Partida Rol por web

La balada del español

Capítulo I: en ruta hacia río Conchos

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19/11/2009, 09:06
Director

Donde nuestros personajes se conocen y emprenden un largo recorrido por el México revolucionario.

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19/11/2009, 09:07
Director

El Paso. Julio de 1865. Han pasado ya varios meses desde el final de la Guerra de Secesión.

Habéis llegado hasta aquí de diversas maneras, algunos bucando nuevos horizontes, otros poniendo tierra de por medio con algún sheriff demasiado severo (o alguien peor), o incluso debido a algo tan sencillo como que es un buen lugar y un buen momento para hacer negocios y conseguir trabajos fáciles, aunque no siempre del todo legales.

Haciendo el recorrido de las tabernas de uno y otro lado de la frontera, habéis oido los siguientes rumores.

- Los comanches vuelven a estar en pie de guerra. Asolan el país en pequeñas bandas de 30 a 50 guerreros, y la ruta entre El Paso y Chihuahua es cualquier cosa menos segura. La audacia de estos salvajes es tal que han llegado incluso a asaltar algunas haciendas, matando a todos sus moradores. El comercio y los servicios de diligencias están prácticamente interrumpidos. El municipio de la ciudad de Chihuahua paga hasta 500 pesos de plata (50 $) por cada cabellera de guerrero comanche que le sea entregada.


Guerrero comanche

- En México los últimos restos del ejército juarista están siendo batidos en todos los frentes. Se sabe que Juárez y lo que queda de su gobierno están en algún lugar cerca de Chihuahua, pero es cuestión de tiempo que los franceses les localicen y les obliguen a rendirse. Desde que el mariscal Benzaine derrotara al último ejército republicano, al mando del general Porfirio Díaz, los juaristas no han vuelto a enfrentarse en campo abierto contra sus enemigos y en lugar de eso, los golpes de mano, las emboscadas y la guerra de guerrillas están a la orden del día, y los estados de Sonora, Sinaloa y Michoacán se encuentran prácticamente en manos de Benito Juárez. Se rumorea que, para terminar con estos últimos focos de resistencia, Maximiliano prepara un nuevo decreto declarando proscritos a todos los que sigan luchando por la causa del gobierno constitucional. De todos modos, con decreto o sin él, los fusilamientos y la represión armada abundan.


Benito Juárez


Maximiliano I

- El señor Gérard Menoud, diplomático francés investido con plenos poderes por Maximiliano, ha muerto hace un par de días en El Paso, donde descansaba antes de proseguir viaje hacia Washington. Las lógicas sospechas de un asesinato por parte de simpatizantes de la causa juarista han sido pronto acallados debido a la falta de argumentos. Monsieur Menoud estaba rodeado de un servicio de seguridad realmente impresionante, y no se le encontró marca alguna en el cuerpo. No era demasiado anciano (52 años) pero es posible que su corazón no lograra acostumbrarse al calor de la región.

- En el cercano Fort Davis están rodando cabezas. Se han cancelado todos los permisos, y varios oficiales y suboficales corren el riesgo de ser degradados. A partir de aquí, los rumores se contradicen: unos dicen que se ha descubierto que algunos oficiales vendían información al ejército confederado; otros aseguran que en realidad aceptaban sobornos de civiles; y unos terceros afirman que según parece, ha desaparecido una cantidad importante de armamento, robado o vendido bajo mano a los indios.

- Un tal Robert Brandom está buscando a un grupo de tipos que se atrevan a escoltarle a él y a su joven esposa por territorio comanche hsta Chihuahua. Al parecer, paga bien.

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24/11/2009, 02:16
Rich Wales
Sólo para el director

El final de la guerra no había sido lo que más deseaba oir Wales. Porque incluso a este pueblo de mala muerte rodeado de salvajes y repletos de holgazanes "cuates", incluso aquí, llegaban noticias como esa. Al Enterrador ya le extrañaba bastante que un villorrio como este pudiera sobrevivir.

Sin embargo, la derrota de los sudistas cambió sus planes radicalmente, y ahora tocaba mantenerse a distancia durante una buena temporada. Eso, y ganarse el pan, cosa que resultaba más difícil de lo que recordaba. Especialmente si te ves obligado a no hacer lo que mejor se te da.

Afortunadamente, la abundancia de comanches preocupaba a los chicanos, y estos se mostraban ansiosos por pagar a cualquiera capaz de matar algún salvaje. Esporádicas cacerías le habían valido mil quinientos pesos de plata, pero casi nada le quedaba ya de ese dinero. Como supuesto jugador de cartas podía moverse sin causar preguntas, e incluso aspirar a ganar unas monedas, pero lo cierto es que los juegos de azar no eran lo suyo y había perdido una fortuna de manos de tramposos ignorantes. En otra época habría disparado por menos, pero tenía que agachar la cabeza y permanecer en este pueblo sin llamar la atención. Nadie quiere que le cuelguen en un lugar como este, y mucho menos atraer la atención de cazarrecompensas de los cochinos abolicionistas.

Le importaba muy poco la cultura o política local, bastante menos que la pésima gastronomía, pero los rumores sobre un posible patrón ya le interesaron más. Desde que escuchó esa habladuría, había repetido las mismas dos palabras por toda taberna o cuchitril que pisaba.
 

Robert Brandom le dice al tabernero, procurando no tener que rebajarse a hablar el idioma de estos desharrapados. Entre sus manos barajaba unos naipes, y con la mirada inquieta analiza el lugar, la sucia posada, como si esperara ser atacado por la espalda en cada segundo.

Robert Brandom tuvo que repetir, al descubrir que este cantinero no era más rápido de pensamiento que los anteriores visitados. Dedicando esta vez su atención al interrogado, deja ver unas monedas, en vaga promesa de remunerar cualquier información.

Notas de juego

tienes preferencias con el tiempo verbal a utilizar al rolear?

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24/11/2009, 08:29
Director

El tabernero recupera la memoria de repente al ver el brillo del metal y dice: ¡Ah, el señor Brandom! Sí, sí. Se aloja en el hotel Smith, en la parte americana de la ciudad.

Notas de juego

Cita:

tienes preferencias con el tiempo verbal a utilizar al rolear?

En absoluto.

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24/11/2009, 15:50
Jonathan Harper
Sólo para el director

Una figura proviene del desierto, un hombre sobre su caballo... mientras ambos se mueven con lentitud ya agotados por el cansancio de la larga caminata en busca algún núcleo urbano, mientras el sol, la arena, y los malhadados Mexicanos reciben injurias y maldiciones a intervalos regulares por parte del jinete. Se trata de Jonathan Harper, el cansancio ya han hecho estragos en el hombre, que prácticamente solo trae consigo la ropa que lleva puesta, del infame asalto, pudo salvar uno de los caballos del coche, algunas provisiones, casi nada de dinero y el arma que traía consigo cuando se lanzó. Por suerte que tenía una montura. Cuando logra divisar el casería que le anuncia algo de civilización, no cabe de la emoción, y aunque podría hacer que corriera su jamelgo, ambos saben que eso no sucederá.

Los rumores que llegaron a sus oídos en la última ciudad en la que hizo parada, le previnieron de la complicada situación de México. Era simplemente genial, había huido de la ruina en Norteamérica para encontrarla en aquellos parajes del demonio. Tuvo ganas de patear una roca, pero sus energías eran tan escasas...  El sol había sido inclemente en este último trecho, y por suerte (si es que se le podría llamar suerte), sobrevivió. Con una palmada en el lomo de su rocín, aliviado y preocupado, le dio los últimos ánimos para continuar. Debía actuar rápido para encontrar a los malditos bandidos... aunque claro que un trago de agua, y una buena cama resultaban ser una tentadora oferta.

"¿Qué diría Ellías Harper si viera como has terminado?" la pregunta le taladró en la cabeza con tanta fuerza, que tuvo que quitarse el sombrero y abanicarse, dejando ver sus mechones rubios descoloridos y desordenados, en su rostro sudoroso y desfigurado por el cansancio. Su padre se rasgaría las vestiduras si supiera como había terminado. La fortuna de los Harper, robada. Las desgracias e infortunios habían caído sobre el último heredero de la familia, sobre Jonathan Harper. Solo un caballo, solo conservaba un caballo.

Cuando finalmente estuvo en tierra de hombres, sonrió imperceptiblemente. Levantó la mirada, sus ojos exhaustos otearon el sitio. Una de las sucias tabernas de Ciudad Juárez, o la comisaría. Su cuerpo le pedía lo primero. Su orgullo le exigía lo segundo. Para un hombre como él, ¿Qué podía pesar más?, ¿su honor? ¿su renombre? ¿o su salud?

Buscó al primer transeúnte que pudo hallar, para clavar la pregunta, intentó primero en inglés mientras esperaba que no tuviese dificultades con el idioma. Maldita la hora en la que había decidido huir a aquella tierra del demonio!

-¿En donde se encuentra la oficina del Sherriff?- mascullaría al primer transeunte que encontrara, sin bajarse de su cuartago.

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24/11/2009, 16:03
Rich Wales
Sólo para el director

Wales hace una mueca desagradable al esforzarse por entender el español con el que es respondido. No tenía mucha soltura con el idioma de estos idiotas, pero desde luego había entendido "hotel Smith" y "parte americana".

Con una última expresión de asco, Rich recoge, deslizando su mano sobre la barra, casi todas las monedas que había depositado sobre la madera, dejando al tabernero con unos pocos miserables pesos como sobrada recompensa por sus servicios.

Sin interés en escuchar al cantinero ladrar algo en su idioma a modo de protesta, Wales sale del cuchitril dirigiéndose hacia la zona americana del Paso. Conocía bien esa parte de la ciudad, pues la frecuentaba cuando no podía soportar más el "color local" - y eso pasaba muy a menudo-. 

Un trabajo de escolta, moviéndose en la estepa como solía hacerlo, bien remunerado y con posibilidad de cazar unos cuantos comanches más como extra... podría soportarlo. Cualquier cosa con tal de salir de aquel villorrio y rodearse otra vez de gente civilizada.

"Grave-Dick" Wales no tarda en entrar en el hotel Smith, y en apuntar al recepcionista con su mirada y con la promesa de dos Colt preguntándole por la habitación de Brandom.

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24/11/2009, 19:51
Director

El señor Brandom no está, ha dicho que volvería en un par de horas, responde el conserje, que no parece demasiado impresionado por el tono de amenaza implícita. Si viene por el trabajo, acomódese en el salón, es lo que él ha dicho.

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25/11/2009, 21:10
Rich Wales
Sólo para el director

Wales se piensa detenidamente los pros y contras de poner a ese conserje en su sitio. Sin embargo, tal vez la falta de práctica le esté ablandando o se alegre demasiado de volver a estar entre gente civilizada como para estropearlo pegándole un tiro a un recepcionista. El caso es que esboza una sonrisa y asiente, mostrándose educado. Incluso empieza a caminar hacia el interior del hotel para esperar como le ha propuesto, pero antes de dar dos pasos se da la vuelta y suelta una última pregunta:

De todas formas... ¿cuál es la habitación de Brandom? si me cansara de esperar vendré otro día.

Disfruta cada una de las palabras, es un gusto para él volver a hablar inglés después de estos días. De todas formas, la mirada que le echa al encargado refleja que no habla por hablar; Rick puede ser paciente, pero tampoco suele valer la pena forzar la suerte.

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25/11/2009, 21:40
Director

Como guste, señor. El señor Brandom se aloja en la 8.

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25/11/2009, 22:11
Rich Wales
Sólo para el director

Muchas gracias dice, disfrutando de la conversación antes de desaparecer hacia el salón del hotel.

Mientras camina y se dirige a uno de los sillones, saca su baraja de cartas. Nunca ha sido demasiado paciente, ni se le ha dado esperar.

Más le vale a ese Brandom tardar menos de lo planeado, porque si me aburro subiré a su cuarto a esperarlo con más comodidad.

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27/11/2009, 16:33
Robert Brandom

La necesidad o la búsqueda de un trabajo que os permita pagar cama y comida os han empujado a considerar emplearos como escoltas del norteamericano Robert Brandom. Tras preguntar por él, se os convoca un día y una hora determinados en el salón del hotel Smith, el más lujoso de El Paso (la parte americana de Ciudad Juárez), donde Brandom ocupa una suite en compañía de su joven (y bellísma) esposa mexicana, Margarita.

Allí vais a parar cincc desconocidos; si bien os habíes visto la cara por los bares de la ciudad, no habéis tenido ocasión de entablar una charla, y ahora estáis bajo el mismo techo, esperando a que baje vuestro anfitrión.

Notas de juego

Podéis hacer algún post de prseentación antes de que baje Brandom.

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27/11/2009, 19:41
Jonathan Harper

Como un hombre tan refinado y elegante como él terminaba metido en algo así. Resultaba ser un misterio. Pero la rabia de la escasa ayuda de las autoridades locales y el salvajismo de los mexicanos habían obrado lo suficiente como para pensar en ensuciarse las manos. Habría querido vender su caballo, pero tuvo que pensárselo bien. Y ahora terminaba pidiendo un trabajo como escolta, para recolectar algo de dinero y pagarse el mismo un grupo de mercenarios desesperados que le ayudasen a recuperar lo perdido. O a hacer pagar a los malditos bandidos.

Tenía que haber caído muy bajo. Muy bajo para un Harper.

Su vestuario ya empezaba resentirse, lo que sería un elegante traje negro, estaba más polvoso, la camisa blanca empezaba a adquirir diversos tonos oscuros. Su sombrero era de las pocas cosas que había salido indemne. De lejos aparentaba ser una respetable figura, pero ya de cerca, los estragos del cansancio, y el clima, dejaban entrever su real situación. Además de su creciente mal humor.

Y allí estaba, pidiendo trabajo. Actuando como un guardaespaldas. Simplemente perfecto, rebajarse al nivel de un bandolero por unas cuantas monedas... pero tenía que comenzar por alguna parte. No obstante, le preocupaba la idea de saber con que clase de gentuza tendría que compartir ganancias... en México no abundaba la gente decente que se ofreciera a buenos trabajos, y ante la mención de su apellido, y una observación detallada, había risas y puertas cerradas.

Empezó a juguetear con su sombrero esperando, y observando con silencio... no tenía el aspecto de un hombre rudo... pero no era lo importante. Su cabello descuidado y sus mechones descoloridos terminaban de completar la imagen.

A ver que resultaba de todo aquello.

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27/11/2009, 21:00
Daniel Meyer (Dann Dam)

Daniel estaba feliz, habia pasado la frontera y era un completo desconocido alli nadie sabia de él y estaba muy lejos de...bueno, eso ahora daba igual el hecho es que dejaria pasar un tiempo, ahora, se veia inmerso en una aventura que, francamente, no le agradaba demasiado, por experiencia sabia que la vida de los escoltas era corta y adamas mal pagada, asi que de momento procuraria continuar vivo y cumplir con su mision, fuera cual fuera, estaba preparado. De pronto vio a un hombre elegante, mas bien parecia un ciudadano acaudalado, era algo mayor para enrolarse en una mision de aquellas caracateristicas, lo habia visto los dias anteriores por la ciudad, por lo que se acercó a el y le comentó en tono franco y risueño ¿que pasa viejo?, ¿es usted el padre del mandamás?, luego esperó la respuesta apoyado contra una de las paredes del local. Asi permaneció un rato, oteando a los parroquianos y al local, que era de lo mas elegante y muy bien decorado, se notaba que se cuidaban los detalles...Aqui a lo mejor puedo sacar una buena tajada pensó o al menos lo suficiente para tomar alguna copa, alguna mujer, un plato de comida y un buen baño...

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28/11/2009, 21:50
Rich Wales

El tipo de ojos profundamente azules examinaba la escena con frialdad. A él también le llamaba la atención la presencia de un hombre que se parecía más a sus antiguos patrones que a un mercenario contratado. En todo caso, la suciedad de las ropas y el aspecto general de gloria venida a menos pareció dar toda la explicación que necesitaba el callado pistolero.

Las hermosas empuñaduras nacaradas de dos revólveres asomaban bajo la chaqueta negra desgastada. Sin levantarse de su sillón, el hombre continuó lanzando naipes contra la pequeña mesa que tenía a los pies. Dedicando más atención al solitario que jugaba - y que no le estaba saliendo demasiado bien - que a los presentes, el sujeto se ajustó el sombrero negro sobre los ojos.

Sus cejas y su mirada ascendieron a la vez cuando el vaquero del otro lado de la sala hizo una pregunta al gentleman. Algo en sus ojos azules, muy claros, podía resultar familiar para algunos de los que se encontraban con él en la sala, pero nadie era capaz de decir, por ahora, de qué le conocían.

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28/11/2009, 22:13
Robert Brandom

Al cabo de un rato aparece un caballero de estatura media, bigotillo cuidadosamente recortado montado en el labio superior, bien vestido, que se presenta como Robert Brandom. Habla con marcado acento sureño y tiene una mirada sarcástica. Fuma un excelente puro de Virginia, y os ofrece de beber (aunque no de fumar).

Bien, caballeros
, empieza. Necesito un grupo de hombres decididos, de cierta confianza y buenos con las armas si es preciso, puesto que debo viajar con mi esposa hasta el pueblo mexicano de Meoqui, en el valle del Conchos, cerca de Chihuahua, atravesando buena parte del territorio comanche. El padre de mi mujer acaba de morir, y debemos presentarnos cuanto antes para reclamar la herencia, consistente en una hacienda bastante próspera. Les ofrezco 50 $ a cada uno, la mitad por adelantado, por acompañarme en este viaje, que es previsible que dure un par de semanas. Por supuesto, los gastos de viaje corren de mi cuenta.

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28/11/2009, 22:19
Director

Notas de juego

Te parece conocer de algo a ese fulano. Hazme una tirada de Conocimientos (1d100 sin modificadores, dificultad tu puntuación de Conocimientos, que es 75).

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28/11/2009, 22:34
Jonathan Harper

Ignora educadamente el comentario del joven que se le acerca. No obstante, es imposible evitar lanzarle una mirada despectiva. No lejos de allí, otro sujeto juega al solitario y observa con curiosidad la escena. Seguro que llama la atención con su traje, pero no ha tenido mucho espacio para conseguir otro. Además, no iba a abandonar lo poco de respetable que le quedaba... pero verse obligado a mendigar un poco, y a actuar de mercenario.

Tocó el hala de su sombrero de hongo y emitió un largo y profundo suspiro. Finalmente aparece el hombre que ofrecía el dinero. Parecía uno de esos ricos nuevos, un criollo o algún oportunista de escasos años de experiencia. Torció levemente el gesto mientras sus músculos se tensaban. La fría envidia y la rabia empezaron a recorrer a Jonathan Harper... pero tendría que tragarse absolutamente todo su orgullo por algo de dinero.

"Es solo el comienzo, solo el comienzo"

Se puso en pie, mirando desafiante a Brandon, su mirada era una mezcla de sensaciones y sentimientos. Su mano cayó con fuerza sobre la mesa.

-Cuente conmigo- dijo únicamente tras un enorme esfuerzo.

Se estaba vendiendo por dinero... y ni siquiera sabía si el trabajo era de su talla...

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29/11/2009, 17:07
Daniel Meyer (Dann Dam)

Algo sorprendido por la iniciativa de aquel hombre se giró en dirección al hombre que ofrecía el trabajo...compra usted barato...dos semanas y atravesar territorio tan hostil vale algo mas. No se que experiencia tendran los aqui presentes, pero no me gustaria perder el pellejo por una paga que no de para darme un baño y comprar el caballo que seguro perderé...Luego guardo silencio a la espera de lo que opinen los demás....este tipo tan elegante debe necesitar mucho el dinero, eso le hace peligroso...

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29/11/2009, 23:15
Rich Wales

El jugador de poker recogió todos sus naipes de la mesa con un movimiento algo furioso. No había mudado su expresión al oir hablar al posible patrón, pero resopló al oir hablar al tipo con aspecto de cowboy.

El vaquero sabe lo que dice. Espetó con una voz suave y pronunciando con lentitud. Allá donde usted planea ir dan esa misma cifra por la cabellera de un comanche, y en esas tierras plagadas es más fácil matar a un indio que proteger a un blanco.

Con desgana, el individuo se acomodó en el sillón, colocando sus pies sobre la mesita en la que antes jugaba a las cartas.

Puede quedarse con sus cincuenta dólares.

La negativa del hombre de ojos azules flotaba en el aire sin dejar casi nada cerrado, probablemente por su lenguaje gestual, que decía lánguidamente "hablemos".

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30/11/2009, 10:32
Robert Brandom

Veo que son ustedes hombres de negocios, dice Brandom sin perder la sonrisa.

Por los 250 $ que les pagaría en total a Vdes., puedo sobornar al ejército para que me asigne una columna de escolta, pero no me interesa moverme con tanta gente, llamaría demasiado la atención. Ni espero tener que abrirme paso a tiros, ni entrar en guerra con los comanches, lo que quiero es disuadir a nadie de que se nos acerque.

Dicho esto, puedo subir un poco la paga, pero no me aprieten demasiado, que los tiempos son malos.