Partida Rol por web

Cuando salen de la taberna ya había caído la noche. Caminan guiados por Dragomir por las silenciosas callejuelas de Robleviejo y finalmente se acercan a una casa, algo alejada de las demás, aunque dentro del pueblo. 

Dragomir golpea la puerta y aguarda. No sucede nada. Luego vuelve a golpear: Nada. Finalmente toma el picaporte y con algo de esfuerzo abre la puerta, que estaba trabada por el abandono y la humedad.

Cuando entran el panorama es bastante desolador, la casa está completamente vacía, está sólo iluminada por los lejanos faroles de la calle y por la luna, que hoy brinda bastante luz.

Los pasos de Dragomir cuando ingresa hacen crujir las maderas del suelo. Observa a uno y otro lado, y finalmente se dirige a un rincón. Cuando llega a destino, hinca una rodilla en tierra y golpea el suelo con el puño.

Lothar recién se despertaba. Se había acostumbrado a dormir mientras el sol estaba en lo alto, y a despertar al amparo de la noche. No es que fuera un vampiro ni nada parecido, y por épocas llevaba el ritmo normal y dormía de noche, pero había descubierto que para practicar su magia era mejor hacerlo en la oscuridad, daba mejores resultados.

Súkubo bostezó. Lothar ya se había acostumbrado al olor a podredumbre de su perro, pero había días peores que otro, sobre todo cuando hacía mucho calor. Por suerte hoy no era el caso, aunque ciertamente era un poco desagradable cuando algún pedazo podrido de carne se desprendía de su cuerpo.

El muchacho se miró en el espejo. Lo de muchacho era un poco inconsistente con la realidad, ya que parecía un hombre mayor debido a aquel experimento de revivir al perro. Por suerte había perfeccionado el arte y ya no tenía esos efectos adversos. De cualquier forma, a veces pensaba que era probable que por eso se hubiera instalado en el sótano de su casa, dejando la parte de arriba totalmente abandonada. Así no lo molestarían y podría trabajar tranquilo. A veces iba al mercado, y otras pasaba algunas horas en "La sonrisa de Miranda", la posada y taberna atendida por su propia dueña, pero generalmente la pasaba ahí abajo, ocupándose de sus cosas.

Sumergido estaba en sus pensamientos cuando le pareció escuchar golpes en la puerta, la de arriba. No estaba seguro, pero si eran lugareños ya se irían al no contestar nadie. A veces los chiquillos jugaban apuestas para entrar en su casa, pero no molestaban mucho. Esta vez fue distinto. Alguien ingresó en la casa, y Lothar escuchó los pasos y vio en su techo como las pisadas en la sala principal desprendían polvo a medida que avanzaban. Eran 4 personas, si sus cálculos eran correctos.

Finalmente, golpearon a su puerta, la del sótano.

-Silencio. hermoso silencio- Decía Lothar mientras se desperezaba... sus huesos crujían como si tuviese 40 años y su apariencia lo demostraba, tenía un pequeño cacharro de metal dónde se veía todos los días para ver si su apariencia había mejorado en algún aspecto, tenía 25 años pero un pequeño "problemita" con Sukubo lo hacía verse aproximadamente 15 años mayor.

-Bueno, al parecer es hora de levantarse. le dijo a su fiel compañero sukubo qué estaba acostado en lo que originalmente era una piel de oso, después de la segunda acostada del lobo, pasó a ser un trapo con olor a: vaya a saber uno cuantas cosas.

Sukubo observó a su amo y volvió a bajar la cabeza, la punta podrida de una de sus orejas cayó al suelo.

-Este lobo estúpido, lamento el día que te di parte de mi vida... dijo Lothar mientras golpeaba suavemente al lobo para no desarmarlo.

Tanto el lobo como el hombre se alarmaron un segundo al escuchar golpes en la puerta de entrada. "Deben ser esos mocosos del pueblo y sus apuestas sobre la casa del terror"... 

Unos segundos más tardes se escucharon pasos encima de su cabeza, creo que fue el momento más divertido de su día hasta ahora... Miró a su lobo y vio como éste intentaba siquiera emitir un ruido... "JAJA no tiene cuerdas vocales el estúpido" pensó.

Ahora los golpes son sobre la tapa del sótano... ¿Quién anda ahí? ¡No! ¡No quiero comprar biblias de "El Unico"! ¡Larguense!... Malditos testigos de El Unico siempre tocando la puerta de los demás para hacer llegar "la palabra del señor"

Dragomir abre la puerta que lleva al sótano, y se libera un olor nauseabundo, tanto que debe taparse la nariz con la mano. Pasados un par de segundos puede reponerse.

- Lothar, chico, soy Dragomir, ¿Eres tú, verdad? -pregunta el guerrero, con algo de duda en la voz, ya que no se puede ver bien lo que hay abajo por el angulo de la escalera que baja.

Lothar reconoce a Dragomir Espadabrillante, compañero de sus padres, héroe de reconocida fama, que 6 meses antes había salido con ellos en una misión para el Rey.

Oh, Lothar... Lothar Van Goth, por fin voy a ponerle cara a ese monstruo con el que me comparaban para ofenderme

Sus ojos también tratan de escudriñar la oscuridad pero su mente vuela lejos, a recuerdos del pasado: 

"Kalahad, si sigues estudiando cosas raras acabarás como Lothar ¿no sabes lo que le pasó? Kalahad, sal a dar una vuelta con los niños del pueblo, al menos Lothar tiene un lobo ¡tú ni eso! Kalahad como no beses a una chica pronto se te pondrá el pelo gris y acabarás viviendo en una tumba... ¿O es que no has oído hablar de Lothar Van Goth"

Estaba emocionado. No le gustaba que le comparasen con nadie, y a todas luces él no era un nigromante oscuro sino un mago heroico y agraciado... pero no podía evitar sentir interés por finalmente conocer a aquel hombre. 

Al escuchar la voz de Dragomir, Lothar no pudo evitar una sonrisa...

Querido Dragomir... cuánto tiempo ha pasado... y una leve carraspera cortó la emoción del momento... vamos, Sukubo ven a saludar a los visitantes.

Lothar subió las estrechas y podridas escaleras que daban a la parte superior de su vivienda... no pudo evitar taparse un poco los ojos para sobreponerse de la luz venidera, cosa a la que no estaba acostumbrado. Lo siguió su fiel compañero, Sukubo... un lobo casi sin pelo, medio podrido y muy mal oliente... al ver a Dragomir el can movía lo que al parecer en un pasado era un hermoso rabo... que ahora era un rabo hecho de huesos y carne podrida.

Al terminar de subir las escaleras observó a los que venían con el famoso guerrero detenidamente... Al primero que observó era a un hombre que al parecer venía de buena familia... sus túnicas lujosas así lo demostraban, junto a él una mujer, una hermosa mujer que tenía físico de una atleta, y más atrás un hombre robusto... claramente era un guerrero.

Ah, ustedes deben ser los hijos de los amigos de mis padres... Pfff... veamos... dijo mientras se acercaba a cada uno de ellos inspeccionando cada detalle... 

Tu debes ser Farah ¿La hija de Alma, verdad? dijo observando detenidamente a la mujer. 

Tú debes ser Kalahad, el hijo de Indra, la hechicera... y el de más allá debe ser Crixor, hijo de Excelsior...

Se todo ésto gracias a las historias que oí toda mi vida... mis padres adoraban a los suyos...

¿En qué puedo ayudarlos Dragomir?

- En realidad a los que debes ayudar es a tus padres, Lothar -contesta con voz grave Dragomir. No me quedó opción de dejarlos, pero estaban en una de las situaciones mas peligrosas en las que hemos estado, allá en las Montañas del Trueno. Tanto que he tenido que volver por ayuda para rescatarlos. Tu ayuda, vuestra ayuda, la ayuda de sus hijos. Rolón, Mirith y los demás están en grave peligro, si no han muerto ya, y por eso debo ir en su busca lo antes posible.

El semblante de Dragomir era grave, su mirada traspasaba a Lothar de lado a lado mientras le hablaba. El había visto varias veces al guerrero cuando venía a visitar a sus padres, o a buscarlos para ir a otro lado. Pocas veces, o mejor dicho ninguna, lo había visto tan serio. 

- ¿Que dices, Lothar? Vendrás con nosotros, ¿o te quedarás en tu pequeño rincón del mundo?

Cada uno de los sentidos de Lothar se vio afectado al escuchar las palabras de Dragomir, más aún cuando escuchó la palabra muerte, para el muchacho con aspecto de viejo la muerte era solo un juego, pero cuando el guerrero la mencionó con respecto a sus progenitores algo se desató en el interior del joven Nigromante.

La sonrisa se borró de sus fauces, su cara se volvió tan seria que hasta el más valiente de los hombres hubiese sucumbido ante esa mirada.

Lothar miró a todos... observó todo... miró su casa de punta a punta... y respondió:

-Claro que voy, todavía no puedo entender como los abandonaste a su suerte... denme un minuto que agarro mis cosas...

Bajó las escaleras rápidamente y tomó un bolso, metió un libro dentro, algunos ungüentos y otros petates que creyó necesarios.

Volvió a subir y tomó de al lado de la puerta una vieja ballesta que al parecer estaba ahí hace ya mucho tiempo.

Vamos... estoy listo. Dijo sin vacilar

1 bolsa de sanguijuelas

1 libro de "hechizos"

1 raciones?

1 bolsa de viaje 

1 utiles necesarios para hacer hechizos

1 ballesta + virotes

si tengo algo de dinero lo llevo

1 soga.

y  si me acuerdo de algo más te aviso jaja

La casa parece bastante abandonada y en ruinas. ¿Se puede consumir una casa en tan solo 6 meses? Quien sabe, la cuestión es que parece bastante arriesgado caminar por la casa pues parece que el suelo puede ceder en cualquier momento. Pero aun así se adentra en la casa en ruinas, pero manteniéndose en un segundo plano por lo que pueda pasar. 

Dragomir parece conocer la entrada al sótano que es de donde proviene la voz de un hombre bastante molesto con unos tales "vendedores de biblias". Cuando Dragomir abre la trampilla del sótano, un hedor a muerte comienza a inundar la sala. Así que es cierto aquello que contaban piensa mientras ve salir a un hombre bastante mayor, pero según lo que dicen eso se debe a que realizó algo que no debería haber hecho... como revivir a ese lobo medio podrido que le sigue.

¿Qué puede llevarte a dar media vida para revivir a un lobo que se cae a pedazos? Nada sigue pensando mientras espera pacientemente a salir de ahí, al menos para que el aire fresco de la noche ventile un poco al pobre animal apartado de su descanso eterno merecido.

-Sí, yo soy Farah... encantada - dice con educación.

Crixor se limita a observar lo que acontece en la casa del nigromante. Observa con curiosidad y se pregunta como puede vivir alguien en el sotano de una casa en esas condicones. Le deben comer los bichos, la mugre cae hacia abajo...

Al ver que Lorthar le reconoce, Crixor asiente. Y tu debes ser Lorthar. Mantén esa cosa lejos de mi. Dice señalando la nauseabunda mascota del hechicero.

La verdad es que a Crixor todo aquello le resultaba desagradable. Por un lado la condicones de la casa y el olor y por otro lado la magia, y más si se trata de ese tipo de magia. Nunca ha entendido como funcionan los hechizos y nunca ha querido descubrirlo. Recuerda muy bien las palabras que le dijo su padre al respecto." Nunca te fies de cualquiera que use magia, pues son gentes extrañas que se alejan del mundo para pasar las horas entre libros polvorientos. Muchos pierden la cabeza, o se vuelven antisociales y retorcidos."

Cuando todos deciden ponerse en marcha, no puede esconder su entusiasmo. Menos mal que partimos, un cementerio es más agradable que este sitio.

Vamos, no hay tiempo que perder.

-¿Falta alguien más? - pregunta una vez fuera de la casa.

El aire de la noche disipa un poco el hedor a carne putrefacta de la mascota del nigromante y mejora los ánimos de todos, por lo que parece. A esas horas seguramente ya no puedan ir a ningún otro sitio así que espera con bastante entusiasmo el momento de descansar. Se ha levantado antes del alma para poder hacer todas las tareas que le encomendó su madre antes de irse y a esas horas ya estaría durmiendo si no fuese por el inicio de esa aventura.

-Ya es un poco tarde...

Se va a pudrir todo amegoooo... mala idea amenazar y despreciar a lothar... muy mala idea :P

Che, vos me insististe en que arme esta partida y no posteas desde el 27/6. Te estoy esperando a vos porque el otro flaco avisó que no iba a poder postear tanto....   si no te interesa mas decime así no te espero....

Perdón! :( ya posteo :D