Partida Rol por web

Tras unos minutos donde la tensión se hacia protagonista de la noche, los criados del Príncipe ordenados por el Teniente entraban en el salón con el cuerpo del señor Roland.

El cuerpo presenta una vista espantosa. Su piel esta gris y cenicienta, inusual incluso para un Cainita. Sus rasgos están hundidos y esqueléticos. Difícilmente se asemeja al hombre vigoroso que asistía la noche pasada al concilio.

Su boca, nariz y orejas están llenas de un fino polvo negro, como si fuera ceniza volcánica, pero sin su olor fuerte característico del azufre.

Además le faltan dos dedos de su mano derecha, parecen mas bien arrancados que cortados.

Finalmente los criados dejan el cuerpo justo delante del gran sillón de Narses y se retiran.

Guillermo parece afectado, pues conocía al señor Roland desde hacia ya cierto tiempo y acostumbrado a verle en su estado normal...

Se acerco al cadáver, examinándolo detenidamente, concentrado...

Tras unos instantes de concentración Guillermo habla a los demás presentes en la sala.

- Pueden examinarlo si lo desean mas os aviso con antelación de que solo mi observación sera la única tomada por valida.

Cita:

Antes de ser abruptamente interrumpidos, las palabras de Lucius Sedentian quedan grabadas en mi mente. Mi mirada se clava en él sin emoción alguna salvo la frialdad, e incluso algo de jocoso sarcasmo.

Bárbaros húngaros. No solo es cerrado y fanático en su visión religiosa del mundo, sino que además es ignorante y, lo peor de todo: sordo. Si hubieran sido bárbaros o campesinos, no sentiría verdadero orgullo de mis gestas. Pero está claro que no conocen el horror de enfrentarse al ejército de los voivodas Tzimisce. Lejos quedan de ellos los voivodatos y el gran poder que atesoran los Grandes Señores moldeadores de carne, y es fácil hablar de lo que no se conoce ni teme.

Aún así, no pienso continuar con debates absurdos de momento. Brexiano ya se ha llevado una buena ración por el momento, y a juzgar por la reacción de Lucius, él indirectamente también se ha llevado lo suyo.

Sin embargo, la interrupción trastorna toda la sala. Me encuentro aún cerca de Anna Sgorina cuando se produce la algarabía. De pronto recuerdo mi conversación con Gotrich, en la que me temía que algunos de los presentes tramaran algun ardid contra nosotros los recién llegados que nos habíamos opuesto a sus ideas. Un asesinato en palacio parece una situación propicia.

Cita:

Ofrecen tal posibilidad. Es la oportunidad de desentrañar lo acaecido y tratar de limpiar nuestro nombre antes siquiera de que alguien se atreva a mancharlo. Aún me sorprende que nadie haya acusado ya a los desconocidos llegados de lejos.

Me acerco al cuerpo y con educación trato de inspeccionarlo sin apenas tocarlo, posando apenas la mano sobre su piel. No deseo que me acusen de manipular el cadáver. Lo primero que ven mis sentidos es una punzada en su cuello, una incisión diminuta con trazas de haber sido producida por una daga. Será mejor compartir la información.

- Tiene una punzada aquí, en el cuello -señalo el lugar, permitiendo que otros lo vean- Parece hecho por algún tipo de daga.

Mientras observo más de cerca la incisión, concentro mis sentidos sobrenaturales en el cuerpo, buscando algo, una pista...

A través del contacto con el cuerpo una serie de sentimientos comienzan a apoderarse de ti. Todo apunta hacia el asesinato, en ello no tienes la menor duda, todos los gestos emocionales señalan en esa dirección. Por otro lado comienzas a sentir un dolor muy grande pareces que experimentas el dolor que Roland alcanzo antes de su muerte definitiva, realmente el dolor es espantoso y doloroso y lo sientes como si estuviese dentro de tu cuerpo.

La experiencia esta cargada de sentimientos y tu los captas con gran sensibilidad, lo cual te hace sufrir. A pesar de todo no hay evidencias de fuertes emociones por parte de su asesino...

El contacto concluye y con el el dolor... pero por la espalda te recorre un frío escalofrío y el recuerdo de la espantosa muerte de Roland y la experiencia de sentirla permanecen fresca en tu memoria.

Guillermo mira hacia donde señala Kristóf, y advierte algo mas en la incisión.

Saca su daga y con mucho cuidado extrae de la herida un residuo pegajoso y rojizo.

- Parece una especie de veneno

Dice examinando la muestra en la punta de su daga.

La mayoría de los cainitas presentes miran a Guillermo con completa ignorancia, excepto Lucita...

Tras observar la muestra parece encontrar la solución

- Sanguinaria, es un veneno preparado con sanguinaria, con ella se prepara una toxina que es mortal para los vampiros. Tiene su origen en Iberia y en África. En su estado natural es una flor blanca cuyos largos petalos estan nervados con rojo.

Anna mira a los personajes totalmente desconcertada... y con voz dudosa añade

- Vi a los forasteros con un ramo de flores como el que acaba de indicar Guillermo, los vi la noche pasada cuando llegaron a la ciudad y fui enviada en su búsqueda...

Lanzo observa apesumbrado toda la escena pero tras escuchar las palabras de Anna su fuego interior prende de nuevo dirigiendo su voz hacia los forasteros...

- Vosotros! Malditos! !Que los prendan de inmediato!

El cuerpo del señor Roland habian perturbado las emociones de Khadijah, pero tras las palabras de Anna y las acusaciones de Lanzo, no pudo guardar sus palabras.

- No hay que acusar libremente con una prueba poco concluyente. Señor Lanzo todos comprendemos como se siente y al igual que usted queremos ver juzgado al culpable. Pero nos basaremos en verdaderas pruebas.

Puedo sentir la tortura antecesora de la muerte del asesinado. Tal sensación recorre mi espalda y generaría sin duda un frío sudor en mi cuerpo si aún fuera capaz de sudar. Mi mente se embota, debo cerrar los ojos con fuerza y siento los ojos a punto de estallar, pero el dolor comienza a remitir poco a poco.

Es en ese momento, justo tras hablar Alipardo acerca de lo que ha encontrado en la herida que yo mismo le he señalado, cuando veo la conjura clara como el agua de una fuente de manantial frente a las antorchas.

Culpad a los recién llegados, dejad en ellos pruebas que los incriminen en un delito aún no perpetrado.

Me giro, aún dolido, hacia Anna Sgorina, a quien yo mismo acabo de defender hace escasos instantes. La trampa es demasiado evidente, demasiado clara. Ella tiene que verlo, ellos tienen que verlo.

- Señorita Sgorina, es cierto que nos vio con tales flores a nuestra llegada, mas ¿Recuerda la turbación y la duda en nosotros? ¿Recuerda la pregunta de Gotrich acerca de esas flores? Si, claro que lo recuerda... Fue usted informada de que nos habían sido entregadas en el puerto, con la excusa de una antigua tradición veneciana, y Gotrich le preguntó si era cierta tal tradición.

Independientemente de la reacción de Sgorina, y a pesar de que el curso que tome dejará claro en mi su implicación en la traición, soy consciente de que el peligro me rodea. Nos rodea a todos los forasteros. Lanzo ya exige nuestras cabezas a gritos, y es cuestión de tiempo que alguien trate de cobrárselas. Mi mano derecha no tarda en rodear con fuerza la empuñadura de mi espada, aún sin extraerla, y mis sentidos están alerta a cualquier aproximación, mientras me muevo alejándome de cualquier ser cercano, tomando espacio para una posible trifulca.

- ¡¡Esto es una conjura!! ¡¡Tratan de incriminarnos en un atentado programado antes incluso de nuestra llegada!! ¿¿Que beneficio obtendría nunguno de nosotros de esta muerte??

Extrañado por como habian reaccionado todos, se le vino a la mente la imagen de las flores que aquella persona le habia entregado. Al parecer todo cuadraba demasiado bien, alguien les habia tendido una trampa.

Se dispuso a hablar antes que los demas, a fin de aclarar la situacion.

- No saltemos a las conclusiones. Si no se olvida señorita Sgorina, esas flores se nos habian sido entregadas en el puerto por una muchacha muy bonita. Es mas, a todos nos la dio. Fue extraño. Se llamaba Adriana.

- Que!! en ningun momento por mis manos pasaron tales Flores.... pero siempre es asi... culpemos a los demas - Refunfuño mientras la cara del Ravnos comenzaba a cambiar lentamente..... Todos se estaban tirando ¨Flores¨acusandose y mas aun ahora la culpa recaia en ellos... mejor hablar ahora.

- Bien pues yo me lavare las manos esta vez.... jamas tome esas flores pero si segui a la mujer ya que me parecio raro aquella ¨Ceremonia¨ y sobre todo ¨La amabilidad¨.... La Mujer desaparecio en las aguas del puerto.... creo qeu podriamos comenzar a Investigar por ese sector - Expuso el Ravnos

Aun aturdido por los hechos que estaban sucediendo a tal velocidad en la sala me acerco al cadáver, examinándolo en su conjunto y especialmente la mano que ha quedado olvidad del resto.

-Calmémonos, me parece bien que nadie deba abandonar la ciudad en estos momentos, pero no debemos ser acusados de esta traición sin ninguna prueba. Además, ¿Cuándo íbamos a haberla perpretado? Estuvimos todos juntos en la casa cedida por el señor Guillermo… bueno, pensándolo mejor… ¡Todos no!

Percepcion+Investigacion Auspex nivel 1

No ves nada que otros no vean en el cuerpo.

Anna permanecia bajo una inmensa duda, el grupo de los seis forasteros mostraba diferentes tendencias hacia ella, lo que representaba en aquella reunión, pero a pesar de todo el escepticismo en estos momentos se apoderaba de ella.

- Lo se, lo recuerdo... Y os dije que nunca escuche de tal tradición veneciana... pero...

Guillermo alza la voz para porner fin a esa caotica escena.

- !Silencio! Guardias!

Una vez llamdo siete guardias armados entran en la sala

De nuevo Aliprando se dirige a los forasteros

- Por vuestro propio bien seres puestos bajo custodia. Es por vuestro propio bien las evidencias lo muestra en estos momentos. No luchen, ni intenten escapar, pues solo empeorara las opiniones contra ustedes. Este asunto sera tratado con justicia por el Principe Narses.

Hace un gesto a los guardias para que os escolte hacia una sala contigua.

Me levanto de la silla rápidamente muy agitado.

- ¿Que? Yo no tengo nada que ver con estos caballeros. Sólo he coincidido con ellos en el barco, pero no tengo ninguna relación con ellos. Es más, yo no estuve cuando pasó todo el hecho de las flores, vine por mi cuenta del barco al concilio. Sr Lanzo, será mejor que a mí no me incluya en el arresto.

- O será lo último que hagas en tu no vida, desgraciado.

Me llevo la mano a la empuñadura de mi espada.

Guillermo se dirige exclusivamente a Luccius antes de que Lanzo contestara

- Luccius por favor, acompañe a los guardias por su propio bien. El que le custodiemos no quiere decir que seais el culpable. Entiendelo.

A pesar de que observa que toma la empuñadura de su espada Guillermo no parece mostrar ningun gesto hostil hacia el.