su dormitorio. Disfrutó de la visita de una cortesana que le ayudó a relajarse de los tortuosos oficios del gobierno y de la derrota. Una vez dormido aparecí dentro de sus dependencias y acaricié sus finos labios con el dedo de la muerte. Estos se pintaron lívidos y permanecieron fríos mientras la vida se le escapaba en su último hálito. Seguramente sería un panorama bastante desagradable para aquella mujer en cuanto despertara.

Regresé en un chasquear de dedos hasta Salón de Plata, lugar donde el ejército aguardaba. El Rey Noleski Surtova estaba muerto y ahora Brevoy enfrentaría uno de los más grandes dilemas de su historia, ¿quién sobreviviría a la batalla por el poder?

Notas de juego

Noleski Surtova murió, los sucesores lucharán por el poder y algunos incluso me pedirán ayuda para llegar al trono.

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22/03/2016, 18:15
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Problemas Extranjeros y la Tregua

(Día 67)

El tiempo pasó y las noticias que me llegaban de Brevoy eran confusas y escasas. Aparentemente los líderes de las Grandes Familias fueron liberados tras la muerte del rey y comenzaron algunas negociaciones entre las mismas para acordar quién sería el sucesor.

Lord Lodokova, quien no había participado activamente en la guerra (simplemente porque poseía flotas y no ejércitos cuantiosos de hombres) intentó utilizar esta posición para endulzarme y solicitar mi apoyo para su candidatura como nuevo rey. La misiva fue rechazada inmediatamente, no sin antes enviar una copia a las otras casas y solicitarles que el próximo rey fuese alguno de los tres conspiradores iniciales.

Declaré una tregua temporal mientras Brevoy solucionaba esta situación e invité a las Casas a Nueva Stetven para la firma de la paz, una vez lograran decidir quién sería el soberano de la nación.

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22/03/2016, 20:34
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La Paz de Nueva Stetven

(Día 77)

Las negociaciones entre las Grandes Casas de Brevoy (y sus intrigas políticas) llegaron a su fin con la declaración de Lord Poul Orlovsky como nuevo soberano. Su primer mandato fue partir hacia el sur, acompañado por una selecta comitiva hacia la antigua capital del reino con la intención de negociar la paz y finalizar la guerra que solo había traído verguenza y muerte a su pueblo.

Las conversaciones se prolongaron durante algunos días mientras Orlovsky intentaba convencerme de flexibilizar las fronteras, especialmente la recuperación de Fuerte Carmesí y la capital. Mi negativa rotunda erosionó las relaciones con el país del norte pero considerando que era un acuerdo de paz luego de una guerra de agresión las relaciones no podían estar en muy buena forma previamente. Eso sí, existieron rumores del retiro de la delegación brevoyana pero dadas las circunstancias y la cantidad de bajas esperables de la continuación del conflicto decidieron quedarse.

Así fue como finalmente el nuevo monarca aceptó totalmente mis exigencias y firmó un documento que lo ponía por escrito. No seríamos países amigos y las relaciones serían ásperas durante buen tiempo, pero Agnia podía permitirse tener malas relaciones con su ahora débil vecino del norte.

En el día de la fecha, en la gran ciudad de Nueva Stetven, los abajo signatarios, el Rey Poul Orlovsky de Brevoy y el Rey Saeral Dracaris de Agnia, declaran y acuerdan:

Que la paz sea impuesta entre ambas naciones luego del flagelo de la guerra, que cesen todos los conflictos armados, escaramuzas y avances sobre territorios vecinos.

Que se establezca un Pacto de No Agresión entre los países por un período mínimo de diez años.

Que el Reino de Brevoy, como agresor de la guerra, pague las indemnizaciones adeudadas en especie. Se otorga por este fin todos los territorios al sur del Río Awzera, del Lago Reykal y del Río Stetven; incluyéndose la Ciudad de Nueva Stetven y la Ciudad Libre de Restov. El soberano de Brevoy reconoce además la legalidad del juramento realizado por la Casa Lebeda al Rey Dracaris, desligando a esta familia de toda obligación contraída previamente con su anterior Señor; por tanto todos sus enclaves y señoríos pasan a encontrarse bajo jurisdicción agniana.

Que el Reino de Agnia, como agredido y vencedor del conflicto, se obliga a sostener el Pacto firmado en este acuerdo. Comprometiéndose especialmente a retirar el grueso de su fuerza armada de la frontera norte y a mantener en los territorios anexionados por este acuerdo tropas con fines exclusivamente defensivos, no pudiendo asentar ejércitos mayores a cinco mil guerreros en ellos.

Los abajo firmantes juran solemnemente y se comprometen mediante este documento a cumplir con lo acordado y a no violar ninguna de sus disposiciones. 

Así fue como la Guerra Agno-Brevoyana culminó con la entrega de vastas extensiones de tierra y ciudades muy importantes. Ahora quedaba la labor de reconstrucción y pacificación de lo anexionado, tenía diez años para poder preparar la segunda y última guerra contra Brevoy.

Notas de juego

A los Señores de la Espada Aldori, quienes pretendían independizarse pero que no participaron en las conversaciones (regresaron a su ciudad luego de la Batalla de Bajo Rostland), no les gustó absolutamente nada este tratado y se levantaron en armas, declarando por su parte su independencia de Brevoy.

Luego de seis meses donde he estado concentrado en la expansión agrícola y no urbana he logrado dominar las tierras pero las ciudades continúan esquivas. Restov se declara independiente y Nueva Stetven, como la ciudad más grande del reino no tiene un gobierno efectivo.

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23/03/2016, 20:10
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Anexionando las Tierras del Norte

(10 años y 6 meses)

Luego de seis meses donde he estado concentrado en la expansión agrícola y no urbana he logrado dominar las tierras pero las ciudades continúan esquivas. Restov se declara independiente y Nueva Stetven, como la ciudad más grande del reino no tiene un gobierno efectivo.

En las semanas siguientes tendré que llevar nuevamente a las tropas hacia Restov para imponer mi ley mientras organizo Nueva Stetven para que comience a pagar sus impuestos a la corona.

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24/03/2016, 12:07
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Pacificando Nueva Stetven

Tras el asalto a la ciudad y el tratado que me otorgaba su propiedad sus habitantes se limitaron a continuar su vida mientras su rey se limitaba a llevar orden a todas las nuevas tierras.

Me presenté entonces en Fuerte Carmesí, el bastión de la ciudad, y mandé llamar a las principales familias nobles, comerciantes y militares, es decir, las personas más influyentes de Nueva Stetven, para discutir con ellos sobre el futuro de la ciudad.

Mantuvimos una reunión de unas tres o cuatro horas que concluyó con la creación del Consejo de la Ciudad, mismo sistema utilizado en Pitax. Este organismo de gobierno representaría a los nobles y gremios de forma de que las partes importantes quedasen satisfechas con su participación en la ciudad; la seguridad quedaría a cargo de un capitán bajo mi mando directo que no aceptaría autoridad alguna dentro de la ciudad salvo la del rey. Esto último tenía una excepción que consistía en las peticiones (por unanimidad) del consejo en materia de seguridad interna, como escoltas especiales o acciones puntuales.

De esta manera la herida ex-capital comenzaba su proceso de curación. Las gentes regresaban a sus hogares y a sus vidas rutinarias y pagaban sus impuestos que ahora fluían en la tesorería de Altalanza.

Encomendé a mis espías que se infiltraran para mantener vigilada la ciudad. Era posible que un sitio tan orgulloso de su historia y de su papel en el mundo se sintiera ofendido al formar parte de un país que no lo tenía como su centro neurálgico. El resultado era un sentimiento de agitación importante que podía alcanzar magnitudes hostiles. Lo importante era conocer de ellos y erradicarlos antes de que tomaran forma.