Partida Rol por web

Alanís anduvo el camino en silencio... silencio, no más bien es que se estaba durmiendo. Si no fuera que su montura iba prácticamente sola, podía haberse perdido. El tratar de pensar le hacía cerrar los ojos para concentrarse, y el hacerlo era chance perfecta para que el cansancio acumulado le saltará encima. Pero de mantuvo a flote decidiendo concentrarse en el camino y dejar de tratar de ordenar sus pensamientos. Al llegar se apresuró al lado del lugar donde reposaba el príncipe, y para cuándo despertaban él y su hermana, decidió usar una manta para cubrir al rey, retirando la corona con suma solemnidad y dejando la misma sobre la manta al cubrir el cadáver.

-No creo que quieran descansar sin más...acaban de despertar, y...las cosas son como son.

Terminado lo que hacía, volvió junto a Arthas, dispuesta a resolver sus dudas con la mayor calma posible. Por fortuna, su estado emocional había pasado en el momento en que esto acababa de suceder.

-Junto con el resto de la familia real, perdieron la conciencia mientras sufrían efectos del caos en sus cuerpos. Ha estado inconscientes unas cuantas horas.

Desde luego... no es que llegara a la sala donde todos estaban descansando con la cara más amable y cariñosa del mundo en estos momentos. Mi rostro era un reflejo de una clara ira contenida... o mejor dicho de una ira que se iba acumulando de nuevo después de haberla desahogado hace poco; y por las miradas que de vez en cuando echaba a Glaius, parecía evidente que el causante de esa ira, ahora mismo, era el nigromante.

Aunque claro, al ver el estado de la familia real... sobretodo del rey... a la ira se le unió una gran sensación de incomodidad -Definitivamente menudo día de mierda...- murmuré por lo bajo, sin poder mantener la mirada hacia el cadáver del monarca, lo cual por dentro sin duda me afectaba... El responsable de eso... lo iba a pagar bien caro, y todo el peso de la ley caerá sobre él -Los raptaron...- dije con tono enfadado de serie cuando escuché a Glaius y Baeric decir que las hadas decidieron huir.

Los príncipes, después de ser revisados por el nigromante, se comenzaron a despertar... obviamente preguntando que había pasado aquí, ante lo cual yo era bastante inútil, pues poco podría participar en la conversación... Realmente aquí no pintaba nada, no se que vieron ni quiero estar presente del cadáver del rey, pues me despertaba malos recuerdos. Mientras ellos se despertaban y Baeric les respondía... yo miré que la reina aún no se despertaba -Parece que no le podré preguntar aún...- musité con seriedad estando al lado de Glaius.

Al escuchar a Baeric hablar, pedir calma y que ya tendría tiempo de explicarle todo... no me parecía bien. Alanis lo dijo claro, ya habían "descansado" suficiente... pero tampoco estaba diciendo nada -Ponedles al día ahora- dije de forma seca y directa -En estos momentos, cuanto más pronto y más sepan mejor... ya durante los siguientes días, semanas y meses ya todo el mundo les pedirán que se calmen, les darán el pésame y que deben ser fuertes... Pero ahora deben saber- dije con seriedad absoluta... como alguien que sabía muy bien de lo que hablaba, y no precisamente por ser psicóloga -Lo siento principes, pero yo no tengo respuestas, os la deben dar el resto... y deseo irme nada más escuchar lo que ha sucedido... ahora mismo no puedo aportar más que bilis y mal genio, y eso es lo último que necesitan ahora...- les dije a los príncipes de forma bastante cruda, pero realmente no me quería ir por egoísmo... sino para que no me tengan que aguantar en un momento tan delicado. Entonces miré a Glaius -Llévame a un cuarto donde pueda descansar cuando acaben...- le terminé diciendo o casi más exigiendo al nigromante. Pero antes de irme... escucharía lo que supuestamente ha ocurrido aquí.

Ahogó un grito de sorpresa al ser tomado por las ropas y alzado con aquella rabia, lo que Caos no esperaría es que tras esa declaración su sangre se sentiría hervir y le pondría una mano encima de las de ella, mirándola con gran sonrojo y cierta ira así como frustración, recordando a aquel que tanto había soñado con besar y quien al final la vida le quitó sin previo aviso. - ¡¿Y A TI QUE MÁS TE DA A QUIEN QUIERA BESAR O NO?! ¡NO TIENES IDEA DE MI A PESAR DE VIVIR CONMIGO, NO TIENES DERECHO A HABLAR DE SI ESTOY LOCO  O NO! Se apartó de Caos, limpiándose una lágrima de amargura y rabia mientras miraba a ese ser volver a cambiar todo el escenario de nuevo. La mujer podía ver que a Fío aquello le había tocado algo sensible, muy sensible, porque contrario a como solía ser, tan comedido en su calma simplemente... La insultó.

-¿Los siglos te vuelven ciega y estúpida? O es tu falta de esperanza para con la gente que te ha vuelto así. Estaba siendo por primera vez cruel con sus palabras, pero no las podía dejar en su interior, ahora podía hablar sin que el caos se volviera un arma de destrucción masiva y aprovecharía el momento para decirle todo lo que sentía y creía de verdad a ese ser.
-¡No se trata de amistad si no de respeto! Te he odiado por mucho tiempo, ¡No te quería en mi vida! Eras una maldición, una porquería que se me había pegado en el cuerpo y me mataba lentamente. ¿Para que? ¿Para que tú misma me digas que debo dominar a la fuerza tu propio poder? Resopló enfadado con el ser. - ¿Te has planteado que quizá es por eso que en milenios has conseguido nada? ¿Que con la fuerza no se consiguen las cosas? Sabía que fallaría ya que la diana estaba lejos pero lanzó con todas sus fuerzas una bola de caos concentrada a pesar de que esta se desvió rápido y cayó bastante lejos de la diana. -Eres más estúpida de lo que pensaba si crees que voy a seguir el estilo de vida que te ha mantenido encerrada en la desesperación. Creó otra bola en la mano y la miró.

-Otra vez. Estaría allí por mucho, mucho tiempo hasta lograr darle a la diana pero no se rendiría con ello, no, en absoluto... No podía rendirse porque tenía ahora dos seres que le importaban mucho. 

 Aunque la imitación estaba decidida a luchar, ver como recibías su ataque le dejaría con los ojos abiertos, a ella y a Ordinem, quienes entonces verían sorprendidos como, desde el suelo, lanzabas un hechizo hacia la copia no de manera ofensiva, si no de apoyo... Las heridas que tenía la imitación se regenerarían, quedando como nueva y sin palabras ante aquella acción...

 Tras varios segundos tras haber sido curada, la imitación finalmente extendería ambas manos hacia ti, concentrando magia en las palmas de sus manos.

 -Faith... -dijo entonces Ordinem desde las alturas. -. Lo lamento... Pero aún no comprendes lo que es la luz...

 Justo entonces, la imitación empezaría a concentrar más y más magia, hasta formar un gigantesco círculo mágico delante de ella.

 -¡Cañón de luz! -y entonces, toda aquella luz se concentraría dándote escasos segundos para apartarte antes de que el potente rayo de luz saliese disparado directamente hacia ti.

Pensaba que tenía la razón... Pensé que debía seguir las palabras de Ordinem de amor a todo y de sacrificio para entender que esta prueba se resolvería de una manera u otra, más después de haber escuchado mi propia voz gritar por aquel ataque inicial que le dí... Pero escuchar las palabras de Ordinem me quebraron aún más.

Hundiendo mis manos en la tierra por pura frustración, no reaccioné a la preparación del ataque de mi copia, sino que más bien reflexioné... - ¿Por qué? ¿Por qué no puedo entenderlo? ¿Por qué el poder que toda mi vida ha estado en mi interior... es tan dificil de entenderlo? ¿Por qué no puedo superar mi limite? - mi hilo de pensamientos me llevó a pensar que estaba fracasando en la prueba, pues a fin de cuentas era eso...

Pero entonces no lo noté, como la energía de mi interior se iba cargando en mis manos - Quiero que sea más facil... Quiero poder manifestar mi poder... Quiero ayudar a mi hermana a regresar, ayudar a mi hermanito siempre que lo necesite. Quiero ayudar a todas las personas que me importan de este mundo, quiero hacer llegar mi luz a todos los demás. Quiero evitar cualquier posible guerra que pueda darse... Quiero que deje de haber sufrimiento - Quiero entender la luz, y cueste lo que cueste. - el conjuro ya se estaba realizando, el mismo que la imitación enfrente mia y en plena linea recta contra el suyo - ¡¡Lograré entenderlo!! ¡¡Por mi!! ¡¡Por Fio!! ¡¡Por Lily!! ¡¡POR TODOS!! - Y acto seguido llevé mis manos contra el sello junto con toda mi energía de luz, para combatir su cañon de luz, con el mio propio - Mi luz será la luz que traiga justicia a este mundo. Lo juro. ¡CAÑÓN DE LUZ!

 Glaius, quién en esos momentos llevaba la mascara rota colgada del cinturón, dirigió una mirada a Baeric de "no vayamos a debatir el tema ahora". Sea lo que sea que hubiese pasado, el caballero grifo podía sentir que ninguno de los recién llegados estaba para hablar de eso... De momento...

 Así pues, el nigromante dirigía una mirada a Cytla cuando está se le acercaría para susurrarle algo sobre la reina... El hombre de ojos rojos parecía ahora ignorar todo lo sucedido, decidiendo que lo mejor era no echar más leña al fuego y centrarse en lo que tenían ahora...

 -Cytla tiene razón... Intentaré ser lo más suave posible... -añadió Glaius viendo que Alanís y Baeric intentaban tratar con calma a los príncipes. Era lo más adecuado, definitivamente, pero estaba en una situación delicada donde tal vez lo mejor fuese dejar las cosas claras como el agua. -. El rey murió. Toda la familia real fue afectada por una dosis de caos que, por su petición, pudimos transferir a su cuerpo en un intento de salvarlos a todos... Pero no pudo resistir el tiempo suficiente para asegurar su propia vida. Los principales sospechosos son Fío y Faith Edrielle: la chica escapó con el hada criminal Fair, según declaraciones de Alessandro, y nosotros vimos como se llevaban a Fío por un portal... -dicho todo aquello, cruzaría los brazos delante de si mientras dirigía una mirada a ambos herederos. -. La ciudad aún no está enterada, mucho menos el reino... Podremos esperar un tiempo a que os sintáis listos para anunciarlo, pero de preferencia debe ser lo más pronto posible para preparar la sucesión del trono...

 Durante las palabras del nigromante la princesa se quedó en total silencio, apretando sus puños sobre sus piernas antes de agachar la mirada. Su respiración se iba volviendo agitada mientras claramente se ponía tensa, como si estuviese resistiendo los deseos de llorar o gritar...

 Por otra parte, el príncipe miraba con cierta lastima a Glaius mientras le explicaba lo sucedido, al igual que lo hizo con Baeric y Alanís cuando el hablaron, siendo que viéndose en una situación como esa lo único que fue capaz de decir fue...

 -Lo lamento, pero... ¿Quién era el rey...? -preguntó con un tono sincero de confusión. -. Es más... ¿Quienes son ustedes...? -añadió, pasando su mirada de uno en uno con total inocencia y un poco de verguenza, como quién cree que está en un lugar y una situación donde no pinta nada...

 De inmediato, la ira de la chica pasó a confusión y sorpresa al ver tu reacción ante sus quejas, dejándose apartar sin hacer nada más que quedar con la boca abierta, como si quisiese decir algo pero se viese incapaz de ello...

 Por supuesto, el llamarla estúpida tocó un punto un poco sensible en la chica, quién se vio interrumpida antes de poder responderte, quedando nuevamente sin palabras debido a las tuyas...

 De alguna manera, Caos se relajó mientras mantenía la distancia, mirándote intentar una y otra vez atinar correctamente a la diana...

 -Así no... -interrumpió, acercándose por detrás de ti para tomar la muñeca de la mano con la que creabas las bolas de caos y, a partir de allí, repetir un par de veces un movimiento. -. Debes tener en cuenta que el caos no se ve afectado por temas como la gravedad o la fuerza del viento... -te dijo, haciendo que lanzases otra bola que, a diferencia del resto, se acercaría UN POCO más a la diana antes de fallar. -. Sigue intentando...

 Por más amargo que hubiera sido el momento inicial, el tiempo fue pasando y Caos parecía más que dispuesta a ayudarte a cumplir la prueba, tardase lo que tardase, que viendo el ritmo al que ibas podía ser bastante...

 -Uhm... -un tanto pensativa, Caos se acercó nuevamente por detrás de ti luego de tu, incontable, intento fallido, tomando suavemente una parte de tu cabello que ahora bajaba por tu espalda. -. Creo que ya han pasado algunos meses... ¿No quieres comer algo antes de continuar...? -te ofreció, apartándose para crear una masa de caos en su mano que arrojaría a un par de metros de ambos, formándose entonces un par de sillas y una mesa sobre la que reposaban en unos "platos" varias masas negras -. No tiene buen sabor, pero servirá para que puedas seguir despierto otro par de meses... -dicho eso, caminaría a una de las sillas para tomar asiento, cruzando las piernas debajo de la mesa y apoyando un codo sobre la misma, mirando hacia otra parte. -. Vamos, no me hagas esperar...

Sus compañeras no estaban por la labor... Prefirieron contarle la verdad a los príncipes, siendo Glaius quien dio la mala noticia. Baeric por su parte no tardó en acercarse a la princesa y ponerle una mano en el hombro. Quería decirle que la comprendía, que tenía que ser fuerte por su padre y el Reino... Pero lo cierto es que aquel no era el momento ni el lugar. 

Solo Dios sabía lo que ocurrió con las hadas o lo que pasó para que Cytla y Alanís estuvieran de ese humor. Pero el caballero era más famoso por su silencio que el de acosar a sus compañeros a preguntas. 

Luego salió el tema de anunciar la muerte del rey y la nueva coronación del príncipe. Baeric asintió con suavidad, pero tal y como funcionaba el castillo... Seguro que alguien correría la voz en cuestión de horas. 
Pero lo que complicó la situación enteramente fue el príncipe, el cual decidió hablar para... ¿Para decir que no recordaba nada? 

Baeric puso cara de confusión, confusión y preocupación... ¿Que había pasado, secuelas de el caos? El caballero miro a Glaius. 

-Es... ¿Es un efecto secundario verdad?... O... O fue por "el".....-Haciendo referencia al enmascarado, hasta que finalmente se atrevió a acercarse al príncipe, dejando a la princesa unos segundos.-Mi señor... Somos la Guardia Real, el rey era vuestro Padre y la princesa es vuestra hermana. -Comentó señalandola con cuidado.-¿No... No recuerda nada de nada? ... ¿Deberiamos avisar a todos los medicos? Esto... Esto es grave si no es algo temporal. 

No puedo evitar verme... molesta y escéptica cuando escucho a Glaius decir que sería lo más suave posible a la hora de narrar lo que había sucedido, aunque fuera de una forma resumida. Y no, no era porque lo fuera a ser a la hora de decírselo... -Así que si quieres puede ser "suave"...- musité en voz baja, por lo que sin duda era un problema personal de mi misma -Al menos en esto si me has dado la razón...- terminé diciendo en el mismo tono... Por eso mismo ya avisé que no aportaría más que bilis por mi parte en estos momentos.

Por respeto a los dos príncipes permanecí en completo silencio cuando Glaius les narró de forma resumida todo lo que ocurrió. Algunas cosas no estaba de acuerdo, pero esperaría hasta que terminase de hablar para comentarlas con todos y así que todos se informasen. Así que cuando acabó, las dije -Aunque las hadas, teniendo en cuenta que Fio estaba borracho y de misión conmigo y Muramasa mientras todo ocurría, y que además cuando desapareció pareció más un secuestro que hasta le amputó una pierna... aunque sean los "sospechosos principales", no son para nada convincentes. sino parecen más otras víctimas de lo que sea que hizo todo...- añadí por mi cuenta con los brazos cruzados.

Entonces, posé mi mirada en la princesa... viendo sus gestos y condición... como si estuviera viendo algo que se me hiciera muy familiar -Sácalo todo Artanis- le dije de nuevo con tono serio -Llora aplastando la cara contra la almohada, échanos los insultos que se te ocurran a todos, péganos o vete a otra habitación y rompe los muebles de la sala... pero debes desahogarte y no dejarlo dentro encerrado, o te comerá viva durante toda la vida- le dije mirándola... No quería que Alanis cometiera los mismos errores que yo cometí en su momento, porque ya se ha visto como acabé yo.

Y entonces... las palabras del príncipe y quien debía de ser el futuro rey... me hicieron llevarme la mano a la cara -Lo que nos faltaba... por favor que ahora además no pregunte el topicazo de "¿Y quien soy yo?"... Te llamas Arthas- dije entre dientes masajeándome la sien, diciéndole el nombre por si acaso para que no lo preguntase... Sencillamente maravilloso, ¡amnesia en el mejor momento posible para el reino! -Agh... quizás sean secuelas de la magia... o... solo sea su cerebro, protegiéndole de todo lo que ha vivido en tan poco tiempo...- comenté con todos en general. Podía ser magia si... pero también podía ser el trauma, que ha sido tan grande... que su cerebro ha hecho un borrado temporal para no colapsar -Joder Baeric, ¡pues claro que hay que llamar a los médicos! ¿A quien llamarás sino, a los albañiles?- no pude evitar responder volviendo a enfadarme ante esa pregunta tan pánfila... aunque traté de coger aire y calmarme -Dios voy a volverme loca y estallar de nuevo si me sigo quedando aquí- pensé evaluando la poca paciencia que tengo en estos momentos... quiero sacarme la furia de encima y desahogarme otra vez -Creo que a menos que alguno pueda meterse en su cabeza... poco podemos hacer aquí... ¿o acaso podemos?- dije con seriedad, mirando a todos y terminando en Glaius al que ya le pedí que me llevase a un cuarto para seguir gritándole y a ver si así me relajo lo suficiente para dormirme... total no siente nada, es mejor que gritarle a cualquier otro.

Baeric al escuchar las contestaciones de Cytla no tardó en incorporarse y mirar fijamente a su compañera de armas.-Recuerda frente a quien estás hablando, eres un caballero real de rango diamante, no un campesino cualquiera, cuida tus modales frente a su majestad.-Le espetó ya un tanto cansado de esa actitud que empezaba a resultar tóxica.

-Así que vigila tu tono y tu comportamiento, el rey no hubiera tolerado nada así. Esta es una situación importante, así que se acabó, sea lo que sea que te haya pasado ahora no importa, hay que centrarse en sus majestades, déjalo de lado y céntrate en lo que es importante ahora mismo.-La actitud de Cytla era cuanto menos interesante, ¿no se estaba tomando como con demasiada tranquilidad que su majestad pudiera haber perdido toda la memoria?

Como fuera, si quería marcharse de la habitación mejor, parecía que solo él y Alanís se estaban tomando en serio su trabajo.

Alanís había inicialmente pensado en explicar por partes para dejar caer los hechos de forma gradual, pero no se opuso a que pasaran a explicar. Imaginaba que ambos príncipes reaccionarían con dolor y tristeza, y Artanis efectivamente así parecía hacerlo, pero...le pareció extraño que Arthas no lo hiciera. Hasta que habló, y entendió por que.

Por un momento se le cayó su propia máscara, y sus ojos se apagaron un poco. Se le vió genuinamente triste en su expresión, además de cansada, y perdió algo de color pasando al espectro pálido en su tez mientras observaba al príncipe, y escuchaba a los demás.

Las palabras luego de eso le llegaron de forma distante, pero tras recuperar su expresión formal usual, cerró los ojos un momento largo, comenzando a recoger sus ideas nuevamente a nivel mental. Habló en el mismo tono de siempre, esforzandose por drenar su tono de cualquier emoción.

-Cytla...no deseo oferte, realmente no. Pero debo darle razón a Baeric aquí. Tu día ha sido arduo, pero...ten un poco de compasión con gente que acaba de perder a su padre y esposo. Recuerda cuando estabas preocupada por tu madre antes, ¿hubieses deseado cargar con las emociones e impertinencias de alguien más si te hubieran confirmado lo peor? Y aún por encima...eres una caballero, diamante ni más ni menos. Tienes ciertas obligaciones. Como caballeros, nuestros principios son el honor, el valor y el amor, en ese orden. Siendo breve...

El honor se refiere a la lealtad frente a toda prueba.

El valor se refiere a confrontar cualquier situación adversa en la que sientas que tus principios están en conflicto.

El amor, además de lo romántico, se basa en la generosidad. La característica que implica ser generoso con los aliados y con los enemigos, así como la cortesía y el tacto que debe tener un caballero en toda situación.

...

Lo demás, la persona que eres, y lo que pienses, debería estar por debajo de estas cosas.

No te preocupes más, nos encargaremos de terminar los asuntos pendientes aquí. Mereces un descanso. Y...desearía decirte que quizá mañana sea mejor, pero es probable que esperen más días turbulentos. Toma tiempo para pensar en tu futuro, y si deseas realmente continuar como caballero real. No creo que nadie te resienta si prefieres alejarte de este tumulto y buscar una vida más tranquila.

Acomodó el brazal con runas oprimiéndose la muñeca de forma particularmente insistente, y se acercó a la puerta a paso suave, para abrirla y sostenerla de forma cortés. 

Para Alanís, aquello había sido lo más cercano a sentir un golpe al estómago, fuerte y contundente. Tanto así que superaba la indignación por la actitud de Cytla, y todo lo demás que había sucedido en el día. Tuvo que hacer un esfuerzo hercúleo para no decirle que se largara de malas maneras y descargar ella también su frustración y enfado, hablando de forma calmada para que se marchara sin más escándalos. Solo...se concentró en que todos habían tenido suficiente y estaban en sus propios infiernos personales. Ahora más que nunca debía ser un pilar firme para que otros se apoyaran en ella.

Incluso ahora, que sentía que su mente se había vuelto añicos, y desearía poder irse a su habitación a dormir sin más. Pero ahora más que nunca, no debía dejar al príncipe solo. Iba a mantenerse lo que fuera necesario.

No tardé en mirar fijamente con mi ojo a Baeric cuando me dijo aquello de "recuerda con quien estaba hablando" cuando criticó mi forma de hablar frente a ellos, de esa forma tan directa y claramente con ira contenida -Perdona porque ahora me preocupe más aconsejar a la chica que ha perdido a su padre y tiene a su hermano incapacitado que interesarme por el chico que ni sabe que hace aquí- le dije con seriedad absoluta clavándole la mirada. Y con respecto a lo otro que había dicho... -¡Ahora mismo mi tono no creo que sea lo que le preocupe a nadie! ¡Y que sepas que el rey me dejaba hablarle así, a veces hasta se reía. El me aceptaba como su caballera tal y como era, no hables de él sin saber!- le dije ya... lo siento pero ya si enfadada... ¡El rey siendo como soy me dejó ser caballera y hasta me ascendió a diamante sabiendo siempre todo lo que hice y como era, él no tenía derecho a hablar de eso sin saber!

Y por su parte... ahora miré a Alanis y como ella se ponía de parte de Baeric -Joder, que novedad...- dije con clara ironía, como si ya me esperase que ambos fueran a estar de acuerdo. Y sus palabras de después... me calentaron más la sangre, porque se notaba lo realmente poco que sabían de mi -¡Estoy siendo compasiva siendo realista y directa con ellos! ¡Porque yo no necesito imaginarme casos hipotéticos para ponerme en su lugar!- les dije ya cabreada -¡Mataron a mi padre cuando era pequeña delante de mi en un atraco! ¡DE TODA ESTA SALA QUIEN MEJOR SABE COMO SE SIENTE ARTANIS SOY YO Y POR ESO LE HABLO ASÍ! ¿Sabes de que sirve que los demás te digan lo mucho que lo sienten por tu perdida, guardarte para ti las lágrimas y los gritos, que te traten como si no supieras ya que no vas a volver a ver a esa persona? ¡Nada! ¡Lo que conseguirás es crear a una persona COMO YO, IRASCIBLE, EXPLOSIVA E HIRIENTE! ¡Y la princesa se merece no acabar como yo!- desvelé y ya dejé salir toda la ira que guardaba dentro otra vez... además de todo el dolor. Si la princesa estaba pasando por lo mismo que yo pasé... seguramente no quiera pésames de nadie... sino que quiera soluciones, o las buscará ella misma de la forma más drástica a su alcance.

¡Eso vamos, terminad asuntos pendientes! ¡Que seguro sois capaces de curar una amnesia en una noche con el poder del honor, el valor y el amor!- les dije AHORA si de forma muy impertinente... cuando ya se notaba que Alanis lo que estaba haciendo era echarme del cuarto de forma velada. Si hasta me estaba sosteniendo la puerta para irme por ella... pues ya esta, me iría. Caminé hacia la salida ya sin esperar a que Glaius o cualquiera me indicaba donde había una habitación libre... sin poder evitar mirar el cuerpo del rey -Si esos son los principios... ¿porque el rey me ascendió a mi caballera diamante? Yo creo que justamente buscaba a las personas que somos para proteger a su familia...- terminé diciendo a Alanis al atravesar la puerta sin mirarla, antes de cruzar la puerta... Aunque... -Sigo sin tener ni idea de que cuartos están habitables...- acabé diciendo a todos los de la sala en general... porque para ir andando como un alma furibunda por todo el castillo, capaz me meto en una celda de mazmorra y duermo ahí... quizás hasta ellos quieran.

-Empezaria revisando si tú habitación está bien, quizá no haya sufrido daño. Y no dudo que el rey supiera que tú corazón estaba en el sitio correcto al ascenderte, claramente no fue casualidad. Como diferentes personas tenemos diferentes filosofías y algunos ponen más o menos interés en los valores de caballería. Yo personalmente valuó mucho la generosidad. Hoy todos tienen demasiado en su plato como para cargar con emociones de otros, así que no considero que sea amable quejarse y gritar a otros, y ponerles el peso de tus sentimientos encima. Si la familia real desea gritar y actuar inapropiadamente, nosotros como sus caballeros debemos estar firmes para que puedan apoyarse en nosotros hasta que puedan volver a estar bien por su cuenta.

Alanís hablo pacientemente, y respirando de forma lenta.

-En ese sentido, somos columnas de un templo. Si algunas columnas hermanas fallan, las cosas pueden sostenerse si otras son fuertes. Si todas se quiebran a la vez, todo se vendrá abajo.

...

Quiza no podamos arreglar nada inmediatamente, pero hay minucias que deben tratarse, como si la reina está bien y que forma de accionar tomaremos de ahora en más. Son responsabilidades que alguien tiene que hacer, pero son cosas que debemos hacer. Solo una cosa: Baeric y yo somos los guardias personales de Artanis y Arthas respectivamente, y también nos escogió el rey para esta labor en específico, más allá de nuestros cargos diamante. Incluso luego de resolver pendientes no vamos a separarnos de sus majestades. No hasta que nos quebremos física, mental, o espiritualmente, o hasta que no seamos necesarios. Por favor...no cuestiones nuestras labores. La situación de Arthas es...mi responsabilidad particular. Por ahora, discutir más solo provocará que alguien termine retandote a un duelo si terminas ofendiendo severamente el honor de alguien, y nadie necesita eso ahora mismo. Por favor...descansa bien, y lamento nuevamente tu experiencia desagradable del día, y haberte traído malas memorias.

Por un momento creyó que la había liado, tras un par  de intentos con la diana la calma volvió a el y con ello el nerviosismo de haber llamado estúpida a un ente milenario. Por suerte para Fío parecía que esas palabras habían hecho el efecto contrario y por primera vez... Sentía a Caos más amable que de costumbre.  -¿Uh? Gracias... Siguió su consejo y vio que se acercaba a la diana un poco más aunque sabía a ciencia cierta que le faltaba mucho camino por recorrer. Era lento, el aprendizaje que le ofrecía caos ayudaba pero aún era insuficiente y los días, las semanas y los meses pasaban sin que se diera realmente cuenta del tiempo exacto, para el, quien estaba centrado en su tarea pero no para el ente que le ayudaba quien solo podía mirar y esperar el mejor resultado.

Sin descanso, una bola tras otra iba en dirección a la  diana hasta que Caos se decidió a posarse tras el y acariciarle el pelo el cual volvía a tener largo y enmarañado pues no paró ni un segudo para arreglarse. - Siento mucho tardar tanto.... Intentaré poner mayor empeño y atención. Aunque la verdad, posiblemente estuviera dando mucho más de lo que normalmente se esforzaría, quería cumplir la promesa de que el no sería como los demás, quería demostrarle que dominar a la fuerza no fue jamás la respuesta y que por eso no pudo ser libre. Sonrió a Caos, sentándose y preguntándose donde estaba su hermana, la echaba muchísimo  de menos y aún le pesaba en el alma que lo último que quiso de ella fue la distancia a causa de sus estúpidos sentimientos. -Está bien, gracias por la comida, Caos. Comió, lo comió todo sin rechistar una sola vez y a pesar del terrible sabor no se quejó ni hizo muestra de desagrado haciendo acopio de toda la voluntad que pudo. En cuanto terminó, sacó un tema que sabía era delicado, pero sentía que debía hablarlo y sacar de su pecho la sensación de que pudo decir cosas que no debía.

-Siento mucho... Haberte insultado hace tiempo, no... No era mi intención, estaba enfadado y dolido y... Me salió solo. Gracias por... aguantarme aún con todo. Suspiró y la miró fijamente. - No sabía como hacerte llegar mi modo de pensar, quizá no fue la mejor manera así que... lamento eso. 

 Dolido, pero en silencio, Ordinem observaba desde las alturas como se desarrollaba aquel encuentro y como la luz te golpeaba con la dura verdad de su cruel naturaleza, aplastante como un cañón... En el fondo daba por hecho que aquella escena se repetiría múltiples veces, como ya la había observado pasar cientos de veces con otros portadores, pero su expresión se volvió de auténtica sorpresa al ver como, sin quedarte de brazos cruzados, decidías contraatacar.

 Ambos rayos de magia colisionarían uno contra el otro, teniendo la copia la ventaja por haber convocado el hechizo antes, pero en aquel lugar donde no había nada más que luz y las entidades que lo conformaban, los recuerdos y sentimientos de tus seres queridos te darían fuerzas para que tu luz... no, tú, consumieras la luz de aquel entorno infinito y usases la magia que residía en tu interior...

 -Sorprendente... -susurró Ordinem mientras miraba como, en cuestión de segundos, tu cañón de luz empezaba a igualar y superar al de tu copia...

 En un último y gran destello, tus manos liberaron aquel rayo de energía lumínica que, sin darle oportunidad de hace nada más, pasaría completamente por encima de tu copia, recibiendo de lleno aquel ataque devastador...

 Una vez detuvieses tu hechizo, solo quedaría el cuerpo malherido de tu imitación, tirado en el suelo boca arriba intentando colocarse de pie de alguna forma, más era inútil...

 -Uhm... -descendió entonces Ordinem hacia donde te encontrabas, flotando a metro del suelo justo detrás de ti. -. La última vez que un portador decidió usar la fuerza al ver que la aceptación no era una opción con la luz fue hace unos... ¿mil años...? Supongo que eres diferente que la mayoría... -habiendo dicho eso, la entidad de luz miraría hacia tu imitación, al cual seguía en el suelo, siendo que luego volvería a elevarse. -. Pero aún no ha acabado la prueba...

 He allí, tirada en el piso, tu copia exacta intentaba levantar una mano hacia ti suplicante, mirándote con los ojos cristalinos por las lágrimas.

 -A-Ayuda... -te pidió...

 Con las declaraciones de Glaius la princesa se mantendría sentada sobre su cama, mirando hacia abajo ligeramente mientras Baeric intentaba consolarle y darle su apoyo, al igual que lo haría Cytla dándole consejos para desahogarse y no dejar que los sentimientos acabasen con ella... Pero ciertamente, en aquel día lleno de desastres y calamidades, el estado de Arthas seria el detonador de otro debate verbal.

 -L-Lo lamento, pero... Realmente no recuerdo quienes son... -respondió el príncipe a Baeric, confirmando que no tenía la menor idea de quienes eran.

 La discusión con Cytla, los pensamientos de Alanís, el intento de buscar la tranquilidad por parte de Baeric... Aquella enfermería se estaba convirtiendo en un remolino de emociones, y seria Glaius quien intervendría para que la cosa no fuese más allá.

 -La amnesia pudo ser ocasionada por el caos, el proceso de transferencia o que su sub-consciente haya hecho limpieza al sentir que él y toda su familia podrían morir, no sabría decirlo sin investigar adecuadamente -dijo antes de acercarse al príncipe y ver su rostro más detenidamente. -. Demos un tiempo para ver como avanza. Mientras tanto prepararé algunas cosas para poder meterme en su cabeza y ver que pasa; es la mente de un Aztora, no será fácil... -apartándose entonces de la camilla, dirigiría una vaga mirada a Cytla. -. Si ya acabaste de gritar... Te acompañaré a buscar una habitación disponible, pero antes pasaremos por mi oficina para colocarte el ojo... -seguido de eso, dirigiría unas palabras a Baeric y Alanís. -. Permaneced con los príncipes y no le quitéis los ojos de encima, denles el apoyo que necesiten y demás... Alessandro estará con ustedes por si necesitan algo.

 -Pero, Glaius... -el hombre de la lanza estaba por intervenir, seguramente apunto de comentar el evento que llevó a cabo durante la captura de Fío, el cual teniéndolo en cuenta hacía un milagro que se le permitiese estar allí aún.

 Más sin permitirle hablar, el nigromante le haría un gesto de silencio.

 -Anunciaste tu retiro oficial desde hace unas semanas, lo se, pero nada te cuesta quedarte un poco más... -tras lo cual, Glaius caminaría hacia la puerta donde aguardaba Cytla luego de que Alanís le hubiese invitado a salir. -. Si pasa algo mientras no estoy podéis llamar a los doctores y médicos, pero estaría bien que nadie entré a la enfermería mientras la reina despierta, solo por si acaso -añadió mientras salía de la sala, empezando a andar suponiendo que Cytla le seguiría, pues ni siquiera voltearía para ver hacia atrás...

 Pronto los dos guardianes se quedarían con la familia real en camillas acompañados por Alessandro, siendo que la chica tuerta se retiraría con el nigromante para poder descansar...

 Una vez Cytla y el nigromante habían abandonado la enfermería, el príncipe, quién se había mantenido callado mientras debatían, diría otras palabras.

 -¿Les he metido en problemas...? -preguntó con cierta inocencia, sintiéndose apenado de que parte de la discusión fuese por su falta de recuerdos.

 -Cállate... -intervino entonces la princesa, girando las piernas para sentarse en uno de los bordes de la camilla, como si se preparase para bajar. -. Nada de esto es tu culpa, nada... -aunque se esforzaba para fingir que nada de lo que estaba sucediendo le afectaba, era claro por sus leves gestos y la manera en la que cerraba los puños que aquello iba más allá de lo que podía soportar. -. Baeric, necesito dos túnicas con capucha: una para mi, la otra para ti... Necesito ir a beber algo en una taberna...

 -Princesa, no se si lo mejor sea... -quiso nuevamente decir algo Alessandro.

 -¡Ninguno de ustedes sabe lo que es mejor para mi! -le gritó la princesa, clavando su mirada en el caballero. -. Tu y Alanís son más que suficientes para cuidar a Arthas y esperar que la reina despierte, yo solo necesito algo de alcohol para despejar la mente...

 Aunque según sus palabras no la conocía, el príncipe se mostraba algo preocupado por la aptitud de Artanis.

 -Hermana, ambos deberíamos esperar a... recuperarnos... -claramente no estaba muy convencido de como animarla, pues solo sabía que era su hermana porqué Baeric se lo había dicho.

 -Arthas... Alanís te pondrá al día -fue lo único que respondió la princesa antes de bajarse de la camilla, teniendo que hacer un pequeño esfuerzo por mantenerse de pie, recuperando rápidamente el equilibrio. -. Baeric, vamos... -ordenó al caballero grifo, dando un par de pasos antes de terminar perdiendo la fuerza de sus pies, acabando arrodillada junto a la camilla. -. Tsk...

Cytla estaba claramente actuando de forma egoísta…por suerte Alanís también pareció darse cuenta de ello y le pidió que dejara de actuar de esa forma, además de dejar caer de forma sutil que podía marcharse si así lo quería. Baeric decidió no meterse más en el asunto, principalmente porque ya tenía bastante con lo que estaba ocurriendo y aquel no era el momento ni el lugar para ponerse a discutir con alguien y menos con la situación que se acontecía a cada segundo que pasaba.

Glaius sugirió que la perdida de memoria podía ser a causa del caos o simplemente el hecho traumático, pero por el momento no podían hacer nada al respecto, simplemente esperar y ver como iba evolucionando. Así que ahí se quedaron los dos caballeros, los príncipes y Alessandro.

La princesa aprovechó el momento para sentarse en la camilla y ordenó a Baeric acompañarla a beber. Alessandro trató de dar su opinión, pero fue contestado de mala manera por ella, terminando por decir que Arthas y su madre estarían a salvo con Alanís y él.

El caballero halcón guardó silencio durante las palabras de la princesa, al menos hasta que le ordenó acompañarla. Baeric al ver que acababa arrodillada junto a la camilla se acercó suavemente y la ayudó a ponerse de pie de forma gentil.

-Iremos a la taberna…no hace falta preocuparse, estará a salvo conmigo.-Comentó a sus compañeros.-Mantenednos informados, si ocurre algo no dudéis en venir a buscarnos lo antes posible, ¿de acuerdo?.-Pidió antes de mirar de nuevo a la princesa.-Si lo necesita ayúdese un poco en mi, iremos a por esas túnicas.-Le dijo con voz amable.

Sabía que aquello no serviría para animar a su princesa, ni siquiera el alcohol…pero tenía que darle su espacio, a fin cuentas el no era nadie para decir lo contrario o oponerse. Su deber era para con el reino y por ende la familia real.

 En completo silencio, el nigromante te guiaría por el castillo hasta su oficina, la cual se diferenciaba de cualquier otra habitación por la cantidad de estanterías, mesas, libros, pergaminos, pociones... Había espacio suficiente para caminar sin problemas, pero si un niño se pasaba por allí seguramente terminaba todo hecho un desastre, más de lo que ya estaba hecho. Por supuesto, también había una cama y un baño, pero esté último seguramente también estaría lleno de libros y tarros, así como la cama estaba cubierta por más libros que sabanas.

 -Siéntate allí... -señaló Glaius una silla cercana a la ventana de la habitación. -. He investigado algunos métodos no muy antiguos y he logrado hacer lo que necesitas. Supongo que sabrás que mis métodos para fabricar un ojo funcional no son precisamente... éticos, y seguramente te dolerá mucho el proceso... ¿Aún así quieres hacerlo...? -había dicho todo esto mientras te daba la espalda por estar revisando unos papeles de una mesa, avanzando hacia unos gabinetes para empezar a registrar los frascos dentro de ella. -. Tal vez quieras esperar a que todo lo que ha sucedido hoy se te pase, o tendrás que soportar eso y el dolor infernal del implante...