Partida Rol por web

Alberto miró a la mujer con el entrecejo fruncido -Cuide su lengua cuando se dirija a mi. Quizás el pueblo salvaje al que pertenece no conoce las buenas costumbres, pero entre gentes civilizadas a los hombres sabios se los trata con respeto- seguramente la mujer reaccionaría con enojo, a Alberto no le importaba

De hecho eso era justo lo que estaba buscando, quizás el enojo aflojase la lengua de la mujer y le permitiese comprender un poco más al grupo que los acompañaba. Estar tan cerca de magos no le gustaba para nada y menos en un lugar que parecía reaccionar a las protecciones mágicas. Ya había pensado cómo disimular su caída, pero debía esperar la oportunidad precisa para hacerlo.

Dani, ¿hago alguna tirada de conocimiénto feérico para ver si el goblin sabe algo de las inscripciones del pilar?, que me tienes al bichejo abandonaooo

Te lo he mandado en un email a danigreeny80

En las "tierras salvajes" de donde provengo, los ancianos se quedan tranquilos en su estancia, contando cuentos al lado de un provechoso fuego dice Marlene con sorna Además, no he faltado su respeto...guárdese sus susceptibilidades para los ambientes menos hostiles, y déje de quejarse!!! dice ahora molesta volviendose bruscamente.

La pelirroja tenía diferentes lazos de colores entre sus dedos, mientras que seguía con una serie de movimientos con sus manos, tocando brevemente su cabello y dando vueltas sobre sí misma...

-Pues si el ambiente es tan hostil como dice no se que hace danzando en lugar de montar y partir. Si creyera en las leyendas diría que es usted una bruja del bosque- recordó entonces a la criatura que acompañaba a la mujer -Oh Dios- dijo persignándose mientras se alejaba de la mujer -Señor, debemos partir de inmediato. Como os dije estas no son buenas compañías- no se atrevía a decirlo en voz alta, pero estaba seguro que la mujer era una bruja.

—¿Qué si puedo leerlas? —chilló con su aguda voz el goblin de repente, mirando a Oren—. ¿Acaso crees que soy uno de esos leprechauns con cabeza de chorlito? ¡Claro que sé leer! —se acercó al pilar de piedra y, entrecerrando los ojos, empezó a leer—. Ne ingre… ingrediaris… in… ¡bah! ¡Sé leerlo! Pero ese idioma feo de magos y curas no me gusta…

Oh- dice sorprendido el bardo- Si nuestro pequeño amigo habla... y al parecer sabe latin- dice animado- Encantado de poder hablar contigo, ehh - Duda un momento- ¿Compañero?

Mirando la discusion de Marlene y Alberto, trata de mediar en ella- Alberto, Madame, por favor, no discutan. Ya podran hacerlo cuando estemos seguros y lejos de este cambiante tiempo. Que como sigamos asi se estropearan las cuerdas de mi laud y pillare un constipado que me impedira cantar...

Denis escuchó hablar con aguda voz al Goblin Burokt en la lejanía (además en Latín), y no puedo reprimir la continua sensación de asco que le producía este ser, aunque intentaba evitar mostrarlo en publico por respeto a su compañero Oren.

Por todo ello nuestro caballero Denis de Sade se limitó a hacer una mueca imperceptible con la boca y bajar de nuevo la cabeza prosiguiendo el camino detrás de Beoval y delante de Marlene, ya que sino se mostraba así de frío respecto al tema podría volver a meterse en problemas, y lo ultimo que quería ahora es perder de nuevo su valiosa espada (Un mandoble de nombre Jeroh, conseguida en una de sus batallas en Tierra Santa contra el ejercito de Saladino), el único recuerdo de su vida pasada y que aún continuaba con el. 

Marlene se detiene en seco, colocando sus brazos a los costados de su cuerpo, junto con los lazos multicolores. Su rostro reflejaba un rictus serio y el color de sus ropajes y lazos parecían haberse oscurecidos, dandole a la pelirroja mujer un aspecto verdaderamente intimidante.
Con paso decidido se dirije hacia el anciano, haciendo caso omiso a las palabras del bardo...

Por esta vez, dejaré pasar esas palabras soeces...usted no me conoce pero tenga cuidado cuando se dirija hacia mí, anciano. Esta será mi última advertencia...dice entornando sus ojos...Ahora...el camino de vuelta está enfrente suyo, si no le gusta algo de mí o de mis compañeros, regrese sobre sus pasos...Y lo digo por todos que piensen igual que él...

Sus ojos esmeraldas destellaban con el brillo de la claridad.

-No me gusta la compañía de brujas- dijo el sabio manteniéndose firme -Pero debo lealtad a mi señor y si él se obstina en seguiros o se encuentra sumido en alguno de vuestros hechizos nada podré hacer- se giró hacia su Señor -Señor, por favor, comprended que no debemos marchar con estas gentes. ¿Ves cómo al ser descubierta la bruja me amenaza?-

La ligera brisa mecía las extrañas plantas del lugar, moviendo ramas y flores con suavidad, mientras Marlene y Alberto discutían, con Saul intentando calmar los ánimos. Los magos reactivaban sus defensas mágicas, y los mundanos atendían a la disputa, por ahora, a excepción del bardo, en silencio. Mientras, Oren se interesaba por la alta estela de piedra, cuyas palabras en latín no entendía.

Fue entonces, mientras Alberto pedía apoyo a su señor, cuando un zorro de dos colas apareció entre el consejero y la maga de rojizos cabellos. El animal miró a uno y otro, expectante, con su fantasmal cuerpo dejando ver a través de él. Antes de que nadie pudiera reaccionar, desapareció.

Pero no fue la única aparición. Una araña, del tamaño de un perro, se dejó caer de un árbol junto a Oren y el goblin. Un topo de tres ojos surgió bajo los pies de Denis de Sade. Un halcón, cuya cabeza lucía una pequeña corona dorada, planeó pocos centímetros por encima de las cabezas de Cicos y Dolfus. Una ardilla con manos humanas correteó alrededor de Beoval. Una serpiente, dotada de una cabeza en cada uno de los extremos de su largo cuerpo, zigzagueó cerca de Marcus y Frithnand, y de sus nerviosas monturas. Un gallo sin alas ladeó su cabeza una y otra vez junto a Saul, como si esperase algo de él. Los lanceros, algo asustados, apuntaron con sus armas en todas direcciones, esperando un ataque.

Sin embargo, todos y cada uno de los fantasmas, si es que eran tales, fueron desvaneciéndose poco a poco, apenas segundos tras su aparición, dejando a los aventureros solos con la suave brisa de la extraña floresta.

Su Señor no respondía. Se sentía sólo entre aquel grupo de extraños y quizás fuera mejor estar sólo que en aquella compañía. Volvió a montar con cuidado y quejándose por los dolores que le había provocado la caída.

-Mi Señor, si vuestro juicio a sido nublado por los encantamientos de la bruja o, si por el contrario ya no respetas mi consejo. Será entonces mejor que nuestros caminos se separen. Estas criaturas que aparecieron, sólo pueden significar una cosa. Esta mujer practica artes impuras y yo mi señor no puedo permitirme viajar con ella. Espero lo entendáis-

Dicho esto golpeó suavemente los costados del caballo haciéndolo avanzar por el camino que no habían elegido los magos.

Denis blandió su mandoble en dirección a sus pies, sin saber muy bien que hacer contra ese topo fantasmal, así que se limito a formar un circulo dibujado en el suelo sobre la tierra del camino con la punta de la espada, mientras susurraba cerrando los ojos:

El Señor es mi pastor, nada me falta.

En prados de hierba fresca me hace reposar,

me conduce junto a fuentes tranquilas

y repara mis fuerzas.

Me guía por el camino justo,

haciendo honor a su Nombre.

Aunque pase por un valle tenebroso,

ningún mal temeré,

porque Tú estás conmigo.

Al abrir los ojos de nuevo, el topo había desaparecido. La luz del Sol incidió sobre sus ojos y la suave brisa acarició su cara llena de cicatrices dándole a nuestro caballero esa esperanza que, desde el principio de la aventura, había perdido.

Beoval liberó a Vlfbehrt de su vaina y con un grito de furia púsose a lanzar espadazos de un lado a otro mientras perseguía al demoníaco bicho que había aparecido ante él. " ¡Por los hijos de Loki!, ¿qué demonios pasa aquí?...¿qué son todas estas criaturas fantasmales...hemos ido a parar de cabeza a Hel?...¡arrrggghh, morid engendro!"

Lanzaba estocadas a diestro y siniestro, siguiendo la carrera del extraño animal. Propinaba tajos sin parar, al suelo, contra una piedra, con la que emitió un tintineo metálico, contra un árbol, donde quedó atrapada hasta que el muchachote apoyó un pie en el tronco y la sacó de un tirón.

-"¡Argh!..."

La ardilla no paraba de corretear y emitir un sonido que parecía una risa, o eso creía Beoval en su ataque furioso, que mofábase el animal de él. Y redoblaba Beoval su carga, más ofuscado conforme menos podía alcanzar a la criatura...

-"¡¡Aarrgghh!!..."

Empezó a corretear en círculos alrededor de Beoval, que empezó a girar también, con su arma alzada sobre su cabeza, girándola con su muñeca, mientras esperaba para atizarle un golpe, cada vez más rojo, cada vez más cabreado...

-¡¡¡AAARRRGGGHHH!!!..."

Finalmente, parecía que la ardilla había detenido sus vueltas, giros y carreras, y Beoval propinó un tremendo mandoble descendente hacia la posición donde se encontraba la criatura. Mas la criatura se irguió lgeramente, miró al muchacho, y antes de que la hoja llegara a alcanzarla, desapareció otra vez en la nada de donde había salido.

Tal fuerza había empleado Beoval en el espadazo, que al no encontrar su objetivo, de la propia inercia fue el joven impulsado hacia delante, pegando un traspiés y yendo a parar con la cabeza al tronco de un árbol cercano.

-"¡¡CLOK!!...", oyóse el melón de Beoval impactar con la dura madera, para luego dar con sus posaderas en el suelo, donde quedó momentáneamente sentado, aturdido por el bosque y si apuráisme, ligeramente bizco.

-"Brrrrrrrrr..." Sacudió su enorme cabeza, y llevándose una manaza de las suyas a la frente, levantóse un tanto mareado, ayudado en su otro brazo apoyando la espada en el suelo.

Cuando había recuperado la verticalidad, dirigió su mirada confusa al resto de sus compañeros, especialmente a los magos,  y bajó la mano que había tenido en la frente hacia su costado, para luego colocarla con la palma hacia arriba, en claro gesto de pregunta..."¿¿¿Qué diantres anda pasando en este bosque???"

Cicos continuaba regenerando su Parma Magica cuando observó los diferentes animales antropizados que aparecían alrededor de ellos. Por un momento dudó en continuar sus letanías e incluso pronunció los encantamientos más despacio, pero no podía permitirse estar desprotegido frente a ataques mágicos desconocidos (última lección de un aprendiz tras ser nombrado magus Hermei...).

Mantuvo su concentración incluso cuando el halcón se lanzó sobre su cabeza y se quedó más tranquilo cuando todos los animales desaparecieron. En breve terminaría de conjurar sus protecciones y podría analizar los rastros mágicos dejados por las fantasmagorías animales.

Mientras el juglar trata de mediar entre las personalidades enfrentadas de Marlene y Alberto, aparecen animales incorporeos alrededor de la compaña. Con estupefaccion, el Saul admira al gallo que aparece junto a el, sus plumas, su porte, su actitud. Cuando se dispone a tocar al animal, alargando la mano hacia el, dejando de lado la disputa de sus compañeros, este desaparece, junto con todos los demas, y ve como la mayoria de las personas alli ubicadas han visto a los animales y en menor o mayor medida le hacen caso.

Huau, esto cada vez es mas extraño- dice con aire ausente- ¿Que maravillas o peligros nos pueden acaecer en esta aventura?

Como sacada de una ensoñación la serpiente se deslizó entre las patas de su corcel y las del fiel escudero. La imagen lo sacó de la divertida escena protagonizada por su compañero y la bella dama. Como si de niños se trataran discutían sin razón alguna, y aunque se lanzaba improperios y amenazas el caballero no pensaba que fuera a pasar a mayores y contemplaba la escena con una sonrisa en el rostro. Pero aquella serpiente fantasmal que desaparecía tal como había aparecido lo sumergió en el desconcierto, "¿ Quien estaba jugando con ellos?".

Una vez recuperados de la sorpresa inicial reaccionó a las palabras de Alberto "¿ Que le pasaba a su compañero y amigo? El nunca había sido tan impetuoso". Espoleó a su montura hasta interponerse en el camino del salmantino y una vez allí le susurro unas palabras inteligibles. Retorno junto al resto del grupo.

- Señores espero que estas discusiones absurdas no se vuelvan a repetir durante el camino que estemos unidos- Sonrió a la mujer y después dirigió un severa mirada a su grupo.-Nos mantendremos unidos si es lo que deseáis y aclararemos lo acontecido- Miró donde apenas unos segundos se habia hecho visible la serpiente- Si no os importa nos podríais contar vuestra historia y que es lo que os ha traido por estos parajes- Hizo un gesto con el brazo como abarcando a sus compañeros- Y si os interesa, sera un placer contaros nuestra historia, para así sacar cosas en común y ver si nos podemos ayudar.- Sonrió al otro grupo y espero respuesta de alguno de ellos.

¿Alberto a que se debe este comportamiento? ¿ Por que esa desconfianza, te han dado motivo? no quiero que nos abandones, solo te pido que confies en mi y no me abandones en este momento de necesidad.