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La Alianza Rota de Calebais

Escena II - La Alianza Rota

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24/04/2012, 12:20
Beoval

Beoval mordisqueaba indolente un hueso de pata de pollo que habíase extraido de uno de los bolsillos del pantalón, más por aburrimiento que por hambre, era una pequeña manía suya, y la cantidad de bolsillos, huecos y recovecos de sus ropajes parecía ayudar a mantenerla.

No había mucha carne que rascar de aquel pedazo óseo, mas seguía horadando con los dientes, observando a unos y a otros con ojos abiertos de par en par, sin comprender muy bien qué es lo que estaba pasando, pues resultábale imposible descifrar aquesta lengua extraña que hablaban los demás. Observó que el maltrecho viejo del otro grupo, por si no tuviera bastante con discutir con la maga pelirroja, encarábase ahora con el que parecía el jefe de su propio grupo. "Debe ser la edad...que lo ha puesto cascarrabias al abuelo, jeje...". Oren llamaba la atención sobre algo, y por los gestos dedujo que era la gran piedra con inscripciones extrañas que a él no le interesaban, precisamente por eso, por indescifrables para él. "Que se encarguen de eso los magos...". Finalmente, observó que su grupo se disponía a montar y partir en otra dirección, así que él también montó en su caballo y aguardó que la comitiva finalmente procediera a partir en su conjunto..."Espero que a partir de ahora haya más acción de la que hemos tenido...", pensó, acariciando irreflexivamente el pomo de su querida espada...

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24/04/2012, 12:48
Director

La enorme estela se erguía ante los presentes, ignorante ante los repentinos acontecimientos que sucedían en la entrada del bosque. La brisa que mecía ramas y plantas pareció endurecerse al tiempo que los lanceros que acompañaban a Ser Frithnand alzaban sus largas armas hacia Alberto, montado en su animal. El círculo de picas acorraló al hombre, rodeándolo. Los magos y sus custodes observaron que los dos caballeros del otro grupo cuchicheaban algo entre ellos, observando siempre al anciano.

El cielo se fue oscureciendo con nubes de tormenta, y un lejano trueno llegó a oídos de los aventureros. Aun la estela seguía fija, pétrea, imponente, con su mensaje que solo los versados en latín podían descifrar. Los ojos de los instruidos magos la leyeron con prontitud, captando su mensaje, inscrito bajo el símbolo de una corona rota.

Entonces, de repente, el caballo de Ser Firthnand se encabritó. El caballero, metal y carne, cayó deshonrosamente contra el suelo.

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24/04/2012, 12:48
Director

En la piedra tallada podía leerse:

“No entres en este bosque encantado si no sabes qué guías seguir, del primero al último, y la respuesta a su acertijo. Si deseas hablar con nosotros, espera aquí. Los nuestros acudirán enseguida. Si eres amigo, bienvenido a Calebais.”

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24/04/2012, 17:04
Alberto de Salamanca

Intentó moverse para socorrer a su señor pero se detuvo. Estaba rodeado de lanceros que apuntaban sus armas hacia él.
-Ayudadle idiotas- rugió el anciano, luego elevó su cabeza al cielo y mientras se persignaba decía -Perdónalo Señor, no sabe lo que hace, no es mala gente, sólo ha sido embrujado por la hechicera- A continuación comenzó a rezar por su señor. -...y que tu luz ilumine su mente en estas horas de necesidad. Amén-

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24/04/2012, 17:11
Denis de Sade

Denís al escuchar el golpe de Ser Firthnand contra el suelo lo miro en la lejanía con intención de volver y ayudar, pero al ver como Alberto de Salamanca corría hacia este se despreocupó, y se limito a decir a la cabeza de la marcha: 

"Caballero al suelo"

Creo que el templario estaba molesto por el comentario que escucho sobre la unión de su grupo, sin que eso significase que estaba equivocado en sus pensamientos. 

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24/04/2012, 21:51
Cicos Tremeris

No entres en este bosque encantado si no sabes qué guías seguir, del primero al último, y la respuesta a su acertijo. Si deseas hablar con nosotros, espera aquí. Los nuestros acudirán enseguida. Si eres amigo, bienvenido a Calebais. - releyó quedamente y despacio Cicos de forma que también lo escucharan Dolfus y Marlene.

Cicos ignoró la tormenta y dirigió una mirada despectiva al otro grupo, mientras daban gritos y el caballero caía al suelo estrepitosamente; ya se encargarían de él los suyos. No obstante, se bajó del caballo, no se fuera él también a caer por alguna causa desconocida, y se quedó junto a la estela, agarrando sus riendas.

Ahora necesitaba pensar, al igual que supuestamente sus dos compañeros magi también estaban haciendo. Se llevó la mano derecha a la boca, de forma reflexiva.

- Parece que está claro, salvo que no sea en realidad tan sencillo... - se dirigió a Dolfus y a Marlene. - Creo que nos está aconsejando esperar aquí hasta que aparezca uno de los guías. Luego aparecerán más guías y cada uno de ellos parece que nos irá dando una pista, para finalmente resolver un acertijo que nos permitirá el paso a Calebais. ¿Eso es lo mismo que habréis pensado vosotros, verdad? No os digo nada nuevo... - hizo una pequeña pausa y, aunque era sólo una corazonada, lo terminó compartiendo también con ellos. - ¿Será posible que hayan aparecido ya esos guías y no nos hayamos dado cuenta? ¿Será posible que sean los animales antropomórficos que acabamos de ver? Si fuera así, si vuelven a aparecer, ¿quién sería el primero al que deberíamos seguir?

 

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24/04/2012, 22:09
Cicos Tremeris

Cicos se acercó subido al caballo hacia la estela y se quedó allí hablando con Dolfus y Marlene, discutiendo el significado de las inscripciones.

Cuando el caballero cayó al suelo con su caballo, Cicos dirigió a dicho grupo una mirada medio torva y él también se desmontó del suyo. Ajeno a todo lo demás, salvo a sus compañeros magi y a la estela, se quedó charlando reflexivamente con ellos.

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24/04/2012, 23:00
Dolfus ex Jerbiton

Dolfus ex Jerbiton desmontó del caballo y se dirigió a hablar con sus compañeros magi, pero antes hizo un gesto con la mano a los demás para que parasen y no entrasen en el bosque.

-Compañeros deteneros un momento, hay algo que tenemos que averiguar antes de continuar- les dijo guiñándoles un ojo a Denis, Beoval y Oren.

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24/04/2012, 23:04
Marlene Lemoine

Marlene se había concentrado en las inscipciones en las piedras, junto a sus compañeros. Cicos emite su opinión.
Estaba pensando lo mismo que tú, querido...Creo que debemos desmontar todos, y esperar o estar mas atentos a las señales. Sí creo que son los animales. Esperemos aquí y dejemonos guiar por la estela...
Dicho esto, Marlene imita a Cicos y desciende de su caballo, tomandolo de las riendas mientras que acaricia su cuello.

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24/04/2012, 23:05
Dolfus ex Jerbiton

El mago escuchó con atención las sabias palabras de Cicos, el Tremeris no podía estar mas en lo cierto, ¿Que si no podía significar eso?.

-Y si se trata de la nutria, era la estatua que vimos a la entrada, quizás se trate de eso- les dijo a sus compañeros-Quizás podemos realizar algo para forzar su aparición, ¿Pero el que?--añadió en tono reflexivo.

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24/04/2012, 23:06
Marlene Lemoine

La maga se había quedado hablando con sus compañero magos, apartado del resto. Imita a Cicos, y también desciende de su caballo, cuando ve que el caballo de Sir Frihtnand se encabrita y lo lanza al suelo. Le dirige de vuelta la mirada torva a Cicos, y continúa acariciando a su corcel...

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24/04/2012, 23:27
Cicos Tremeris

- Esperar, amicus Dolfus, esperar...

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26/04/2012, 13:16
Beoval

Beoval suspiró de nuevo...el gesto de Dolfus indicaba que todavía no iban a moverse de aquél maldito sitio. Vio como el jefe del otro grupo, el caballero, también daba con sus huesos en la tierra, como otrora hicieran sus compañeros de grupo magos. Más por curiosidad que por genuino interés descabalgó de su corcel y acercóse a Firthnand, apartando con sus manazas a dos de los lanceros, que supuestamente estaban allí para ayudar a su señor, pero que se habían quedado estupefactos, los muy inútiles. Llegó a la altura del anciano, que se hallaba ahora parloteando hacia arriba, seguramente con alguno de sus dioses, y miró un momento al caballero, para luego ofrecerle su mano en gesto de ayuda, como anteriormente a Dolfus...

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26/04/2012, 15:55
Oren Alston

Al ver a los magos acercarse a la estela, Oren se alejó unos metros dejando espacio para que los versados en Latín pudieran analizar aquellas inscripciones. Se sentó, cruzando las piernas, próximo a Burokt, esperando a que los magos terminasen y les comunicaran el contenido de aquellos textos. 

De reojo pudo ver la escena del caballero y cómo Beoval se metía en todo el meollo, apartando a lanceros de camino. Tenía la sensación de que el otro grupo les causaría más problemas que otra cosa, y de momento no se equivocaba -¿Qué te parecen esas gentes?- le preguntó al goblin. 

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26/04/2012, 17:06
Director

¿Qué me parecen? —dijo el goblin con su habitual tono chillón, mientras se sentaba al lado de Oren. A veces parecía que hablase para todos, alzando tanto la voz. Los dos observaron cómo Beoval empujaba a un lado a los lanceros para, en apariencia, ayudar al caballero—. Me parece que nuestro amigo gigantón va a meterse en líos…

En efecto. Los lanceros, alterados, apuntaron con sus picas a Beoval.

¡Eh, tú! ¡Apártate de nuestro señor! —gritó uno de ellos, golpeando aun con suavidad el costado del gigante con el asta de la lanza—. ¡Fuera de…! —el hombre calló al ver la mano extendida de Beoval hacia Sir Frithnand.

Bueno —añadió el goblin—, al menos no nos aburriremos con ese hatajo de locos —los señaló uno a uno, poniéndoles motes —Cascarrabias, Desafinado, Estirado y Parco. Esos cinco lanceros me recuerdan a las cinco hijas de Lea, una campesina a la que molesté hace años. Aunque no son tan feos como ellas… creo.

Al otro lado de la entrada al bosque, los magos esperaban junto a la estela. La tormenta que había amenazado con estallar empezó a desvanecerse en el cielo, dejando paso nuevamente al sol.

Cuando éste brilló sobre el grupo de magos, aparecieron de nuevo. Doce fantasmas rodearon la estela, variados en formas, vacías sus miradas. Sin mover sus hocicos, sus bocas, sus picos, hablaron a los presentes en el claro, con sus voces mezcladas en una extraña cacofonía.

Reinos que se han desmoronado bajo la codicia de los guerreros bajo mi poder.”, clamó una araña gigante.

Contiene mi interior, de Salomón, toda la sabiduría.”, decía un gato sin boca.

Don soy del más poderoso de los santos hombres.”, añadió una ardilla con manos humanas.

Hogar de nuevo tengo en la roca, almenas y grandes salas de piedra, talladas por hábiles manos.”, dijo un gallo sin alas.

Manos hay que no pueden alzar mi magno peso, pero los corazones apenas soportan la terrible carga que supongo siempre.”, expresó un sapo con infinidad de ancas.

Portando los ojos de Quendalon, velo sobre los mortales reinos.”, murmuró un zorro de dos colas.

Ausente en mi centro, circular como una rueda, porto afilados picos.”, comentó un topo con tres ojos.

Siempre ofrecedme honor y servicio, pues me alzo sobre todos los señores de la tierra, sin importar lo poderosos que sean.”, apuntó un hurón bípedo vestido con una túnica andrajosa.

Picos de piedra fueron el techo de mi primer hogar.”, graznó un halcón con una pequeña corona dorada en su cabeza.

Poder y autoridad son mi humilde don.”, masculló una serpiente de dos cabezas, una en cada extremo de su largo cuerpo.

Sabiduría, en aquellos bajo mí, no es el único don ausente.”, manifestó un conejo amorfo.

Hombres codician mi brillante piel y la riqueza que contiene.”, gruñó un dragón del tamaño de un caballo.

Las apariciones repitieron una y otra vez sus palabras y, con diversos gestos, indicaron a los aventureros que fueran tras ellos, en lugar de seguir a los demás.

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26/04/2012, 17:41
Ser Frithnand

Aceptando la mano de aquel desconocido Ser Frithnand se levantó raudo y se dirigió como alma que lleva al diablo hasta donde se encontraba su antiguo lacayo. Empujó con excesiva fuerza a uno de los lanceros haciéndolo caer y se abrió paso hasta el desconocido que se había convertido el salmantino. Le agarró por las mejillas, apretándole lo justo para que no pudiera articular palabra y le dijo algo solo audible entre Alberto y el.

Cuando terminó con su súbdito se acercó al caballero que lo ayudó a levantarse y apoyó la mano en el hombro como agradecimiento. - Gracias- Miró a su escudero mientras ayudaba a levantarse al lancero caído - Encárgate de los caballos y ocúpate de Alberto junto al resto de hombres- Que pasaba allí, primero su consejero había perdido la cabeza y ahora su caballo se había encabritado sin motivo aparente, el bosque parecía que influenciaba en la manera de actuar.

Se acercó a los lideres del otro grupo y a una distancia lo suficiente para que no pareciera que se metía en sus asuntos se dirigió a ellos- Parece que este bosque tiene una influencia extrañas sobre el comportamiento de los seres- Sonrió al hombre que vestía de forma algo extravagante- Si no es mucha molestias me podrían informar de la situación- señalo el camino elegido y a la inscripción- Me gustaría saber porque no se puede ava......- La aparición de aquellos seres le hizo enmudecer. El siempre incrédulo no podía creer lo que veían sus ojos. El dragón, el ansiado dragón estaba allí le miraba fijamente y este retrocedió de la sorpresa.

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26/04/2012, 17:53
Ser Frithnand

-No quiero que vuelvas a abrir la boca hasta que yo te lo ordene, no me haga cerrártela- Su mirada reflejaba el enfado que sentía el caballero- Parece que te has olvidado que me debes obediencia y que tu solo me aconsejas, las decisiones las tomo solo yo. Cuando estemos solos me dirás que ocultas y que miedo tienes a esa gente. Eso de la parma mágica me lo tienes que explicar.- Le soltó la mejilla con un pequeño empujón.- encargarse de el y procurad que no vuelva a hablar por el momento, que no le falte de nada.- El lo seguía considerando amigo pero no podía tolerar aquel comportamiento y menos delante de desconocidos.

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26/04/2012, 18:22
Alberto de Salamanca

Alberto mantuvo fija la mirada en los ojos de Frithand y le permitió actuar, pero por supuesto que esto no iba a quedar así, ya había sufrido los abusos de un Señor una vez. No toleraría aquello bajo ningún concepto. Había intentado marcharse de forma pacífica, Frithand lo había empujado al borde del precipicio y él estaba dispuesto a saltar.

-Todo lo que dije fue para vuestros oídos Ser. Procurad contener vuestra mano. No toleraré otro insulto como este. Respecto a eso que mencionáis no sé lo que es. Preguntadle al bardo o a vuestros nuevos amigos- le respondió en voz baja una vez le hubo soltado el rostro.

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26/04/2012, 18:28
Alberto de Salamanca

De repente las criaturas aparecieron y danzaron frente a los presentes, Alberto se percató de la actitud de su señor y a toda voz le dijo.

-Ahí tenéis el dragón que vinisteis a matar. Matadlo entonces de una vez así podemos marcharnos de este insano sitio-

Sabia que era un espectro, pero estaba muy enojado como para contener su lengua

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26/04/2012, 18:56
Director

Mientras Alberto gritaba, dos de los lanceros lo agarraron repentinamente, arrojándolo de la mula con brusquedad. Mientras uno lo agarraba con fuerza, el otro sacaba un trozo de cuerda. En ese momento, el sol volvió a ocultarse, y una repentina lluvia empezó a caer sobre el bosque, con cierta violencia. El agua empapó a caballos, aventureros y tierra por igual, mientras el lancero amordazaba a Alberto con la corta soga. Un tercer hombre aprovechó para, con otra cuerda, atar las manos del sabio a su espalda, al tiempo que un relámpago cruzaba el oscurecido cielo.