Partida Rol por web

Dentro de la biblioteca se encuentra la Srta. Whitmarsh visiblemente alterada dirigiendo a sus asistentes que se afanan en recoger libros desparramados por todo el suelo de la planta baja de la biblioteca.

Ubicación de la biblioteca en la ciudad de Arkham

Al llegar a la biblioteca veo el amasijo de libros tirados por el suelo y varios chicos recogiéndolos y ordenando de nuevo. En la entrada, veo a la Srta. Whitmarsh, a quien ya conozco de tantas veces que paso por la biblioteca. Me dirijo a ella para saludarla. Parece que soy el primero en llegar y me avisó de que vendría más gente a invergigar... - Pienso mientras me acerco.

- Buenos días Srta. Whitmarsh - Le doy mientras le hago una pequeña reverencia sujetando el ala de mi sombrero.

- Como le prometí por teléfono, aquí estoy. Parece que tiene un pequeño desastre entre manos. Cuénteme todo lo que sepa sobre lo que ha pasado aquí.

El mundo comienza a tener forma frente a mis ojos los cuales recién se habían abierto de un agradable descanso en una de las camas de mi buen amigo William, a quien había visitado para charlar solo un par de horas, pero el tabaco y el tiempo, se esfumaron in incontinenti gracias a los amenos momentos que ese buen caballero me había regalado con sus temáticas interesantes, sus debates amigables, sus chistes de tan jovial contenido.

Temprano al día siguiente, el teléfono suena y William baja a atenderlo, ya estaba despierto y preparado para aquel minuto.

William me comenta la razón de la llamada, el también ya estaba completamente listo, lo que no me sorprendió puesto que las estrictas normas de la milicia, hacen moldear el reloj biológico de uno de tal manera que antes que saliera el sol, ya debíamos estar preparados, con el uniforme impecable, las carabinas cargadas y al hombro, dispuestos a salir y recibir la próxima bala.

Me comento de un posible caso de vandalismo en la biblioteca de Arkham, lo normal sería que me zahiriera la idea de un grupo de jóvenes sin disciplina alguna, hicieran algún mal a su propia comunidad, pero más allá de eso, simplemente me llamo la atención el hecho, como algo curioso, como algo que ver durante un día sin planes.

La mañana se presenta fría, con pequeñas y casi invisibles gotas de lluvia cayendo sobre mis ropajes y mi rostro, dejando una tenue capa blancuzca y húmeda en todo mí ser.

Llegamos hasta el lugar y ya había un presente hablando con una mujer quien parecía ser la bibliotecaria de la institución, puesto que coincidía casi a la perfección con los pocos detalles que William me había brindado a la hora de describirla.

No digo nada, me coloco levemente en línea junto a mi amigo, quien ya gozaba del título de parroquiano en aquella biblioteca, esperando que él nos presente ante la dama.

Cuando colgué el teléfono, me quedé sorprendida. Es la primera vez que ocurre esto en la biblioteca- pensé. ¿Quién ha podido tener tan mala idea?, la  biblioteca es un sitio tranquilo. Estaba terminando de arreglarme, cuando ví como se posaban gotas de lluvia sobre la ventana. Me dispuse a coger mi gorro de lluvia, mi inseparable bandolera siempre llena de documentos, libros y aquella libreta regalo de mis padres donde apunto todo tipo de curiosidades. Cogí mi bicicleta y en escasos minutos, estaba situada frente a la puerta de la biblioteca pública. Una vez crucé el gran portón de la entrada, aceleré el paso ansiando ver a mi amiga la Srta. Whitmarsh quién seguro se encuentra muy afectada. Nada más entrar en la planta baja de la biblioteca, me acerco a mi amiga y le pregunto - ¿Qué ha ocurrido?- , mientras apoyo mi brazo sobre su hombro mostrando un gesto de comprensión y consuelo ante tal desorden. 

Tras los saludos de rigor e interesarse por el caballero de aire marcial que acompaña al Sr. Brigth, al cual no conoce, la Srta. Ellen Whitmarsh os invita a acompañarla a su sobrio despacho donde, tras invitaros a sentaros, os informa de los siguiente.

- Les he llamado porque, como han podido comprobar, ha sido un hecho insólito que no había  ocurrido en los 15 años que llevo como encargada de la biblioteca. He pedido ayuda a la policía pero me han dado largas argumentado que están muy ocupados, además me han dicho que hasta que no constatemos que han robado algún libro o documento esto será tratado como una simple broma estudiantil.

- Por eso  me he puesto en contacto con usted Srta. Warren, ya que al estudiar en la universidad quizás pueda averiguar algo sobre esta supuesta broma.

- También le he hecho llamar a usted Sr. Monroe porque este suceso parece uno de los que habitualmente le ocupa, ya que no han forzado ninguna de las dos puertas de la biblioteca, y las ventanas tienen rejas y están intactas. No se cómo han podido entrar.

- También por eso he hecho llamar al Sr. Brigth, que ha venido acompañado por este caballero, ya que conoce bien el ambiente de los amigos de lo ajeno en Arkham, aunque de veras es un caso insólito el que alguien intente robar en una biblioteca.

Tras llegar alli con mi amigo Burton y atender a la situacion y lo que cada uno ha comentado me presento casi fugazmente...

Hola a todos, soy William Bright y mi amigo el teniente Geoffrey Burton. Guardo un poco de tiempo callado. 

Vaya... contesto preocupado, ¿Han descartado la posibilidad de que haya sido una pequeña broma de alguien que se haya quedado dentro de la biblioteca cuando se cerro?

mmm... 

¿Qué libros son los que cayeron al suelo? ¿Tienen alguna tematica en particular?

La Srta. Whitmarsh responde tras pararse a pensar unos segundos.

- Hemos registrado la biblioteca y nadie estaba dentro. En cuanto a los libros los han vaciado de 5 de los pasillos de la planta baja y no tienen ninguna relación entres sí. Son libros de narrativa norteamericana y europea.

Tienen algun plano de la biblioteca por favor? Observo si hay algun panfleto que me pueda servir como plano.

Muchas gracias por el mapa, ¿Podria indicarme por favor cual es la ubicacion del aparente "destrozo"?

Y mmm... ¿Tenemos nosotros que hacer el inventario? ¿o sabemos pronto si falta algo?

Mientras bajaba y subía mi mano sobre el brazo de Ellen, miré al resto de presentes en aquel despacho. Conocía de vista al Sr. Monroe y al Sr. Bright. Los tres hicimos un ademan de saludo con la cabeza, habíamos coincidido mañanas y tardes enteras en la biblioteca y en ese momento, no había tiempo para presentaciones formales. Me fijé, fugazmente en el acompañante del Sr. Bright,llamaba la atención, era un señor  de complexión hercúlea.

-Ellen, tranquilízate. Haré todo lo que esté en mi mano para encontrar una explicación. Si de verdad se trata de una jugarreta de mal gusto, me enterare. Tengo relación con todos los profesores y con muchos de los alumnos. Preguntaré a ver si alguien ha escuchado algo. 

- Gracias Lisa, pero hay algo que es sumamente extraño en todo esto. ¿Como han entrado y salido? Uno de mis ayudantes ha preguntado en los edificios colindantes y nadie ha visto ni oído nada.

Estaré atenta a todo lo que se comenté sobre esto. Aquí las noticias vuelan. ¿Has registrado la  hemeroteca, los aseos y la oficina? ¿Hay algo más que te haya llamado la atención? Algo fuera de su sitio, alguna marca.... 

He visto qué hay parte del material ya recogido, me gustaría saber que 5 pasillos han sido los "atacados".  Te echare una mano a organizar y revisar que no falté nada. 

Giré la cabeza en busca de alguna cara de complicidad. Y me atreví a preguntar:

-¿Qué opináis?Desde luego no tiene ningún sentido todo esto. Ustedes -dirigiéndome al Sr. Monroe y al Sr. Bright- saben que este es un lugar tranquilo, prácticamente siempre estamos los mismos. 

- Los pasillos que ha sido "atacados" son los cinco primeros del lado norte de la biblioteca

- ¿Tienen algo en común los libros que se encontraban en esas estanterías? ¿Trataban de algún tema en particular?

Perdone señorita, quiza ante tantas preguntas la estamos atosigando demasiado... pero antes de ir a comprobar la zona me gustaria saber si el inventario de lo que se ha caido se ha hecho ya o si lo vamos a hacer nosotros pq aun estan alli los libros.

Y segun digo todo esto muevo el brazo con un pase parecido al de los toreros invitando a Ellen a que nos lleve hasta la zona, si veo que no tiene cara de querer ir hasta alli por que por ejemplo tenga que estar en su puesto de trabajo, un segundo despues me voy yo.

La encargada del lugar comienza a charlar y dar informaciones a los presentes, como si de un juego de detectives se tratara, rio levemente: “un militar nunca debe mostrar los molares al reír” recuerdo las palabras de mi comandante en ese insólito momento.

¿Quiénes eran esas personas? ¿Qué hacíamos en un día tan lluvioso como lo era ese día, encerrados, buscando respuestas a algo tan básico?

Sabía que a William le apasionaba estas boberías, pero… ¿acaso los demás también estaban atraídos por la idea de no hacer mas nada que ayudar a una mujer desconocida?

Me cosquillean los pulmones, esa atracción fatal por la humareda toxica que bailotee en mi ser me llama. Salgo del lugar, dando un bufido molesto, colocándome enfrente de la biblioteca, enciendo un cigarro y me pierdo en los vahos del ayer.