Partida Rol por web

El hombre está implicado, de eso estáis convencidos, pero no tenéis ninguna forma de acusarle de momento. La opción de la fuerza es peligrosa, hay testigos y el individuo exuda un aura de peligro.

Continuo revisando las ropas y cuerpo del difunto enbusca de alguna identificación o algo que nos aporte más información. Lógicamente no voy a dejar que un desconocido se acerque al cuerpo antes de una inspección a fondo. Espero que mis compañeros puedan capear con él mientras mis dedos se pierden entre los ropajes...

Entre los pliegues no encuentras nada, ni en los bolsillos internos, tenga lo que tenga se encuentra en la cartera de viaje. Llegar hasta ella te tomará un tiempo, por lo que hay que ver como se desarrollan los demás

Mientras el mensajero habla voy caminando ya en dirección a palacio.
-Iré yo mismo a ver qué es lo que ocurre. Puedes retirarte. - El tono es seco, sonando como si estuviese echándolo para que no me retrase.
Me dirijo a palacio a paso rápido y firme.
-Hay que ser imbécil para atreverse a robar a un delegado. -Pienso.

Karu intercambia una mirada con el magistrado y comprende que también él ha percibido falsedad. Decide tomar la iniciativa, pero siendo breve para dejarle espacio para actuar.

— Algunos de los detalles de su historia no encajan—dice a la pareja con rostro neutro—. Parecen no ser conscientes de la importancia de decir toda la verdad en una investigación sobre un asesinato. No piensen en lo que perderán si dicen la verdad: las consecuencias de obstruir la justicia puede ser mucho peor.

Al llegar a los jardines de palacio observas la belleza de los jardines cuidados, ahora a pocos días del verano muestran su mayor belleza. Por un momento la contemplación de algo tan hermoso que combina el desorden y la sensación de perfección te llena, dejas atrás por un instante el dolor de la vida, por un instante... pero la consciencia vuelve con mucha más violencia de la que se fue, alguien te ha pedido ir a resolver algo, y no solo a ti.

-Buenos días señor Nozomi, por favor sea tan amable de dejarse atender por una servidora -te dice lo más parecido a una muñeca que has visto en días, una mujer esbelta con un rostro prístino y una mirada profunda. -Mi señor le espera en la sala de los aromas, si tiene a bien seguirme. -te da la espalda y te guía por palacio hasta un elegante salón de techo bajo con mesas bajas distanciadas entre sí. En una de esas mesas bajas ves a un hombre que intuyes es el delegado.

El delegado, un joven apuesto de rostro altivo, se levanta al verte, y te hace un gesto de cortesía (enseñar las palmas de las manos, mientras se inclina levemente la cabeza). Al fin y al cabo tu estás en una posición social más alta que él.

-Gracias por venir señor protector, es un inmenso honor. -dice con una voz suave y firme. -Se me ha sustraído un grupo de documentos referente al paso de tierras y estado de pagos, son muy relevantes pues se trata de los créditos oficiales y parte de mis funciones aquí dependen de ellos. Sospecho de la familia Koroma pero no tengo nada que respalde mis sospechas.

-Lo siento, pero no puede acercarse más al fallecido -digo con rotundez mientras me interpongo en su trayectoria.

Observo como el protector que se había presentado como Denu empieza a registrar el cadáver. Perfecto

-Sea tan amable de decir todo lo que considere oportuno y decoroso acerca del difunto, estaría bien conocer a que se dedicaba... -añado con un tono amable ocultando mis sospechas e intentando sonar convencido de que es amigo de la víctima. 

-No estoy ocultando nada señor -dice con cierto nerviosismo -es que hay detalles que no entiendo y no se explicar, por favor vaya a verlo usted mismo.

-El hombre que yace muerto, fue en vida una de las personas de confianza del señor Askuro, delegado de la zona sur al que yo también sirvo, está mañana no ha aparecido y he venido a buscarle aquí, pues sé que tiene debilidad por las flores. -dice con un tono conciliador el hombre.

Deno ya ha conseguido abrir la cartera de viaje, en ella además de una inmensa cantidad de dinero en billetes de doce docenas (144) hay muchos otros papeles, documentos de aspecto oficial.

El hombre se percata del contenido de la cartera.

-Creo que esos documentos son de carácter privado, he de exigir que no se lean sin la autorización de mi señor. -la voz del hombre ya no es amigable, ahora destila autoridad, pero aún así mantiene los modales y respeta a la perfección el protocolo.

A veces los testigos se contradicen, en especial si lo que han presenciado se sale de lo común. Karu decide posponer sus sospechas y mantenerse alerta.

—Si tenían dudas acerca de lo que vieron deberían haberlo dicho llanamente—contesta—. Les acompañaré a la escena del crimen para que puedan completar su declaración.

- Me temo que desde el momento en que estos papeles estàn en posesión de un muerto, se han topado con un nuevo significado e importancia. No dudo desu caracter confidencial, y así se lo haré comprender a mis compañeros, pero ahora pueden ser pruebas de la funesta pérdida de una vida, y esta pesaba, más de lo que pesa esta palabra escrita.- Comento, con intención de guardar las pertenencias del difunto para continuar junto a mis compañeros una investigación más profunda.

Al no apreciar nada sospechoso en las inmediaciones y habiendo escuchado la conversación. Me giro hacia Deno
Quizás podamos encontrar una solución satisfactoria para todos...

¿Una audiencia con el señor Asuko quizás? Y que este nos permita leer esa información para poder encontrar al asesino.

Observaba en silencio el interrogatorio y miré con rostro inexpresivo a la pareja durante su relato de los hechos, aunque algún gesto debió delatarme puesto que el protector leyó de algún modo mis pensamientos y aquello le reafirmó en los suyos: la pareja no estaba siendo totalmente transparente en su relato.

La advertencia del protector fue más que adecuada e incluso podría tratarse de la misma advertencia que yo habría dado. Junto a su aparente suspicacia me hicieron pensar que aquel protector era un excelente investigador e interprete del alma humana.

Sería un buen magistrado - Pensé para mi.

Mi colega parecía estar arreglándose bien sin mi ayuda con el denunciante, que parecía alguien exigiendo una versión subjetiva de la justicia, así que no sería necesario que permaneciera allí, por lo que finalmente intervine.

He cambiado de opinión. Protector Karu Onekal, yo también iré con ustedes. Creo que esta investigación puede esconder más de lo que aparenta y quiero visitar el lugar del crimen, sin embargo, si me excusa, no quisiera liberarle de su misión todavía. Su intelecto será aún necesario en esta investigación, por lo que, si me permite, simplemente me uniré a su comitiva sin relevarle con ello de sus funciones.

Veo como el sujeto comienza a ponerse nervioso. Así que es esto lo que te interesa, ¿eh?  Los otros dos protectores intervienen antes de que yo pueda hacerlo, pero como lo que dicen tiene sentido, me limito a añadir:

-Es cierto que no podemos entregarle nada por el momento, todo pertenece a la investigación hasta que logremos aclarar lo que ha sucedido aquí con exactitud. Espero que lo comprenda. El asesino de su amigo no quedará impune. Mientras tanto, si hace el favor de responder a nuestras preguntas...

Ira por la intromisión es lo primero que siente Karu. “Modérate, asno” —se reprende en silencio—. “¿A cuantas personas has apartado ya con tu orgullo?”. Se obliga a recapacitar: si un magistrado se toma la molestia de intervenir directamente en un momento de tanta ocupación es que el asunto lo merece.

—Por supuesto, magistrado Nara. Su colaboración es bien recibida: Cuando las incógnitas se acumulan, la precaución es la reacción más apropiada. —Se gira a la pareja y les dice—: Guíennos, por favor.

Los dueños se apresuran a andar en dirección a la salida del palacio de justicia. Al salir de la sala principal, el resplandor de un avanzado día os ciega puntualmente, el bullicio y el calor se han apoderado completamente de las calles, y se respira un aroma increíblemente fresco para tratarse de una ciudad.

Una vez fuera la pareja camina con premura, sin perder el tiempo, y deciden tomar el camino que pasa por la zona de Palacio, no es la ruta más corta, pero si la más fluida. Ciertamente la ciudad es espectacular, llena de belleza natural, pájaros de colores se combinan con hermosas flores, incluso las ropas de la personas relucen motivos alegres.

Cuando estáis a punto de llegar al círculo exterior de los Jardines se os acerca un niño

-Por favor ayuda señor protector, están robando en la tienda de mi madre

-Sea pues, voy a concertar ahora mismo la cita, pero deseo que uno de vosotros me acompañe, como custodio del contenido de la cartera por supuesto. -dice con veneno en la voz.

La gente empieza a disiparse, se han aburrido de no ver mucho, y nadie quiere arriesgarse a la ira de un protector. El sol casi alcanza su cenit, y quizás sea buena idea retirar el cadáver.

Sus palabras me ofenden sobremanera. ¿Y este pájaro con quién se cree que está tratando?. Con el ceño fruncido pero sin dejar que mi voz se vea alterada, le respondo:

-Le recuerdo que está tratando con protectores del reino. Por más que lo adorne con bonitas palabras, acaba de insultarnos, y eso va en contra de la ley, señor. Por favor, le pido que nos acompañe sin oponer resistencia.