Partida Rol por web

Todo esto es muy interesante, eres demasiado consciente de que no puedes comprometerte sin la aprobación de tu contratista. Pero es una información muy actual y cada segundo que pase la hace caer en valor, necesitas una excusa muy elaborada para no dar el cante y poder informar al delegado.

Viajar a oriente.... repitió ensoñada. Oriente parecía demasiado lejos. Sin duda sería un viaje digno de hacerse. reconoció dejándose llevar por la conversación.
Cuando pasó un camarero por allí al lado lo detuvo para indicarle que llevara unas copas de un licor típico a la mesa de los protectores, con "Saludos de la magistrada Ammatam".
Después de hacer aquel gesto se volvió hacia sus compañeros y sonrió, no muy avergonzada, pero si lo suficiente como para necesitar justificarse.
No me miréis así, tantos protectores juntos es sospechosos. dijo como una excusa muy débil. Y podremos conocerlos, o me vas a decir que no te apetece. le dijo al secretario, que parecía seguir tan de cerca las peripecias de aquellos "héroes locales". Sin duda debía de haber sido de lo mas interesante de hablar en la región.
Además algunos de ellos son autóctonos de aquí, podrían ser valiosos contactos o fuentes de información. confesó revelando algunas de sus intenciones, las mas decorosas al menos.

Mientras aceptáis la información, que sin ser demasiado escandalosa es algo preocupante, llega un sirviente con cuatro tazas de hierro

-Cortesía de la magistrado Ammatam, mar de gozo.

Las pequeñas tazas contienen un líquido de color verde azulado transparente. Tiene un olor fresco como mentolado, al tocar las tazas descubrís que están muy frías. 

Hokelsa tomas unba taza de hierro con las dos manos, antes de buscar a la magistrado Ammatam, levantar un poco la taza y hacer una pequena reverencia de la cabeza, agradeciendole el gesto de la magistrado. Prueba solo un sorbo de la magnifica bebida espiritual que hay en la taza, se deleita con los aromas y perfumes de la bebida dejandose embriagar por la sensacion de frescura y calor al mismo tiempo de este exquisito alcohol... antes de pedir la hora a la camarera y darse cuenta de que llega tarde!!! -Les ruego me disculpen honorables protectores, pero las ocupaciones me llaman y por desgracia, llego tarde... y eso es contraproducente- Hokelsa hace un rictus de desagrado mientras se levanta haciendo una pequena reverencia a la mesa y a los convives. -Por supuesto, invito yo honorables y no aceptare una negativa de su parte.- Dice Hoklesa sacando el dinero para pagar la cuenta a la camarera antes de volverse hacia la mesa. -Aprovechare para liberarme de mis ocupaciones, o intentarlo para, si me permiten, poder acompanarles.. si me lo permiten, claro esta. Les deseo un excelente dia - Y con esas, Hokelsa sale a paso vivo por la puerta entre las miradas, que imagina, soprendidas de los protectores.

Siguiendo mi costumbre, no me dirijo directamente hacia donde esta el delegado. No despues de haber dejado a 3 protectores con la mosca detras de la oreja, no despues de esa informacion. Se que lo que acabo de hacer puede ser mi mal interpretado y que estos protectores son cazadores excelentes... asi que pongo todo de mi parte, me paro antes en una tienda, compro alguna cosa y con las mismas salgo en busca del delegado. Nunca hago mas de 200 metros en la misma calle y incluso, al salir de la tienda vuelvo un poco sobre mis pasos para ver que nadie pueda seguirme... bueno, ver quizas es una palabra demasiado grande para Hokelsa el miope xD.

No hago ascos a una bebida de esta categoria. Siguiendo las formas busco a la magistrado con la mirada y al igual que Hokelsa le agradezco de manera sutil el trago.

El golpe suave de alcohol, alivia la tensión de verme en el centro de un huracan de información contenida, tan diferente del conflicto fisico directo al que estoy acostumbrado.

-Muchas gracias amigo Hokelsa Replico con calma al ver que se ofrece al pago, aliviando asi su temprana partida.

Aún asi me preocupa estar llamando tanto la atención.

Tomo una de las tazas y al igual que mis compañeros la levanto para saludar y agradecer a Ammatam su invitación, pero soy consciente de que mezclar alcohol es una de las cosas que más me pasa factura así que opto por humedecer los labios en la taza y más que nada oler su contenido, volviendo a posarla sobre la mesa, tratando de dar a entender que la seguiré bebiendo con calma.

- Procuraré estar atento a ese reclutamiento, cualquier cosa por ayudar.- Comento a Gaaru.

No me huele bien la marcha de Hokelsa, por lo que, antes de permitirle partir, le digo con tono educado pero incisivo:

-Disculpa mi grosería, pero aquí estamos entre compañeros, y no entiendo el motivo por el cual nos invitas a tan excelente comida y bebida para a continuación marcharos cuando apenas hemos comenzado la sobremesa. Si tenías obligaciones que atender podrías haberlo dicho antes y habríamos comido en los jardines, donde nos habría tomado mucho menos tiempo, ¿A qué viene tanta prisa, hombre?

Hokelsa termina de pagar mientras escucha con atencion lo que el honorable Nakida le dice. Con gesto tranquilo y con una gran sonrisa se dirige de nuevo a la mesa de los protectores, con especial atencion en Nakida, que es a quien se dirige. -Verá honorable, nada me destroza más que tener que abandonar la mesa, pues la presencia de los que considero y espero como futuros amigos no solo es agradable, sino muy reconfortante e interesante. Más aún cuando una magistrado de nombre exótico, creo que de Xaz, nos invita a un licor que recuerdo la botella vale casi lo mismo que cinco días de trabajo duro- Hokelsa deja una pequena pausa en el aire y toma su taza de metal, antees de terminarla y ponerla boca abajo en la mesa, degustando y dejandose llevar por ese licor tan exquisito. -No, lo que ocurre es que a diferencia de los honorables- Dice Hokelsa dirigiendose a la mesa en general- el reino no paga mis gastos, pues mi persona no es tan espléndida, solo hay que oír los rumores del veloz Ganikusi, de quien dicen que su espada, es tan rapida como su lengua... y otras partes de su cuerpo.-hago una pequeña inflexión para incrementar el énfasis en su habilidad. - Pero estara de acuerdo Honorable Saru, de que el honorable Nakida crea que mi intencion era invitarles, es todo un malentedido, puesto que fue usted quien me propuso acompanarles, lo que considero todo un honor. Tengo que llevar a la casa de sanación donde atendieron a nuestro compañero una medicina que tenía que haber recogido hace casi media hora en la otra punta de la ciudad, el tiempo vuela en presencia de gente tan maravillosa, por eso insisto, disculpadme. Hokelsa hace una reverencia algo mas marcada de lo habitual, antes de tener que partir.

Ves como uno de los presentes se levanta y abandona la mesa, parece que hay un momento de tensión cuando el protector golondrina le dice algo obligando al de rojo a quedarse un momento de pie, pero luego esboza una sonrisa y responde algo que no alcanzas a oír.

Miró a sus compañeros de mesa con cara de circunstancias Creo que nuestras oportunidades de tener una conversación cordial con ellos se están yendo a pique. con cara de circunstancias. Suspiró dando un trago a la copa.

La explicación resulta convincente, no deja de haber razones claras para su marcha, pues al no ser un servidor, su vida puede resultar menos armoniosa que la de los protectores o magistrados, que solo se deben a su servicio.

-Lamento haber perturbado la armonía Hokelsa, es solo que está situación, la corte, las intrigas, hace poco vimos un asesinato que parece motivado por la codicia... estoy un poco alterado, pero eso no es excusa, espero que puedas poner tus asuntos al día. -Algo raro pasa, pero eso es lo normal ultimamente. 

Vuelvo a tomar otro sorbo de mar de gozo e intento volver a disfrutar de la situación

En efecto tras una breve disculpa del exhibicionista, el hombre de rojo se levanta y se dispone a irse, pero tu ya estabas preparada por lo que te levantas y le interceptas en la puerta.

Consigues salir de la mesa aceptando la disculpa de Ganikusi, que por cierto es infundada, no por la forma, que en efecto eres un informador, sino por el fondo, el delegado es de los que preservan el orden, y tiene un gran amor por la armonía el honor y el Rey, solo que a veces hay que usar fuego para combatir el fuego.

Estabas ya preparado para iniciar tu avance esquivo por las calles cuando al llegar al portal del local una mujer te interrumpe el camino.

Hokelsa acaba por retirarse de la mesa para atender sus asuntos y nos deja solos con nuestras excelentes copas entre las manos. Mientras deleito mi paladar dando otro sorbo a aquel magnífico brebaje, mi atención retorna a la mujer que nos ha invitado a la misma. Viendo que al irse Hokelsa la reunión puede disolverse en cualquier instante, y quedando todavía un rato para tener que volver a nuestras obligaciones, aviso a la misma persona que nos ha traído las bebidas y, tal y como dicta el protocolo en estos casos, le mando una copa de mi bebida favorita a la vez que solicito que se le entregue el mensaje "es para llevar"

Al menos eso pretendía, pero justo cuando se levanta Hokelsa la mujer lo intercepta en la puerta, lo hace de forma casual.

Una mujer se acercó desde un lado, caminando tranquilamente, parecia confiada y serena, al llegar a su lado hizo una reverencia cortés.
Disculpe que le moleste y esta brusca interrupción, no pretendo ser indiscreta. dijo Ammatam vocalizando despacio y cuidando de no abandonar una entonación neutra. Soy la magistrada Ammatam, y el grupo con el que estaba llama bastante la atención. dijo reconociendo que había visto la discusión, aunque no lo menciono de forma explicita . Me preguntaba si ha tenido algún tipo de problema con los protectores, no me gustaría que abusaran de su autoridad, ni que pareciera tal cosa. O que vos o sintierais incomodo con ellos, a fin de cuentas son una herramienta para protegernos a todos, si lo necesita podría interceder como arbitro en vuestra disputa, si es que hay alguna. se ofreció.
A fin de cuentas un encontronazo con alguien como aquel protector podía ser bastante intimidante. Ammatam se mostraba conciliadora y parecía bastante seria.

Hokelsa hace una pequeña reverencia al escuchar el nombre de la magistrada antes de responderLe agradezco mucho el interés que muestra por mi bienestar Honorable magistrada, pero no hay de que preocuparse. En ningún momento he tenido problemas con el protector y entendí nuestro desacuerdo más como un malentendido entre amigos, que un problema. Nada más banal si me permite su excelencia. Dice Hokelsa poniendo una mano en el pecho y haciendo una ligera reverencia con el torso en símbolo de sinceridad. Le pido que me disculpe Honorable, pero el deber me llama y debo partir, pues ya llego tarde. Le deseo un excelente día no sin antes darles las gracias por la invitación a tan exquisito brebaje como es el mar de gozo. Con ello Hokelsa hace un besamanos y se va sin más tardar, no sin regalarle una sonrisa amistosa con un toque sutil, al ver la belleza de la magistrada más de cerca