Partida Rol por web

La armadura del Grifo

26. Una muchacha misteriosa

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11/11/2016, 18:14
Aventura

Al poco rato de abandonar la playa, y tras pasar por casi un kilómetro de vegetación espesa, comienza a aparecer los primeros síntomas de civilización. Has llegado a una parte más alejada del puerto, y esta zona está casi virgen y abandonada. Lo primero que ves es un persona de tez oscura, rodeado de paja, que con su herramienta, la está amontonando y subiendo a un carro tirado por dos caballos, pequeños y fuertes. Parece que está trabajando en la propiedad de la finca que se ve a lo lejos, encima de una loma. Cerca de donde está el hombre, pasa el camino, que seguro que enlaza dos pueblos, ciudades, o algo similar.

Todo lo que ves alrededor de la finca, parece tierra labrada y cultivada. Todo muy tranquilo y bien cuidado.

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12/11/2016, 02:45
Bedwyr

Bedwyr anduvo un buen rato, ligero de equipaje como iba. Al final, tras pasar la vegetación densa, en la que tuvo que abrirse paso cortando con la espada, salió a un campo en el que se divisaba un camino y una finca a lo lejos. Vio a un granjero trabajando y se acercó a él. Cuando estuvo a un par de metros del hombre, que cargaba paja en un carro, preguntó:

-Saludos, buen hombre, que la Luz sea contigo. ¿Me podría indicar hacia dónde lleva ese camino? -dijo señalándolo- Busco la ciudad más próxima. 

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14/11/2016, 17:38
Granjero

Levanto mi mirada cansada y me seco el sudor de mi frente con mi antebrazo. Suspiro cansado.

- Buenas, viajero. Si sigue por este camino en dirección Sur, - señalo hacia la izquierda, - no tardará más de dos horas en llegar a la Ciudad Khoisan. Si sigue hacia el Norte, - señalo ahora hacia mi derecha, - llegará a las fincas de los granjeros que trabajan para el Rey. Pasarán muchas horas antes de encontrar otra cosa.

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14/11/2016, 21:06
Bedwyr

Las noticias fueron mejores de lo esperado: la ciudad estaba a tan solo dos horas de camino. Así no tendría que dormir a la intemperie ni caminar durante días. Necesitaba estar más o menos descansado cuando llegase. La mejor opción era sin duda la ciudad, Khoisan. 

-De acuerdo, muchas gracias. Que el Señor esté con usted. 

Se despidió del granjero y echó a andar por el camino que conducía a Khoisan, pensando ya en dónde buscar un criado. No había recorrido ni cien metros cuando cayó en la cuenta de que tal vez no hubiera ninguna necesidad de buscarla tan lejos. 

Giró sobre sus talones y se dirigió de nuevo al granjero.

-Disculpe, buen hombre. Perdone la indiscreción, pero estoy buscando a alguien para un trabajo. No es difícil y pagan bien. He pensado que tal vez conocería a alguien interesado. Básicamente consiste en ser criado de un anciano maestro que vive a orillas del Mayiro. Nada especial: cocinar, limpiar y esas cosas. 

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16/11/2016, 18:31
Granjero

Vuelvo a levantar la mirada y parar de mi tarea. Me seco de nuevo el sudor de mi frente con la manga de mi camisa. 

- Lo siento, caballero. Pero cuidando y labrando mi finca, tengo trabajo suficiente. No necesito más trabajo. En la ciudad seguro que encuentras a alguien que pueda hacer lo que buscas.

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16/11/2016, 22:35
Bedwyr

El granjero le respondió, y no parecía muy interesado. Aunque Bedwyr no le había ofrecido el trabajo directamente a él, sino a alguien que conociera (pensando tal vez en un hijo o hija), decidió dejarle seguir con lo suyo. 

-En ese caso, no le molesto más. Que la Luz del Señor brille sobre usted. 

Dicho eso, emprendió el camino hacia la ciudad, animado por el hecho de que solo estuviera a dos horas de camino. Anduvo animado por el sendero, preguntándose qué maravillas encontraría en su destino, y pensando ya en dónde buscar un buen criado. Tal vez en una taberna... Ahí sabrían cocinar, y probablemente realizar el resto de labores de la casa. 

Aunque siempre había otras opciones mejores. De las que se le ocurrieron, la mejor fue el burdel: en todas las ciudades había uno por lo menos, y aunque consideraba, al igual que las Escrituras de Sandael, que no había nada de malo intrínsecamente en la profesión, muchas veces era cobijo para la esclavitud y la explotación. Si conseguía su objetivo, y además salvaba a alguna pobre chica, sin duda su dicha sería doble. 

En todo caso, debía ser cauteloso. A ningún esclavista le gusta que rescaten a sus esclavos. De todas formas estaba teniendo prejuicios: no necesariamente debían de ser brudeles de esclavitud los de la ciudad, pues conocía muchos casos en los que las casas de placer eran legales y perfectamente organizadas para cuidar de sus empleadas.

Sacudió la cabeza, para evitar que sus pensamientos siguieran divagando, y se centró en el camino que tenía por delante. No debía adelantar acontecimientos. 

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17/11/2016, 13:01
Aventura

El camino era tranquilo y el viaje había sido en solitario. Hasta que el ruido de varios caballos llamó la atención de Bedwyr. Al final del camino, después de la curva que bordea el montículo, aparece una mujer cabalgando a toda prisa. Su pelo es rubio y parece joven y hermosa. Parece que grita algo que desde tu posición no consigues oír. Detrás suya, a toda prisa, le siguen muy de cerca dos jinetes más en sus respectivos caballos. Ambos vestidos con la indumentaria reglamentaria de los guardias de una Ciudad. Parece que también gritan algo que tampoco escuchas. Los tres, se aproximan rápidamente por el camino hacia donde te encuentras, levantando una humareda de polvo que tapa todo lo que hubiera detrás de ellos tres.

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17/11/2016, 13:14
Cnu

- ¡Vaya!

Los tenía cada vez más cerca. Aquellos guardias me habían perseguido desde que salí de la ciudad. Quizás no hubiese sido buena idea robar a aquel prestamista de poca monta. Miro hacia atrás sin perder el control de mi caballo, rebusco con mi mano izquierda en uno de los bolsillos de cuero de mi cinto y saco una bola de cristal con un tapón de corto. Dentro hay un líquido de un color muy llamativo. Calculo... y lo lanzo hacia uno de los dos caballos que me persiguen. 

El frasco choca en el suelo, a los pies del caballo y una explosión hace rodar al caballo y su jinete por el suelo.

- ¡Je, je, je!

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17/11/2016, 13:31
Guardia de la Ciudad

- ¡Detente inmediatamente! ¡Detente o te mataremos! De hecho, aunque te detengas, te mataremos.

De repente, la ladrona nos suelta una especie de frasco pequeño que explota a los pies de uno de nosotros. Veo a mi compañero caer al suelo, con el caballo destripado por la explosión encima de él. El peso de la armadura que portamos, más el del caballo, me hacen ver que mi compañero ha muerto. La sangre brota por las fisuras de su armadura y los espasmos que le suceden antes de quedarse totalmente inerte.

- ¡Ahhh!

Mi grito es de rabia por la muerte de mi compañero y amigo. Y agito mi caballo para que vaya más deprisa.

- ¡Golfa!

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17/11/2016, 20:56
Bedwyr

Bedwyr iba tan inmerso en sus cavilaciones que no vio lo que tenía delante hasta que los cascos de los caballos reventaron el camino ante él, con un estruendo que inmediatamente sacó a Bedwyr de su ensoñación. El primer jinete era una mujer, y los ollares de su caballo se abrían por el esfuerzo de la carrera. 

El caballero se quedó extasiado por un segundo: la mujer era realmente hermosa, y corría como el viento con su montura, con sus ojos y su cabello brillando al sol mientras el viento agitaba sus ropas. Sin embargo, la prudencia natural de Bedwyr le hizo salir de su asombro, pues bien sabía que las cosas hermosas podían ser también las más peligrosas. 

Y así fue. Tras ella aparecieron dos guardias a caballo, que evidentemente la perseguían. Parecían ir de uniforme, por lo que estaba claro que tenía problemas con la ley. Antes casi de que Bedwyr pudiera reaccionar, la mujer sacó lo que parecía un frasco de cristal y lo lanzó a uno de los jinetes. 

Bedwyr se quedó helado cuando una llamarada consumió violentamente al soldado y a su montura, que cayeron al suelo estrepitosamente. El otro chilló de rabia, y él pudo ver la sangre brillando al sol por entre las junturas de la armadura. 

Magia. Bedwyr se estremeció. Era aquél un poder terrible, que con frecuencia se usaba sin precaución, sin cuidado ni propósito. Recordó las palabras de Garathud, que en su cabeza sonaban sabias y profundas. La hechicería es como una espada sin mango, Bedwyr. Poderosa, pero no hay manera segura de agarrarla. 

Aún más claras se aparecieron en su mente las líneas del Cantar de Sandael, que rezaba, tajante y claro como luz de mediodía: 

"Pues la magia existe para servir al hombre, y nunca para dominarlo"

Aún no sabía muy bien qué ocurría allí, pero de momento receló de la mujer, pues una magia tan peligrosa no era sino un artefacto de destrucción. 

Sin dudar, se lanzó a la carrera en pos de los dos jinetes. La mayoría de la gente, por fuerte que fuese, encontraba casi imposible correr con armadura pesada, pero Bedwyr aún recordaba aquél día en el que Garathud, cuando sólo tenía Bedwyr diez años, le arrojó una armadura pesada adaptada a su tamaño y le ordenó correr con ella por el patio hasta desfallecer. El primer día no completó ni una vuelta, a la semana siguiente dos, y al mes ya era capaz de correr casi diez sin quedarse sin aliento. Tras años de entrenamiento, podía ya correr con ella durante horas, y estar aún dispuesto para combatir. 

Pese a todo, Bedwyr no era sobrehumano: no se movía tan rápido como lo haría sin armadura, y sabía que nada podía hacer si, además, sus objetivos iban a caballo. Sin embargo, no aflojó la marcha. Cuanta menos distancia hubiera entre ellos, mejor. 

Notó el brazalete latir bajo la ropa, como despertándose. La sandarita estaba conectada a su usuario, y podía percibir cuándo éste temía que hubiera problemas. Se preguntó si se vería obligado a usarlo por primera vez, aunque deseó que no fuera así. Era un instrumento sagrado diseñado para la lucha contra las criaturas de la oscuridad, y sólo debía usarse en momentos de gran necesidad. 

Mientras corría, cogió el escudo de su espalda y se lo embrazó, agarrándolo firmemente con la mano izquierda. No sacó la espada, ya que era mejor no correr con ella desenvainada. 

Notas de juego

¿A qué distancia estoy de ellos? Que corriendo con armadura no creo que alcance a un caballo a menos que estén muy cerca.

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18/11/2016, 16:43
Guardia de la Ciudad

Pasé tan rápido delante del caballero que había en el camino que ni me di cuenta de los emblemas de su armadura. Tenía que atrapar a aquella mujer antes de que acabase con él, tal y como lo había hecho con su amigo y compañero. Si seguía por el camino, era inevitable que la alcanzaría. Mi caballo era más rápido, aunque mi peso junto al de la armadura, le hacía mas lento. 

De repente, la pequeña bruja salto la valla de madera que separaba el camino de una de las fincas. Su caballo voló en un salto hermoso y perfecto. No me lo esperaba.

- ¡Ah!

Giré de las riendas de mi caballo y observé por donde podía pasar. No podía obligar a mi caballo saltar esa valla conmigo encima. Pero por suerte mía, la gran puerta de la finca se encontraba abierta a pocos metros de allí. Agite mis espuelas para que mi caballo corriese. No podía permitir el lujo de dejarla escapar.

- ¡Allí!

Le indiqué, como si entendiera mis palabras. - ¡Va por allí! - Le apremié cuando pasé al lado de un granjero de tez negra, que me observó asustado, dejando a un lado su labores.

Notas de juego

Te han sacado bastante ventaja. Con tus ojos puedes ver la escena. Quizás estén a un kilómetro de ti o así. Justo donde estaba el granjero que tan amablemente te había ayudado a encontrar el camino.

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18/11/2016, 17:08
Cnu

El salto de la valla me había dado una pequeña ventaja sobre aquél guardia. Era evidente que lo tendría que matar para salir viva de allí. Me giro sobre mi caballo y observo la corta distancia que tenía sobre él. Saco mi arco de mi espalda con mi mano derecha. Necesitaba las dos manos para disparar la fecha, y eso no era problema, lo había realizado durante muchas veces. Apreté mis muslo para mantener el equilibrio. Saco una flecha de mi carcaj, tarea que me cuesta más de un sudor, ya que las había atado para que no se me cayeran todas con la carrera. Pero como siempre, ya lo tenía todo previsto y con un poco de maña, pude colocarla en el arco.

- Fiu...

Simulé el sonido de la fecha cruzando el aire, mirando al guardia, que me miraba incrédulo por la situación. Y me reí.

- ¡Ja, Ja!

Pero algo falla, no me había dado tiempo a lanzar la flecha cuando el polvo que mi caballo estaba levantando en la tierra recién labrada y seca, me llegó hasta mi cara. Y un horrible picor en mi nariz me hizo perder la concentración. 

- Me pica la nariz.

Sin dejar de tensar el arco, giro mi cara hacia adelante.

- ¡Que rabia!

Era evidente que un estornudo venía a mi como aire a una vela de un barco. 

- ¡Ah...! aa.. ATCHIS

Y todo surgió demasiado rápido, propinado por el espasmo de mi estornudo. Un dolor en la espalda me sacudió, mi cabeza bajó demasiado rápido, aflojé mis piernas y perdí el control de mi caballo.

 - ¡Aaaay!

Y caí al suelo de forma torpe.

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19/11/2016, 00:33
Bedwyr

El caballero pasó a su lado a toda velocidad, pero la chica giró y saltó, con agilidad que demostraba una gran habilidad de monta, sobre la valla. A Bedwyr se le encogió el corazón un momento al ver que era la granja donde el buen hombre que le había indicado el camino trabajaba. No sabía quién tenía la razón en la disputa, pero desde luego sabía que no era asunto del hombre. Con demasiada frecuencia la gente corriente acaba aplastada por las trifulcas de los poderosos, aunque no tengan nada que ver. Rápidamente echó a correr, e hizo valer su poderosa voz mientras corría, una voz que había ejercitado tanto como la espada. 

-¡Huye! -le gritó Bedwyr al campesino- ¡Ponte a cubierto, rápido! 

La mujer sacó un arco y trató de disparar. Bedwyr aún estaba calibrando si la fuerza del arco y la distancia serían suficientes para atravesar la armadura del soldado o la suya propia, cuando el polvo se metió en la nariz de la mujer y le hizo estornudar, lo que a su vez provocó que se cayera del caballo. Bedwyr dio gracias a Sandael por ello, le daría tiempo. 

No dejó de correr, a la máxima velocidad que su armadura pesada le permitía, directo hacia la mujer. De momento ella era el mayor problema, la variable más impredecible. Temía no llegar a tiempo para intervenir. 

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22/11/2016, 12:59
Granjero

De repente, un fuerte grito llamó mi atención y cortó la melodía que estaba cantando. Levanté la cabeza y vi como una mujer a lomos de un hermoso caballo saltó la valla de mi finca y corrió a toda velocidad por ella. Solté mi herramienta y corrí hacia mi casa, a lo alto de la loma que dominaba la finca. Tenía que ponerme a cubierto, como bien me había aconsejado el caballero que hace tan solo unos minutos había preguntado un camino. Sobretodo porque la guardia de la ciudad también estaba entrando en la finca.

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22/11/2016, 13:01
Cnu

Me incorporé tan rápido como pude. Pero ya tenia encima de mi al guardia de la ciudad, fuera de la montura de su caballo, con la espada en la mano.  Permanecí de rodillas, con las manos apoyadas en el suelo. Y cuando se acercó más a mí, me incliné un poco sobre mi espalda, apoyada sólo en mi mano izquierda, mientras que la otra la puse en mi boca. Aparenté estar asustada y dolorida.

- ¿Quien eres? ¿Que me vas a hacer...? ¿De que se me acusa?

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22/11/2016, 13:05
Guardia de la Ciudad

Me bajé del caballo tan rápido como vi que la ladrona calló al suelo. Desenfundé la espada y me dirigí a ella. A tan sólo un par de metros de su cabeza, le señalo con mi espada.

- ¡Cnu! ¡Estás arrestada! ¡No te muevas! ¡No te resistas! ¡Si te mueves te mato!

Veo como hecha su cuerpo hacia atrás e intenta hacerse la loca. Tenía fama esta mujer y no me pilló desprevenido.

- ¿Como que quien soy? ¡No te hagas la tonta! ¡Sabes muy bien que soy de la Guardia de la Ciudad! ¡Ahora te voy a arrestar y vas a acompañarme!

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22/11/2016, 13:56
Bedwyr

Para alivio de Bedwyr, el granjero echó a correr, alejándose del peligro. Era una buena noticia que no se hubiera quedado helado como le pasa a veces a la gente ante situaciones de presión o estrés.

Siguió corriendo, mientras veía al caballero bajar y apuntar con su espada a la mujer. Aquello no lo tranquilizó, había quedado claro que era una mujer de recursos y aún podía darle la vuelta a la situación. La granja parecía estar exasperantemente lejos de Bedwyr, mientras corría esperando no llegar demasiado tarde. 

Notas de juego

No puedo hacer mucho más, así que sigo corriendo xD

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22/11/2016, 18:03
Cnu

Puse mi cara más inocente posible, cambié mis gestos de jinete por otros mucho más femeninos, llené mi pulmón de aire y grité lo más fuerte que pude.

- ¡SOCORRO! ¡QUE ALGUIEN ME AYUDE!

Sólo esperaba que alguien pasase por el camino en ese momento y que acudiera en su ayuda.

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22/11/2016, 20:45
Bedwyr

Bedwyr no se dejó engañar por el grito de la muchacha. Ya había tenido ocasión de comprobar que era de todo menos una damisela en apuros, más bien parecía un fugitivo peligroso. 

Por fin, tras una buena carrera, llegó a donde estaban las dos personas. Parecía que el guardia tenía a la chica bajo control, pero nunca se sabía. 

Bedwyr se detuvo a un par de pasos de la mujer tendida en el suelo, y, ahora sí, desenvainó la espada larga. El acero forjado y templado en las fraguas del Castillo de Ironia destelló al sol, con su borde brillando afilado. 

Apuntó con el arma a la chica, y dejó que el guardia viera los símbolos tallados en su armadura, que le identificaban como Caballero de Sandael. Sin duda estaban lejos de Ironia, pero su Fe se había extendido por todo el mundo, y confiaba en que aquél hombre los reconociera. Habló con potente voz, sin dejar de apuntar a la mujer, pero en guardia. 

-La luz sea contigo, soldado. ¿Qué ha ocurrido aquí? ¿Quién es esta mujer y por qué se la persigue?

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23/11/2016, 17:36
Guardia de la Ciudad

Estaba tan concentrado en Cnu que no me di cuenta de la presencia del caballero hasta que no habló. pegué un sobresalto y dejé de señalar a la fugitiva con mi espada.

- ¿¡Eh!? ¿¡Quien eres tú!?

Lo miro detenidamente de arriba a abajo. Y los símbolos que porta, más la armadura, la espada y demás, me hacen presagiar que es miembro de los Caballeros de Sandael. Eso me tranquiliza un poco.

- He venido a arrestar a esta ladrona. Ha cometido un robo en la ciudad y la hemos perseguido hasta aquí. Es una asesina y ladrona peligrosa. Muy buscada y a la cuál le hemos dado varias oportunidades. Pero esta vez no se me escapa.