Partida Rol por web

El Iuchi saca rápidamente su Wakizashi, y mantiene una mano a su espalda, sosteniendo su equipo de rezos rápidos en caso de necesitarlos. Espera que los BUshi mantengan al espíritu entretenido mientras piensa en una manera rápida de ayudarles.

El garrazo fue certero directo al vientre, pudo sentir el dolor recorrer su cuerpo y casi dejarle en el otro mundo.. la respiracion era entrecortada y finalmente le hizo caer de rodillas sujetandose el estomago; la vista comenzaba a nublarse rapidamente y estaba seguro que pronto quedaria inconciente.

- Moriras.. todos lo hacen pero no me llevaras esta vez contigo - Menciono en un balbuceo

-Calla, humano...+gruñe con desprecio el monstruo, dando otro garrazo, en el pecho esta vez, al malherido escorpion, el cual cae hacia un costado, sangrando profusamente. El kappa se relame las uñas ensangrentadas, parandose junto al Bayushi de modo que sus compañeros deberian pisar al mismo para atacarlo por el flanco.  

-Corran y tal vez vivan. +se burla del resto.

- Eres tu el que debería echar a correr, criatura repugnante

Rápidamente, Junichiro sacó su arco y una flecha, y disparó a la criatura

Tal como temía el unicornio, este kappa estaba sediento de sangre, pero no iba a permitir que le retirasen de su compañía al escorpión, por misterioso que fuere, fue el único del grupo que le ayudó en su parte de las pesquisas.

Shuuujiii haaaaruuu kaaaazuuuu kaaaamiiiii

El resto del equipo estaba bastante concentrado en atacar al Kappa como para ver lo que el magistrado estaba haciendo en ese momento, el ritualismo con el que había sacado el dedo de jade, el chasquido de partirlo por la mitad, la mano derecha sacando el wakizashi, el polvillo verdoso del jade impregnando la hoja mientras esta traza un arco silencioso. De repente, nuestro joven magistrado se lanza concentrado hacia el monstruo, por el chico muerto, por saber que sin la mentira del kappa el niño habría sobrevivido, por la certeza infinita de que ellos habían propiciado esa muerte.

- Ese agujero será tu tumba asesino...

El Shiba se abalanza contra la criatura, desenvainando su katana. Como el protector que es, quiere estar en la primera linea para detener al monstruo...

Desenfunda su espada y golpea velozmente, pero su brazo no esta tan firme ni recuperado completamente del combate con los bandidos... La hoja resbala ligeramente sobre el deforme caparazon, similar al de la tortuga, impidiendole concretar un golpe certero.

Mas cauteloso que el resto, el ronin se coloca en una postura de defensa total, sosteniendo su espada en perpendicular frente a el. Da apenas un par de pasos, que lo pongan entre el camino del kappa y los mas vulnerables Kuni y Yoritomo, mientras su mirada evalua al enemigo...

El Kuni frunció los ojos. No es que el samurái tendido en el suelo le preocupase (después de todo, era un cortesano Escorpión, la cosa más inútil en el Imperio Esmeralda después de un cortesano Grulla), pero su orgullo de combatiente no podía permitirle una victoria, por pasajera que fuera, a la bestia que tenían delante. Así que lo primero sería reducir las capacidades de combate de la misma. Tanteó su bolsa de pergaminos y rápidamente accedió al que buscaba, que se desplegó ante él con practicada agilidad. Entró en contacto con los Kami de Tierra que habitaban a la criatura e intentó convencerlos para que confiriesen la inmovilidad de las montañas a la bestia. Sin embargo, los Kami no se mostraban cooperativos.

Añadió, como una ocurrencia repentiva, un aviso a sus compañeros sobre la naturaleza de la bestia a la que se enfrentaban.

Todos los ataques fallan o rebotan en la gruesa coraza del monstruo, salvo la flecha de Daidoji. Sin embargo, esta, aunque permanece clavada en la piel bulbosa del monstruo, no parece acusarle gran molestia. Por ende la criatura ignora al resto y se abalanza encima de Iuchi, que trata de curar a Bayushi.

-DEJA ESO, HUMANO! ES MIO! +grita con rabia, al tiempo que descarga otro certero golpe, el cual abre una fea herida en el costado del shugenja, aunque por suerte mas dolorosa que profunda... 

A pesar del ridículo aspecto de la criatura, parecía que si que era capaz de enfrentarse a un grupo de samurais. Viendo el escaso efecto que los ataques de los demás habían tenido en la criatura, volvió a disparar una flecha, esperando acertar en un punto más vital esta vez.

El Shugenja hace un esfuerzo por nivelar esta batalla, los ataques físicos no parecen hacer mella sobre aquellla criatura, pero su ataque le había dañado el caro vestido que llevaba, esto enfureció a Iuchi, quien inmediatamente recordó una técnica para invocar un rayo que afecta las criaturas sombrías.

Hisui no kobushi!

Tras haber embadurnado el arma con el polvo de jade y pensar en su misión, se dio cuenta de que la criatura era más resistente de lo que pensaba. Se lanzó al ataque, como el que se lanza sin esperar salir indemne de ello, desvaneciéndose en el ataque. A su alrededor todo era caos, hechizos y sangre, de modo que no pensó, dejando su mente en blanco.