Partida Rol por web

-No puedo hacer nada más por McNeally aquí, señor. Tendrá que aguantar como pueda. ¿Como esta usted? Se siente mareado? ¿Necesita algo para el dolor?

Ya habéis escuchado al sargento, ¡ Tomad posiciones !- gritaba al escuadrón recalcando las ordenes del sargento.  

Miller no me vendría mal algo. Esa maldita cosa ... - respondió a su infante médico. Mientras recogió el arma de Hikawa, al parecer y como era habitual el equipo que les asignaban nunca estaba en el perfecto estado que necesitaban y eran tan fiables como cabría esperar. Bien Hikawa intentaré echarle un vistazo, - le echó una mirada al rifle, a primera vista parecía inservible pero en un segundo vistazo, encontró el problema, el maldito percutor se había atascado de tal manera que parecía no moverse, un par de golpes, y un movimiento con una de las herramientas y volvió a su sitio.   Toma, Hikawa eso debería bastar, en cuanto lleguemos a la Sirius los de intentendencia te deben una cerveza en la cantina.

 Y marchó junto a sus compañeros hasta las posiciones en la gruta donde había marcado el sargento, se afianzó y comenzó a vigilar la entrada.Bell si necesitas ayuda con ese trasto quizá pueda echarte una mano. Durand ¿como llevas montar ese trasto?

Becerra recarga su cargador, reservando el cargador a medio gastar para darle buen uso posterior sus balas sobre el enemigo. Desplazándose posteriormente hacia la zona indicada por sus superiores para defender la misión con su vida.

Señor, soldado Becerra en posición y preparado.

Con unas ultimas gotas de sudor, no hace más que comprobar que la granada que hace unos minutos había cargado, y apunta hacia la entrada de la cueva. 

Por fin- pensé cuando el capitán, tras lanzarse a por el cerebro, logro aturdirle. Por desgracia, capturar el cerebro había sido la parte “fácil”. Ahora tocaba defender al capitán y a Bell de la más que probable llegada de bichos a rescatar al cerebro. Y las rápidas ordenes del capitán, el sargento y el cabo dejaban bien claro que eran conscientes de ello.

Atrincherados al fondo junto al cerebro...- pensé al escuchar las ordenes del sargento -No es lo que hubiese elegido yo... pero supongo que debe saber más que yo- me dije, por lo que me dirigí hacia allí, aprovechando para juntar las balas que tenía en los dos cargadores empezados -Espero que tengamos bastante munición- pensé.

El sargento comenzó a dar las órdenes, era el momento de prepararse para lo que se les venía encima, que parecía iba a ser mucho. Recibió el soporte de la Derringer por parte de Ikawa y rápidamente se colocó en la posición donde debía montarla. – A sus órdenes mi sargento. – respondió.

Al llegar a la posición elegida, comenzó a montar el arma, para que estuviera preparada para el asalto. Una vez hubo terminado, cambió el cargador de su arma por uno nuevo, para así poder tener más potencia de fuego.

-Dense prisa soldados, los veo dudar demasiado. Hay que buscar el mejor lugar para mantener al cerebro fuera del alcance de los bichos, hay que buscar una posición defensiva para defender esta cueva, hay que posicionarse, montar armas, colocar minas, colocar muros si los tienen. Hagan todo lo que necesiten para poder defender este maldito lugar-. Exclamó el capitán quien aun esperaba por Bell.

El tiempo empezaba a echarse encima, estaban tardando demasiado en reagruparse y montar la defensa, pero eso le permitió reconsiderar la posición que iban a tomar. 

¡Sargento!, creo que es mejor que coloquemos el arma montada enfrente de la entrada a la cueva, ahí podemos aprovechar la misma  para que todos los bichos se agolpen a modo de embudo y poder eliminarlo de forma más eficiente. Si los mantenemos ahí podemos atacarles con todo, además podemos cubrir el arma montada desde debajo del desnivel aprovechando la cobertura natural que nos proporciona. También podríamos aprovechar los cuerpos de los bichos que hemos abatidos para hacer que su avance ser ralentiza si los apilamos convenientemente.

Tras esto se dirigió al resto de sus compañeros - Vamos muchachos si el sargento no dice otra cosa hay que colocar todos los cuerpos que podamos en la entrada de la caverna.  Hikawa no te olvides el fusil.

Miller creo que tendras que darte prisa con eso -  el dolor iba cesando pero no lo suficiente todavía. 

Bell, como llevas ese trasto ¿consigues mejorar la señal? , Durand si necesitas ayuda con eso dimelo.

La derringer pesaba como un demonio, pero el tiempo apremiaba, asi que Durand fue todo lo rápido que pudo al lugar donde se había propuesto montarla. Una vez allí, comenzó la tarea de emplazar la derringer, cosa que ya había hecho varias veces mientras su instrucción. Sabía que no tenia demasiado tiempo, pero no quiso ir demasiado rápido. Vísteme despacio que tengo prisa… que decía mi madre… Pensó. Aunque la cosa se le complicaba, el estrés hacia mas difícil la tarea que de costumbre. – Estoy en ello cabo, me cuesta mas que de costumbre pero me hago con ello. – respondió.

O’Connor recarga la morita y el lanzacohetes mientras comprueba con recelo la apertura de la gruta. El cerebro debe de haber enviado un S.O.S a sus tropas y en este momento algo más que las instrucciones del capitán le dicen que un contingente se está movilizando para acabar con ellos. El efecto sorpresa se está acabando y todo lo que queda es defender a vida o muerte el terreno ganado al enemigo.

El zapador Hikawa le saca de sus funestas cavilaciones mientras le enseña las cargas que podrían preparar a modo de trampa. –Bien dicho, vamos a ver dónde harán más daño. Presuponiendo que vayan a entrar en tropel por esa apertura y no haya entradas ocultas…-

Bumag examina con atención la estructura de la caverna para conocer que efectos causaria los explosivos y donde colocarlos.

Hay algo que esta interfiriendo, no puedo captar la puta señal. Voy a necesitar tiempo y no tenemos! No creo que pueda ponerme a disparar excepto que sea necesario, así que alguien necesita cargadores de morita, o una morita o granadas? Sargento o Cabo, no pensaron poner explosivos en la entrada? Podemos detonarlos usando una granada, o no?

Becerra comprueba como sus compañeros se van movilizando para lo que viene, y comprueba como a Durand le cuesta montar el arma en su posición. Por lo que ni corto ni perezoso se dirige a apoyar la maniobra de su compañero para intentar acelerar lo máximo posible el emplazamiento de la misma.

Espera Durand te echo una mano con esto que parece que pesa.

Claro señor, ¡muchas gracias! Contestó enormemente agradecido al conseguir disponer de su rifle para la defensa del perímetro. Mmm, no sé como responderá esta cueva... pondré el infierno lo más lejos posible señor. De nuevo con propia iniciativa se acercó corriendo a la entrada de la cueva para analizar la zona y emplazar el explosivo. 

Removiendo un pequeño hueco en la roca, el explosivo plástico se ocultaba de la presencia de los arácnidos que recibirían una cálida sorpresa. Sus ojos miraban con temor la salida de cuando en cuando, aunque por suerte disponían de algunos minutos para tenerlo todo preparado sin mayor riesgo. Bien... con esto valdrá... ahora activamos esto... bien. Esperemos que funciones pequeña. 

Con cierto alivio por haber colocado la trampa se introdujo con paso ligero a la cueva para colocarse en el frente de la emboscada. ¡Carga colocada, señor! Una vez en posición, cambió el cargador del rifle esperando que esta vez se amartillara bien cada proyectil. ¡Hikawa en posición, preparado! Cantó animado para que el sargento consiguiera organizar el escuadrón. Su mente observaba con incertidumbre el dispositivo que detonaría la carga, con aquella luz intermitente que indicaba que el equipo estaba preparado para explosionar, como contando los segundos hasta el momento crucial para la supervivencia de toda la humanidad. 

El tiempo pasaba muy deprisa y todavía no habían conseguido formar la defensa, así que tomó la palabra. Durand, Becerra acabad con eso y colocaos bajo el desnivel que queda detrás de la derringer.  Hikawa y O'connor no os demoreis, estan al caer.  McNeally en cuanto puedas hazte con la derringer y acribilla a todo lo que pase por el tunel. Tesla y Cooper, colocaos en nuestros flancos, Dragonstone, junto a mi y a Miller en el desnivel cubriendo la entrada. Estad atentos a cualquier movimiento.

Si señor- le dije al cabo mientras cambiaba de posición hasta ponerme en uno de los flancos como me había dicho.

Ya podrían ponerse de acuerdo desde un comienzo- pensé, y tras llegar allí, me puse a repasar las mis armas, comprobando que todas tuviesen el cargador lleno, y comprobando cuanta munición me quedaba -Maldita sea... malditos intendentes y su maldita política de racanear con la munición- me dije al ver que no me quedaban demasiadas balas... aunque por lo menos, aun tenia. Cambié el Morita por el Hawkeye, y una vez hecho esto, en cuanto Hikawa colocó la carga y la zona quedó despejada me puse a vigilar.

Aquel cruce de órdenes no me gustaba demasiado. Si empezábamos a actuar desorganizados en este momento... bueno. Sólo había que aguantar hasta que el capitán terminase con el cerebro. Una vez cumplida la misión, ya éramos prescindibles. Pero eso no quitaba para que me apeteciese salir de allí con vida y luchar otro día. En cualquier caso, una orden era una orden. Y el sargento no había dicho nada distinto.

- Sí, señor.

Me moví para colocarme junto al cabo, y puse arma en ristre, apuntando hacia la entrada de la cueva.