Partida Rol por web

Konoha Gennins

Sandorido

Cargando editor
18/03/2010, 21:56
Mujina Oidashi

Demasiado tarde, ya era demasiado tarde para intentar esconderse lo que significaba que sólo quedaba la huida según el plan que les había expuesto. El problema era que sin tiempo para contrastarlo con las chicas no podía saber si estaban de acuerdo o no, tampoco si el bandido estaba solo o acompañado, pero por sus palabras parece ser que se encuentra solo.
En cualquier caso no podemos fiarnos de que un bandido cumpla su palabra y menos aún enseñarle nada que comprometa nuestra misión.

Piensa Oidashi, piensa

Me animo a mi mismo mientras doy un paso atras por si es necesario escapar, pero seguro que con las cartas y el cansancio no duraría mucho de no ser apoyado por mis compañeras o incluso por Akimichi-sensei... y éste a saber cuándo volvería.
De momento sólo podía confiar en que la estrategía de Junko-san funcionara y estaba poniendo todas mis esperanzas en que así fuera al tiempo que simulaba estar aterrado por lo que el hombre pudiera hacernos cuando temía más fallar en nuestra primera misión y no poder entregar las cartas.
Y en cualquier caso, siempre podíamos poner en practica el escape gracias a las bolas de humo de Sudane y Koki, los cuales se merecerán al menos una invitación a cenar si tengo que usarlas.

Cargando editor
21/03/2010, 01:51
Chôza Akimichi

El bandido alarga la mano y coge el puñado de monedas, relaja su postura y sacando la katana en su vaina remueve precavido vuestras pertenencias, abre la mochila y dejando caer algo de comida, saca la katana y con cuidado pincha un buen pedazo de carne que se lleva al hombro, seguramente, el pobre hombre no tenga ni para comer, ¿Porqué otro motivo haría algo así?

Finalmente con el mismo filo ahora lleno de grasa da un corte discreto junto al pelo de Junko, y el enorme bulto vendado que llevaba a su espalda deja caer algunas vendas revelando la cara de una espantosa muñeca a la que el bandido responde con una mueca de desagrado - Pues muchas gracias por vuestra comprensión y colaboración, sois majos los chavales de Konoha, si no os importa me llevo este pedazo de carne y os dejo seguir vuestro camino, ja nee

Tal como ha llegado se vuelve a ir, caminando entre los árboles, dirección al camino ya andado, los pasos ya hechos, ha sido una visita fugaz, ¿Inquietante? ¿Relevante? ¿Lo esperábais?

Tras esto Kin ha recogido todo lo que el bandido ha desperdigado por el suelo, mientras murmura por lo bajo, imitando el sonido repipi de la voz de Junko y dándole un tono mayor de sumisión: Es todo lo que tenemos - oh por favor cójalo y siga su camino , Kin, a quien no le gusta de discutir, vuelve a su apatía y silencio tras la bronca cometida, procurando alejarse de Oidashi, procurando ni siquiera mirarle o acercarse, con tal de no tener que escuchar la entrometida voz de Junko de nuevo.

 

 

Es obvio que asegurar el perímetro ya no servirá de nada, y Kin no hace comentario al respecto, y a los veinte minutos de discutir o pensar acerca de lo ocurrido vuelve Chôza, bastante sucio y despeinado, con zarzas y hojas por el largo pelo y su ropa rasgada, parece haberse dado una buena carrera y no ser demasiado ágil en lo que a reconocimiento del terreno supone.

Sublime, siento la espera muchachos podemos seguir

Recogeis los bártulos y él espera pacientemente, estais bastante más descansados y dispuestos a seguir el camino, queda la tarde por delante y el sol no tarda en ponerse, de lo que se puede esperar una jornada a paso apretado a través del bosque.

Había visto algunas señales de actividad: Huellas, olores, algun hilo perdido que habia traído el viento al internarnos en el bosque; y temia que hubieras bandidos je je, por eso me adelanté

Si hubiera encontrado alguno os hubiera despejado el camino, sublime sublime

Los tres jóvenes os mordeis los labios, francamente Akimichi-sensei acababa de demostrar tener poca o ninguna idea acerca de vigilancia y reconocimiento del terreno, sin embargo, era un Jôunin, y tan bajo entrenamiento en un aspecto tan básico solo podía reflejar un gran potencial en el resto de campos ninja, por lo que, no resultaba conveniente o tal vez prudente demostrarle su torpeza a voz abierta, menos aún siendo el primer día y vuestra primera misión.

Notas de juego

*nos vemos !

Cargando editor
21/03/2010, 02:45
Mujina Oidashi

El suspiro de alivio no se hizo esperar en cuanto el bandido aceptó la carne y se marchó. El lado bueno del asunto es que no había descubierto las cartas que llevaba y se habría imaginado que estábamos realizando algún entrenamiento especial, pero ese tipo de cosas carecían de importancia cuando el hambre acucia y te ofrecen algo de carne para seguir el camino sin más problemas. Ahora deberíamos esperar que el peaje del bandido no acabara por causarnos problemas cuando regresara Akimichi-sensei y viera que de repente había mucha menos comida, porque eso si iba a ser algo de lo que rapidamente se daría cuenta.

Y por si no fuera suficiente, otro posible foco de discusión parecía haberse avivado entre las dos chicas cuando Souda-san se burla de la actitud y maniobra de Junko-san, bastante exitosa por fortuna y que nos ahorro un indeseado combate, pero al mantenerse a una distancia prudencial e ignorar a la otra hace que las brasas no acaben en hoguera.

Así es como nos encuentra el jounin cuando regresa como si se hubiera caido en unas zarzas en busca de moras, separados unos de otros en completo silencio y con la sensación de que un cuchillo podría cortar el aire entre nosotros y hacerlo lonchas listas para servir. Pero lo que de verdad vuelve a dejarnos sin palabras, al menos a mi, es la explicación por su desaparición. Me deja con la sensación de cuando se te cae un mito por la experiencia vivida, una que además no sería prudente comentarle para no herir su orgullo o acabar siendo blanco de algún castigo por no haber evitado ser detectados.

Por lo que acabo levantandome preparado para seguir el camino mientras el cantar de los ruiseñores anuncia el final del día en el bosque.
 

Cargando editor
21/03/2010, 16:22
Junko Akari

Contenta por no haber tenido que llegar a desenfundar las armas con aquel hombre, Junko se mantuvo impasible hasta que éste desapareció entre los árboles y luego se giró hacia sus compañeros, en espera de su aprobación o rechazo ante su manera de actuar. Pese a estar mentalizada, no pudo evitar sentir un latigazo de furia al escuchar la burlona imitación de Kin La voy a... pero se contuvo a tiempo, pues empezar de nuevo su pelea con ella no haría más que dejarla como a una niña pequeña.

El maestro no se hizo esperar, y al poco tiempo pudieron verle de nuevo aparecer por el camino, si bien su aspecto dejaba bastante que desear ¿Como es posible que haya acabado así? Se diría que haya estado acortando a toda velocidad por mitad del bosque... Su aparente ineptitud se acentuó más todavía cuando les explicó el porqué de su avanzadilla de exploración No puede ser pensó mientras se mordía los labios Por muy negado que sea en el campo de la percepción y el reconocimiento del terreno algunos conocimientos básicos tiene que tener... se dijo a si misma ¡Pero si es un Jounin! Es imposible que haya conseguido ese rango, y mucho menos sobrevivir a sus complicadas misiones, si hasta un vulgar bandido puede burlar su vigilancia. A menos que...

Todas las piezas encajaron de golpe, al menos desde el punto de vista de la pequeña Junko- Akimichi-sensei, ahora que has vuelto te lo agradecería enormemente si me iniciases en los secretos del Hegen no jutsu* -le dijo con absoluta devoción mientras caminaban- Nunca se me dió muy bien en la academia, y esta claro que sus usos son casi ilimitados...

Le miró fijamente intentando leer su expresión ante lo que iba a decir- Aunque, si te soy sincera, nunca se me hubiese ocurrido que un maestro pudiera utilizarla para amenazar a sus discípulos con una katana y robarles todo el dinero

Notas de juego

*Técnica de la transformación

Cargando editor
21/03/2010, 17:11
Mujina Oidashi

Las palabras de la kunoichi me habían hecho pensar en la posibilidad de que Akimichi-sensei en verdad fuera el bandido, lo cual había era un auténtica locura por supuesto, pero aún era peor pensar que un simple bandido había conseguido burlar a nuestro maestro. Eso si que era descabellado.

- ¡No digas tonterías Junko-san! ¿Cómo iba...?

Empiezo mientras sigo encajando las piezas, pero o la chica tenía razón o definitivamente nos había tocado uno de los mayores ineptos como maestro, así que detengo mi boca para acabar mirando al jounin y añadir un escueto.

- Por que usted no... ¿verdad?

Mi cara debe formar todo un poema a la sorpresa, incapaz de descubrir al auténtico Akimichi-sensei.

Cargando editor
27/03/2010, 00:07
Chôza Akimichi

 

¡Vaya! Sí que sois originales, a mí tampoco se me hubiera ocurrido jejeje, bien Junko presta atención, el Hengen no-jutsu consiste en manipular tu propio chakra para alterar la percepción visual recibida desde el exterior, podría decirse que el Hengen no-jutsu es la base para el Genjutsu, si aún no lo dominas, debes tratar de aprenderlo usarlo como referencia rostros que te sean familiares, para no tener que ocupar toda tu mente en tratar de vislumbrar el aspecto deseado, y tampoco centrarte en el flujo de chakra, simplemente debes formar los sellos adecuados y dejando que por tu mente en blanco solo vague el recuerdo de ese rostro que ahora deseas adquirir.

Chôza da las explicaciones particulares a Junko, obligandole a seguir su ritmo, agotándola más de lo esperado, y dejando algo más atrasados a Oidashi y Kin, quien aprovecha para, lejos de querer criticar a su antipática compañera, reafirmar el punto de vista de Oida-kun acerca de ella, o entablar de nuevo una infantil e infructuosa discusión se dedica tan solo a hablar de sus aptitudes respecto a las explicaciones de Chôza sensei.

Kin~ Se te da bien el Hengen no-jutsu Oida-kun? Yo no conseguí hacerlo, suerte que me examinaron de Bunshin no-jutsu, que se me da mucho mejor aunque tampoco soy ninguna maravilla. He oído que la familia Mujina son guardianes de pactos ancestrales, ¿También tu mantienes el vínculo?

Oidashi solo sonríe sorteando la pregunta, filosofando la respuesta, pensando qué dirá cuando desee responder, pues no son las preguntas algo necesario y vital para continuar caminando, y una respuesta adecuada debe labrarse para entregarse en las mejores condiciones, no importa si se responde horas, días o semanas después, lo importante es responder adecuadamente, es por ello que un ninja debe mantener la cabeza fría con tal de dar las respuestas adecuadas.

Cuando el sol ya está cayendo, Chôza aprovecha la clase impartida a Junko y su pertinente apunte para haceros un examen de Hengen no-jutsu, Oidashi, aunque perezoso, logra sacar de manera dolorosa sus últimas energías para lograr una copia de Chôza-sensei, una copia que deja del todo boquiabiertas a Kin y Junko, parece imposible discernir entre ambos. Sin embargo, Kin o Junko, en un futil intento por extraer unas energías que no sabrían canalizar en la dirección deseada, se les hace imposible replicar la técnica que Chôza lleva todo el camino explicando.

Sublime Sublime - Palmotea Chôza a su alumno Oidashi, quitandole las dos mochilas y colocandose ambas a uno solo de sus enormes y anchos hombros, liberandote así de la carga, haciendo que, tengas ganas de desplomarte y descansar, sintiendo el cuerpo tan ligero que podrías caer cual pluma sobre la hierba junto al camino y no sentir el frío de la gélida noche.

Pero para vuestra sorpresa, ya se pueden ver las casas de planta baja de Obake no-mura, sus siniestras guirnaldas y velas iluminan la puerta del pueblo, y los fuusen tintinean a vuestro paso al pisar la calle desierta en la que ni el viento se atreve a soplar. Aunque su nombre así lo indique, no es esta una ciudad fantasma, y algunos ancianos curiosos se asoman a las ventanas a ver a los forasteros que llegan en la noche, dos hombres que estaban jugando al go en un salón se despiden hasta otra refugiandose en sus casas con la mirada de sospecha sobre los desconocidos que recién llegaron al pueblo, y nadie parece dispuesto a celebrar vuestra llegada

Es vuestro turno- Sonríe Chôza- Buscad alojamiento, preguntad, presentaos, debemos encontrar quien nos acoja

Notas de juego

Tras la narración de como, quien, bajo que circumstancias, la casa, y un poco como imaginais Obake no-mura, lanzad una tirada de percepción Diff6. Quien la consiga obtendrá una respuesta positiva y podrá narrar como el grupo se aloja en la casa y pasa la noche.

Cargando editor
27/03/2010, 00:44
Mujina Oidashi

Al final nos habíamos ganado una clase teórica sobre el Hengen no-jutsu bastante innecesaria para evitar pensar en que nuestro sensei era poco más que un vago, incapaz de descubrir a un bandido después de detectarlo, que además poseía la delicadeza de un elefante en una cristalería y al que le resultaba imposible evitar acabar lleno de arañazos durante una búsqueda que, en principio, debería ser discreta.
Definitivamente nos había tocado uno de los peores sensei de toda Konoha según lo demostrado hasta ahora y empezaba a preguntarme si ese loco vestido de verde no hubiera resultado una opción mucho mejor. Aunque eso era un pésima idea, en especial tras recordar el haberlo visto "entrenado" haciendo varias millas usando las manos como pies al contrario del mundo.

Debo darle alguna oportunidad.

Me repetía a mi mismo una y otra vez mientras Akimichi-sensei se aseguraba de que aprendiéramos bien los sellos desde hace diez minutos. Quizás por esa insistencia, Kin decide hablar conmigo.

- ¿Se te da bien el Hengen no-jutsu Oida-kun? Yo no conseguí hacerlo, suerte que me examinaron de Bunshin no-jutsu, que se me da mucho mejor aunque tampoco soy ninguna maravilla. He oído que la familia Mujina son guardianes de pactos ancestrales, ¿también tu mantienes el vínculo?

Me pregunta como una escopeta haciendome sonreir timidamente para ganar tiempo.

Puede que se aburra, no le culparía por ello.

Medito pero el cansancio impide que logre analizarla completamente, más aún con lo difíciles que son de entender las mujeres desde mi punto de vista. Pero por fortuna, aún no se ha iniciado ninguna discusión por lo que me decido a responderle.

- Bueno, no se me da mal la técnica. - concedo a la primera parte un poco azorado - Pero no nos dedicamos a guardar cosas de ese calibre. Generalmente vigilamos los almacenes de provisiones, guardamos registros sobre ellos y cosas por el estilo. Llevamos un vida muy sencilla.

Esquivo la pregunta aunque el rubor vuelve a cubrirme por completo, puede que provocado por la falta de sinceridad a la pregunta o por el hecho de obligarse a hablar de manera tan directa. Conociéndome, provablemente se deba más a lo segundo, pero Kin no parece muy convencida con mi respuesta por lo que agacho la cabeza y me dedico a mirar el lugar donde piso no vaya a ser que una piedra me haga caer con todo el equipo encima.
Continuo de la misma manera, mirando al suelo e ignorando la mayor parte de las explicaciones de Chôza hasta que éste decide haber encontrado el momento ideal para que le demostremos lo buen maestro que resulta haciendonos usar la técnica.
Me detengo para recuperar el aliento antes que nada, porque al contrario que el resto, yo he sido el único que ha ido cargado con las dos mochilas durante todo el viaje y eso es algo que acaba pasando factura.

Perro, Jabalí, Cabra invertido.

Pienso mientras ejecuto los sellos con bastante pereza, sin duda fruto del cansancio, pero en cuanto los acabo otro Chôza aparece en el grupo en mi lugar.

- Sublime. Sublime

Escucho su aprovación y desago el jutsu completamente rendido. Desconozco como aún consigo mantenerme en pie, puede que simplemente sea la inercia de haber permanecido erguido durante casi todo el día. Ni siquiera me percato de cuando me quita las mochilas hasta que no las veo en su hombro, seguidas de las luces del pueblo fantasma.

- ¡Por fín hemos llegado!

Suspiro aliviado y casi sin fuerzas como para alcanzarlo, así que acabo realmente sorprendido cuando mis pies aceptan recorrer la última parte del trayecto animados por el repentino alivio de la carga y la posibilidad de por fín poder descansar adecuadamente.
La gente no parece muy diferente del resto del mundo tal y como puedo comprobar, los ancianos juegan al go, una mujer se afana por volver a casa con una cesta llena de hortalizas varias, un gato decide que es el momento ideal para escapar por un hueco en una reja... y ni rastro de los fantasmas que indica el nombre del lugar.

- Es vuestro turno. Buscad alojamiento, preguntad, presentaos, debemos encontrar quien nos acoja.

Interrumpe mi inspección del pueblo a simple vista nuestro sonriente sensei con otra tarea que por fortuna no resulta en una nueva competición y que además no me encuentro con fuerzas por completar. Así que no resulta sorprendete que ni siquiera me salga la voz cuando me acerco a un hombre que parecía volver a su casa.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d10
Motivo: Buscar un sitio para dormir antes de que me duerma
Dificultad: 6+
Resultado: 2 (Fracaso)

Cargando editor
02/04/2010, 17:20
Junko Akari

Nada convencida de la aparente inocencia de Chôza, Junko no pudo más que morderse la lengua, temerosa de despertar la furia de su maestro si le seguía acusando de forma más directa. Sin embargo pronto deseó haberlo hecho, pues la lección sobre el hengen no-jutsu que ella misma se había buscado con sus empalagosas palabras le estaba siendo imposible de seguir Más parece un castigo se dijo, al tiempo que miraba con envidia y reticente admiración a partes iguales como su compañero la ejecutaba a la perfección.

Para alivio suyo, no tardaron en llegar a su destino, y la visión de la tranquila normalidad del llamado Obake no-mura* fue toda una liberación para la joven, que en aquellos momentos sólo deseaba que alguien la llevase a un lugar donde pudiera cenar caliente y dormir en una cama de verdad Parece que Akimichi-sensei quiere lo mismo que yo... pensó con algo de rencor cuando éste les comunicó su nueva tarea.

Casi arrastrándose los pocos metros que le quedaban hasta la puerta del pueblo, Akari las cruzó y se dirigió a la primera persona que vió por la calle, una mujer de aspecto agradable que empujaba a sus hijos para que se metieran de una vez en casa- Disculpe, soy kunoichi en prácticas de la villa de la hoja y estoy buscando un sitio donde poder pasar la noche con mis compañeros. Se lo agradecería inmensamente si... -el portazo la cortó en seco. Resignada a pasarse todavía más tiempo andando, se dirigió a la siguiente puerta y llamó con suavidad

Perdone, somos alumnos de Konoha y necesitamos un lugar donde guarecernos hasta mañana, ¿Podría usted acogernos? Le pagariamos encantados por las molestias... -el silencio del interior hizo que le rechinasen los dientes, más aún teniendo en cuenta que los habitantes de la casa ni siquiera se molestaron en apagar las velas para fingir que no estaban. Furiosa, se recorrió a grandes zancadas todo lo que quedaba de avenida, parándose en frente de la vivienda más lujosa que encontró

¡Somos poderosos ninjas de la hoja, y les exigimos que...! -media hora más tarde se paseaba desconsolada por las calles, tras haber suplicado, amenazado y chillado a lo que le habían parecido todos los habitantes del lugar.

Completamente derrotada Junko se derrumbó en un rincón, y cuando estaba segura de que nadie la miraba, comenzó a llorar quedamente- ¿Te encuentras bien, pequeña? -la voz le llegó unos minutos después, y al instante levantó la vista azorada. Una anciana la miraba desde el umbral de en frente, la luz de la luna dibujando extrañas formas en su arrugada piel

Y-yo... soy de Konoha... sólo quería... -empezó a farfullar Akari entre hipidos

La vieja asintió- Has hecho un largo viaje y necesitas una cama para pasar la noche ¿No es eso? -la joven movió la cabeza de arriba abajo débilmente- Bueno, no acostumbro a dejar pasar a cualquiera, pero supongo que si es sólo por hoy no habría ningún problema... -sonrió dejando entrever los pocos dientes que le quedaban

¿E-en serio? -la Gennin se limpió los ojos con el dorso de la manga- No sabe cuanto se lo agradezco, ya pensaba que nadie nos resguardaría... de verdad, no se lo que hubieramos hecho si no llega a ser por usted, nunca podremos pagárselo lo suficiente, yo... -las palabras se le atragantaban, y tardó más de cinco minutos en decirle lo mucho que les había ayudado, pero finalmente salió en busca de sus compañeros

Con la satisfacción de haber cumplido con su deber recorriendole por el cuerpo, la joven escaló rápidamente a una de las casas más bajas y siguió su camino saltando de tejado en tejado. Apenas unos instantes después pudo ver con claridad el brillante pelo rubio de Kin alumbrado por las antorchas y farolillos, pero lo evitó cuidadosamente Antes quiero hacer algo

Acechando por las alturas, no tardó en encontrar a su presa Con cuidado, con mucho cuidado se fue deslizando por lo que quedaba de la cornisa y después saltó en completo siencio, la viento nocturno agitándole el cabello- ¡Mujina-kuuuuuuuun! -cayó pesadamente sobre su espalda y enroscó sus piernas alrededor de su pecho- Ya se donde vamos a pasar la noche, Oi-da-kun -le dijo acercándole los labios al oído

- Tiradas (1)

Tirada: 1d10
Motivo: Percepción (a secas ^^)
Dificultad: 6+
Resultado: 8 (Exito)

Notas de juego

*Pueblo fantasma

Siento no haber posteado todos estos días, estaba celebrando el fin del trimestre ^^ Decir que mañana me iré a mi pueblo, pero a partir del domingo ya estaré todos los días.

Bueno, como siempre hago primero la tirada para saber como me va la cosa y así poder continuar después mi mensaje :D

Dejo el post aquí para que no se haga kilométrico ^^

Cargando editor
04/04/2010, 01:10
Mujina Oidashi

El hombre parecía atareado, al menos sus pies habían decidido no permanecer demasiado tiempo en un mismo lugar y rápidamente se levantaban de donde eran apoyados para volver a posarse unos centímetros más alante. Entre su andar acelerado y mi vacilación en preguntarle, había pasado delante mía como un caballo al galope, dejándome con la sensación de haber sido ignorado deliveradamente y desanimándome por completo.
Escuchaba a la gente continuar pasando a mi lado, preocupados por sus asuntos, riendo un comentario de un acompañante o simplemente despidiéndose antes de separar sus caminos, mientras que yo permanecía casi como un estatua en mitad de la calle intentando forzar a mis sentidos a volver a despertarse para completar nuestra tarea.
Ese fue el momento que eligió Junko-san para atacarme, o al menos así es como me sentí yo al sentir como tras gritar mi apellido, alguien me aprisionaba con fuerza el pecho con unas piernas que amenazaban acabar con cualquier intento de respirar, sus brazos no tardaron en completar la presa sujetándome a la altura de los hombros y entrelazándose a la altura de mi garganta. Su peso amenazaba con desequilibrarme, obligándome a dar algunos pasos para evitar besar el suelo y de haber continuado cargando con la mochila, es seguro que hubiera acabado con toda la cara de barro. Y entonces escuché la voz de mi compañera junto a mi oído.
Incapaz de entender los matices de su tono y más preocupado por no acabar derribado, apenas entendí que había conseguido acabar nuestra misión y había localizado un lugar donde descansar.

- ¡Junrr... ghre!

Por desgracia, ahora si que mi voz se negaba a salir, aunque fuera temblorosa como mis piernas que amenazaban con ponerse en huelga y dejar de mantenerme en pie, pero la presa de Junko-san resultaba muy eficiente y sólo me dejaba la salida de dar paso a la opción de caer rendido y de culo. Pero la kunoichi ni siquiera vaciló en su llave, dejando claro que estaba a su merced.

Cargando editor
04/04/2010, 02:15
Chôza Akimichi

Kin vuelve entre un jardín de malas hierbas para ver la escena y acercarse a un lado con los brazos en jarra, observando molesta una escena de tan mal gusto. Chôza sin embargo se ríe tan fuerte que un fornido hombre de pecho descubierto con un azadón en la mano se acerca también para observaros desde una aún larga distancia.

Vuestro sensei sonrie y las mollejas de sus mejillas se echan a los lados en esa oronda cara de luna, de rostro bonachón y afable, que tanta duda deja entrever acerca de, ya no si es un buen ninja, tan solo, si acaso es un ninja, tal vez solo sea un mero funcionario de Konoha que hace las veces de profesor. En cualquier caso sus casi cerrados ojos negros observan a Oidashi felicitandole una vez más.

Vaya Oida-kun, eres también un monstruo con las mujeres. Dominas el ninjutsu muy bien y eres prudente... uhmmm...

Recuerdame hacerte un examen mañana.... sorpresa, jejeje, eres un joven prometedor sí señor

Mi padre solía decir, si a las mujeres sabes tratar, dejate de ninjutsus y dedicate a f... atthó athó

Mi familia siempre fué brusca, en fin, Oida-kun, Kin-san, Junko-chan, ¿Habeis encontrado algo?

Cargando editor
04/04/2010, 21:18
Junko Akari

¡Yo si! -exclamó Junko mientras aflojaba un poco su presa sobre Mujina y se deslizaba de su espalda al suelo, pero manteniendo los brazos alrededor de su cuello con suavidad- No he estado perdiendo el tiempo como otras... -lanzó una mirada de superioridad a Kin asomándose por encima del hombro de su compañero ¡Ja!- Una amable señora ha aceptado darnos alojamiento por una noche -señaló el lugar aproximado- Aunque... no se si cambiará de opinión cuando nos vea a todos juntos... -su mirada se paseo por la imponente corpulencia de su maestro, pero decidió que lo más sensato era no insistir con el tema

Sin previo aviso, cogió a Oidashi por el brazo y empezó a arrastrarlo con insistencia por la calle, pavoneandose justo por delante de Souda como quien pasea orgullosa su trofeo Esta vez gano yo pensó con infantil regocijo- ¡Es por allí! -no le costó mucho llevarles por el camino correcto, pero después tuvo que recurrir a todos sus trucos de persuasión y varias docenas de súplicas para que la anciana les dejara hospedarse allí después de contemplar la oronda magnificencia de Chôza- Vamos Oida-kun, no sea que no halla futones* suficientes...

Notas de juego

*Camas a ras de suelo típicamente japonesas (como un colchon, vamos)

Me quedo aquí por si Oida-kun quiere añadir algo ^^ o pasamos directamente (no creo que los ninjas enemigos sean tan crueles como para asaltar la casa de un anciana XDDDDD) al día siguiente.

Cargando editor
04/04/2010, 23:03
Mujina Oidashi

- Umpj...

Intento contestar a nuestro sensei sin que las palabras lleguen a salir pese a que Junko ya había aflojado su amarre. Al parecer ya no tenía ni fuerzas para hablar, exausto por el viaje, sólo esperaba poder tumbarme y descansar hasta que el sol estubiera tan alto que en lugar de desayunar anunciara la hora de la comida.
Lamentablemente, Chôza-sensei no dejaría que pasara tanto tiempo en la cama, más cuando planea examinarme de a saber que asunto que no pienso recordarle.

- Yo...

La primera palabra que consigo hacer salir de mi boca es rapidamente interrumpida por un ataque de tos mediante el cual mis pulmones intentan volver a recobrar el aire, por lo que tardo en acabar la frase.

- Yo no encontré nada sensei...

Pero antes de que pueda poner ninguna excusa me veo arrastrado por Junko por mitad de la calle emocionada por su éxito sobre mi y Souda. La sensación de ser un muñeco a su merced me inunda como si hubiesen abierto una presa y yo me encontrara en mitad del río.
Mientras me arrastra puedo ver como Souda-san nos mira con rabia y nos sigue tras Akimichi-sensei silenciosa, provablemente acordándose de toda la familia de su rival y buscando alguna forma de ponerla en evidencia y que, por desgracia, acabará conmigo en medios.
Al final llegamos a la casa de la señora que había accedido a dejarnos pasar la noche, la cual no era nada del otro mundo pero nos serviría para descansar una vez volviéramos a convencerla de que nos permitiera descansar a todos.
El pequeño detalle de que no hubiera futones para todos no resultaba en absoluto preocupante, porque hubiera dormido sobre un risco azotado por ventiscas con tal de que me dejaran el tiempo suficiente, aunque la otra chica ya parecía dispuesta a un nuevo enfrentamiento con Junko.

- No te preocupes Oida-kun, ya compartiremos uno si es necesario.

Su tono resulta un poco picante, quizás esperando provocar más a la otra que por cualquier otro motivo, lo cual hace que se me caiga el alma a los pies haciéndome palidecer ante esa posibilidad al tiempo que intento buscar a Chôza-sama con la mirada suplicando un poco de ayuda.

Notas de juego

Jajaja

Cargando editor
10/04/2010, 16:21
Director

Es una casa muy amplia y lujosa, llena de jarrones de porcelana llenos de polvo hasta casi cubrir por completo las paredes, la anciana arrugada de piel clara llena de manchas tose continuamente, y entre jadeos y movimientos engarrotados os lleva con sumo cuidado hasta una habitación donde os comenta muy molesta por la mala educación de las dos jovencitas:

 Aquí dormireis vosotras dos, teneis los futones en el armario athó ahtó

Muchacho sígueme athó athhó - conduce a Oida-kun hasta otra habitación donde le tiende un fuuton junto al de Akimichi-sensei -  vosotros aquí

 

La casa en general está bastante sucia y Akimichi arruga la nariz algo molesto en una habitación al parecer por muchos años abandonada ricamente adornada de carteles antiguos de madera fina, pero finalmente se resigna y despidiendo a la anciana se tumba en el jergón - Kobanwa Oida-kun* , y a no mucho tardar, cuando el silencio se adueña de la casa se queda dormido dejando a Oidashi en lo que va a ser una molesta y muy ruidosa noche a causa de unos ronquidos que bien pudieran ser los de un enorme y mórbido dragón

En la habitación de las dos muchachas Souda Kin coge un fuuton del armario empujando el resto hacia el fondo a fin de llenarlos de polvo y al girarse golpea con el colchón a Junko, haciendo ver que es un torpe descuido - Ups, lo siento zorra - Se aleja bastante de la puerta o el armario y tiende el fuuton de manera extraña contra una pared, en la que se acuesta de lado y queda con los ojos entreabiertos esperando a que su odiosa y tediosa compañera tome el sueño también.

Notas de juego

*Buenas noches Oidashi

Os pediria ahora que narrarais un sueño de vuestro pj (si podeis dormir xD )

Y lamento la espera en que os tengo :(

Cargando editor
13/04/2010, 22:25
Mujina Oidashi

¿Buenas noches?

Me preguntaba yo con los ojos como platos en cuanto nuestro sensei se durmió. Era más que posible que con esos ronquidos no pudiera ni siquiera cerrar los ojos.
Mi imaginación empezaba a jugarme malas pasadas porque cada respiración parecía el inicio de un pequeño terremoto que seguramente acabaría derribando la vieja casa, el polvo se elevaba y descendía como si un huracán hubiese aparecido en el interior de la habitación mientras yo empezaba a rezar porque el jounin no se moviera en sueños... al menos no demasiado.
Intento esconderme debajo de las mantas en un vano intento por evitar escuchar ese ruido que podría detener una estampida en seco, dejandome claro que si pretendo descansar debo idear algo como si de otra misión se tratara.
Me levanto y noto el frío del suelo subirme desde los pies como una serpiente, aunque así no haré mucho ruido, por lo que busco en derredor algo con lo que taparme los oídos o a él la boca, pero los viejos carteles se muestran inútiles a tal efecto y me obligan a buscar otra solución encontrando los calcetines que rápidamente son desechados al no querer meterle los mios en la boca y evitar tocar los suyos.
Acabo saliendo de la habitación al pasillo arrastrando el futón conmigo.

Quizás pueda encontrar otra habitación en la que pueda dormir.

Cargando editor
22/04/2010, 15:19
Junko Akari

La cara de Junko se puso roja de furia- Serás... -las brutales palabras se le atascaron en la garganta, al tiempo que abría y cerraba los puños con rabia No te dejes provocar, no te dejes provocar... Haciendo un colosal esfuerzo, la joven dió la espalda a su compañera y con gesto orgullloso sacó otro de los futones del armario, lo sacudió con fuerza y lo colocó en la otra punta de la habitación.

Acostándose con una mirada llena de rencor puesta en Kin, le pareció oir unos débiles ruidos en el pasillo, pero los descartó de su mente enseguida cuando ésta se llenó de dulces fantasías de dolor para su compañera. Sin embargo, sus imaginaciones no le duraron mucho tiempo, pues enseguida el agotador día de marcha hizo que los párpados empezaran a pesarle, y pocos minutos después caía profundamente dormida.

Soñó que caminaba, andaba sin descanso por campos de afiladas cuchillas rosadas- ¡Mis sandalias! ¡Se me están llenando de orugas! -pero el maestro estaba delante y no podía flaquear en su presencia ¿O no era él?- ¿Oidashi-sensei, desde cuando habéis engordado tanto? -la imponente figura se giraba hacia ella con las manos llenas- Las cartas están deliciosas, prueba una -le decía mientras agarraba el fardo de la correspondencia y se metía un puñado en la boca. Crujían, crujían como las galletas que hacía su madre- ¿Quieres una? -galletas por todas partes, furiosas y hambrientas. Braceaba desesperada para librarse de ellas, pero las babas de Mujina la envolvían, la inmovilizaban. Un gran pájaro de melena roja la agarraba- ¡Aprende a transformarte! -graznaba, y se la llevaba volando, flotando entre malignas nubes de tormenta de color rubio.

Akari se despertó algo confundida, los primeros rayos de sol entrando ya por la ventana. Somñolienta, se levantó de la cama y fue hacia la puerta corredera, pero por el camino se lo pensó mejor y regresó para pisotear a Souda- Uy, lo siento ¿te he despertado? -le dijo con voz pretendidamente inocente, y antes de que la aturdida muchacha pudiera contestar, Junko se escabulló de nuevo hacia puerta y la abrió para salir. Justo a tiempo pudo percibir una figura que se agazapaba en el suelo. Aún algo adormilada, retrocedió tambaleándose al tiempo que buscaba un kunai con dedos torpes y se esforzaba por enfocar a su objetivo.

Vaya Mujina dormía plácidamente tendido en medio del pasillo. La joven sonrió al darse cuenta de quien era, y ya completamente despejada guardó el arma y se inclinó con cuidado junto a su cabeza- Oida-kun -le susurró suavemente al oído- Hora de levantarse -y se sentó encima de él riéndose

Cargando editor
22/04/2010, 21:28
Mujina Oidashi

- ¡Arrrrrrg!

El dolor que puede causar alguien a sentarsete encima sin aviso no puede describirse con palabras, empiezas por el agudo pinchazo en la tripa que lucha por sacar una comida ausente en dirección opuesta a la natural, le sigue la sensación de desorientación acuciada por la somnolencia y después de esa sensación tan poco recomendable es cuando, por fín, te das cuenta que has acabado durmiendo en el pasillo. Un despertar nada agradable, para que negarlo.

¿Quién ha sido?

Me pregunto intentando reconocer la voz que soñé antes del fastuoso despertar, pero mi cabeza sólo consigue conectar senderos interminables tras los que comenzaban llanuras sin fín con gigantescas montañas al fondo. El eco de los ruiseñores aún retumba en mis oídos ensordeciendo cualquier otro sonido excepto aquella voz que empieza a repetirse una y otra vez hasta que consigo abrir los ojos en condiciones y comprendo quién se ha sentado tan de repente encima mía.

- Junko-san... levanta... por favor...

Mal día, mala noche y mal despertar, tenía la sensación de que las desgracias no iban a detenerse y continuarían hasta el final de mis días.

Cargando editor
25/04/2010, 12:16
Chôza Akimichi

La vieja os invita a desayunar un poco de pescado a la plancha que muy madrugadora ya estaba preparando con Akimichi al lado, no apetece nada ahora limpiar las raspas de buena mañana y hay que estar un poco enfermo para preparar pescado para desayunar. Desde el jardín podeis ver el traqueteo del pueblo, un niño arrastra un carro vacio hacia las afueras siguiendo los pasos de su padre, un grupo de ocho críos de unos 6-7 años corretean torpemente por el pueblo haciendo caso omiso a un perro que les ladra pidiendo participar, un hombre ya mayor sale de su casa para sentarse en la puerta a ver la gente pasar y de un lado a otro se escucha el escándalo de que un barco comercial zarpará hoy, y quienes queden por vender a Sung-Yu sus mercancías deben apresurarse pues zarpará al mediodía

Kin se levanta extremadamente sonriente, ya ayer procuró estar callada y a día de hoy no parece que vaya a dejarse increpar por Junko, y por efecto rebote, no parece que vaya a dar muestras de simpatía a Oidashi. Chôza os recuerda el motivo de la misión mientras con mala cara desayunáis el avinagrado pescado.

Buenos días equipo, ahí junto a la puerta teneis el saquito con la correspondencia, sacándo las cartas podeis agruparlas en tres montoncitos facilmente transportables.

Buscad por el pueblo a sus destinatarios y entregadlas, en Obake no-mura hay 21 ninjas de Konoha (ya sean retirados o fuera del servicio, algun día fueron ninjas), algunas de estas cartas llevan un sueldo para algunos excombatientes de la guerra, así que procurad no equivocaros y cuidaos de los impostores

Souda Kin apura el pescado y siendo la primera en coger un puñado de cartas se despide ~Una buena shinobi terminará su trabajo, una pésima shinobi revelará su incompetencia antes de que termine la tarde~ Parecía una sutil amenaza a Junko, sino fuera porque la observa desafiante y directamente mientras Chôza masticaba un boquerón y Mujina prácticamente se atraganta al intentar intervenir a medio-tragar.

Ja nee Chôza-sensei ~ Y saliendo por la puerta de la finca desaparece entre la calle

Aunque de casas bajas, todas de una sola planta, el pueblo de Obake no-mura es muy extenso, ampliado más allá de un gran templo visible desde cualquier punto de Obake no-mura, ubicado en el centro del poblado, los pueblerinos os señalan casas a las afueras que pertenecen de la misma manera al pueblo, y barcos-hogar donde duermen otros muchos, aunque siga sin ser tan enorme y bien construido como Konoha, este parece un lugar donde muchos han ido a parar por despecho, añadiendo su casa de manera desordenada donde les ha parecido

Notas de juego

Por una mañana de trabajo como carteros lanzad 2 tiradas de Percepción. Por cada cifra superior a 5 (5-no incluido), encontrais un ninja a quien dar vuestras cartas. P.Ej. Tiro: 7+0=7  (dos cartas entregadas)

Sacar un uno es entregar una carta errónea a algun impostor caradura

Cada uno teneis 7 cartas, buena suerte :D

Cargando editor
25/04/2010, 12:54
Mujina Oidashi

Era de esperar...

El día había salido perfecto, ni una nube en el cielo, el sol no agobiaba, la gente se divertía en la calle... era uno de esos días que esperas ansioso para ir a comer junto al río con los amigos y pasar un buen rato en el que incluso puedes llegar a darte un baño en las aguas. Pero la mala suerte no hacía más que perseguirme en esta primera misión y esa comida idílica debería ser pospuesta indefinidamente.
Por el momento, el día no había empezado bien con la sutil manera de desperatarme de Junko, después un grandioso desayuno de pescado en el que casi me trago una espina, Kin parecía haberse enfadado conmigo otra vez y ahora me encontraba en mitad del pueblo buscando a dos antiguos ninjas a los que nadie parecía conocer o por lo menos nadie quería ayudarme a encontrarlos.

- Perdone, conoce a...

En estos momentos era un joven de unos veintipocos años que no me había dado tiempo ni a buscar el destinatario de la carta y había seguido su camino. Quizás era debido a mi tono de voz, o a que aún era un niño, pero la cuestión es que ese conglomerado de pequeñas cosas hacía que la gente no me tomara en serio y me hiciera la tarea casi imposible.

¡Debo seguir insitiendo!

Me animo en mi interior mientras me acerco a preguntarle a una verdulera, que poco después me da otra respuesta negativa aunque acompañada por una amable sonrisa que no consigue animarme demasiado.

- Tiradas (1)

Tirada: 2d10
Motivo: Percepción
Resultados: 3, 2

Cargando editor
27/04/2010, 17:53
Junko Akari

Pese al fresco ambiente que se respiraba, húmedo pero vivificante, Junko no fue capaz de disfrutarlo ¿Que habrá tramado esa retorcida rubia teñida? su discreta amenaza le había llenado la mente de paranoias, haciendo que viese sus odiosas coletas escondidas tras cada esquina y convirtiendo los, para otros agradables, rayos del sol en un enemigo más al que enfrentarse, cegándola cuando miraba histérica a aquellos tejados que parecían cernirse sobre ella.

Las horas pasaban y la joven no era capaz de ver más allá de su miedo, un pavor extraño y nuevo para ella. El sudor le caía de forma nada elegante por la frente y cuando levantaba la mano para secárselo, el paquete con las cartas se le escurría hasta el codo Paciencia, no será difícil encontrar a los destinatarios Pero si lo era. Tanto, que muy pronto Akari comprendió que cuando un ninja se retira lo hace para vivir el resto de sus días en paz, escondiéndose tras tretas y argucias para poder dejar atrás a los enemigos de su anterior existencia.

Desde luego esa asquerosa de Kin ha hecho un buen trabajo pensó mientras se dejaba caer derrotada al pie de un raquítico arbol que crecía a un lado de la calle. Hasta ella llegaron los sonidos de un pueblo que parecía vivir a su alrededor, ajeno a su desgracia; los jóvenes corrían al embarcadero con pesados fardos a cuestas, los niños reían alborozados y las mujeres se afanaban en comprar las frutas más frescas a un vendedor que proclamaba su mercancía a voz en grito, mientras que los más mayores se entretenían jugando al sogi entre ellos a las puertas de sus casas.

Junko observó famélica las lustrosas manzanas del puestecillo de la esquina, y al segundo siguiente ya estaba delante de él contando las pocas monedas que llevaba en la mochila ¡¿Tanto por una sola?! gritó escándalizada en su interior al ver el precio No puedo permitírmelo, si me la compro no tendré ni para un mísero puñado de cereales en caso de necesidad Sintió como las fuerzas le fallaban ante la sola idea de tener que continuar la búsqueda sin algo que llevarse a la boca Y la solución está tan cerca... Miró con disimulo a su alrededor. El dependiente charlaba animadamente con una mujer de pelo ensortijado Ni siquiera sabe que existo se dijo, luchando ya por contener aquella dulce tentación. Estiró el brazo lentamente, deteniéndose a medio camino Yo... La punta de sus dedos ya tocaba la tersa piel de la manzana...

Una despiadada mano le retorció la muñeca- ¡¿Es eso lo que os enseñan ahora en Konoha?! -estaba rodeada por los cuatro hombres que hace unos instantes jugaban inocentemente al sogi.

¡Sólo estaba midiendo mis habilidades, lo prometo, no pretendía...! -arrugas de furia aparecieron en las caras de sus asaltantes, marcas prematuras de vejez fruto de una vida de sufrimiento y dolor. Pero lo que más le llamó la atención a la joven fue el familiar símbolo que el más rezagado lucía en un anillo

¿Sois ninjas de la hoja? -preguntó con ansiedad. Ninguno respondió, pero por las miradas que cruzaron Akari supo que estaba en lo cierto- Soy gennin de vuestra villa, he venido hasta aquí con mi maestro para entregar estas cartas a los antiguos shinobis...

La desconfianza brilló en sus ojos cuando llevó la mano al paquete de la correspondencia- ¡Trae eso! -le dijo uno con brusquedad, al tiempo que se la arrancaba de las manos. La revisión fue corta pero exhaustiva, y al terminar hizo una breve señal con la cabeza y el grandullón que la apresaba la soltó al instante- Muy bien, nosotros nos encargaremos a partir de ahora. Tú puedes irte, pero si te volvemos a pillar robando te cortaremos las manos -Está exagerando Pero por si acaso se limitó a quedarse calladita hasta que el grupo desapareció por una callejuela lateral.

No me fío de ellos Junko sabía que lo más sensato era volver con su maestro y deciir que ya las había entregado todas, pero algo en su interior la impulsaba a seguirles. Con toda la rapidez que fue capaz de reunir, la muchacha se metió por otro de aquellos angostos pasillos y trepó hasta el tejado impulsándse en los alfeízares de las ventanas. Con un breve vistazo desde su posición situó a sus objetivos y se puso a segurlos saltanto ágilmente por las alturas Menudos ninjas superiores No le costó ningún esfuerzo seguirles sin que se dieran cuenta, y muy pronto vislumbró su destino.

Parecía un local de reunión de antiguos combatientes Vaya, parece que me he equivocado En seguida salieron más hombres de dentro en respuesta a los saludos a gritos de los recién llegados, y éstos empezaron a repartir las cartas entre ellos con precisión Será mejor que les deje, aquí ya no hay nada que ver se dijo, alejándose sin hacer ruido.

De vuelta ya a la casa de la anciana, donde suponía les estaría esperando el sensei, Akari se dió cuenta de que si todos los ninjas retirados compartían un punto de reunión les sería facilísimo entregar el resto de la correspondencia. Con ello en mente y una sonrisa en el rostro, bajó disimuladamente al suelo y empezó a preguntar por un chico de su edad con una bandana como la suya y expresión tímida.

Media hora y cientos de amables pero desinformados lugareños después pudo vislumbrar al fin la espalda de su compañero, que vagaba perdido por entre los puestos. Sin dudarlo un instante, corrió hacia él y le asaltó colgándose de nuevo a su espalda- ¡Oida-kun! -le gritó al oído, para luego bajar un poco la voz- Alguien me debe una... -y comprobando que aún no había podido repartir las cartas, se bajó y le arrastró hasta una calle menos transitada- ¡Ya no tienes que preocuparte! He descubierto donde se esconden todos, ellos...

¡Maldita mocosa! -el ruido de cuatro kunais al desenfundarse la interrumpió al instante, y aquellos hombres les rodearon cortándoles la retirada- ¡¿Crees que no nos dimos cuenta de que nos seguías?! -le increpó el que parecía el líder del equipo- Supusimos que tendrías compañeros en los alrededores, y estábamos en lo cierto -escupió al suelo con desprecio- No tendremos piedad porque seáis unos crios de teta, así que  será mejor que empecéis a cantar de que aldea sois en realdad y quien os ha mandado aquí y porqué, o si no... -no hacía falta mucha imaginación para suponer el resto

- Tiradas (1)

Tirada: 2d10
Motivo: Encontrar destinatarios (Percepción)
Resultados: 9, 8

Notas de juego

Primero la tirada...

Oooh, ahora me sabe mal por Mujina-kun u.u

Cargando editor
01/05/2010, 01:11
Mujina Oidashi

No evito tragar saliva al verme envuelto en una situación tan peliaguda como a la que me ha arrastrado Junko-san, pero si salimos de ésta seguro que no le deberé ninguna y puede que ocurra más bien al contrario.

- Estoo...

Empiezo, pero es evidente que ando intimidado por la situación y necesito un par de respiraciones más para forzar a salir alguna palabra que nos libre de este embrollo.

- Somos del grupo tres de Konoha. Yo soy Mujina Oidashi y ella es Junko Akari.

Parece que tras la escueta presentación consigo algo más de ánimo para que alguna palabra salga de mi boca.

- Sólo veníamos a entregar el correo.

Anuncio mientras enseño lentamente una de las cartas. Tengo la sensación de que los segundos se convierten en horas mientras lo hago, deseando que no lo consideren una amenaza y ataquen en consecuencia.

Seguro que si Kin-san estuviera aquí sería todo más fácil

Pienso mientras noto como me tiembla el pulso y bajo los ojos para leer el destinatario de la carta escogida.

- ¿Alguno sois... Ichimi Noru?