Partida Rol por web

-Ya que tenemos diferentes opiniones sobre entrar al templo creo que podria entrar con Kalahad mientras vosotros descansáis  aquí. Aunque me gustaria que Zoriak también se quedase fuera, junto a vosotros.  Dirije su mirada al druida, -¿Estás de acuerdo? El muchacho cree que así las fuerzas quedan más equilibradas para el grupo de fuera por si sufrieran algún altercado. Además el tigre parece haber hecho algunas migas con Farah y puede que la protegiese junto a su compañero druida.

Crixor les plantea una corta separación, ya que sólo pretende echar un vistazo y hablar con algún monje.

-No tardaremos en volver, sólo vamos a echar un vistazo. Mientras le responden, se va al caballo y bebe un poco de agua de la cantimplora. No estaba cansado pero después de caminar algunas horas bajo un fuerte sol tenia sed.

-Estoy de acuerdo. Además, siempre prefiero estar en exteriores, no me gustan los edificios, y sólo entro cuando es necesario. Estaré aquí fuera para ayudar en lo que se pueda, mirad si pueden ayudarnos ahí dentro, aunque yo no temo a ese bosque. Es un bosque al fin y al cabo.

Dicho esto, Zoriak se pone a acariciar a Igrith y a jugar con él, correteando por ahí como si nada, como si de un can se tratara.

Se despide con la mano de los otros dos y se sienta junto a su mochila mientras bebe un poco de agua y come una manzana... si no se comen antes las frutas se echarán a perder y sería un desperdicio de comida y de dinero y si van escasos de provisiones no pueden darse ese lujo.

Se gira hacia Lothar, aunque se mantiene alejada del lobo.

-¿Cómo decidiste comenzar a hacer esas cosas? Lo de revivir a los muertos y tal... esa magia es peligrosa, ¿no?

Lothar estaba atento a sus propios asuntos cuando escucho que la tierna voz de la mujer le hablaba, respondiendo a su pregunta dijo:

-Si, la verdad que es bastante peligrosa, yo gracias a ese infeliz dice mirando a sukubo aparento veinte años más de lo que debería, pero también es muy útil, comencé a utilizarla el día que mis padres partieron en su última búsqueda.
Había visto como mi padre, Rolón, guardó en un aparador un libro que me causó mucha intriga, a ver lo tengo por aquí. 

mientras decía esto buscaba en su bolsa el libro que leía habitualmente.

Sacó el libro y se lo mostró sin soltarlo a Farah.

Como te venía diciendo, lo ojee y me causó mucha intriga el capitulo de "levantar a los muertos", el can que ves allá fue mi primer experimento, había muerto hacía tres semanas y la verdad es que lo quería mucho, traté de levantarlo pero en medio del ritual algo sucedió derrepente... la cara del nigromante se frunció levemente al decir esta ultima frase desperté con ésta apariencia mas o menos una hora después, y vi que donde debía estar el cadáver de sukubo no había nada... lo vi como lo ves ahora, corriendo una mariposa como cuando era cachorro....

Dejó su relato en ese instante y observó nuevamente la construcción.

La verdad que no me siento cómodo tan cerca de ese lugar, deberíamos alejarnos de aquí lo antes posible.

Crixor y Kalahad ya habían comenzado a caminar hacia el solitario templo, cuando ven aparecer desde detrás de él (seguramente desde alguna puerta trasera), un grupo de hombres que se acercan a ellos.

Se detienen a unos 40 metros o así, y se produce un momento en el que el tiempo parece detenerse.

Lothar observó a los hombres aparecer detrás de las figuras de Crixor y Kalahad.

Son más en número, sabía que no debíamos venir aquí le dijo a Farah para que observe a los hombres que aparecían a lo lejos.

Manoteo su ballesta, esperando no tener que usarla.

Posiciones: Crixor y Kalahad están a unos 40 mts del grupo recién llegado, y Zoriak (con Igrith a su lado), Farah y Lothar están sentados (al menos los últimos dos entendí que era asi) a unos 15 metros de ellos. Súkubo está un poco mas lejos de todos.

Perdón, ahi edité el mensaje anterior. Si, por supuesto que si desean volver atrás tienen bastante ventaja, además ellos se quedaron parados (al menos de momento)

Crixor, que va caminando junto a Kalahad en dirección al templo, se detiene al ver aparecer el grupo hombres. Entonces se dirge a Kalahad pese a que matiene la vista fija en los recién llegados. 

-A menos que uno de tus hechizos les convierta en animales de granja creo que lo mejor seria volver con los demás. No parece que quieran hacernos un favor. ¿tú qué dices?. Pregunta al muchacho. Para Crixor Kalahad es como una caja de sorpresas, ¿quién sabe lo que es capaz de hacer? Aún así siempre mantiene alguna reserva con los magos.

El joven en realidad tiene ganas de pelear, pero la sensatez que aprendió de su padre, le dicta ser precavido. 

Zoriak echa un vistazo a lo que se viene encima, temiéndose lo peor. Entonces, cuidadosamente, acerca su cara a los oídos de Igrith, y susurra:

-Escúchame Igrith, aléjate de nosotros y intenta rodear a esos hombres, preparado para atacar a mi señal.

Escucha atenta lo que le explica Lothar sobre la curiosidad que sintió al ver el libro y como le tentó a realizar cosas peligrosas. Quiere preguntarle más, pero parece que tienen visita, o ellos son la visita, claro, y no parecen muy hospitalarios que digamos... pero es un templo del Único, deberían ser hospitalarios con los viajeros.

-No parecen muy... hospitalarios.

Se levanta lentamente al ver que el grupo se queda parado a lo lejos. Quizá dejen que se marchen sin causar problemas, o es lo que espera, porque ella de pelear sabe poco y no tiene sus armas preparadas para lo que en teoría tendrían que hacer... con su habilidades no tendrá ninguna oportunidad.

-Creo que hemos descansado bastante...

Estoy contigo, Farah. Creo que es momento de irnos.

Lothar observaba las posibilidades, pero no las veía muy optimas, lo único que él realmente sabía era que no tenía ningún hechizo si así puede llamarse, preparado... no temía a esos sujetos, simplemente solo un idiota se enfrentaría sabiendo que tenemos las de perder.

Se levantó lentamente y guardó el libro dentro del saco donde llevaba las cosas, por un segundo pensó que lo mejor sería matarlos a todos, como si al soltar el libro todo dijese que necesita su sangre... pero el nigromante es más inteligente que eso, tomó del brazo a Farah y comenzó a caminar alejándose.

Kalahad mira a Crixor y no entiende lo que está pasando. Tal es su desconocimiento de la psicología del sentido común. De repente, todos parecen alterarse. Sin guardar el espejo en la mochila doy un paso al frente y saluda en voz alta

- Saludos, pensábamos entrar en este Templo del Unico para buscar algo de descanso. ¿Ustedes vienen de allí también? ¿Con quién hablamos? ¿Hay alguien al mando? Yo soy Kalahad, interesado en la vida sacerdotal tal vez,  y me acompañan mis amigos del pueblo.

El hombre parado en el centro se adelanta unos pasos y responde con una sonrisa pintada en el rostro:

- Saludos, Kalahad, mi nombre es Gunnar el Negro. Sabemos quien eres y quienes son tus compañeros. He venido para asegurarme de que vuelvan sanos y salvos a Robleviejo. 

Mientras habla, el muchacho de la túnica a su lado se adelanta y le habla al oído.

- Ah, si, por cierto, a mis compañeros les ponen algo nerviosos las armas y el gatito, si fueran tan amables de entregárnoslas, los escoltaremos de vuelta a casa y allí se las devolveremos, aquí nadie quiere problemas, ¿eh?

El tigre que acompaña a Zoriak gruñe algo molesto y su pelaje se eriza. Parece reticente a abandonar a su compañero, y finalmente se queda a su lado.

-¿Que os demos nuestras armas? Después de decir la frase, le susurra a Kalahad. -Vamos, volvamos con el resto del grupo. Vamos a tener que estar todos juntos. -Me la tendrías que quitar con tus propias manos.

Crixor vuelve con los demás a paso tranquilo y confiado.

Una vez que está con los demás compañeros, termina de contestar al cabecilla del grupo -Las armas y el tigre se quedan donde están y yo en tu lugar cojeria al resto de tu grupo y me iria por donde he venido. 

-El tigre decide por él mismo, y yo no pienso entregar mi bastón. En mi opinión, sólo sois unos simples asaltadores, así que a menos que podáis demostrar lo contrario, no dudaré en utilizar mis armas. - Grita el druida.