Partida Rol por web

Junichiro era un hombre tranquilo, así que no le costó comenzar el ejercicio. Sin embargo, habituado a estar siempre alerta en las largas guardias nocturnas y en las patrullas, nunca "desconectaba" del todo sus sentidos, así que perdió rápidamente la concentración en cuanto el monje hizo el primer intento de distraerlo. Sabiendo que ahí había terminado la prueba, simplemente se quedó arrodillado esperando a que los demás participantes finalizasen.

La prueba es tensa y realmente más difícil de lo que podría parecer. En especial tras los tensos momentos recién vividos. Basta abrir los ojos para que los bushi vean todavía algunas hebras de los cabellos de los Suzume, en el centro del área.

Setsuko falla desde el comienzo, en parte por los nervios y en parte por el dolor de la herida que aun presiona su costado. Otro tanto sucede con la joven Kin, a quien algo incomoda, y con el Tsi, nada acostumbrado a la inactividad pasiva

Pasados unos largos minutos, Lanei comienza a circular en silencio por el grupo, inclinándose por sorpresa ante alguien y llamándolo por su nombre, o citando una frase del Tao que rompiera el silencio. Iba al azar y su propósito se logra. Kuni, Daidoji, Bayushi y la Kitsune rompen su concentración en ese momento.

El ambiente sereno los va calmando mientras esperan a los demás. La segunda distracción se hace presente entonces. El sensible Tonbo se agita al sentir el repiqueteo de las campanillas de Lanei junto a su oído. La joven Mirumoto pestañea sorprendida con un zapateo a su espalda que resuena firmemente. Y finalmente el Yasuki tiembla cuando un metálico tañido golpea el suelo frente a si, aunque trata de disimularlo. Lanei es difícil de engañar no obstante, muchos años vigilando a monjes novicios le han enseñado todos los trucos, y toca la frente del puntero del torneo, rompiendo su farsa.

Tras unos momentos, los últimos dos y únicos en superar toda la prueba abren los parpados, saliendo del ensimismamiento. Hay una sonrisa placida en ambos rostros. Resulta difícil decidir, pero algo en los ojos de Kakita Tomoe llama la atención de los jueces. Determinación. Algo que la mirada del Asako no muestra, más resignada y sumisa. Por ende a ella le adjudican la victoria.

No es una prueba agil ni se encuentran en un lugar de celebración. Por ende todos se levantan discretamente, saliendo afuera del sagrado recinto, antes de las charlas y comentarios. Aunque las felicitaciones son lo que debería primar, o el interés en las próximas pruebas… la verdad es que hay muchas otras cosas que decir y pensar.

Setsuko espero la llegada de la nueva competencia, no sin antes prestar atención a un par de detalles que le preocupaban, el primero era el encargo hecho a los sirvientes a primera hora de la mañana; la segunda era la presencia o ausencia de padre e hijo gorriones, cierto que debían purificarse pero sería muy triste que no presenciaran los eventos finales, así fuera desde una discreta posición, ella esperaba ver a Yugoki y darle el presente que había pensado para él, y lo que acababa de pasar no cambiaba en lo absoluto su determinación. 

La concentración se esfumo en un santiamén, la mente de Hiroto estaba abarrotada con tantas cosas que habían sucedido y presentarse a esta prueba había sido más que nada para no faltar el respeto. Quizás Togo-sama se enfadara o peor aún, pero no tenía más que hacer allí. Su cuerpo y rostro mostraron el enojo  que parecía no retirarse con la rapidez que el Escorpión deseaba, sus pies le llevaron al patio y buscar un lugar tranquilo antes de la próxima prueba.

Necesitaba relajarse de una vez por todas o pediría a Togo-Sama partir nuevamente a su hogar, sabía muy dentro que había fallado y eso era peor que cualquier castigo

Aprovechando el tiempo que tenían antes de la siguiente prueba, Junichiro se apartó del grupo principal, buscando un momento para hablar con Yugoki.

Daidoji busca hablar con Yugoki, y su pensamiento es compartido con Setsuko. Pero ambos son informados que ambos, él y su padre, están purificándose en su habitación. Ultiman los detalles para este nuevo camino con sus consejeros. Recién los podrán ver a mediodía, cuando se presenten al almuerzo. 

Mientras estan en eso, se produce una escena curiosa. Una mujercita se aproxima a los jueces y habla con ellos vivamente. Tras unos minutos Togo-sama la despide disgustado, mientras que Chomei luce bastante furioso.

Los dos se aproximan al grupo, haciendo una seña a Hiroto de que también se les una.

-Al parecer… hay una confusión. +les informa escuetamente al estar todos, aunque sus dientitos rechinan+ Los Suzume “olvidaron” que hay una prueba de Pintura. Si recuerdan, ayer Kakita-san gano la prueba de artesanía con una de esas obras. Tendremos que invalidársela y pedirle lo repita.

Menea la cabeza.

-Es una pena sin duda. Lo deje pasar, con el otro asunto en la mente no preste atención a esa irregularidad. Sin contar que alguien +mirando a Setsuko+ también cometió una así, mucho más evidente…

Se frota la barbilla pensativa.

-El problema será decírselo. Se lo puede tomar muy a mal… y es algo que no necesitamos en este momento. Habrá que compensarla de alguna forma. Ustedes quizás han tenido más contacto con ella. ¿Hay algo que puedan aportar?

Por lo que había hablado con Tomoe-san, sabía muy bien que la samurai no se iba a tomar nada bien aquella noticia.

- He hablado con ella y realmente pone toda su pasión en lo que hace. Invalidar su prueba y hacérsela repetir por un error que además no es suyo sería una humillación, después de todo el esfuerzo dedicado y el excelente resultado que obtuvo. ¿No es posible dar su prueba de artesanía como válida? O quizás dar por válida su obra para la prueba de pintura y que realice la de artesanía mientras el resto hacemos la de pintura.

-Los demás participantes pondrían quejas, si ella usa la misma destreza en dos… pero la segunda puede ser. +acepta el sensei, dubitativo. Mira a Chomei, quien había sugerido algo parecido+ Igualmente sigo pensando que no le sentara bien la discrepancia. Aun así, ahora está en nosotros… Lanei-san no se encarga de esta prueba y Mukashino-sama tiene mucho en que ocuparse.

Mira a Daidoji, entrecerrando el ceño. Bueno… siempre queda eso.

-Comunícaselo por nosotros, Daidoji-kun. Si tiene dudas, que nos busque. Fue un simple error de las categorías a fin de cuentas. Aunque me sorprende que los Suzume, tan detallistas en sus registros, recién lo noten ahora.