Partida Rol por web

Los esfuerzos aunados de los tres van consiguiendo mover poco a poco la piedra a un lado... Bajo esta, se revela un pozo escondido entre las rocas. No es demasiado grande, apenas unos 40 cm de diametro, y tal vez 3 metros de profundidad... Nada interesante en si. Probablemente conecta con el rio, en algun punto debajo, ya que hay agua en el fondo que refleja el brillo de Amaterasu entre las hojas del bosque..

Sin embargo, lo que si es llamativo es que en el fondo de este puede verse un brillo azul asomando del agua, como la tela de un kimono.

Anzai distinguió el kimono en un intento de ver si quizás... "Tiene el tamaño adecuado para que un niño caiga en él..." La verdad, podría haber caido ahí, pero era improbable que alguien... "Por favor Anzai, sabes que hay bastardos suficientemente despiadados como para tender la trampa al niño, dejarlo caer y tapar encima el pozo" Pero aceptar que habian fallado en salvar al crío, significaría un fallo en su deber como samurai.

- Veo un Kimono, espero que si a los Kami aún les queda un poco de compasión, no sea el cadaver del chico... - "Los Dioses han abandonado al hombre a su propia seguridad..." Le susurró su propio recuerdo, el día que enterró a todo lo que quería.

No hay ninguna huella de que alguien, ademas de ustedes, halla estado en el area recientemente, lo cual descarta la posibilidad de otra persona tendiendo esta trampa, si eso fuera. Ademas, para poner la piedra encima, deberia ser alguien bastante fuerte...

Sobre que es realmente ese kimono u objeto azul, deberian bajar o encontrar alguna forma de subirlo para poder examinarlo. El hueco es demasiado pequeño para una persona promedio, como bien señalas, aunque no para un niño. (o alguien con la desventaja Pequeño). Tal vez podrian ver como agrandarlo, moviendo todas las rocas, o buscar otra forma de acceder a el...

Higetora echó su sombrero a la espalda y se tumbó en el suelo al lado del orificio. Sujetó su bastón desde un extremo, estirando al máximo el brazo; y siguendo la más antigua tradición de investigación Kuni, pinchó con un palo el trozo de tela flotante, para ver qué se sentía al contacto.

 Se siente medianamente solido. Ademas, se hunde ligeramente, para luego volver a flotar casi al ras.

Junichiro miró preocupado hacia el fondo del pozo

- Tiene mala pinta... Recemos a los kami para que no sea lo que creo que es...

- La esperanza es el refugio de los necios. Así lo dijo Shinsei. Ayúdenme a ensanchar el agujero para que podamos alcanzar lo que sea que flota en el fondo, si son tan amables.- Dijo el Kuni, al tiempo que empezaba a apartar tierra y piedras con las manos.

El hombre llamado Tokiota es el primero en acudir en ayuda del Kuni, arremangandose la ropa con soltura, y empoezando por el extremo opuesto a agrandar el boquete. Su expresion es petrea y silenciosa. No mira el fondo del pozo, solo trabaja. 

 El shugenja también se remanga y ayuda a remover piedras y tierra hombro a hombro con sus compañeros.

Anzai se remangó con decisión y empezó a cavar con cuidado de no abrirse las heridas, ya que sería contraproducente acabar de nuevo lisiado e inutil.

- Debo ayudar, sea quien sea el que esté ahí abajo tenemos que sacarlo...

Algo escrupuloso, no por el trabajo físico, si no por el miedo de llegar a tocar a un muerto si sus temores son ciertos, Bankunaruchi se une a los camaradas, ayudándose de un gran trozo de corteza si es necesario, cortado de un tronco con el wakizashi.

El grupo empieza a cavar, agrandando el pozo poco a poco.. Las piedras y tierra removida se acumulan a los costados...Poco a poco progresan la ardua tarea, mas, cuando llevan unos 15 minutos, el viento parece arremolinarse, y todos oyen muy claramente una voz familiar... La misma con la que debatieran anoche.

-Samurais.... han regresado... Que estan haciendo!?

 Iuchi para inmediatamente lo que está haciendo y se arrodilla en posición sumisa.

Oh gran kami! nuestros deseos no eran de perturbar vuestra paz, busca en nuestros corazones y sabrás que es verdad. Estamos buscando el rastro de un niño desaparecido, un alma inocente ha sido raptada o tal vez separada de su cuerpo antes de tiempo.

Junichiro deja de cavar inmediatamente al oir aquella voz, y se levanta, inclinándose respetuosamente hacia donde proviene la voz

- Así es, espíritu; hemos regresado a terminar lo que empezamos ayer. Seguimos con nuestra búsqueda. He de daros las gracias por vuestro consejo de anoche; nos ayudó a encontrar a la joven que estábamos buscando.

Mmm... asi que esta a salvo, pero continuan otra mision...+murmura la voz. Sin embargo, rapidamente retoma el tono normal.+ Lo que el bosque ha tomado, en el bosque debe permanecer. Cierren ese pozo, samurais... lo que contiene ya no pertenece al Ningen-do. Y aun espero que se cumpla esa promesa de anoche!

Mientras el espiritu habla, el hombre de negro desenfunda su katana, mirando a todos lados. Es evidente por su mirada que no entiende la relacion entre ustedes y el espiritu, aunque por las palabras va haciendose la idea. Sus ojos vacilan entre ustedes y el bosque, como si no se terminara de fiar en lo que esta pasando aqui.

Iuchi observa la acción del hombre de negro, viendo lo nervioso que se encuentra recurre a su carisma natural. 

Buen hombre, guarde su acero, los espíritus guardianes del bosque son inmunes a él, y además. Si se cumplen las promesas hechas a ellos, a veces otorgan recompensas. Hablando de ese tema: Daidoji-san, si no estoy invadiendo su privacidad quisiera saber cuál fue dicha promesa.